011
- ¿Está es la oficina de Min Yoongi?
Hoseok levanto la mirada, encontrándose con un chico que vestía con una camisa tipo polo de color vino, en las manos del chico había un ramo de rosas rojas, Hoseok parpadeó dos veces, estaba confundido.
- Sí, es está -contesto Hoseok-. ¿Se le ofrece algo?
- Vine a entregar este ramo de rosas, se las envía alguien.
- Está bien, déjelas aquí, en cuanto él regrese se las entregaré.
El chico asintió y dejo el ramo de flores en el escritorio de Hoseok, pera después retirarse. Hoseok vio que había una etiqueta encima de las flores, claramente tenía el nombre "Park Jimin" grabado en aquella etiqueta.
- Hoseok -el nombrado volteo encontrándose con Ana, la cual estaba sonriendo viendo el ramo-. ¿Acaso tienes una admiradora?
- Te equivocas, son para Yoongi.
- ¿Te gusta Yoongi?
Y Hoseok comenzó a reírse.
- No, no, se las enviaron.
- ¡Oh! -Ana se escuchaba emocionada-. ¿Quién se las manda?
- Algo te dice las iniciales P. J.
Ana sonrío, en verdad que Yoongi era afortunado al tener a alguien como ese chico.
- Vaya que Park Jimin va en serio -dijo Ana.
- Sí, va muy enserio.
- ¿Qué dice esa nota?
Hoseok no había leído el mensaje que tenía, así que al voltear la tarjeta vio que claramente estaban grabadas dos simples pero grandes palabras "Te Amo" y sonrío para después leerla.
- Dice "Te Amo" -se la mostró a Ana.
- Vaya que le ha mandado un hermoso detalle -Ana contó las rosas-. Doce rosas, Jimin si que va enserio.
- Demasiado enserio, sólo falta que un día de estos prepare está oficina para pedirle matrimonio a mi amigo.
- Eso sería muy emocionante -Ana en verdad que estaba encantada, y más cuando Hoseok le comentó eso-. Por cierto, ¿y Yoongi?
- Fue con Mina para ayudarle con unos detalles de un articulo que estaba escribiendo, regresará pronto. Quédate, quiero que veas su cara en cuanto vea esto -señalo el ramo-. Será la mejor reacción que veas en tú vida.
- Se va a enojar, ¿verdad?
- Sí, pero siempre acepta y guarda los regalos, los aprecia mucho.
- Entonces me quedaré.
Hoseok y Ana estuvieron platicando sobre algunos trabajos que habían pendientes, además de próximos eventos que les emocionaban a ambos que pasarán, cuando un peliverde se acercaba vio a Ana y Hoseok platicando.
- Hey Hoseok -dijo Yoongi.
- Yoon, ¿esperabas un regalo?
- ¿Eh? -Yoongi arqueo una ceja confundido.
Hoseok y Ana rieron para después Hoseok entregarle el ramo de rosas, Yoongi parpadeo un par de veces, señalo el ramo, como indicándole a Hoseok que le explicase sobre ese ramo de rosas rojas.
- Lee la nota -dijo Hoseok.
Yoongi agarró la nota leyó el nombre "Park Jimin" rodó los ojos, después la volteó y leyó esas dos palabras que en ese momento hicieron que sintiera como su garganta se cerraba "Te Amo".
- Sonríe a la cámara.
Yoongi volteó hacia dónde se encontraba Hoseok, y sólo pudo reaccionar cuando el chico ya había tomado la fotografía.
- Saliste muy bien Yoon -dijo Hoseok.
- Borrala -respondió Yoongi serio.
- No lo are, será para el recuerdo.
Yoongi suspiro y con el ramo de rosas en sus manos entro a su oficina, Hoseok y Ana chocaron el puño satisfechos de que Yoongi no se hubiera enojado.
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Yoongi había colocado el ramo en un jarrón con agua para que las flores se conservarán frescas y no se marchitasen.
Suspiro al ver la nota de nuevo y la guardo en el bolsillo izquierdo de su chaqueta, miro las rosas, eran hermosas, y olían demasiado bien, las contó. Doce rosas exactas sonrío de lado recordando el beso que Jimin le había dado hace apenas dos días.
Desde ese día no le había hablado, y ahora había un hermoso ramo de rosas rojas en su escritorio, suspiro.
No sabía si agradecerle por las flores, o dejar que él lo llamará.
- Yoon, llamada en la línea doce -dijo Hoseok.
- Ok, gracias.
¿Acaso el doce era su número de la suerte?
- Oficina de Min Yoongi, ¿con quién hablo?
- Yoonie deja de ser tan formal conmigo -la voz de Jimin se escucho del otro lado de la línea.
- ¿Formal? Estás consciente de que hablar a mí oficina.
- Pero siempre le digo a Hoseok que soy yo para que no me hables así.
- Pues él no me dice que eres tú. ¿Qué quieres Jimin?
Una risa se escucho del otro lado de la línea.
- Quiero ir a cenar contigo está noche Yoonie, ¿estás disponible?
- Lamentablemente lo estoy -dijo Yoongi algo molesto.
- Genial, pasaré por ti cuando termines tú trabajo, estaré afuera esperándote. Por cierto, ¿te gusto mi pequeño regalo?
Yoongi por unos momentos miro las flores que se encontraban en su escritorio y en sus labios se formo una pequeña sonrisa, casi no se notaba, pero era una sonrisa.
- Gracias por las flores Park.
- No agradezcas, es mi deber consentirte, cariño.
Yoongi tragó grueso al escuchar el apodo del pelinaranja.
- No me digas cariño -dijo con voz ronca.
- Está bien amor, no te diré así.
Y de nuevo otro apodo cariñoso de parte del pelinaranja.
- ¿Estás drogado?
- Drogado de amor por ti, mi Yoonie.
- Park, si sigues hablándome como si estuvieras coqueteando conmigo, colgaré.
- Pero es que no puedo evitarlo, desde ese beso en lo único que puedo pensar es en ti. ¿Sabes? Ya van tres veces que me regañan por no concentrarme en mis ensayos. Sal de mi cabeza Yoonie, ¿crees que si te beso de nuevo saldrás de mi cabeza?
- Park, por favor basta. Sólo iré contigo a cenar porque siento que te lo debo por las flores, pero si fuera por mí no iría.
Una nueva risa se escucho, Yoongi por alguna razón estaba muy seguro de que Jimin en toda la llamada estaba sonriendo como un idiota enamorado.
- Ok, dejaré de decirte eso, pero es que es inevitable, me gustas Yoonie, no puedes detener mis sentimientos.
- Pues contenlos un poco, y ponte a hacer tus ensayos.
- Sí Yoonie, pero eso significa dejar de pensar en ti, y no me gusta hacerlo.
- Pues tendrás que hacerlo Park, ahora si me disculpas tengo mucho trabajo.
- Sí no te interrumpiré más, nos vemos al rato Yoonie -canturreo Jimin para después cortar la llamada.
Yoongi coloco de nuevo la bocina del teléfono en su lugar y suspiro resignado. Paso sus manos por su rostro se sentía algo cansado, pero no importaba. Siguió escribiendo en su computadora de escritorio, tenía que darle una revisión a algunos papeles que la habían enviado, además de escribir unos artículos para la página de internet de la revista. Hoy sería un largo día.
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Park Jimin había estacionado su vehículo afuera del edificio de la revista HOT World's, cerca de la entrada, salio para después acomodarse su chaqueta de cuero, y esperar a Yoongi mientras se recargaba en el capo.
Su vista estaba puesta en la entrada, había llegado en punto de la hora en que Yoongi terminaba de trabajar, vio a varias personas salir y despedirse, no tardo ni más de cinco minutos cuando vio a Yoongi salir, vio como el chico al verlo se quedó parado en la entrada, Jimin sonrío y muy seguro de sí mismo se acerco al peliverde.
- Yoonie -habló Jimin-. Nos vamos.
Yoongi suspiro y dio un gesto de asentimiento.
Jimin no pudo evitar sonreír, al fin podía llevar a Yoongi a cenar a ese magnifico restaurante que tanto le recomendaban para que fuera. Era uno llamado "Blue Cardinal".
Ambos con el cinturón de seguridad puesto, y Yoongi con su cabeza recargada en el cristal de la puerta del copiloto, Jimin encendió el vehículo, para dedicarse a conducir hacia ese restaurante.
- Te encantará a donde iremos, es un hermoso restaurante, dicen que sirven muchos platillos italianos.
No recibió respuesta del peliverde.
- Y ¿qué tal el trabajo?
Nada, ni siquiera un chasquido de lengua.
Jimin se detuvo cuando el semáforo le dio indicación del alto y miro a Yoongi, estaba a punto de preguntarle porque no le respondía cuando vio como el peliverde tenía una respiración calmada, sus labios estaban ligeramente abiertos y sus parpados impedían que viera sus hermosos ojos marrones.
El pelinaranja sonrío al ver a ese chico que tanto lo rechazaba dormir tan plácidamente, no quiso despertarlo, así que sólo se dedico a conducir hasta el edificio en donde se encontraba el departamento del peliverde. Otro día sería perfecto para ir a cenar con Yoongi a ese restaurante.
Se estaciono en cuanto llegaron al edificio.
- Yoonie -dijo suavemente-. Despierta, estas en casa.
El peliverde ni siquiera se movió.
- Yoonie, por favor despierta -dijo Jimin acariciando los cabellos de Yoongi, cuando lo hizo sintió como el cabello de Yoongi era tan suave-. Amor despierta.
Y como si esas fueran las palabras mágicas Yoongi abrió los ojos encontrándose, que no estaba en su cómoda cama, que en realidad estaba en el automóvil de Jimin y que Jimin estaba acariciando sus cabellos, miro en dirección al pelinaranja quien tenía una sonrisa pequeña en sus labios.
- ¿Dónde estamos?
Jimin soltó una risita al escuchar esa pregunta.
- Estamos afuera de tú edificio, te traje para que descanses.
- ¿Qué hay de la cena?
- Será otro día, tienes que descansar Yoonie -dijo Jimin.
Park Jimin estaba sorprendido, pues el peliverde no había hecho absolutamente nada por apartar su mano de él.
- Gracias por traerme -dijo Yoongi-. Y perdón por quedarme dormido -bostezo-. No debí hacerlo.
- No importa, y no te disculpes, sé que debes estar cansado, pero será otro día cuando te llevé a cenar, lo prometo.
Yoongi no dijo nada y quito el seguro de la puerta, Jimin no había dejado de acariciar los verdes cabellos de Yoongi.
- ¿Podrías dejar de tocar mi cabello?
- Es muy suave Yoonie, me encanta, más bien me encantas.
Yoongi sintió que su corazón dio un vuelco, como sí una corriente eléctrica hubiera pasado en el.
- Sólo no lo vuelvas a hacer.
Jimin le sonrío y asintió, aunque no obedecería a Min Yoongi, o claro que no lo haría.
- Nos vemos luego Yoonie.
- Hasta luego Jimin.
Y el corazón de Jimin no pudo evitar acelerarse, le encantaba como se escuchaba su nombre saliendo de Yoongi, se escuchaba tan bien con su voz ronca.
Y Yoongi entro a su edificio para después suspirar, Jimin se quedo un momento allí antes de arrancar el auto para irse a su departamento.
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