part 5: family
Hyunjin sujetó las caderas del Omega y lo atrajo a su cuerpo, apoyando la cara en su cuello para aspirar el delicioso aroma a precelo de Changbin. Hyunjin y él llevaban saliendo cerca de tres meses, y continuaban viviendo juntos, sólo que esta vez en lugar de hacerlo en casa de Seungmin, se mudaron a la casa de Hyunjin.
Changbin no quería dejar a su hermanito todavía, pero tampoco quería seguir siendo un peso para él. Seungmin llevaba desviviéndose por ellos desde el principio, desde que llegó a su pequeña casa de estudiante con un bolso y la cara empapada de lágrimas. Seungmin decidió tomar otros dos trabajos y abandonar sus estudios con tal de cuidar de él y Changbin estaba profundamente agradecido con su hermano menor, no sabía si sería capaz de devolverle tanto.
Ahora, Seungmin había recuperado su estabilidad y estaba más tranquilo, incluso pudo volver a sus clases. Sin embargo, seguía visitando a su sobrino y a su hyung.
―Hueles increíble ―susurró Hyunjin pegándose más al cuerpo grande junto a él.
―¿Mm? ―Changbin se removió y estiró su cuello para que Hyunjin siguiera explorando aquella zona que no conocía tan bien, una sonrisa se escapó de sus labios cuando Hyunjin le hizo cosquillas.
No habían tenido sexo en todo ese tiempo, ya que dormían con el pequeño cachorro en la misma habitación. Debido a que Yongbok no se despegaba de ellos, no tenían oportunidad de mimarse. Empero, Yongbok había superado su crisis y ahora dormía plácidamente en la habitación que le correspondía en una cuna preciosa que Hyunjin le había comprado.
―Dije que hueles delicioso ―susurró Hyunjin nuevamente y frotó la nariz en la glándula virgen del mayor, la mano en su cintura se metió bajo su ropa y escaló lentamente hasta llegar a sus pechos, donde Hyunjin apretó uno de ellos y provocó un gemido en él.
El aroma a cítricos de Changbin se extendió por toda la habitación al igual que sus feromonas de excitación. Changbin estaba muy cerca de tener su primer celo en mucho tiempo.
―Jinni... ―masculló sufriendo un pequeño espasmo.
―¿Mmm? ―Hyunjin sonrió alegre de sentir cómo el otro temblaba en sus brazos.
El Alfa lo pegó a su cintura y el enorme bulto en sus pantalones hizo que otro gemido se escapara de los labios del Omega. Changbin mordió su labio inferior y el calor subió por todo su cuerpo al sentir que su entrada se mojaba tan vergonzosamente.
―Siente mi corazón latir por ti ―murmuró roncamente, restregándole su erección.
Changbin ahogó un gemido.
―Espera, no sé si...
La duda en la voz de Changbin hizo que Hyunjin se detuviera inmediatamente. Soltó el pecho de Changbin y se separó unos pocos centímetros, por consecuencia, el Omega se volteó y le miró con pena. Estaba excitado, claramente, su respiración agitada y su cuerpo caliente le decían que sí, pero eso no significaba que Changbin quisiera tener sexo con él.
―¿Pasa algo, bonito? ―preguntó bajito, tomando el mentón de Changbin.
El Omega arrugó la nariz, molesto consigo mismo.
―Lo siento...
―No, no, no te disculpes ―Hyunjin negó con la cabeza y abrazó a Changbin nuevamente, entonces sintió el corazón del otro latir rápidamente contra su propio pecho―. Está bien, si no estás listo no pasa nada.
―No es que no quiera... ―Changbin ladeó la cabeza y evitó mirar a los ojos de Hyunjin; le avergonzaba admitir sus inseguridades.
―¿Entonces qué pasa, bonito? ¿quieres hablar de eso?
Hyunjin notó el temblor en los labios de Changbin y quiso golpearse por seguir haciendo preguntas.
―Es mi... es mi cuerpo... ―Changbin rio de su idiotez y negó con la cabeza―. No quiero que me veas... tengo cicatrices por todos lados, marcas de estrías, piel suelta...
Changbin nunca se había avergonzado de su cuerpo, es decir, no era el estereotipo de Omega pequeño y dulce, pero no le importaba, no era delicado ni quería gustarle a todo el mundo, y aunque siempre intentaron imponerle esas actitudes sumisas, Changbin no se dejó.
Se había enamorado de un Alfa relativamente pequeño, y le parecía irónico, era muy hilarante. Eran muy distintos, pero eran únicos juntos y se amaban... Y Changbin se creyó todas esas palabras de amor, hasta que fue bajado de su nube y se dio cuenta de que tal vez sí estaba mal cómo era. Tal vez sí era un Omega simple y despreciable.
Hyunjin gruñó bajo al sentir todos esos aromas que hicieron que su nariz se sintiera picosa.
―Te he visto muchas veces ―Hyunjin alzó una ceja y soltó una risilla que pretendía tranquilizar al menor― y haces que tenga sueños húmedos donde te como ese lindo culo que tienes.
Changbin rio y negó con la cabeza, tratando de dejar de lado aquellos pensamientos tan desagradables.
―Me gustas mucho ―Hyunjin llevó la mano a la cintura del mayor y apretó suavemente su piel―, de hecho, me encantan todos tus rincones.
Changbin volvió a reír y Hyunjin le siguió, dándole un beso profundo.
―¿O acaso crees que soy un mentiroso? ―la indignación humorista de Hyunjin hizo a Changbin reír más fuerte y ocultar su cara entre sus manos.
Hyunjin se alivió de que Changbin comenzara a alejar esos pensamientos tan negativos.
―No tenemos que hacerlo ahora mismo ―Hyunjin susurró tomando las manos de Changbin para besarlas―, ni siquiera tenemos que hacerlo en tu celo, así que no te sientas presionado. Si quieres puedo irme por esos días ―dijo bajito y los ojos de Changbin se abrieron con sorpresa.
Sus gruesos labios temblaron ligeramente y negó con la cabeza.
―Jinni... Yo ―Changbin se puso completamente rojo― sí quiero hacerlo contigo y quiero pasar mi celo contigo ―murmuró.
Hyunjin sonrió derritiéndose de la ternura que el Omega le causaba.
―No sé qué me has hecho, pero me tienes encantado ―Hyunjin frotó la nariz con la ajena y volvió a acercarse a sus labios para tomarlos entre los suyos, Changbin, tímidamente, dirigió el beso.
Las manos cuidadosas de Hyunjin bajaron nuevamente por el cuerpo de Changbin y, en esta ocasión, Changbin ignoró las voces peyorativas en su cabeza y se centró en lo que Hyunjin le hacía sentir. El Omega tomó valor y se dejó llevar por sus sentimientos, pues sabía que Hyunjin iba a cuidarlo y amarlo profundamente esa noche, así como él lo haría.
―Dulzura, estás empapado ―susurró Hyunjin moviendo los dedos en su interior.
Chang cerró los ojos con vergüenza y Hyunjin besó sus párpados.
―Estás entrando en celo ―murmuró de nuevo, el aroma de Changbin se había intensificado y su rostro lucía realmente excitado.
Hyunjin no se estaba quedando atrás, estaba ansioso y anhelaba cubrir las necesidades de su Omega, darle todo lo que necesitaba.
Hyunjin mordió su labio inferior.
―Hace mucho que no tengo mi celo ―dijo Changbin riendo bajito, tratando de controlar su respiración; en cualquier momento perdería la cabeza―, y me alegro de que estés conmigo ―señaló abrazando a Hyunjin por el cuello para acercarse a él y besar sus labios nuevamente.
La pelvis de Hyunjin se pegó a la ajena y Changbin jadeó al sentir la caliente erección del Alfa contra su agujero necesitado.
―Alfa... ―Changbin pidió en un gemido agudo.
Hyunjin sonrió de lado y continuó masturbando el jugoso ano de su Omega que lubricaba más y más, contrayéndose alrededor de sus dedos.
―¿Qué quieres de tu Alfa? ―Hyunjin preguntó jugando con los pezones de Changbin, succionando y bebiendo la leche que todavía salía de ellos.
Changbin se encogió del placer y abrió aún más las piernas para que Hyunjin se acomodara entre ellas y lo follara. Los dedos en su interior se movían sin darle descanso, estimulando su próstata violentamente.
―Alfa, quiero que me marques...
Hyunjin detuvo sus movimientos por un segundo y miró a Changbin con sorpresa. Las mejillas del Omega estaban completamente coloradas, pero su mirada era sincera y decidida.
―Márcame, Jinni.
Hyunjin besó los labios de Chang y tomó el preservativo que había abierto recientemente, se lo colocó y lentamente fue introduciendo su miembro en aquel ano dulce que lo succionaba hambrientamente. Quería marcarlo y llenar su vientre de cachorros, pero no podía pensar en sus deseos solamente.
―No podría negarme, mi amor. ―Hyunjin se enterró hasta el final y comenzó a besar el cuello de Changbin―. Deseo tanto hacerte mío, mío en todos los sentidos.
Chang sonrió y rodeó el cuello del Alfa con sus brazos.
―También quiero que seas mío ―susurró.
(...)
El celo de Changbin no había durado más de dos días, por lo que ahora mismo se encontraban yendo a casa de Minho y Jisung para buscar a su cachorrito.
―Esa pancita va a estallar ―fue lo primero que dijo Hyunjin al ver a Jisung en la entrada.
El menor hizo un puchero y asintió acariciando su enorme vientre. Su bebé pesaba tres kilos y medio, era muy grande. Estaba muriéndose de cansancio, y todavía no llegaba la fecha estimada de parto.
―¡Minho! ¡Vinieron por el cachorro!
Minho se asomó en el pasillo e hizo una mueca de angustia.
―¡Que se vayan! La estamos pasando bien.
―¡Awagawaga!
Jisung comenzó a reír.
Yongbok vio a sus papás y comenzó a removerse en los brazos de Minho para que este le soltara. Minho lo dejó en el suelo y rápidamente, Yongbok gritó y gateó hasta la entrada, donde Hyunjin se inclinó y tomó a su bebé en brazos.
―¡Ohhhhh! ¡Qué bebé más rápido! ¿Me extrañaste, pollito?
Hyunjin ingresó a la casa con Yongbok y por detrás le siguieron Chang y Jisung.
―Caminas muy lento ―murmuró Changbin soltando una risilla al ver a Jisung caminando con las piernas muy abiertas.
Era cómico verlo, tan pequeño y con una panza tan grande.
―Tú igual, así que no me digas nada ―Jisung señaló riéndose―. ¿Cómo fue tu celo? ―dijo pícaro.
Changbin se puso colorado.
Hyunjin se giró hacia ellos con el ceño fruncido al sentir la incomodidad de su Omega a través del lazo.
―¡No le preguntes cosas raras! ―lo apuntó con el dedo y Jisung soltó una carcajada.
(...)
Hyunjin, Chang y Yongie estaban paseando por el parque para tener un día de picnic. Después de haber estado separados de su cachorro por tanto tiempo, querían mimarlo y darle todos los besitos del mundo. Yongbok no se quejaba, en definitiva, no era un bebé arisco si se trataba de sus padres.
Yongbok se paró en la manta en el suelo y se apoyó en el pecho de Hyunjin, sonriéndole.
Hyunjin miró con ojos desorbitados a su bebé y haló a Changbin para que este volteara a verlos. Changbin chilló emocionado al percatarse de lo que Hyunjin le estaba enseñando.
Yongbok se soltó del pecho de Hyunjin y comenzó a aplaudir al ver lo emocionados que estaban sus padres.
―¡Se está parando solito! ―chilló Hyunjin y sus ojos se llenaron de lágrimas al instante―. ¿Puedes creerlo, mi amor? ¡Nuestro cachorro es un prodigio!
Changbin continuó con los aplausos de emoción y rio cuando Hyunjin lo tomó de las mejillas y le plantó un fuerte beso en los labios.
Un par de personas a su alrededor voltearon a verlos y sonreían al ver la emoción de la pareja gracias a que su cachorrito podía pararse por sí mismo.
Pocos minutos después, Hyunjin bufó divertido.
―Hace un minuto eras súper independiente... Y ahora mírate.
Yongbok le miró con sus enormes ojitos inocentes. Estaba prendido del pecho de su mamá, aun cuando lo «había dejado». Yongbok no había pedido pecho por tres días. Chang lo abrazó haciendo pucheritos, él no quería destetar a su bebé todavía, no quería que ese hermoso vínculo terminase aún. ¡Yongbok era muy pequeño! Incluso podía seguir otro año más. Que fuera un Alfa no significaba que tuviera que dejarlo tan rápido.
―¡Déjalo! Todavía es un cachorrito.
Hyunjin comenzó a reír.
―Un cachorrito tan mimado ―señaló Hyunjin, acariciando su cabellito revuelto.
Changbin le mostró su lengua en un gesto infantil y luego volvió a mirar a su bebé. Hyunjin les tomó una fotografía con el río de fondo, aunque lo más hermoso en ella era la expresión encantada de Chang mientras veía a su cachorro y la carita dulce de Yong.
Hyunjin no quería interrumpir, pero había algo que estaba molestándole.
―Oye, Binie. Hay un tipo que nos está mirando desde hace rato... Hacia la derecha, como a unos quince metros, cabello rubio hasta los hombros, camisa amarilla ―detalló con preocupación.
Changbin miró con disimulo y dejó de respirar cuando reconoció a esa persona. Allí, en un grupo pequeño de jóvenes, estaba Jeongin.
―Es mi ex ―dijo bajito―, el padre de Yongie. ―Changbin hizo una mueca al mencionar lo último, pues no lo reconocía como tal, ya que ese era Hyunjin. Jeongin había perdido el derecho hacía mucho tiempo.
Hyunjin volvió a mirar a ese tipo y ladeó la cabeza ligeramente.
―Tiene cara de tarado ―Hyunjin murmuró con molestia, aunque Changbin notó un pequeño puchero en sus labios.
Chnagbin rio.
―No tienes que preocuparte, Jini. Él fingió que no me conocía antes, ¿crees que ahora dirá algo? ―Chang frunció el ceño―. No le prestes atención.
Jin tragó una bocanada de aire y trató de fingir que no le importaba ese tipo, pero aun cuando miró de nuevo, ese tipo estaba mirándolos. Hyunjin comenzaba a inquietarse, se sentía acechado y que su familia podría estar en peligro.
―¿Podemos irnos?
Changbin le miró con duda. El día estaba hermoso y Yongie se veía tan lindo sentado en el suelo con su trajecito de abejita.
―Es temprano todavía... ―Changbin murmuró cabizbajo.
―Iremos por postre.
―.... ¿Heladito con brownie?
―Heladito con brownie, mi amor.
Hyunjin sonrió cuando el entusiasmo del Omega subió nuevamente y ambos comenzaron a guardar todas sus cosas y las del cachorro. Yongbok les miraba curioso, agitando sus manitas para ser cargado por Hyunjin.
Hyunjin tomó a su cachorro y la canasta mientras que Changbin llevaba la pañalera del bebé.
―Iremos por helado y yogurt, mi amor.
Ante la palabra yogurt, Yongbok se emocionó y dejó un besito en las mejillas de Hyunjin.
Llevaban cerca de cinco minutos caminando cuando Hyunjin comenzó a inquietarse nuevamente.
―Amor, el tipo nos está siguiendo...
Chang dudó por un segundo, pero fingió acomodar la ropa de Yongbok para mirar hacia atrás. Jeongin estaba a unos cuantos metros.
―Nah, seguro vamos por la misma dirección.
Hyunjin arrugó la nariz inconforme y rodó los ojos. Para el tierno e inocente Changbin podría ser una casualidad, pero Hyunjin no estaba seguro.
―Vamos más lento, así nos rebasará ―dijo Changbin tratando de tranquilizar a Hyunjin―. No te inquietes, Yongie se preocupará.
Hyunjin trató de regular su respiración y miró la carita curiosa de su cachorro. Las manitos de Yongbok se posaron en su rostro y Hyunjin sonrió para que el pequeño jugara con sus mejillas.
La pareja paró frente a una tienda y se quedaron mirando una vidriera, pero Jeongin jamás los rebasó. Hyunjin comenzaba a impacientarse cada vez más, pues no lograba entender las intenciones de ese idiota.
―El idiota está haciendo lo mismo, ¿qué pretende? ―Hyunjin gruñó mirando a Jeongin con odio.
―¿Papá? ―Yongbok soltó un pequeño grito cuando escuchó el gruñido de Hyunjin y sus ojitos se llenaron de lágrimas―. ¡Papapa!
―¡Hyunjin! ―Changbin tomó a su cachorro en brazos y lo meció cariñosamente, pero el bebé seguía mirando a Hyunjin con miedo.
Hyunjin se sobresaltó y su Lobo jadeó al oír el llanto de su cachorro, causado por él y sus feromonas hostiles.
―Cachorrito, lo siento mucho ―Hyunjin se inclinó hacia su bebé y liberó feromonas tranquilizadoras logrando que poco a poco Yongbok dejara de llorar―. No fue mi intención, dulzura.
Changbin negó con la cabeza.
―Amor, sé que te inquieta, yo tampoco entiendo qué pasa, pero estamos hablando de Jeongin, nunca le importamos a ese tipo.
Hyunjin bajó la mirada. «¿Cómo pudo ser tan imbécil como para despreciar a su propio cachorrito?» desde el primer momento en que Hyunjin se enteró, supo que Jeongin era un tarado; pero se lo agradecía, ya que ahora ese cachorro de pecas era suyo.
―Está bien. Por las dudas, camina delante de mí, cariño. ―Hyunjin besó los labios de su Omega y dejó un beso en la cabeza del cachorrito―. Vamos.
(...)
Hyunjin no se lo podía creer. Ese tipo había ingresado al shopping y estaba en la tienda frente a la heladería. No podían seguir fingiendo que era una casualidad, claramente los estaba siguiendo.
―Voy a ir a darle un puñetazo.
Changbin bufó.
―Ignóralo. No se ha acercado a nosotros.
―Viene hacia acá ―gruñó bajo, sintiendo dolor en los colmillos.
―¿Qué? ―el corazón de Changbin comenzó a latir con fuerza y Hyunjin apretó delicadamente su mano.
―Está cruzándose.
Changbin se congeló por unos segundos y apretó a su cachorro en sus brazos. Yongbok se removió inquieto al olfatear el miedo en su mamá.
Hyunjin se levantó y se colocó frente a su Omega, creando una barrera que lo separaba de ese idiota. Estaban hasta el final en los sillones de la heladería, por lo que Jeongin debía caminar por un largo pasillo hasta llegar a ellos, sin embargo, Hyunjin no estaba dispuesto a dejarlo ir tan lejos.
―No permitiré que se les acerque.
Los empleados notaron inmediatamente las feromonas hostiles de ese Alfa y miraron preocupados al otro Alfa que se acercaba a él.
―No inicien una pelea, o llamaré a la policía ―le dijo un empleado mirando seriamente a Hyunjin, aunque su mano temblaba sobre su pecho.
Hyunjin gruñó mostrando los colmillos.
Jeongin se detuvo a unos metros y su mirada melancólica se posó en el Omega detrás de ese Alfa furioso y en el pequeño cachorro que poco a poco parecía tener más ansiedad.
―Sólo quiero hablar con Changbin ―dijo Jeongin en voz alta.
Hyunjin se indignó por el descaro de ese tipo y negó con la cabeza inmediatamente.
―Entonces ahora sí sabes quién es, ¿después de casi un año te volvió la memoria?
Jeongin boqueó y apartó la mirada.
―Changbinnie, hablemos un momento...
―¡Él no quiere! ―Hyunjin gruñó aún más alto, los pocos clientes allí sentados se fueron y los empleados soltaron un jadeo de miedo―. Así que dirígete a mí, a su Alfa ―señaló meticuloso.
Jeongin se mostró herido por esas palabras y Hyunjin sólo tuvo más ganas de partirle la cara. Hyunjin lucía mucho más fuerte que Jeongin, a pesar de que ambos eran musculosos, imponía más.
Hasta ese momento, Changbin creía que las personas que llamaban hostil a Hyunjin no tenían idea de lo que esa palabra significaba, pero a Changbin se le estaba pasando algo, Hyunjin sí era hostil, era un animal de colmillos afilados dispuesto a atacar si otro Alfa se acercaba a su pequeña manada.
Una Omega llegó a Changbin por detrás del mostrador e intentó ayudarle con su cachorro, que no dejaba de quejarse con incomodidad.
―Tu presencia molesta a mi familia, así que vete a la mierda antes de que te arranque la garganta.
Jeongin negó irritado e incluso dio un paso al frente, pero Hyunjin no estaba bromeando, no le permitió ir más lejos. El Alfa más grande avanzó sobre Jeongin y lo tomó fuertemente del cuello para arrastrarlo hacia la salida. Jeongin intentó zafarse, pero su fuerza no era nada en comparación a la de Hyunjin.
Lanzó a Jeongin haciéndolo deslizarse por el suelo unos cuántos metros, con tal fuerza que su cuerpo sonó como si un hueso se hubiese roto.
―¡No intentes acercarte a mi Omega o a mi cachorro otra vez! ―Hyunjin rugió usando su voz de mando, iba a gritarle de nuevo al ver el pánico en su rostro, pero se contuvo para no seguir asustando a su familia―. No te garantizo tanta suerte.
Hyunjin volvió a entrar a la heladería y, manso de repente, se acercó a Changbin, la Omega se alejó de ellos y Hyunjin se arrodilló frente a Changbin, bajando la cabeza en señal de sumisión.
―Vamos a casa, mi amor.
Ese día Changbin recordó que Hyunjin sí era hostil, y que esa dócil actitud sólo la mostraba con ellos. Lejos de asustarse, Changbin se sintió enormemente protegido.
El cachorro olisqueó el aroma de Hyunjin y estiró su manita hacia él, mostrando su dedito. Hyunjin le sonrió y entrelazó su índice con el de Yongie.
―Vamos ―respondió Changbin, sonriéndole cariñosamente.
23012023
Disculpen la mediocridad, en fin, fin
No sé si lo recordaban pero Jinnie era todo un alfa malote hasta que llegó un omega tímido con un alfita chikito 😂😭
Espero que les haya gustado <3,, todavía tengo pensados un par de extras por si quieren dejar el libro guardado para entonces
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