03
Sunoo regresó tan pronto como pudo.
Era un viernes en la tarde, esta vez estaba solo. Haerin tenía otro compromiso, por lo que no pudo acompañarlo, pero prometió ir después con él.
El lugar estaba más tranquilo que las veces anteriores que estuvo ahí, no había tanta gente y la poca gente que estaba hablaba tan bajo o simplemente no hablaba para nada, dejando destacar la música con la lluvia de fondo.
Sunghoon estaba recibiendo órdenes de los comensales, la chica de sonrisa contagiosa y el cabello rojo estaba en el mostrador, (suponía que ella tenía ese puesto fijo pues desde la primera vez que entró al café, la vio ahí). Por supuesto que habían más empleados, pero solo ellos destacaban a ojos de Sunoo.
Estaba disfrutando su tiempo solo, si hubiera ido a otro lugar por su cuenta, no lo habría disfrutado en lo absoluto, de eso estaba seguro. De alguna forma, Bloom Café lo hacía sentir cómodo, y aunque estaba sin compañía, no lo sentía así.
Como había guardado su dinero ese día, pudo ordenar un tazón de ramen y un par de mandus. Estaba demasiado hambriento, antes se abstuvo de pedir algo de la cafetería de su universidad justamente porque tenía planeado comer en este lugar.
—¿Me recomiendas alguna bebida? Quiero probar algo nuevo, que no sea café —dijo un poco tímido.
Al barista se le dibujó una sonrisa divertida en el rostro.
—Déjame ver. —Sunghoon posó la mano en el mentón—. Te recomiendo el matcha rosa, para que combine contigo.
A Sunoo le tomó algunos segundos entender que se refería a su atuendo: una camiseta rosa y un pantalón verde militar.
Al parecer su pobre outfit del día estaba siendo llamativo, pero no era su culpa. Sabía que no era la mejor combinación, solo que (por andar a las carreras) tomó lo primero que vio de su ropero sin pensarlo. Ahora lo lamentaba.
—Que sea el matcha, entonces.
Sunghoon asintió, avisando que no tardaría en recibir su bebida, y se retiró.
Mientras esperaba, tomó una servilleta para garabatear en ella. No sabía si se trataba de un simple hábito, pero siempre buscaba rayar algo cuando no tenía nada que hacer. Volteó la servilleta, esta vez dibujaría algo.
Desde la primera vez que lo vio, a su mente llegó la imagen de un cachorro, para ser específico: un maltés, el típico perro blanco y pequeño con ojos saltones. Le costaba comprender porqué, pero le transmitía esa vibra; Sunghoon caminaba de un lado para otro recibiendo a los clientes con una sonrisa amplia en su rostro que te daba el presentimiento de que él era una buena persona, su voz era suave y clara, y por lo que estaba viendo ahora, agregaba un tono infantil si trataba con niños. Sunoo dibujó la silueta del animal y le escribió a un lado, dentro de una burbuja, "mi nombre es Sunghoon".
—Aquí está tu orden, ¿deseas ordenar algo más?
Sunoo se sobresaltó, intentó esconder el dibujo pero se dio cuenta de que sería en vano cuando notó los ojos de Sunghoon ya puestos sobre él.
—No... gracias —tartamudeó.
El castaño señaló la servilleta.
—¿Sunghoon, eh? Compartimos el nombre.
—E-es para ti. —Le entregó el dibujo con manos temblorosas. No había sido su intención regalárselo, pero se vio en la necesidad de hacerlo para no crear malentendidos, no quería ofenderlo de ninguna manera—. Es que pareces un cachorro... tierno.
Quiso darse un golpe por hacer tal comentario, pero simplemente hizo una mueca que tenía el propósito de ser una sonrisa.
—Gracias. —Sunghoon sonrió, desde el ángulo en el que estaba dejó a la vista unos colmillos afilados que dejaron sorprendido al contrario.
Dejó el matcha rosa y se alejó guardando el dibujo en el bolsillo de su pantalón.
Un rato más tarde, Sunghoon estaba lavando con calma los utensilios que había utilizado. Todos los clientes habían sido atendidos, así que eso le daba tiempo de relajarse, aunque parte de su atención estaba sobre un comensal en específico.
—¿Qué estás haciendo? —Hyunseo le preguntó al verlo hacer su tarea tan lento, él siempre era rápido.
El castaño no respondió, ni siquiera había escuchado a la cajera dirigirse a él.
Hyunseo siguió su mirada, dando con Sunoo levantando sus pertenencias, y poco después, acercándose al mostrador.
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