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Se froto las cienes cansada, han Hyesoo se la había pasado por un largo tiempo leyendo aquellos nuevos documentos que apenas le habían enviado.

Desde hace dos meses y medio está estresada, pues algunas de las fanáticas y fanáticos del idol Park Jimin, han estado enviando cartas para que ella misma les responda la gran pregunta ¿en dónde se encuentra Min Yoongi?

Ana entro a su oficina, tenía en sus manos un folder de colo azul pastel.

- Señorita Han, traje más...

- Ni lo digas -suspiro-. ¿Son más cartas?

Ana dio un gesto de asentimiento con la cabeza, al igual que la editora en jefe, ella estaba igual de estresada y sobre todo fastidiada, pues tenía que estar recibiendo llamadas de los fanáticos quienes seguían preguntando del paradero de aquel pálido, Ana respondía lo más amable posible de que no sabía nada de su paradero, pero eran tan insistentes que llegaban a tal punto de que ella perdiera completamente la paciencia.

- Min me está trayendo problemas con esto -dijo Han Hyesoo-. ¿Crees que sea buena idea decirlo?

- Está diciendo que, ¿planea decirles en dónde se encuentras Min Yoongi? -Ana parecía sorprendida.

- No exactamente -Hyesoo se levanto-. Creo que difundir una dirección falsa sería lo mejor, después de todo Min es reservado, y con una dirección falsa, todos estarán enfocados allí en vez del verdadero lugar en dónde se encuentra.

Ana pensaba que era una terrible idea, pero a Han Hyesoo le parecía la idea más fabulosa, pues así acabarían los envíos de cartas a su oficina.

- ¿No cree que es algo muy precipitado? ¿Qué tal si Jimin la ve? ¿Qué tal si decide ir allí a hacer una búsqueda, que resultará inutil?

Por esa parte Ana tenía toda la razón, de eso estaba muy segura Hyesoo, así que rápidamente en un chasquido deshizo la idea de su mente. Tal vez era muy precipitada porque se sentía muy cansada.

- Y... -hablo Ana llamando la atención de Hyesoo-. ¿A tenido noticias de Min?

- No, ni siquiera Hoseok ha recibido llamada alguna de él -suspiro-. Será difícil que hable, como te dije Min es reservado, y casi siempre esta ocupado, dudo mucho que llamé incluso si solo es para saludar, para él no es tan importante.

Hyesoo miro su escritorio, estaba todo desordenado, lleno de papeles y sobre que aún no habían sido abiertos por ella, algunos estaban arrugados en forma de pelota y tirados e n el suelo, pues su pequeño cesto de basura estaba completamente lleno.

- Me retiro señorita Han, iré a revisar algunas otras cosas.

- Está bien Ana, asegúrate de batear las llamadas innecesarias.

La secretaría asintió y salio de la oficina, Han de brazos cruzados regreso a su respectivo asiento detrás del escritorio.

Ana de nueva cuenta asomo por la puerta de la oficina de la editora en jefe.

- Tiene una llamada en la línea cuatro.

- ¿Quién es? -pregunto Han Hyesoo.

- Se va a sorprender, es Park Jimin.

Y vaya que la sorpresa fue grande, Ana había notado como la sorpresa se reflejaba en los ojos de Hyesoo, la editora en jefe tomo la bocina del teléfono y Ana de nueva cuenta cerro la puerta de la oficina de la editora en jefe, a pesar de que quería saber porque la llamada del idol, pero tenía que abstenerse de saberlo.

Hyesoo contesto la llamada.

- ¿Jimin?

- Si soy yo.

Hyesoo confirmo que la voz del chico sonaba algo decaída, no era como de costumbre alegre y vivaz.

- ¿A qué debo la llamada?

- Sólo quería saber... ¿sabes en dónde está Yoonie?

Jimin aún le decía así, Hyesoo no pudo evitar sonreír ante ese cariñoso nombre que le había puesto Jimin a Min Yoongi, eso sólo le confirmaba a Hyesoo que ese pequeño idol seguía sintiendo algo por Min Yoongi.

- Lamento decirte que no ló sé.

En la cabeza de Jimin sólo pasaba una y otra vez la palabra mentira, pues estaba muy consciente de que Hyesoo sabía en dónde se encontraba Min Yoongi.

- Por favor Han Hyesoo, sé que me estás mintiendo, no lo hagas, por favor... dime en dónde se encuentra.

Hyesoo sintió un nudo en su garganta al escuchar la voz de Jimin, pues sonaba a súplica además de que se escuchaba triste, se escuchaba casi desesperado por saber en dónde se encontraba aquel pálido.

- Jimin perdóname, pero no tengo la autorización para darte esos datos, y no puedes pedírmelos así a la ligera.

Han Hyesoo sentía que era demasiado fría en esos momentos, no se sentía bien diciéndole eso a Park Jimin, no se sentía bien diciendo aquellas palabras que seguramente habían caído como un balde de agua helada a Jimin, impidiéndole tener esperanzas de encontrar a Min Yoongi.

Jimin dio un suspiro, la verdad queria rendirse en ese momento, pues pensaba que Hyesoo sería más fácil de convencer para eso.

Pero sabía perfectamente que Han Hyesoo tenía razón.... él no podía pedir datos de los empleados, claro a menos que fuera policía, y no lo era.

- Está bien, gracias de todos modos -dijo Jimin y corto la llamada sin esperar a que Hyesoo se despidiera.

Miro su celular, le quedaba otra esperanza y ese era Hoseok, sólo esperaba que él si le dijera la verdad.

Marco el número y espero a que contestaran la llamada.

- ¡Hoseok! -dijo animado cuando escucho la voz del chico.

- ¿Quién habla? -pregunto Hoseok, creía que si reconocía esa voz, pero quería confirmarlo.

- Jimin, habla Park Jimin -contesto Jimin algo molesto, pues no creía que el amigo y compañero de trabajo de Yoongi hubiera olvidado su tono de voz.

- Jimin, que bueno escucharte de nuevo, ¿qué necesitas?

- No quiero que me mientas, así que sólo por favor dime en dónde esta Min yoongi.

Silencio.

Hoseok trago grueso cuando escucho aquello, ¿cómo decirle? No podía hacerlo de todas maneras, y es que Yoongi lo mataría si le decía a Jimin en dónde se encontraba.

- Park, lo siento pero... no ló sé.

Jimin se mordió el interior de la mejilla ¡¿cómo era posible que no lo supiera?! Eso era totalmente ridículo.

- Te dije que no me mintieras -soltó Jimin, su tono de voz se escucho molesto.

- No te estoy mintiendo, en verdad no sé en dónde se encuentra Min Yoongi.

Hoseok no era de mentir, odiaba las mentiras, y en este preciso momento se odiaba así mismo por estar mintiéndole a Park Jimin.

- Bueno... gracias -Jimin de nueva cuenta corto la llamada.

Hoseok suspiro y coloco la bocina del teléfono de vuelta a su respectivo lugar, ¿se sentía terrible? Podría decirse que se sentía más que eso, no le gustaba mentirle a nadie.

Pero está vez si era necesario, no tenía que revelar en dónde se encontraba su amigo.


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