Reconfortar
No podía apartar la mirada de la televisión conmocionado por lo que estaba viendo Endevor... su padre ¿había perdido? La frustración de ver aquella criatura acabar con el héroe número humo materializó la ira en su organismo a niveles impensables. Y el miedo, miedo de ver a su padre en el piso.
Lo vio levantarse y una pequeña esperanza invadió su cuerpo, ellos lo estaban viendo, sus hijos, él lo estaba viendo pelear y debía ganar. Debía ser el héroe del cual estaría orgulloso, como había dicho. Había hecho una promesa.
Momo miraba fijamente a Todoroki Shōto quien tenía una expresión furiosa en su rostro. Él solía ser una persona bastante reservada, sin demostrar demasiadas expresiones en el rostro. A menos que las emociones lo sobrepasaran, como en ese momento, al estar presionando los dientes con furia. La preocupación la atormentaba, no le gustaba verlo de esa forma. Quería hacer algo para hacerlo sentir mejor, pero no se le ocurría. Regresó su atención a la pantalla cuando el héroe número uno se levantó.
Turnaba su vista entre su compañero y la pantalla mientras la ansiedad se hacía más presente ante lo que significaba ver Endevor siendo superado.
En ese momento llegó Aizawa hablándole a Shōto, que murmuraba maldiciones sin dejar de mirar la televisión. La atención de todos estaba en el hijo de Endevor hasta que un grito en la pantalla hizo que todos volvieran a ver, viendo como Endevor arremetía nuevamente hacia el enemigo. Lo sujetó y llevó hasta lo más alto del cielo y el fuego se expandió por todos lados. Un cuerpo comenzó a descender hasta alcanzar el suelo.
Las imágenes en la pantalla revelaron la victoria de Endevor contra aquel Nomu que se había presentado en la ciudad. El numero uno de los héroes levantó la mano, celebrando y de alguna forma demostrando que tenía la fuerza suficiente para hacer algo como eso. Su vida no corría peligro. Sintió como el aire regresaba a sus pulmones y un alivio embriagó su cuerpo. Como si se le drenaran toda la energía del cuerpo.
Shōto se puso en cuclillas, al no poder mantenerse de pie más tiempo. Bajó el rostro, mientras juntaba las manos, intentando calmar el miedo que segundos antes había sentido al considerar.
Antes de poder reaccionar de las imágenes de la pantalla los demás que veían el enfrentamiento ya se habían acercado a un Todoroki conmocionado con la sucesión de hechos. Por lo que Yaoyorozu se levantó acercándose pero los demás se interponían entre ellos. Quería tocarlo y saber si estaba bien, por lo que se reprendió por su lenta reacción.
― ¿Estas bien, Todoroki?
Shōto simplemente asintió mientras se incorporaba y se disculpaba, con la intención de ir por un poco de agua.
―Haré un poco de té. ―Momo salió caminando detrás de Todoroki.
Llegó a la habitación que podían usar de cocina que no tenía demasiadas cosas, pero las suficientes para preparar cosas pequeñas. Momo vió al ingresar a Todoroki que buscaba una botella de agua.
―Todoroki-san...―Ingresó hasta acercarse hacia donde estaba él.
Lo vio abrir una botella y dar un largo trago para después volver a cerrarla.
―Estoy bien
Momo se quedó observándolo con la preocupación presente en su rostro. Sabía que aún estaba afectado. Podía leerlo en su cara aunque no se lo dijera, por su gran tiempo observándolo. Un vicio que solía tener en clases y en el almuerzo. Era un placer culposo y muchas veces era atrapada en el acto, avergonzándola.
Ella hacía sentido la mirada de Todoroki encima y habían tenido ciertos acercamientos en varias de sus prácticas. Yaoyorozu sentía que había mucha tensión cuando estaban solos, el ambiente se sentía más pesado. Sin embargo, buscaba no hacerse falsas ilusiones, a pesar de que las miradas de Shōto paralizaban su corazón.
Momo quería reconfortarlo, decirle que ella estaría ahí para el pasara lo que pasara. Hacer algo en ese momento para hacerlo sentir mejor. Su mente nublada por esa idea la hizo actuar impulsivamente al acortar la ligera distancia y entrecharlo entre sus brazos, rodeando el abdomen del masculino.
Todoroki Shōto entreabrió los labios al sentir el cuerpo femenino rodeando el suyo y un simple golpeteo en su corazón lo aturdió. Por lo que tal acto lo confundió tanto que demoró en pasar sus brazos alrededor de la aspirante a heroína y apoyó la frente en el hombro de ella. Sabía que lo hacía para confortarlo y despertó un sentimiento cálido en su interior, eclipsando la ansiedad que momentos antes lo dominaba.
Shōto sintió a la mujer moverse apartándose un poco, lo suficiente para que se miraran a los ojos. El brillo en los orbes femeninos agitó el pecho del héroe mitad frio y mitad calor. Tan expresivos, tanto que siempre solía evitarlos cada que podía, solían distraerlo demasiado. Todo ella lo distraía y más en clases cuando sus miradas se encontraban.
Momo Yaoyorozu tenía tanto efecto en él, que verla ahí, con la mirada brillosa y los labios rosados lo tentaron. A buscar un reconforte diferente, algo que calmaría las ansias que le provocaba cada que la veía. Fue entonces que por la fuerza de atracción que ella le provocaba, acortó la distancia un poco, lo suficiente para sentir el aliento femenino sobre sus propios labios. Su músculo cardíaco se agitó, presionó las manos que aún tenía en la cintura de Creati, acercándola aún más a su cuerpo.
―Yaoyorozu...―Susurró ligeramente.
Shōto avanzó un poco más, unos centímetros más que le permitieron rozar los labios femeninos desatando una tormenta en su interior. El fuego interior calentando su interior. Una tierna y delicada caricia que derritió el hielo que era su elemento y más cuando la sintió estremecerse en reacción.
―Todoroki ¿estas...?― Deku se detuvo súbitamente en la entrada de la cocina abriendo los ojos conmocionado ante la escena. ― ¡Lo siento, lo siento, no he visto nada! ―Se movió con rapidez retrocediendo hasta que no pudo ver nada.
¿Momo y Todoroki...? Se fue hacia la sala, maldiciendo su propia impaciencia. Había ido a ver si Todoroki estaba bien ya que se había demorado bastante. Vaya sorpresa que se había llevado, tenía el rostro avergonzado por haber visto aquella escena.
Momo se alejó empujando a Todoroki poniendo una gran distancia a pesar que Midoriya había desaparecido en un segundo. El corazón de Creati latía descarriado al verse atrapada haciendo algo como eso. Su boca demostraba su vergüenza y ocultaba el rostro en sus manos, en un intento de que el calor disminuyera. Se había dejado llevar, todo eso había pasado al perderse en aquellos orbes exóticos de su compañero, turquesa y gris que calentaban y helaban su corazón al mismo tiempo.
Shōto dio un largo trago a su botella de agua, gastando el líquido del recipiente y tirándolo a la basura. Pensó en quedarse ahí, hablar pero jamás había sido bueno con las palabras y más cuando todo esto lo había iniciado él. Caminó hacia la salida pero se detuvo al pensar que no podría ver a Midoriya a la cara después de esto.
Por lo que se quedó ahí, ayudando a Momo con el té, todo eso lo había hecho olvidar su molestia inicial. Sintiendo satisfacción de aquella forma de reconfortar que solo Momo Yaoyorozu podía ofrecerle.
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¡Ha llegado el momento donde me sumerjo al mundo Todomomo! He resistido bastante para no hacerlo antes por las demas historias que tengo, pero no quise que las ideas se me fueran asi que iré dejando algunas por acá. Serán historias cortas pero, espero que valgan la pena.
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