7. Traslado

Después varios días realizando la única que tarea que les había dejado el director, los chicos se comenzaban a acostumbrar a esa rutina, llegar, registrarse y atender a los pacientes. Así pasaron varias semanas repitiendo esa misma actividad en la cual Amber sentía que no progresaban en nada, su única paciente de nombre Emily solo salía de tres palabras "no estoy loca" a cualquier pregunta que le hicieran lo que hacía William se desesperara y abandonara la habitación en varias ocasiones dirigiéndose a su ahora mejor amiga. La máquina dispensadora.

Una mañana de viernes, después de hacer sus actividades diarias finalizaron su día cerrando con seguro la habitación del paciente.

—Tengo un juego de mesa— soltó Mathew mientras caminaban hacia la salida del hospital moviendo la bata blanca de un lado a otro al andar— Podría Marilyn hacernos un café y la cena mientras jugamos.

—Sí, claro, tengo muchas ganas de hacer la cena hoy— se detuvo y lo miro— Amber y yo hemos hecho la comida toda la semana, creo que es momento de cambiar de roles. Te toca la cena.

El joven la miro frunciendo el ceño.

—¿Qué? Yo nunca cocino— negó Mathew— Eso es de mujeres.

Marilyn y Amber intercambiaron una mirada y abrieron la boca volviéndolo a ver.

—Querido Mathew— se acercó Marilyn y le coloco una mano sobre su hombro— Vamos a cambiar de roles, mañana sábado les toca la limpieza y la comida mientras Amber y yo pintamos la parte de afuera que se arruino por la lluvia.

—¿Ustedes van a pintar? — soltó William alzando una ceja.

—Si ¿Qué tendría de malo? — pregunto Amber mirándolo y el joven le sonrió— ¿Temes que dos mujeres hagan el trabajo de un hombre?

Mathew y William intercambiaron una mirada y se sonrieron. Este último extendió su mano.

—Me parece un buen trato...—Amber le sonrió— ¿el fin de semana?

—Acepto el trato— tomo la mano William y una extraña descarga paso entre ambos quienes pasaron de desapercibidos.

Los cuatro caminaron hacia la salida cuando una puerta se de los dormitorios se abrieron de golpe sobresaltándolos, dos médicos salieron y uno de ellos camino hacia la entrada.

—Despejado— hablo el hombre y luego el segundo medico abrió más la puerta y varios pacientes salieron de la habitación.

Los pacientes eran encaminados hacia la salida con rehenes a su lado hasta la salida.

—¿A dónde los llevan? — pregunto Amber acercándose al primer medico al lado de la puerta, el hombre la miro por algunos segundos.

—¿Y usted es...? — pregunto el hombre frunciendo el ceño.

—Acabamos de llegar...

El hombre asintió con la cabeza.

—Ah, son los nuevos— hablo el hombre y les sonrió— Es un gusto que estén aquí, los llevaremos a otro lugar del hospital del mismo plantel por seguridad.

William alzo una ceja.

—¿Por seguridad de quién?

El médico le sonrió y coloco una mano sobre su hombro.

—Tranquilo niño— hablo, William se dio un paso hacia atrás— Es por seguridad de nuestros pacientes.

El hombre se dio media vuelta y se alejó junto sus compañeros, William frunció el ceño y miro como uno de los pacientes se le quedo mirando, era una mujer como de cincuenta años, la mujer lo miro por algunos segundos.

—Avancen— ordeno uno de los guardias.

La mujer dejo de mirarlo y retomo su marcha, luego se detuvo a volver a mirarlo y se aproximó a una planta, William frunció el ceño y luego retomo su caminata.

La noche ya había caído en el Hospital, antes de que pudieran al fin marcharse uno de los enfermeros les pidió su apoyo para un papeleo pendiente.

—Yo debo ir al baño— anuncio William y se dirigió en el sentido contrario a donde caminaban.

—Te esperamos— anuncio Amber recargándose en la pared, el joven hizo una mueca y luego sonrió para retirarla, asintió con la cabeza y se dio media vuelta.

Entro a los baños y observo la luz del techo parpadear, se encogió de hombros restándole importancia y entro a uno de los cubículos, se sentó sobre la taza fría y saco de su bolsillo el pedazo de papel que había encontrado por la maceta.

"2605" decía la nota extraña, el joven frunció el ceño dándole vuelta a la hoja, pero no decía nada más. Se preguntó mentalmente que podía significar aquel número y salió de los baños regresando junto a sus compañeros.

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