019
- ¿Y esa sonrisa?
Hoseok saco a Yoongi de sus pensamientos, miro a su amigo que ahora tenía el cabello de color rojo.
- ¿Sonrisa?
- Desde está mañana que te vi llegar, tenías una sonrisa en los labios. No era tan notada, pero como te conozco muy bien, pude ver que sí era una sonrisa.
- No lo era -mentiras, muchas mentiras.
- Como tu digas amigo, por cierto, tienes una cita.
- ¿Perdón? -Yoongi estaba confundido, ¿una cita?
- Sí, Park llamó hace diez minutos, dice que quiere verte a las tres de la tarde.
Yoongi suspiro, vio que en el reloj faltaba casi media hora para que se vieran, de nueva cuenta poso su vista en el pelirojo.
- ¿Y dónde se supone que lo veré?
- Creo que va a venir por ti, no me dio detalles -dijo Hoseok.
- Está bien, gracias por informarme amigo.
- No hay de que novio de Park.
Y antes de que Yoongi pudiera replicar, y quejarse, sólo para decirle que Park Jimin no es su novio... Hoseok salio de su oficina mientras se reía.
Yoongi suspiro, se pregunto cuanto tiempo había pasado desde que había conocido a Park Jimin, desde que lo conoció su vida tranquila se convirtió en un gran escándalo, ya no podía pasar desapercibido en ninguno de los eventos, pues los famosos lo saludaban, ya no podía estar feliz comprando algo o viajando en el transporte público, porque o alguien le tomaba una fotografía, o le hacía preguntas, o simplemente gritaban emocionados por conocer al novio de Park Jimin.
El pelinegro no era de las personas que les gustaba andar llamando la atención de medio mundo, de echo odiaba llamar la atención, pero no podía hacer nada, ya todo estaba hecho, en verdad que Park Jimin había puesto su mundo patas arriba, ya no era tranquilo, ahora era como vivir dentro de una fiesta sin fin alguno. Sonrío ante eso, de alguna manera era agradable.
Sí el pelinegro pensaba que ese pelirosa era agradable, a pesar de que ese chico era muy atrevido con él, pero a veces se comportaba tan normal con él, eso era lo que le gustaba, que no se comportaba como algunos artistas, Park Jimin hablaba con todos como si los conociera de años, no presumía su fama, ni tampoco sus lujos, era sencillo, claro que sí presumía lo guapo que era, y eso a veces a Yoongi llegaba a fastidiarle, pero le causaba gracia.
- YOONIE -un grito lo sacó de sus pensamientos.
Vio a un ahora rubio Park Jimin (se le había caído el tinte rosa, y en consecuencia ahora tenía sus cabellos rubios), el chico estaba respirando agitadamente mientras trataba de tranquilizarse, Yoongi se acerco a él. Al parecer Park Jimin había corrido.
- ¿Por qué tan cansado? Parece que hubieras corrido un maratón -dijo Yoongi.
- Mi auto... se descompuso... lo mande al taller... vine corriendo... necesito agua -dijo Jimin en pausas debido a que trataba de regular su respiración.
Min Yoongi fue por un vaso de agua, siempre tenía una jarra de agua en su oficina, pues le daba sed algunas veces. Camino hacia Jimin y le toco el hombro para llamar su atención, Jimin agarró en vaso de agua y comenzó a beber.
- Gracias -dijo limpiándose con la manga de su camisa azul.
- ¿Se puede saber a qué debo tú visita?
El rubio sonrío haciendo desaparecer sus ojos, puso el vaso de agua en el escritorio del pálido y suspiro.
- Vine a pedirte matrimonio adelantado.
- ¿¡QUÉ!?
Jimin no pudo evitar soltar una carcajada ante la reacción del pelinegro, pues Yoongi había abierto mucho los ojos ante las palabras de Jimin, y el rubio no pudo evitar reírse por tal cara de sorpresa.
- Es broma -dijo entre risas-. Aunque... pensándolo bien, sí debería hacerlo, así no te irás con nadie más -resibió un pequeño golpe de parte de Yoongi-. ¡Auch! Yoonie no hagas eso, me dolió.
- Ese era el chiste, ahora me reiré de tú dolor -fingió una risa.
- Malo -dijo Jimin haciendo un puchero-. Pero aún así te quiero.
Ambos rieron por tal escena que habían hecho, ¿desde cuando se habían vuelto tan cercanos? Pues después del día en que habían tomado un café juntos y hablaron sobre ellos para conocerse más, ese día cambio todo, Jimin y Yoongi se llevaban de maravilla.
- Ya Jimin, enserio, ¿a qué debo tu visita?
- Quiero que vayas a mi concierto de mañana -dijo Jimin seriamente.
- Es mañana... -Yoongi suspiro-. No puedo, no hay boletos disponibles, por sí no lo sabes se agotaron las entradas.
- Por sí no lo sabes, guarde una para ti -dijo Jimin y la saco de uno de sus bolsillos del pantalón, se la dio a Yoongi-. Sabía que se iban a terminar vendiendo todas, así que compre una, estarás hasta el frente para que pueda verte.
Min Yoongi miró al rubio que sonreía con un ligero sonrojo en sus mejillas.
- Entonces, ¿es obligatorio?
- Yoonie no empieces, soy todo un encanto contigo y solo puedes decirme eso.
El pelinegro comenzó a reírse, sabía que tenía que tomar más enserio a Park Jimin, pero le encantaba hacerlo enojar, era divertido verlo tan serio.
- Es broma -dijo Yoongi.
- ¿Acaso fue tú venganza?
- La venganza es muy dulce Park.
Ambos se sonrieron, en verdad que parecían amigos de muchos años, y eso le agradaba mucho a Jimin.
- Estaré en el concierto, me pondré hasta atrás, así tendrás la mejor vista de mí.
- ¡Te quiero ver al frente! No te quiero ver hasta atrás.
- Tranquilo, sí estaré enfrente alentándote a que cantes -dijo Yoongi-. Pero no esperes que haga un cartel con tú nombre.
El rubio hizo un puchero. -Yo sí quería mi cartel.
- Lastima, no lo tendrás.
Jimin sonrío, sabía que Yoongi era un gran bromista, pero sabía que en realidad no tendría un cartel hecho por las manos de su Yoongi, así que decidió olvidar eso.
- Vas a disfrutar del concierto Yoonie -canturreo Jimin-. Te tengo algo especial.
- Sí tú plan especial es declarar tus sentimientos por mi enfrente de miles de tus fanáticas, no piensen que recibirás una respuesta afirmativa de mí parte Park Jimin, porque créeme que aunque allá un montón de personas, no te diré que sí.
- ¡Rayos! -dijo Jimin algo decepcionado-. ¿Por qué eres tan cruel? Creía que con un montón de miradas en ti y con muchos gritos rogándote que digas que sí, aceptarías sin pensarlo.
- Pues pensaste mal -Yoongi sonrío-. Bueno Park, tengo que seguir con mí trabajo, el deber llama.
- Pero yo quería estar más tiempo contigo Yoonie -canturreó Jimin.
- Después.
- Ahora -demando Jimin.
Yoongi sonrío y revolvió los cabellos rubios de Jimin.
El rubio no aguanto más y abrazó al pelinegro para después darle un beso en la mejilla.
- Te amo -dijo Jimin.
Y Min Yoongi no pudo evitar sonrojarse ante esas dulces palabras de Park Jimin.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top