Capítulo 12
"¿Por qué accedí a hacer esto?" Se preguntaba el pecador con cabeza de televisor mientras observaba desde la distancia el estudio fotográfico porno en el cual tiene que entrar, engañar al antiguo socio de Valentino y matarlo, finalmente no le quedó de otra que aceptar el plan, más que nada porque si no lo hace quedaría totalmente solo y sin nada que hacer en el cruel y gigantesco infierno en el que se encuentra, de todos modos, él no iba a volver a ser aquella persona que murió patéticamente, en cuanto cumpla el plan apuntará a por algo más grande, quizá traté de negociar con las altas esferas, aunque Valentino palidezca cada vez que se menciona a Vocifera.
Pacientemente se acercó y golpeó la puerta, fueron unos segundos incómodos de espera cuando un pecador con apariencia de cocodrilo abrió la puerta, aquel pecador fue el que vio tirar a Valentino a la calle, no hay duda, es él.
"Hola, ¿Has perdido algo aquí? ¿O acaso has leído nuestras revistas, te has quedado cachondo y vienes a pagar por una noche cara a cara con nuestros modelos?" Habló el pecador de forma sensual mientras sonreía y su cola se movía con alegría como si se tratara de un perro en vez de un cocodrilo, era alguien bastante extraño.
El pecador con cabeza de televisor era experto en mantener la calma y hacer convincentes muchas mentiras sobre su identidad, haber trabajado cuando estaba vivo en una mafia por fin le está ayudando.
"No, he venido a solicitar trabajo aquí por un sueldo a cambio" Habló el recién caído, sonando bastante convincente, ya que el demonio cocodrilo mostró una sonrisa depredadora al escuchar eso.
"¿Eres un nuevo pecador? ¡Por supuesto que te contratamos! Aquí no rechazamos a nadie, pues tenemos clientes con muchos fetiches distintos, seguro que ganarás un gran club de fans de demonios perturbados que deseen tu cara plana" Habló el demonio cocodrilo de forma familiar mientras posaba uno de sus brazos alrededor del cuello del pecador nuevo y le invitaba a pasar adentro, aunque el cabeza de televisor no lo aparente, estaba muy nervioso y temeroso de que nada de esto salga bien, después de todo, no ha descubierto ningún tipo de habilidad aparte de tener un televisor por cabeza.
Valentino le había explicado cómo luce el interior del estudio para poder moverse con confianza, y era tal y como le explicó, en resumen, son varias plantas de puros estudios fotográficos, cada uno con la intención de cumplir el fetiche de los compradores más perturbados, realmente sería algo increíble de ver, sobre todo porque, aparte de los estudios de fotografía, había también unas habitaciones apartadas donde varios clientes venían con la intención de pagar por tener sexo con su modelo favorito/a.
"Supongo que has quedado fascinado con nuestras instalaciones, espero que disfrutes trabajando aquí, porque pasarás gran parte de tu tiempo aquí, ¿Alguna pregunta...? ¿Cúal es tu nombre?" El demonio cocodrilo preguntó mientras comenzaba a llamar a sus asistentes para darle a su nuevo modelo un lugar para comenzar con sus fotografías, el pecador con cabeza de televisor quedó en blanco, incapaz de pensar en un buen nombre, pues parece que aquí nadie usa sus nombres que tuvieron en vida.
Cuando el demonio cocodrilo observó el incómodo silencio que se formó, comenzó a reír a carcajadas. "Entiendo, como acabas de caer al infierno no tienes un nombre para usarlo aquí abajo, ¡No te preocupes! ¡Tus propios fans ya te pondrán un mote que se convertirá en tu alias aquí!" Comenzó a hablar mientras continuaba riendo, el pecador de cabeza de televisor continuó sintiéndose incómodo y, tragándose su orgullo, continuó con el plan, posando uno de sus brazos sobre el hombro del cocodrilo.
"¿Sabes una cosa? Me gustaría hablar contigo para conseguir un ascenso por adelantado a cambio de hacerte unos trabajos manuales, si sabes a lo que me refiero" Habló mientras pasaba su otro brazo por los pectorales del demonio cocodrilo, el cual lo miró con el ceño fruncido, haciendo que el pecador recién caído aparte sus brazos rápidamente.
"Será mejor que no vuelvas a hacer eso, ¿De verdad crees que soy tan ingenuo? Tú céntrate en hacer tu puto trabajo ahora que trabajas para mí, ¡Velvette!" Habló el cocodrilo con desprecio mientras llamaba a su nueva modista para sus actrices envíada por el mismísimo Vocifera.
"Mierda" Susurró el pecador con cabeza de televisor, Valentino podría haberle advertido que iba a ser difícil, si no tenía experiencia coqueteando con hombres (pues en vida siempre fue heterosexual), parece que el demonio cocodrilo no cederá fácilmente, tendría que encontrar alguna manera de quedarse a solas con él matarlo con las armas que guarda entre su ropa y que el cocodrilo no se molestó en cachearlo, debía de ser rápido y eficaz, no quería mostrar a todo el infierno su cuerpo desnudo como si se tratara de una especie de perra desesperada.
"¡No me grites! ¡No eres mi jefe proxeneta de mierda!" Se quejó Velvette mientras aparecía ante el cocodrilo con un rostro de rabia y enojo, esa falta de respeto provocó que el pecador reptiliano apriete los dientes y le intente dar un zarpazo en la cara, pero se detuvo en el último momento, pues Vocifera le había dicho que la traiga intacta, ya que él se ocuparía de disciplinarla como es debido.
"No tientes a la suerte, perra asquerosa" Contestó con ira, pero cambió de tema rápidamente "Éste cabeza plana es un nuevo putero listo para exhibirse en mis revistas, tómale las medidas y busca algún atuendo para su primer estudio fotográfico, cuando tengas las prendas preparadas, llámame" Ordenó con autoridad, haciendo que Velvette le saque el dedo del medio mientras obedecía, totalmente inconforme con ser la esclava de un proxeneta que traicionó a su propio socio por billetes, cosa normal en el infierno, pero eso no lo hace menos molesto.
"Sígueme" Habló Velvette al pecador nuevo con cabeza plana, el cual no le quedó de otra que obedecer y seguir a la pecadora de piel morena y gran estilo a decir verdad, de hecho, su forma de vestir le resultaba familiar y no sabía de qué, pero, de todas formas, analizaba todo lo que le podía ser útil, era una buena enseñanza que aprendió en la mafia, usar todo lo que esté a tu alcance, pero analizándolo primero.
Velvette y el pecador con cabeza de televisor acabaron solos en una habitación llena de ropa con un estilo que llenó a Vox de más interés, y este aumentó cuando observó que Velvette materializó de la aparente nada unas reglas para medirlo con un chasquido.
"¿Cómo has hecho eso?" Preguntó el pecador nuevo con interés, Velvette estaba ocupada apuntando las medidas y no se molestó en contestar, simplemente lo ignoró, frustrando al cabeza de televisor pues le interesaba las capacidades que tiene esa tal Velvette.
"¿Acaso no sabes hablar?" Preguntó con algo de enojo por estar siendo ignorado, ese tono de voz molestó a Velvette, la cual se miró fijamente al cabeza de televisor y habló con claridad a la vez que era grosera para expresar su frustración.
"No me interesa lo que tiene que decir una perra tan desesperada como para vender su cuerpo a Lizardar, el rey de la prostitución, así que vete a la mierda y no me hables mientras te tomo las putas medidas" Habló Velvette de forma ruda, enojando considerablemente al cabeza de televisor, el cual se dirigió a ella con enojo también.
"¡Si tanto odias a ese tal Lizardar, ¿Por qué trabajas para él?!" Acusó, provocando que Velvette también le conteste con enojo e ira considerable.
"¡Cállate la puta boca! ¿Querías saber cómo hice lo de antes? Puedo crear cualquier objeto en el que pience con un chasquido de dedos, ¡Y usaré eso para crear un puto palo de escoba y metételo por el culo!" Le gritó Velvette con violencia verbal, haciendo que el cabeza de televisor retroceda, ese poder es realmente aterrador a la vez que poderoso, eso solo le generaba más dudas sobre la razón de estar aquí, trabajando para un proxeneta.
"Te sigo preguntando lo mismo, ¿Por qué trabajas para él si tan poderosa eres?" Preguntó el pecador recién caído, no con burla sino con curiosidad e interés, pero Velvette pareció tomárselo muy mal y, de un chasquido, creó un arma de fuego y apuntó hacia él.
"Me da igual lo que me ocurra, ¡Pero te voy a matar!" Velvette se llevó una sorpresa cuando el pecador rápidamente sacó un arma de fuego igual de peligrosa y también apuntó, la pecadors de piel morena quedó extrañada, ver armas no es raro en el infierno, lo que realmente es raro es ver a una perra recién caída al infierno que vino con la intención de prostituirse y que tiene armas de fuego preparadas, y encima de todo las ha sacado con gran rapidez, es decir, que tiene experiencia manejándolas.
"¿Estás empezando a sospechar?" Preguntó el pecador mientras la pantalla que muestra su rostro materializa una sonrisa de satisfacción, Velvette no sabía qué hacer, por lo que no bajó el arma e hizo preguntas.
"¿Quién cojones eres y qué quieres hacer?" Preguntó Velvette, el pecador de cabeza plana meditó si contarle o no a ella su plan de matar a Lizardar, pero solo para que Valentino recupere su negocio y hacerse con la mitad de las ganancias que produzca, pudiendo vivir de la forma contraria a cómo vivió en su vida mortal, por lo que él respondió con otra pregunta.
"¿Y tú qué estás haciendo trabajando para ese proxeneta?" El pecador nuevo fue astuto y le desvió la pregunta de vuelta a Velvette, haciendo que ésta gruña de rabia, no sabiendo qué hacer, pero mientras pensaba en la respuesta un grito del pecador con cabeza plana la hizo sobresaltarse.
"¡Espera! ¡Ya sé de qué me sonaba! ¡Tú en vida eras Violeta Evergarden, la joven modista prodigio!" Habló el cabeza de televisor, cayendo en la conclusión de porqué le sonaban las ropas de Velvette, pues su hija mayor era gran fan de aquella joven prodigio de la moda, la cual tuvo unas cuantas revistas de gran éxito, pero después de unos escasos meses de una popularidad más bien de nicho (sólo era conocida por unas pocas jóvenes acérrimas a la moda como la hija de él) acabó muriendo después de un accidente de tráfico.
Escuchar ese nombre hizo que Velvette quede paralizada, con un rostro totalmente sorprendido que sólo podía transmitir shock, bajando el arma en ese momento por esa sorpresa.
"Parece que dí en el clavo" Habló el pecador con una sonrisa mostrada en su pantalla, Velvette todavía seguía en shock.
"Pero... si apenas me conocían unas pocas jóvenes en todo el mundo, a prácticamente nadie le interesaba mi ropa, ¿Cómo...?" Habló Velvette con voz frágil, el cabeza de televisor aprovechó para acercarse y la miró a los ojos, y en ese momento tuvo una corazonada, debía de confíar en ella si quería cumplir con su objetivo e incluso podría aspirar a algo incluso mayor, sus ambiciones podrían juntarse y ambos podrían ser ricos y poderosos, debía de aprovechar a alguien con tal potencial como el de ella.
"Soy alguien que quiere hacerse paso en este mundo de mierda, y mi primer paso es asesinar a este hijo de puta y abrirme paso en las figuras de poder del infierno" Se presentó el pecador con cabeza de televisor, Velvette, por fin, cambió su rostro a uno de interés, pero rápidamente bajó la cabeza, alguien como él jamás podría triunfar en este mundo, debes de ser extremadamente fuerte tanto en mente como en poderes para poder ser algo más que un mero títere en este abismo.
"¿Tú eres un asesino? No tienes ninguna oportunidad de matar a Lizardar, y menos de triunfar entre los grandes del infierno, sólo pareces una perra, pero ésta vez una perra ansiosa de poder y dinero cuando es demasiado idiota y débil para conseguirlo" Contestó Velvette siendo realista, pero el pecador le devolvió eso con una sonrisa algo incómoda.
"Sólo necesito que me consigas un momento a solas con Lizardar, tú no estarás involucrada y no te afecta, ¿Acaso tienes cosas que perder de todos modos?" Le habló, haciendo que Velvette siga pensando y, a su vez, mostrando un rostro con rabia, ese maldito idiota tenía razón, esa misma noche le esperaba una tortura por parte de Vocifera, y así seguiría hasta volver a morir de cansancio o dolor por los fetiches de Vocifera, si eso era posible.
El pecador nuevo, por dentro, la verdad estaba algo aterrado, incapaz de decir ahora que todavía no sabe si tiene algún tipo de habilidad aparte de su obvia rareza de cabeza.
Velvette, para su sorpresa, no contestó, sino que abrió la puerta y le indicó que lo siguiera, y éste no tuvo más remedio que hacerlo, avanzando por los pasillos llenos de estudios fotográficos, llegando finalmente a una habitación que parece ser el despacho del cocodrilo.
"¡Hijo de perra! ¡El cabeza de televisor ya está listo!" Le gritó a través de la puerta cerrada, recibiendo una respuesta satisfecha, indicando que pase.
"Ahí tienes tu oportunidad" Le susurró Velvette mientras se alejaba para mantenerse al margen de lo que iba a suceder, el pecador nuevo suspiró pesadamente, estaba muy nervioso, pero estaba acostumbrado a este tipo de cosas, su plan es simple, nada más abrir la puerta analizará la habitación para encontrar el cocodrilo y sacaría nuevamente su arma de fuego para disparar a la cabeza de aquel proxeneta.
Abrió la puerta rápidamente, observando a Lidardar sentado en una silla tranquilamente, pareciendo estar dándose placer o algo así pues no llevaba puestos sus pantalones, el pecador con cabeza de televisor sacó su arma en cuestión de centésimas de segundo con gran habilidad y disparó el gatillo con gran decisión y precisión, demostrando que trabajó haciendo los trabajos sucios de la mafia, exponiendo habilidad y disparando sin siquiera pestañear (si su nuevo cuerpo las tuviera).
El disparo se escuchó en todo el estudio, llamando la atención de todo el mundo, incluida Velvette, la cual observaba todo desde una distancia segura.
"Fue más fácil de lo que pensé..." Comenzó a hablar, pero fue interrumpido cuando Lizardar se abalanzó contra él con furia, tirándolo al suelo, estando el lagarto encima.
"¡Vas a necesitar mucho más que eso si quieres matarme, mi piel es a prueba de balas!" Gritó Lizardar con ira mientras el pecador con cabeza de televisor observaba que su cabeza estaba intacta, provocando desesperación en éste.
Todos los que observaban esto estaban apartando la vista, sabiendo que ese pecador estaba condenado, incluida Velvette.
"¿¡De verdad crees que alguien como tú sería capaz de matarme!? ¡Yo soy de las personas más importante de este puto círculo y tú no eres nadie, y morirás sin ser nadie" Habló Lizardar mientras le daba un zarpazo en el pecho, rasgando su ropa y haciéndolo sangrar.
Pero algo era distinto en aquel pecador con cabeza de televisor, esas palabras, estaba harto de oírlas, siempre siendo pisado por gente más fuerte que él, incluso en el infierno hacen lo mismo, esto se acabó, si está en el infierno no volverá a ser ese fracasado que fue en vida, ésta vez no se conformará con soportar esas palabras.
"¡No te atrevas a decirme eso!" Gritó con un enojo nunca antes visto desde que llegó al infierno, ocurriendo algo insólito incluso para el propio pecador, sus brazos empezaron a electrificarse.
"¿¡Qué carajo!?" Habló Lizardar con confusión mientras el pecador, procesando que sus brazos estaban electrificados, agarró con rapidez el cuerpo del cocodrilo (el cual estaba justo encima) y comenzó a desatar una corriente eléctrica tan poderosa que toda la electricidad (la cual era poca y débil) se fue en todo el pentagrama, acontecimiento que confundió a las altas esferas del infierno.
Cuando la descarga cesó, todos observaron que el pecador con cabeza de televisor había convertido a Lizardar en puro polvo, haciendo que todos quedaran en shock por lo que acababa de suceder, incluido el propio pecador.
Velvette quedó sorprendida, pero, al mismo tiempo, una sonrisa se dibujaba en sus labios, quizá podría manipular a ese pecador para lograr liberarse de las garras de Vocifera.
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Bueno, hasta aquí el capítulo.
Lamento la tardanza, pero de igual manera espero que os haya gustado, pueden dejar su opinión en los comentarios si lo desean, lo agradecería mucho.
Ahora, sin nada más que decir, adiós.
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