| R | CHAPTER 5: La Delicia del Reino.
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FORTALEZA ROJA
Bosque de los Dioses.
━━━━━━━━━━━━━ 『 112 d.C 』
🔥Rhaenyra IV🔥
Caminó lentamente hacia el Árbol de Corazón con un hermoso vestido rojo suave con bordados lilas.
La Princesa Rhaenyra Targaryen, apodada la Delicia del Reino... observo con una suave sonrisa a la forma dormida de su amado, Rhaegar mientras dormía apoyado contra el Arciano.
Un lugar que siempre les había transmitido paz y serenidad.
Se sentó suavemente al lado de Rhaegar, y lo observo con esa expresión pacifica en su rostro, sabía que no había logrado dormir nada entre intentar salvar a las mujeres y castigar a los Guardia de la Ciudad, a reunirse con el Consejo Privado muy temprano en la mañana cuando ya se iba a descansar.
Ella no podía evitar sentirse molesta con Ser Otto Hightower e incluso con su padre, mientras ellos descansaban en sus cálidas camas, su amado se encontraba haciendo su labor y ni siquiera lo dejaron descansar al menos unas horas antes de convocar una reunión... casi de emergencia.
Podía ver en su rostro las ojeras bajo sus ojos, ella se aseguraría que por el resto del día no hicieran más esfuerzo y solo tomará un descanso como era debido.
—Realmente estás cansado, amado~— Susurró Rhaenyra con amor, y le dio un beso en la mejilla antes de apoyarse contra su hombro mientras tomaba su mano con sus dedos entrelazados.
Rhaenyra era consciente de todo el esfuerzo que ponía su amado en todo lo que se proponía, su labor como Maestro de los Susurros le había demostrado que era apasionado, creativo y bastante ingenioso.
Creo su propia Orden que lo ayudaría con sus deberes como Consejero de los Susurros y asegurarse el bien del reino en las sombras, a pesar de que le eran leales por ser el fundador y el llamado 'Mentor', siempre les había intentado inculcar a los miembros de las diferentes ramas que la seguridad del reino era tan importante como toda vida en el. Su orden no distinguía entre clases, sea noble y plebeyo, los ocultos se encargaban de proteger su bienestar y tampoco dudaban en ensuciar sus manos cuando los valores de la justicia eran insultados.
Cosas como el secuestro o violación era totalmente repudiable para la Orden y se encargaban de llevar ante la justicia aquellos que lo hayan perpetrado, y se encargaban de cuidar sea a la victima o a la familia que haya sufrido de tales eventos.
"Tengo una debilidad por aquellos que no pueden defenderse, y siempre tengo el temor de que alguien que amo pase por alguna de esas atrocidades... me dieron el poder para evitar cosas así y no puedo quedarme de brazos cruzados." Recordó las palabras de su Rhae.
Y desde que inculco sus valores a su orden muchas cosas habían cambiado... al menos en la ciudad. A él no le importaba si eran nobles altos o bajos, caballeros errantes o reconocidos, o simplemente la plebe, todos respondían a la justicia tarde o temprano.
Había tenido algunas dudas hacía que fue hacia su madre para declarar sus dudas con sus acciones y palabras de las cuales ella era consciente, la respuesta de su madre fue. "Tu padre es... complaciente con los nobles y no los castigaría como la hace, Rhaegar. Y a pesar de que no haya pruebas de su acciones, muchos ya lo especulan... pero creó que es algo bueno para el reino, por que el no sobreviviría de complacientes y arrogantes, siempre será necesario una Mano justa pero fuerte."
Su amada madre siempre hablaba de lo orgullosa que estaba de Rhae, incluso ella sabía que su madre lo veía como un hijo, ya que ayudo a criarlo cuando se mudo como pupilo a la Casa Targaryen para aliviar tensiones.
Sabía que gran parte de esa unión nació de la tristeza y dolor de su madre cuando sus hijos varones no habían sobrevivido, ella misma fue presente cuando encontró a su madre llorar desconsolada de dolor y solo se calmo después de un tiempo de abrazos y consuelos de su parte.
Rhaegar siempre había llenado un vacío en su familia, por que ya no importaba si fueron elegidos como la línea de sangre que iba a seguir reinando en el trono, se sentían lejanos entre ellos y solo su presencia ayudo a reparar la relación con su madre y fortalecerla... algo que no pudo con su madre, quien siempre estaba desesperado y obsesionado con un heredero masculino.
Algo que ella odiaba.
También ella sabía que Rhaegar se había convertido en uno de los principales financieros de los diferentes Eruditos, Artistas, Escultores, Pintores y otras tantas profecías que había en Driftmark, la isla en la cual se estaba llevando un alto movimiento tanto cultural como comercial.
Siendo que los puertos de allí eran el más importante astillero para la flota real, así como el gran puerto mercantil, donde todos los productos de Essos pasaban antes de venir hacia King's Landing.
Rhaenyra tenía entendido que este movimiento tenía con las campanas sonando para los Hightower y la Orden de Maestres, ya que su puerto a pesar de ser importante del otro lado del continente, los Essosi preferían comerciar con los Velaryon para que sus productos llegaran a la Capital Real, y además los eruditos constantemente hacían grandes avances médicos y constructivos.
Sabía que habían creado la primera Universidad tanto para nobles como para la plebe y muchos buscaban sus oportunidades para aprender, ya que les ayudaría a mejorar para sus trabajos o comenzar emprendimientos como mercantes.
Todo este movimiento comenzó con Lord Daemon Velaryon, seguido constantemente de su hijo, Ser Corwyn Velaryon y la esposa de este, Ramonda Xaq para seguir con su nieto Corlys y ahora mismo con Rhaegar.
Su madre usualmente había inundado la Fortaleza Roja de pinturas, esculturas, vestidos y otras tantas cosas venidas directamente desde Driftmark. Incluso invito a varios pintores reconocidos para que pinten retratos de la familia y que colgaban en los pasillos del castillo.
Y cuando se juntaban a tomar te con su madre, Laena y Rhaegar, hablaban de como podían mejorar el reino. Desde mejorar y crear unos caminos para que conecten el reino, así cómo tomar diferentes pedazos de tierra para construir nuevas ciudades o puertos a lo largo del reino para mejorar la economía.
Lastimosamente su padre no les prestaba la atención necesaria, y Otto Hightower siempre encontraba manera de hacer que su padre no los escuchara.
Otto era un hombre descrito por ser anticuado, fue uno de los que estaban en contra de nombrar a Rhaenys o Rhaegar como Heredero al Trono de Hierro, y así muchos otros nobles no querían un ningún cambio en el reino o sus costumbres porque ello pondría en peligro la jerarquía que ya se había formado desde los tiempos antes y después de la Conquista, así cómo la costumbre machista que había en el reino... algo por lo que el Rey Jaehaerys lucho por mantener con el Gran Consejo.
Donde a palabras de Rhaegar. "A los nobles se le dio el poder de elegir un rey... y ya no hay vuelta atrás después de eso."
Rhaenyra sabía que, a pesar de que era un grandioso Rey, Jaehaerys I era otro hombre anticuado que no acepto un cambio como tuvo la oportunidad de llevarlo a cabo. Y eso había creado varias grietas, principalmente en la Casa Velaryon e incluso en su propio matrimonio con la Bondadosa Alysanne.
Razón por la que Rhaegar fue tomado como pupilo para aliviar tensiones.
Y a pesar de que fue una decisión para aliviar una posible ruptura de siglos de amistad entre sus casas, Rhaenyra estaba feliz de haber crecido a su lado, viendo sus peores como mejores momentos a lo largo de los años.
Su constante perseverancia fue una de las cualidades que más la enamoraron.
Aun recordaba cuando había ganado el Torneo que se llevo a cabo por el aniversario de sus padres y él coronándola como la Reina del Amor y la Belleza, incluso la había nombrado como 'La Delicia del Reino'.
Un apodo que hasta el día de hoy usaban muchas veces para referirse a ella.
—Estás muy pensativa...— La voz vino suave como la brisa pero hizo que un pequeño escalofría recorriera su cuerpo en una placentera sensación.
Miró hacia arriba para encontrarse con esos ojos morados que le encantaban. —Solo recordaba un hermoso momento— Respondió Rhaenyra con una sonrisa.
—¿Ah sí?—
—Sí, cuando me nombraste como la Delicia del Reino— Murmuró la Princesa en respuesta.
—Es un nombre apropiado— Comentó Rhaegar con una sonrisa. —Después de todo hueles y sabes muy bien~—
Rhaenyra río suavemente con un pequeño sonrojo en sus mejillas ante sus palabras. —Oh, cállate. No lo digas así— Dijo de forma juguetona mientras golpeaba su pecho levemente. —¿Cómo te sientes? ¿Muy cansado?— Le preguntó con preocupación.
—Sí pero no te preocupes... estaré bien— Respondió Rhaegar con una sonrisa.
Pero Rhaenyra no estaba convencida debido a que notaba en sus ojos el cansancio, con suavidad se arrodillo y tomó su rostro con sus manos para hacerlo mirarla a los ojos. —Por el resto del día no harás nada más, Rhae. Iras a tu cuarto y descansaras, ¿Sí?—
—No puedo... tu padre, el rey puede convocarme en cualquier momento— Contestó Rhaegar con una pequeña mueca.
—Yo me encargare de tus deberes por el resto del día, soy más que capaz de hacerlo. Así cómo orden de su Princesa, iras a tu cuarto y descansaras— Ordenó Rhaenyra con seriedad.
Rhaegar agacho la cabeza con una sonrisa, y la miro divertido. —Cómo usted ordene, Su Gracia—
—Idiota— Murmuró Rhaenyra, y le dio un suave y rápido beso en los labios. —¿Participaras en el Torneo de mi 'hermano'?— Preguntó la Princesa con exasperación.
El Velaryon sonrió divertido. —Recién estabas preocupada por mi salud, ¿Y ahora quieres que me hagan pedazos en la Justa?— Cuestionó Rhaegar.
—Pff, por favor— Resoplo Rhaenyra. —Eres un mejor Jinete de Caballo que mi tío Daemon o cualquier otro caballero en el reino. Estoy segura que ganaras como siempre que haz participado—
—Tuve un buen maestro— Rhaegar estuvo de acuerdo con las palabras de su Princesa.
Y Rhaenyra asintió con una sonrisa, su amigo y fiel protector, Ser Harrold Westerling había sido quien entreno a Rhaegar desde que era un niño e incluso lo había nombrado como Caballero y se convirtió en uno de los más jóvenes de la historia.
Aun recordaba el Torneo en el cual fue nombrado, su capa celeste ondeando por el viento, sus ojos afilados, la sonrisa en su rostro, la majestuosidad con la que se veía arrodillado como un caballero de cuentos legendarios.
Había sido uno de los días más gloriosos que ella había presenciado.
—Lo se, él es el mejor de todos— Respondió Rhaenyra con cariño.
Ella misma, a pesar de tener a su padre vivo y siendo cariñoso en su juventud, realmente había crecido con la constante vigilancia de Ser Westerling y llegó a verlo como su segundo padre, a quien siempre podía recurrir cuando tenía algún problema o buscar simplemente consuelo o consejo.
Harrold era realmente un buen hombre.
—Respondiendo a tu pregunta, sí participare... se lo prometí a Laena y ella quería que use su favor— Dijo Rhaegar divertido al recordar la conversación con su hermana. —Ella dijo, y cito: "No quiero que ningún idiota pida mi favor para buscar una oportunidad de tomarme como esposa"—
Rhaenyra rio divertida. —Si, eso es algo que haría Lena— Sabía del poco deseo de casarse que tenía actualmente su amiga, no veía a nadie realmente digno de ella por el momento y, además, tomaba enserio sus lecciones en la universidad donde se decía que el 'primer florecimiento' no garantizaba que el cuerpo de una mujer estuviera listo para dar a luz a un hijo y este debía florecer naturalmente mucho más con el pasar de los años.
Dieron como estimado que entre los uno y siete o uno y ocho debería ser la edad mínima donde una mujer tendría el cuerpo lo suficiente maduro para que no hubieran ninguna clase de problemas para la mujer y el bebe.
Ella, ciertamente, tenía el mismo tipo de pensamiento cuando Laena y su madre, Rhaenys, le hablaron a ella y su madre de las investigaciones y hechos que mostraban cuanta verdad había en sus palabras. Incluso había claras pruebas en la realeza misma, Alysanne la Bondadosa había tenido hijos después de su primer florecimiento y algunos murieron en la cuna, infancia y solo unos cuantos llegaron a una edad adulta. Su madre, Aemma otro claro ejemplo ya que tuvo abortos, fetos muertos, murieron en la cuna y otras tantas cosas, un Erudito le fue honesto a su madre cuando le dijo que haber estado embarazada a una edad tan temprana como lo estuvo ella, fue perjudicial para sus descendientes y era casi milagroso que haya tenido con éxito a ella, su hija.
Fue una fruta amarga de comer para su madre pero entendió que era debido a la insistencia del Rey Jaehaerys que ella tuvo que tener un hijo tan temprano. Rhaegar se había mostrado disgustado abiertamente cuando descubrió a que edad su madre había tenido su primer embarazo y acuso al Rey Jaehaerys de idiota machista... ya que en esa época no había escases de Targaryen para que una niña tan joven quedara embarazada.
Aun no entendía como la Reina Alysanne, a quien ella admiraba, no hizo nada para ayudar a su madre.
Su mayor temor era que su madre no sobreviviera al próximo parto, y ella maldecía a su padre siempre por ponerla en esta situación. Su ambición estaba haciendo daño a su madre y ni siquiera se daba cuenta de eso, ella... solo quería a su madre viva a su lado y poder disfrutar de la vida con ella consolándola para siempre.
Tenía miedo de perderla.
—Oye...— Sintió las manos de Rhaegar tomar su rostro y hacerla mirarlo, mientras limpiaba sus ojos de unas pequeñas lagrimas que no se había dado cuenta que había escapado. —¿Qué sucede?—
—L-Lo siento... y-yo...— Ella sintió un pequeño nudo en la garganta mientras miraba a su amado. —Solo estaba pensando en mi madre...— Susurró mientras apretaba su vestido.
—Todo estará bien, Nyra...— Murmuró Rhaegar con suavidad.
—No lo se... ya perdí la cuenta de cuantos embarazos tuvo mi madre y cuantos de mis hermanos y hermanas enterré por la ambición de mi padre— Murmuró Rhaenyra con dolor en su voz. —¿Puedo pedirte un favor egoísta?—
—Sabes que puedes pedirme lo que quieras—
—¿Puedes vigilar a mi madre? ¿Quizá hacer que alguno de tus agentes estén cerca para cuando entre en parto y te avisen si algo malo pasa?— Ella casi rogo con desesperación.
Y Rhaegar no pudo hacer más que atraerla a sus brazos para reconfortarla. —Te prometo que todo estará bien—
Ambos se quedaron en un silencio reconfortante mientras Rhaegar le frotaba la espalda, susurrándole palabras amorosos y suaves en su oído para ayudar a calmarla. Rhaenyra disfruto del calor en sus brazos, de sus dulces palabras y de como podía calmarla con su simple presencia... agradecía que él estuviera aquí para ella.
No se quería imaginar como sería su vida sin él.
—Gracias por estar a mi lado...— Susurró Rhaenyra con amor.
—No hay otro lugar donde quisiera estar— Susurró Rhaegar suavemente.
Se acercaron para que sus labios se juntaron en un beso que ayudo a calmar sus nervios.
Duraron unos minutos así, antes de que se separaran... ella no pudo evitar sonreír.
Se miraron a los ojos unos cuantos segundos, y preguntó con su suave sonrisa. —¿Seguiré siendo tu Reina del Amor y la Belleza?—
Rhaegar le sonrió con amor. —Esa corona siempre será tuya mientras yo participe en una Justa—
—Te amo, Rhaegar~—
—Y yo te amo a ti, Nyra—
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¿Qué les pareció?.
A diferencia de la versión anterior, quería que este capítulo fuera exclusivamente para Rhaenyra y que se mostrara desde su punto de vista su amor por Rhaegar, su angustia por su madre, su enojo con su padre.
Incluso algo que me gusto de la serie, su relación con Ser Westerling.
Y también añadir algo de información a lo que pasaba en Driftmark, ya que a diferencia de lo que se muestra en la serie o incluso se puede leer en los libros quiero que todo sea un poco más diferente.
(Y a diferencia de la versión anterior, quiero que Rhaenyra y Rhaegar mejoren Dragonstone en el futuro... y no sea tan lúgubre como lo es.)
Aun no me decido que hacer con Aemma... al menos no del todo. Muchos quieren que viva y otros saben que su muerte es necesaria para que se case Viserys con Alicent y todo lo demás.
Es algo natural que el OC no podría evitar.
Leí una historia que Aemma sobrevivía pero por el trauma de toda la situación en el parto, se separa de Viserys y se va a el Valle de Arryn.
Pueden dejarme sus pensamientos para ayudarme a evaluar la situación.
Con el bebe se lo que pasará y cual será su destino.
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Si hay algún error de ortografía o una palabra que no cuadre, háganmelo saber para corregirlo.
Sin más que decir, espere que le haya gustando.
Gracias por el espacio <3
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2822 Palabras.
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