Quinceava Llamada. Un Amor Sincero
perdonen la infinita espera!!! sigo intentando organizar mis horarios y mi vida (?) jajajaja les dejo un nuevo capi, que lo disfruten!!
___________________________
Quinceava Llamada. Un Amor Sincero
"¿Qué es lo que tú quieres?"
Esa simple pregunta siguió resonando en su cabeza por un largo rato; su abuelo le había hecho la misma pregunta hace un par de años y él no dudó en responder, pero ahora era distinto. Law no le preguntaba por su carrera o su plan financiero a futuro, sino por algo más íntimo que ni siquiera él mismo se había preguntado... ¿Qué era lo que quería? Lo primero que se le venía a la mente era su pareja y su próxima vida junto a él, pero si Smoker no quería lo mismo, ¿Cómo podían pasar una vida juntos si sus caminos eran completamente distintos?
- ¿Ace-ya?- una voz preocupada lo llamó de entre los abismos de su mente, trayéndole a la realidad- no has probado la comida, ¿estás seguro que te encuentras bien?- ante la pregunta, el pecoso miró los diferentes platos frente a él... fruta, panqueques, huevos fritos con tocino, ensalada e incluso una buena porción de carne; ante sus ojos tenía el desayuno de ensueño, y aun así Ace no estaba comiendo.
Sin darse cuenta, su creciente necesidad de atención le acababa de hacer una mala jugada, pues Ace se dejó arrastrar por el médico casi sin percatarse de ello hasta que ya fue muy tarde. De pronto ya se encontraban en un restaurante, como si fueran dos viejos amigos que se juntan a pasar el rato.
- yo no... no debería estar aquí- su voz apagada se perdía entre el sonido de los cubiertos y charlas casuales de los demás comensales- quiero ir a casa
- ¿en verdad quieres regresar a un lugar así?- por primera vez Ace vio una faceta del médico que no conocía del todo; el momento exacto en que la ira se apoderaba de él y le hacía fruncir el ceño con desprecio- ese imbécil ni siquiera te aprecia lo suficiente como para consultarte antes de tomar una decisión importante. Si quiere aceptar su ascenso e irse a otra ciudad, que lo haga, pero que no te arrastre también
- no eres el más indicado para decir eso, ¿sabías?- aun sin apetito, tomó uno de los panqueques con un tenedor y le dio un buen par de mordidas- fuiste tú quien prácticamente me sacó de la universidad a la fuerza y me trajo aquí sin preguntar. Hasta ordenaste por ambos
- lo sé y me disculpo por ello. No suelo ser tan impulsivo, pero la idea que te pierda me hace perder la cordura- se levantó un poco sobre la mesa para alcanzar su pecoso rostro y acariciarlo con su diestra- Te quiero sólo para mí- sus gentiles caricias le inquietaban de una forma que no comprendía; sentía el calor en su rostro y fuertes latidos golpeando con locura su pecho, pero también había cierta incomodidad que no le dejaba disfrutar plenamente
- Law, yo... soy sólo un estudiante. Ni siquiera he decidido qué ropa ponerme mañana, yo no... puedo decidir todavía algo como eso...
- ¿y por eso dejas que él decida por ti?- sus dedos presionaron con sus mejillas para llamar su atención y obligarlo a unir sus miradas- odio verte junto a él. Odio que controle tu vida. Si en el hospital hubiera...
- ¡suficiente!- estaba seguro que no quería escuchar el final de esa frase, por lo que lo interrumpió de tajo- no te permito que hables así de él. Smoker puede ser algo controlador, pero siempre ve por mi bienestar. Estar a su lado es mi felicidad, y tú... tú entraste a la fuerza a mi vida... ¡Sólo eres un maldito acosador!
- no tiene que ser así, Ace-ya. No sería un extraño en tu vida si tan sólo me aceptas en ella- el silencio del pecoso era la respuesta que necesitaba; si no lo negaba era porque en verdad lo quería a su lado, ¡En verdad lo amaba! Sólo necesitaba hacer un último esfuerzo- te lo mostraré que mi amor es más sincero que el de ese bombero- ni siquiera terminaron su desayuno. Law tomó la mano del pecoso, dejó el dinero sobre la mesa y lo sacó de ese humilde restaurante.
Conocía bien los alrededores, así que caminó con él hasta llegar a un conocido parque estilo japonés no muy lejos de ahí; las ramas de los árboles ondeando al viento, los pequeños puentes, quioscos y estatuas que aludían a la cultura oriental brindaban un ambiente armonioso y relajante, justo lo que su pareja necesitaba en esos momentos. Exceptuando algunos corredores ocasionales transitando por los caminitos de piedra, se podía decir que estaban solos, por lo que Law aprovechó para abrazar a Ace desde atrás y besar su cuello cuando éste se acercó a ver los peces de un estanque. El agua era tan cristalina que le daba una visión perfecta de la avergonzada expresión de su novio y de lo bien que los dos se veían juntos
- Law, basta...- se sentía atrapado; el reflejo de Law en el agua era tan hermosamente perfecto que no podía ser verdad. Comenzaba a sentirse demasiado cómodo entre los brazos del médico, y eso le aterraba
- ¿no te gusta este sitio?- sus palabras chocaban directamente contra el cuello del contrario, quien sólo se estremecía- Creí que era un buen lugar para pensar
- [¡No puedo pensar contigo respirándome en el cuello!]- o mejor dicho, no podía pensar en algo más que no fuera Law; el moreno se había instalado en su mente que casi se sentía hipnotizado por él- no quiero estar aquí. Quiero volver Law, por favor...
-...- Law no era tonto, el nerviosismo del pecoso era más transparente que las aguas del lago que miraban. Besó su cuello repetidas veces, tratando de relajarlo; era por culpa de ese maldito bombero que Ace estaba lleno de inseguridades, pero le ayudaría a disfrutar el amor en vez de sufrirlo- de acuerdo. Si lo que quieres es irte, te llevaré a casa...
***********************
Estar en casa era reconfortante; una calidez indescriptible se esparcía por todos lados, capaz de calmar a cualquiera, menos a Ace... ¡Porque ese sitio no era su hogar! De antemano sabía que Law no lo llevaría al departamento de Smoker pues ni siquiera sabía en dónde estaba, por lo que asumió que lo llevaría a su antiguo departamento; pero el sitio donde estaba no era ni remotamente cercano. Si bien no era un departamento de lujo, era mucho mejor que los cuartos viejos donde antes vivía, sólo que estaba igual o incluso más desordenado que su propio departamento, pero...
- [¡¿por qué me trajo a su departamento?!]- admitía que fue error suyo. Cuando el médico le dijo que lo llevaría a casa no imaginó que literalmente fuera SU casa; cuando se dio cuenta que la ruta que llevaban era desconocida para él quiso reprocharle pero era muy tarde; no sabía cómo volver desde ese punto. Ace se quedó sentado en el sofá, con piernas y brazos recogidos y un ligero temblor sacudiendo su cuerpo- quizá si...
- aquí tienes Ace-ya- el moreno apareció a su lado de pronto, robándole un susto. En sus manos llevaba un par de vasos con limonada, uno de ellos se lo entregó a su invitado y el otro lo conservó para él mismo. Dio la vuelta alrededor del sofá y se sentó a su lado, quizá demasiado cerca- lamento el desorden. Tuve que cubrir algunos turnos y no he tenido tiempo de limpiar
- no importa, pero... pensé que me llevarías a mi casa- con Law no estaba seguro de nada, así que era mejor actuar con precaución. Le dio un buen trago a su bebida para refrescar garganta y a la vez darse un tiempo para pensar- ¿no estamos algo lejos del centro de la ciudad?
- no tanto. Estamos cerca del hospital- se estiró un poco en el sofá, y tras beber de su limonada, dejó el vaso a un lado y se pegó más a su invitado. Antes que Ace pudiera escabullírsele, sujetó su mano y la acercó a sus labios, dejando cortos besos sobre sus nudillos- tu piel es deliciosa...
- tal vez debería irme- intentó escaparse de su agarre pero lo tomaba con inesperada firmeza, por lo que intentó retroceder. Sin embargo, como si leyera sus pensamientos, la otra mano del mayor se asió a su cuello, impidiendo que fuera más lejos- no quisiera distraerte de tus deberes médicos y esas cosas. Debes estar muy ocupado
- no importa eso si puedo estar unos minutos contigo- podía sentirle temblar de pies a cabeza pero eso sólo lo animó a abrazarle con mucha más fuerza, obligándole a pegar su pecosa cara contra su pecho- lo único que necesito es a ti. Te amo Ace-ya
- ¿Por qué?- le intrigaba cómo un sentimiento tan fuerte podía surgir de alguien que era un desconocido; mas antes de obtener una respuesta verbal, el gris profundo de la mirada del médico adormeció sus sentidos, impidiéndole reaccionar cuando cortó la distancia entre ellos. Fue hasta que sintió sus labios sobre los suyos que logró hilar lo que estaba pasando e intentó romper el beso, pero el otro no le dejaba apartarse.
Los empujones no servían y el intentar hablar sólo empeoró la situación pues Law no perdió tiempo en colar la lengua entre sus labios, explorando cada recoveco de su boca. Cada intento de pronunciar algo terminaba convirtiéndose en un ligero jadeo que hacía erizar su propia piel, restándole fuerzas de a poco. Su cuerpo se sentía caliente y pesado, dejándose vencer por el peso del contrario hasta quedar recostado debajo de él, arrinconado y sin tener oportunidad de escapar. Claro, una buena patada lo habría apartado, pero no se sentía con las fuerzas suficientes para hacer una hazaña así; le costaba moverse con libertad, como si su cuerpo de pronto fuera de plomo y al mismo tiempo era tan liviano que podía desvanecerse en cualquier momento.
Al menos aquel tortuoso beso se detuvo tan inesperadamente como empezó, dándole algo de tiempo para inhalar profundo. Aunque la tranquilidad le duró menos de un segundo, pues el único motivo por el que el mayor había cortado el beso fue para recorrer otras partes de su anatomía con sus ardientes labios. Los besos y lamidas terminaron esparcidos entre su clavícula y su cuello, tomando especial atención en su manzana de Adán, la cual fue mordida de tal manera que sintió una especie de ardor sobre su piel
- mnn L-Law... no...- incluso su lengua se sentía torpe. A pesar de querer quitarse a ese tipo con todas sus ganas, no lograba hacer nada; ¿Acaso su cuerpo había terminado cediendo ante ese hombre?- se va a marcar...
- mejor aún. Así todos sabrán que eres mío- una larga lamida hizo temblar la voz del pecoso, pero no se comparaba en nada con el jadeo que logró sacarle en cuanto chocó sus caderas contra él- me encantas Ace, no sabes cuánto te deseo... cada parte de ti, quiero que sea mía... quiero clavarme tan profundo en ti que no puedas sacarme de tu mente...- recogió el sabor de su piel con la punta de su lengua al mismo tiempo que sus manos inquietas desarreglaban su ropa en busca de la suavidad de su piel.
Qué cálido era. Con cada roce de sus dedos obtenía un pequeño suspiro acompañado de alguna queja o maldición por parte del pecoso, y aunque varias veces negó de él, no se detuvo. Pellizcó sus pezones con brusquedad, haciendo saltar su pecho, y aprovechando que estaba más a su alcance, besó sus pectorales antes de atrapar el pezón izquierdo con los labios, mordisqueándolo con tanta gula que incluso su saliva escurría.
- basta...- fue su última petición entre su borrosa cordura; la cabeza le daba vueltas. Ya sólo podía quejarse con su entorpecida lengua mientras aquel sujeto hacía lo que quería con su cuerpo. El hormigueo que le impedía moverse libremente no era suficiente como para quitarle la sensibilidad, de hecho parecía poder percibir todo más claramente.
El médico seguía mojando su pecho con su saliva mientras desabrochaba con calma sus pantalones, como si supiera que no iba a hacer nada para impedírselo. Sin poder hacer algo al respecto, Ace fue testigo de cómo sus prendas eran deslizadas sólo lo suficiente para dejar libre su parte posterior por debajo de la cadera junto con su miembro, el cual parecía ser la única parte de su anatomía que estaba despierta. La mirada del mayor pareció brillar de lujuria al verle. Sus manos delgadas y expertas recorrieron su cintura hasta sus nalgas, las cuales apretó con gusto mientras le veía retorcerse contra el sofá.
- ¿te gusta, Ace-ya?- su voz se escuchaba profunda y ronca, como si le costara respirar- ¿quieres que lo haga más suave? ¿más duro?
- mhh... no...- le costaba una barbaridad hablar, y aunque lograra hilar una palabra, estaba seguro que el otro no le haría caso, Law sólo escuchaba lo que quería escuchar. Y su temor aumentó al verle abrirse los pantalones, y como él, dejó su erección al aire; no era mucho más grande que la suya pero lo intimidaba de todas las formas posibles.
Law lo tomó con firmeza de las caderas, acomodándole de tal forma que sus genitales golpearan entre sí; el calor que desprendía era tan intenso que opacaba el suyo, y pronto pudo sentirlo mejor pues el moreno envolvió a ambos con una mano, como si hiciera una morbosa comparación entre ellos. Recorrió a los dos de arriba hacia abajo y de regreso varias veces, los apretó, los masajeó y jugó con ellos hasta hartarse, viéndoles hincharse y enrojecer poco a poco. Y el cuerpo de Ace reaccionó solo. Aunque estuviese por perder la conciencia, el resto de sus sentidos estaba a flor de piel, desbordándose por cada uno de sus poros hasta que ya no pudo contenerlos; su calor estalló entre ambos cuerpos mientras las manos del médico seguían sobre él, había sido tan intenso que incluso un ronco jadeo salió de su pecho.
El semen estaba por todas partes al igual que los profundos suspiros y balbuceos sin sentido. Su miembro había comenzado a perder rigidez, sin embargo, el del médico seguía imperturbable como un poste e incluso le pareció que estaba más hinchado.
- Ace...- Law le llamaba tan dulcemente que era imposible creer que hiciera gestos tan obscenos mientras lamía los restos de ambos orgasmos con hambre- te amo, Ace...- esas últimas palabras sonaron como un eco en su cabeza antes de perderse por completo.
Después de parpadear un par de veces, cayó dormido de golpe.
***************************
Las horas pasaron sin que las sintiera. Para cuando abrió los ojos, ya había oscurecido. Estaba mareado, confundido y no lograba ver mas que sombras en esa oscuridad que lo envolvía; Ace se levantó con dificultad mientras se sostenía la cabeza, y fue cuando lo recordó todo... el médico, su departamento, esas manos que parecían quemarle con cada toque... ¡Y su ropa desarreglada! ¡¿qué demonios había sucedido?! Nadie lo conocía mejor que sí mismo y podía jurar por su abuelo que la forma en que cayó dormido no era como en sus lapsus de narcolepsia, algo raro había sucedido desde que atravesó la entrada del departamento de Law.
Cuando sus piernas dejaron de temblar y logró vestirse, el pecoso se levantó con cuidado, colocando las manos enfrente para evitar tropezar; de no ser por la luz al fondo seguramente todo estaría en penumbras. Guiado como un insecto, Ace caminó hacia la luz que provenía de uno de los pasillos, escuchando cómo el golpeteo del agua contra el suelo se hacía más fuerte conforme se acercaba a la única puerta semi abierta; al asomarse por el estrecho espacio logró ver una silueta moviéndose detrás de la cortina... Law se estaba duchando... era su oportunidad.
Moviéndose en la oscuridad de la forma más silenciosa posible para él, Ace siguió avanzando por el departamento en busca de la salida; ojalá no se hubiera perdido pues terminó en la habitación del médico. Lo aterrador no era el desorden o la increíble cantidad de libros apilados en la esquina, sino lo que encontró adherido en una de las paredes... fotografías. Más específicamente, fotografías de él. Algunas estaban desenfocadas o tomadas a una distancia muy larga, pero sin duda eran imágenes de él haciendo todo tipo de cosas; ¿Cuánto tiempo lo había estado siguiendo ese tipo? Y no sólo fotografías, también encontró algunas hojas con horarios específicos, como si estuviera calculando algo que debía pasar; lo curioso era que el lapso de tiempo coincidía casi a la perfección con el horario en que se conectaba a la Hotline. Después de la impresión inicial, Ace siguió recorriendo la habitación con la mirada, en busca de algo que no sabía nombrar.
Y ahí las vio, sobre la cama.
Al principio no le prestó mucha atención al bulto que se levantaba sobre el colchón, pero bastó una segunda mirada para comprender qué era; ropa. Quizá eran imaginaciones suyas, pero aquella montaña de ropa le resultaba tremendamente familiar. Se acercó sólo para corroborar lo que temía, y pronto el color se le fue del miedo; creyó que podía ser una coincidencia mas no fue así, reconocía su propio aroma impregnado en cada una de las prendas junto a otro olor más bien amargo que no supo reconocer.
¿Por qué Law tenía fotos de él? ¿Por qué tenía la ropa que se le había perdido? No se quedaría a averiguarlo.
Esta vez Ace se olvidó del sigilo, sólo quería salir de ahí. Corrió de un lado a otro, y al ver la puerta principal no dudó en tironear de la perilla y escapar; para su suerte no tenía llave, por lo que pudo abrir con facilidad e irse lejos de ese lujar y del aterrador médico que lo habitaba.
No importaba cuán dulce eran sus palabras o lo bien que se sentían sus manos, Law era un acosador temible. Por su seguridad no podía mantenerse en silencio más tiempo; ya no le importaba el qué dirán, sólo quería su vida normal de vuelta. Pero antes de pedir ayuda a las autoridades tenía que hablar con Smoker, pedirle perdón y contarle todo lo que sabía sobre Law sin omitir detalle alguno...
Tenía que hacer algo antes de perder la cordura.
**************************
Law sabía a la perfección que no podría retener a su amado toda la noche en su apartamento, pero no se imaginó que se marchara tan pronto, dejándole solo. Con un suspiro de resignación, se secó el cabello con la toalla sobre su hombro y fue a su habitación, tirándose boca abajo sobre la cama. Sus manos todavía hormigueaban al igual que muchas otras partes de su cuerpo, la sensación de la caliente piel del pecoso seguía muy presente, como si estuviera viviéndolo otra vez. Tragó duro y estiró uno de sus brazos para tomar una de las prendas de su novio y aspiró su aroma hasta que los pulmones le dolieron; su aroma era fuerte y embriagador, como si Ace siguiera ahí. Abrazó la prenda contra su pecho y cerró los ojos; cómo le habría encantado despertar junto a su querido Ace una vez más. Su mente divagó toda la noche; cuando Ace se mudara con él tendría que hacer algunos cambios para su nueva vida juntos.
Quizá un apartamento más grande y cercano a la estación, así cada uno podía ir a hacer lo suyo; uno en la universidad y otro en el hospital, y al terminar el día dejarían desbordar su amor en cuanto estuvieran en casa. Podían repartirse las tareas del hogar, pero lo más seguro era que él terminaría cocinando, Ace era algo torpe para ello.
Y así entre ideas y ensoñaciones, Law pasó el resto de la noche hasta que, al otro día por la mañana, alguien llamó a su puerta. Su corazón se aceleró, Ace había vuelto a buscarlo. Controló sus impulsos de correr a abrazarlo para, en cambio, caminar a paso lento y abrir la puerta principal... sin embargo, ninguna de las personas que estaban frente a él eran su amado Ace; es más, no las había visto jamás...
- Buenos días, caballero- habló cordial uno de ellos- ¿Es usted Trafalgar Law?
Continued....
_________________
no supe si querían xxx o no, así que lo dejé para su imaginación (?) nos vemos en el siguiente capítulo, rueguen a los dioses que sea este año xDD
bye bye~ <3
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top