Tercera llamada: Un Chico Llamado Ace


holo de nuevo owo/ les traigo el capi número tres de esta historia, de antemano les agradezco por seguirlo y una disculpa si no he respondido sus comentarios, no sé hacerlo aún QAQ en fin, vayamos al capi!

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El autobús aparcó con cautela en su lugar designado, la larga jornada de trabajo había terminado al fin. El conductor del vehículo se tomó el tiempo para bostezar y estirarse a sus anchas para despertar su cuerpo entumecido; apagó el motor y encendió las luces para revisar si alguien había dejado olvidado algo. Cuál fue su sorpresa al notar a alguien, y no a algo, todavía a bordo en el autobús durmiendo cómodamente en uno de los asientos junto a la ventana mientras abrazaba su mochila a modo de almohada

- ese chico de nuevo- el hombre suspiró pesadamente mientras se rascaba la nuca; no era la primera vez que el muchacho se quedaba dormido en el autobús hasta el final de la ruta, es más, eran extraños los días que no lo veía- oi, chico- se acercó a él y lo sujetó del hombro, sacudiéndolo con fuerza sin llegar a ser muy brusco- chico, la ruta termina aquí, no puedes quedarte en el autobús

- ...- tardó unos momentos en despertarse, se talló los ojos y le sonrió al hombre al levantarse- muchas gracias- bajó la cabeza ligeramente como reverencia y salió del vehículo rumbo a su hogar, ignorando al hombre que seguía regañándole a distancia.

Afortunadamente el edificio donde residía no quedaba muy lejos de la estación, era cuestión de caminar un par de cuadras. El edificio departamental era pequeño y viejo pero la renta era barata y los vecinos discretos; un sitio ideal para él, un joven de apenas veinte años en pro de volverse independiente. Aun bostezando, el pecoso subió las escaleras mientras repasaba en su cabeza todo lo que tenía que hacer apenas entrara a su departamento, mas todo lo que veía planeando se borró de su cabeza cuando un delicioso aroma llegó de improvisto a sus fosas nasales; olía a carne asada, pasta y especias, ¡y era un aroma maravilloso! Pese a que le enseñaron de pequeño que no se hacía, terminó corriendo por las escaleras hasta su departamento. Ni siquiera se molestó en buscar sus llaves pues sabía que "él" ya había llegado y que lo conocía tan bien que dejaría abierto para dejarle pasar a saciar su hambre.

- ya era hora- el hombre que cocinaba reconoció al instante ese modo desesperado de abrir la puerta y esos pasos apresurados por llegar a la cocina. También alcanzó a escuchar cómo el más joven tiraba la mochila en alguna parte del suelo y arrastraba la silla para sentarse a la mesa- ¿volviste a quedarte dormido en el autobús, ¿cierto Ace? - al girarse para servir la comida vio que, en efecto, el pelinegro ya estaba acomodado frente a la mesa con cuchillo y tendedor en cada mano- al menos podrías saludar mocoso maleducado

- perdona Smoker, no tuve tiempo de comer en la universidad y me muero de hambre- de hecho, se podía escuchar su estómago gruñir a pesar de la distancia que la mesa ponía entre ellos- gracias por venir a cocinar la cena- y sonrió nuevamente; era una sonrisa amplia, cálida y difícil de ignorar para cualquiera que la viera

- no es nada, también tenía hambre y estaba cerca- se rascó la mejilla despreocupadamente y se giró para terminar de cocinar- Preparé lo que pude con lo que encontré en la nevera, te he dicho miles de veces que no puedes comer solamente carne- el otro, un hombre de edad claramente mayor que Ace, cabello blanco y notable musculatura, comenzó a llenar la mesa de platos y platos de comida a sabiendas del apetito del otro. Por su aspecto severo nadie pensaría que cocinara, pero de hecho lo hacía bastante bien, consecuencia seguramente de vivir solo desde hace años

- me gusta la carne, no veo por qué deba comer otra cosa- no tardó en ensartar un gran trozo de carne con el tenedor y llevárselo a la boca para saborearlo con gula; la sazón de Smoker siempre le había parecido exquisita, además de que de por sí ya amaba la carne

- si vinieras a vivir conmigo podría cuidar mejor tu alimentación y también podrías dejar ese horrible trabajo- porque sí, Smoker conocía a qué se dedicaba el chico en sus ratos libres y en serio le molestaba saber que tuviera conversaciones tan obscenas con hombres desconocidos- con el empleo en la cafetería es suficiente

- te lo he dicho muchas veces, quiero mostrarle a mi abuelo que puedo ser independiente y si me mudo contigo sería como admitir que no pude hacerlo. Además, el salario en la cafetería no alcanza para todos los gastos, de todas maneras, necesitaría un segundo empleo y hablar por teléfono no me quita mucho tiempo

- entonces busca otro trabajo, hay cientos en los que un chico de tu edad puede encajar sin tener que sacrificar su horario escolar. Incluso puedo conseguirte algo en la estación de bomberos

- no creo que iguale mi salario actual- Ace suspiró y por primera vez en ese rato levantó la vista de su comida para centrar toda su atención en el mayor- no es por el dinero, ¿cierto? - el silencio del mayor sólo afirmó lo obvio y tampoco le culpaba por ello; de estar en su lugar también herviría en rabia- que estés celoso es adorable pero no puedo dejar el trabajo, pagan bien y requiere de pocas horas. Y no estoy haciendo nada malo, sólo es cuestión de responder el teléfono, además... sabes que los únicos gemidos reales me los provocas tú- dijo meloso y con un gesto coqueto, logrando que el mayor se sonrojara de golpe

- ¿y cómo te ha ido hoy en la cafetería? - preguntó más por desviar la conversación que por interés

- ¡Oh! Casi lo olvido. Ocurrió algo muy gracioso- relataba mientras volvía a comer sin molestarse en terminar el bocado al hablar; para muchos resultaría desagradable pero el mayor estaba más que acostumbrado- un chico fue a la cafetería y de pronto me tomó de la mano, dijo que me había confundido con alguien y se fue tan avergonzado que ni siquiera esperó su cambio- para él era una historia graciosa, no solía pasarle a menudo algo divertido en el trabajo, pero Smoker no se estaba riendo- oye, que ha sido una confusión, de haber sabido que te enfadarías no te lo hubiera contado

- ese chico del que hablas, ¿va seguido a la cafetería?

- ¿eh? No lo creo, aunque veo muchas personas todos los días, puede que no lo haya notado- se quedó pensando un momento, realmente no estaba seguro de haberlo visto antes- fue sólo un accidente, así que no te enojes- se levantó y fue al lado contrario de la mesa donde estaba el mayor. Le quitó los cubiertos de las manos para hacerse algo de espacio y tranquilamente se sentó en su regazo mientras le abrazaba por el cuello. Sus miradas se cruzaron en ese instante, desvaneciendo cualquier aspereza que hubiese surgido entre ellos por aquella pequeña conversación- si te enojas por todo vas a hacerte viejo muy pronto- sus manos pasaron a acariciar el rostro de su pareja; su piel era tan áspera al tacto, prueba suficiente de todas aquellas malas experiencias y cicatrices que la vida le había dejado.

Cada vez que el pecoso sentía esa lastimada piel le entraban unas ganas enormes de sanarla a besos, y eso fue precisamente lo que hizo. Frunció un poco los labios y fue dejando pequeños besos a lo largo del rostro contrario hasta que finalmente se acercó a la comisura de su boca. Sus labios no tardaron mucho en encontrarse, rozándose con una ligera caricia al principio pero que poco a poco fue tornándose en algo mucho más intenso. De alguna manera sus discusiones siempre terminaban del mismo modo; llevaban un par de años juntos y en ese tiempo Ace había aprendido a medir el temperamento de su pareja. Smoker nunca se había enfadado seriamente con él, sólo bastaba con mostrarle un poco del inmenso cariño que le tenía para ponerle de buen humor otra vez.

Los brazos del pelinegro se sujetaron con fuerza al fibroso cuello del mayor mientras mordía levemente los labios del otro invitándole a profundizar, oportunidad que el mayor no desaprovechó. Su lengua se coló fácilmente entre los labios contrarios, deleitándose con la tibieza de la cavidad ajena y esa suave lengua que no tardó en enredarse con la suya. Con cada mordida, Ace se iba pegando más a su cuerpo a la vez que movía ligeramente la pelvis sobre él, iniciando un roce que era imposible de ignorar... pese a su rostro infantil, el pecoso disfrutaba de provocarle en cualquier situación posible, y por supuesto que Smoker no se quedaba atrás.

Un gemido ahogado salió de la garganta de Ace cuando sintió la enorme mano del mayor sobre su trasero, apretándolo y masajeándole con ganas, logrando que esos bruscos movimientos provocaran de alguna manera un profundo placer. Podía sentir sus agitados pechos chocando constantemente debido a su agitada respiración e incluso pudo sentir sus propios pezones erectos friccionándose en cada movimiento, provocándole un escalofrío que le erizaba toda la piel. La idea de desnudarse y hacerlo sobre la mesa de la cocina sonaba lo suficientemente excitante como para intentarlo, sin embargo un molesto y constante pitido rompió la burbuja de lujuria en la que estaban inmersos. Ambos detuvieron lo que hacían y bajaron la mirada al bolsillo del más adulto de ellos, de donde además del sonido también provenía una luz verde. Smoker se apresuró a sacar su teléfono de su bolsillo y miró la pantalla, abriendo grandes los ojos al leer el mensaje

- es del trabajo- comentó sin despegar los ojos del aparato; las malas noticias siempre parecían querer interrumpir sus momentos íntimos

- está bien, no te preocupes. Ya tendremos tiempo- el pecoso dejó un beso en la punta de su nariz y se levantó para estirarse a sus anchas. Sí, estaba caliente pero no estaba tan necesitado como para entorpecer el trabajo del otro- llama cuando termines

Un ligero ademan con las manos y un beso fugaz fueron su despedida antes que Smoker saliera prácticamente corriendo, aunque no se olvidó de asegurar bien la puerta principal para mantener al pecoso a salvo mientras estaba fuera.

El pecoso soltó un largo suspiro mirando el sitio donde segundos atrás había estado Smoker, ni siquiera había terminado de comer. Formar parte del departamento de bomberos era un trabajo muy noble y él admiraba al mayor por eso, pero a la vez requería de mucho tiempo, dejándoles apenas tiempo para verse un rato al día. Quizá cuando terminara la universidad y tuviera un trabajo decente, Ace podría animarse a vivir con él. Por ahora, el muchacho debía sobrevivir con los dos empleos que tenía, aunque del segundo sólo Smoker tenía conocimiento, si su abuelo sabía a qué se dedicaba por las noches no permitiría que saliera de su casa otra vez.

En fin, Ace terminó su cena y de paso se comió lo que el otro había dejado, y una vez satisfecho, amontonó los trastos en el fregadero, ya tendría tiempo para lavarlos en la mañana. Se dio una ducha, se puso unos pantalones cortos a modo de pijama y regresó por su mochila antes de irse a su habitación. Abrió la mochila y literalmente la volteó para vaciarla sobre su escritorio, acomodó todo a su manera para poder hacer sus deberes para seguidamente tomar asiento. Se estiró un poco y vio el cajón derecho con desgana hasta que finalmente se animó a abrirlo. Dentro había varios papeles arrugados, algunas envolturas de caramelos, un cargador, y muy hasta el fondo, un pequeño celular negro.

Cogió el aparato entre sus manos y presionó el botón para encenderlo. Ese curioso teléfono era exclusivo para su "trabajo" clandestino, así se evitaba la molestia de que lo llamaran a cualquier hora del día y ayudaba a mantenerse anónimo para los chicos que lo contactaban; lo que menos deseaba era que alguno de esos pervertidos comenzara a acosarlo o algo así.

No pasaron ni dos minutos cuando la primera llamada entró, Ace se mentalizó para hacer la llamada y respondió poniendo el altavoz... era mejor avanzar a su tarea mientras respondía o no dormiría esa noche

- hola cariño, ¿cómo te encuentras hoy?- respondió con un tono dulce y aterciopelado, como si hablara con su pareja- te oyes muy entusiasmado, ¿quieres que te ayude con eso?

Al pasar del tiempo Ace había aprendido qué tipo de voces les gustaban a sus clientes, las frases que deseaban escuchar y hasta los sonidos que debía fingir; a veces incluso respondía en automático sin prestar atención a la conversación pues las conversaciones resultaban monótonas hasta cierto punto... sólo era un grupo de degenerados que buscaban una buena corrida, y eso es lo que les daba sin tener que verlos a la cara, cosa que agradecía infinitamente. Sin embargo, entre ese montón de desconocidos, había personas solitarias que sólo buscaban una buena conversación y por supuesto que se las daba, todo por mantenerlos en línea el mayor tiempo posible para ver más ceros en su pago. Y entre tantos nombres, conversaciones e historias jamás había tiempo para memorizar algo; cuando se levantaba en la mañana había olvidado prácticamente todo de lo que escuchó e hizo por la noche, aunque la sensación incómoda de haber excitado a otro hombre que no fuera Smoker persistía.

Y entre frases y ruidos obscenos fueron pasando las horas sin darse cuenta... escuchó a tipo tras tipo, les habló y complació en cualquier pervertida fantasía que tuviesen literalmente hasta el cansancio. Si no se tomara la molestia de apagar el teléfono seguramente se la pasaría sonando las 24 horas.

- ¿qué tal amor, cómo te encuentras?- respondió a la que sería su penúltima llamada pues ya había terminado con los deberes escolares y deseaba dormir al menos un par de horas antes de ir al instituto

- al fin- se escuchó desde el otro lado del teléfono con tono apenas audible, parecía como si no hubiese querido ser escuchado- necesitaba escucharte

- y yo a ti- el pecoso empezó entonces su juego de palabras como si conociera a ese tipo de toda la vida; podía fingir ser su novio, esposo, amante, todo lo que el cliente deseara. A veces hasta debía fingir voz de mujer, pero eso era en muy escasas ocasiones. El único consuelo que le quedaba era que nadie más lo estaba escuchando- ¿necesitas ayuda con algo cariño?

- sólo... quería escucharte, asegurarme de algo... pero esta vez me doy cuenta, en realidad eres tú. Yo jamás me he equivocado, a excepción de Bonney- aquella era la charla erótica más extraña que había tenido en todo ese tiempo, para empezar ni siquiera entendía lo que su cliente intentaba decirle- me causaste una gran sorpresa, quisiera... conocerte un poco más.

- también me gustaría conocerte amor, pero estás tan lejos- intentó tomarle sentido de nuevo en la conversación, al menos en las últimas palabras- háblame de ti, quiero imaginarte mientras me masturbo- ya se había metido bajo las cobijas y estaba a nada de dormirse, quizá ya ni siquiera atendería otra llamada. Sólo apagaría el teléfono cuando ese tipo colgara y se iría a dormir

- yo lo hago todas las noches pensando en ti, pero esta noche será mucho mejor que las anteriores- se escuchó un suspiro largo de parte del otro tipo- joder, eres mucho mejor que Bonney en tantos aspectos. En verdad... quiero conocerte...- repitió insistentemente- me gustas tanto Spade...

- ¿Spade?- sus ojos que ya comenzaban a cerrarse se abrieron de golpe, ¿le había dicho su apodo al tipo? Ya estaba algo dormido, quizá lo dijo... pero ya le había pasado lo mismo la noche anterior y no se creía tan despistado. De alguna forma presentía que algo estaba mal con esa llamada- tú... me gustas también amor- trató de calmarse y seguir con la llamada, quizá se estaba poniendo paranoico. Últimamente le pasaban cosas extrañas pero estaba convencido que era porque su mente ya no funcionaba bien por falta de sueño. Después de todo no era el único trabajando en la hotline, encontrarse con el mismo tipo dos veces y que además te reconociera era una probabilidad prácticamente nula

- eres más cálido de lo que creí- el tipo soltó un jadeo y pronto se escucharon algunos sonidos al fondo; no imaginaba lo que era y tampoco quería averiguarlo, sólo quería terminar con eso ya para irse a la cama

- aun no has probado lo caliente que puedo ser cariño- hizo un sonido húmedo con sus labios lo suficientemente fuerte para que el otro lo escuchara

- voy a comprobarlo- respondió en tono serio justo antes de cortar la llamada.

Ace miró el teléfono y parpadeó un tanto confundido... ¿le habían colgado? Estaba seguro de haber hecho todo perfectamente, esa llamada debió haber durado al menos cinco minutos más.

Una vez que el cliente colgaba ya no se podía hacer nada, así que se alzó de hombros y apagó el celular pese a que seguía sonando; ya había tenido suficiente de tipos enfermos ese día. El pelinegro guardó el teléfono de nuevo en el cajón y se acomodó para dormir, dejando que el sueño disolviera todas esas conversaciones de su memoria.

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Al día siguiente....

- vamos Smoker, contesta- Ace ya estaba desesperado; su pareja no se había comunicado con él desde la noche anterior pese a que le dijo que lo hiciera y comenzaba a preocuparse... ser bombero siempre implicaba un riesgo y temía que algo le hubiese pasado al mayor. Intentó algunas veces más pero fue inútil, del otro lado sólo se escuchaba un pitido que indicaba que el número no estaba disponible.

"Llámame en cuanto estés libre"

Le escribió en un texto para enviárselo al peliblanco como último recurso y se dispuso a entrar a la cafetería, Había tenido un día pesado en la universidad y no tenía ganas de nada, pero debía ir a trabajar, por lo que se presentó con una gran actitud y la mejor de sus sonrisas... ese carisma innato le ayudaba a tener pan sobre su mesa.

- ¡buenas tardes! ¡Lamento la tardanza!- el pecoso entró por el acceso trasero de la cafetería, una pequeña puerta con la leyenda de "Sólo Empleados" en ella. Guardó su teléfono en el bolsillo del pantalón y se ajustó del delantal rojo que tenía como uniforme por la cintura

- no es nada chico, la tarde ha estado tranquila- el dueño secaba con calma la cristalería del local- no hay mucho a esta hora, así que no tienes de qué preocuparte

En efecto, cuando Ace salió hacia la parte delantera del local donde estaba el mostrador, pudo ver que sólo había dos mesas ocupadas; en una de ellas una pareja charlaba amenamente mientras bebía su café y comía algunos postres, y en la otra un chico moreno daba un sorbo a su taza mientras sus intensos ojos grises le miraban directamente, como si le estuviera analizando....

¿En dónde había visto a ese chico antes?

Continued...

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ya estoy aprendiendo a usar wattpad, así que espero poder responderles al menos a partir de este capitulo en adelante <3

nos vemos!!

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