14. Muerte en el pasillo 26
Marilyn camino por los pasillos mientras la noche comenzaba a caer, se quitó la bata blanca mientras atravesaba la puerta de salida de su paciente asignado.
—Nos vemos mañana Hannah— se despidió de la niña rubia quien le sonrió agitando su mano y regresando su vista a la muñeca, la niña abrazo la muñeca de trapo apretándola en su pecho, Marilyn sonrió mirándola y luego cerró la puerta con seguro.
Marilyn realmente amaba lo que hacía, ayudar a las personas e intentar que tuvieran un ambiente distinto, con juego y cantos como implementaba con los niños. No podía entender como sus familiares tenía el corazón de abandonarla sabiendo lo mucho que los pacientes los necesitaban, porque con sus problemas o sin ellos, la familia siempre estaba para ti, o eso era lo que su padre siempre le había comentando cuando era niña y su hermano no nato había fallecido por un aborto espontaneo. Marilyn siempre había querido un hermano para compartir alegría y tristezas, pero la vida no lo quiso y no solo le quito esa ilusión, sino que también le arrebato a su madre cuando nació criándose completamente sola, porque a pesar de que su padre siempre la protegió y la procuro en todas las maneras posibles, siempre quiso una mama.
Las luces arriba de ella comenzaron a parpadear y la joven miro hacia las luces deteniendo su paso, luego regreso a la normalidad y se encogió de hombros restándole importancia al asunto, segundos más tarde la luz volvió a parpadear de la misma manera, observo el final del pasillo en donde estaban las puertas abiertas de par en par y se movían ligeramente por el aire, luego la luz se apagó de golpe y Marilyn se detuvo. La oscuridad siempre había sido su mayor temor, respiro con fuerza y abrió los ojos dirigiéndolos hacia la salida, asintió para ella misma tomándose valor cuando escucho un ruido detrás suyo, se dio media vuelta lentamente y miro hacia la oscuridad.
Cuando hablaba con su padre de sus miedos siempre le preguntaba por qué le daba miedo la nada, lo oscuro e invisible, pero ese no era el temor de Marilyn, siempre era lo que podía habitar en ella. Entrecerró los ojos y alzo sus ojos al techo intentando ver algo, unos pasos se aproximaban corriendo, fuertes y ruidosos haciendo que los ojos de la joven se abrieran con temor, luego, llego el silencio, sepulcral y tenebroso. Marilyn respiro con rapidez y sus manos estaban apretadas en la bata blanca, escucho un ruido en la parte de arriba de su cabeza y con lentitud levanto la mirada, algo la levanto del aire provocando un grito en la joven mientras pataleaba en el aire, luego cayó de espaldas sintiendo un dolor recorrer por su espalda. Una silueta se levantó del piso y luego se acercó a ella, tenía unos grandes cuernos y una lengua en forma de serpiente, Marilyn soltó un grito cargado de miedo y terror, se levantó, corrió hacia la salida del hospital en donde las puertas se abrían y cerraban con violencia, logro traspasarlas siendo golpeada en el brazo, detuvo su andar al mirarse de nuevo en el pasillo que había corrido.
Negó con la cabeza mientras sentía un nudo en su garganta, las luces se encendían y se apagaban iluminando y oscureciendo el hospital, se recargo en la pared mientras las lágrimas comenzaban a descender de sus ojos. En uno de los apagones y prendidas de las luces, a su lado, estaba una mujer sentada con la bata blanca de paciente, Marilyn grito y se apartó sin dejar de verla. La mujer que desconocía yacía muerta en el piso, el cabello castaño le caía sobre el rostro de la paciente y su cuerpo estaba rodeada por un gran charco de sangre.
Algo la arrojo al piso, una fuerza sobrenatural que no logro identificar y cayó sobre el cuerpo de la fallecida, la muerta abrió los ojos y le sonrió mostrando sus dientes amarillos y la joven grito, se alejó de ella resbalando con la sangre y corrió por el pasillo con lágrimas en los ojos hasta llegar a la salida y sin detener su andar hacia la pensión.
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