Qᴜᴀᴛᴛʀᴏ Aᴛᴛᴏ: 𝕹𝖊𝖑𝖑'𝖎𝖓𝖋𝖊𝖗𝖓𝖔 𝖛𝖎𝖊𝖓𝖊 𝖆𝖓𝖈𝖍𝖊 𝖌𝖎𝖚𝖉𝖎𝖈𝖆𝖙𝖔
Cᴜᴀʀᴛᴏ ᴀᴄᴛᴏ ;;
ᵉⁿ ᵉˡ ⁱⁿᶠⁱᵉʳⁿᵒ ᵗᵃᵐᵇⁱᵉ́ⁿ ˢᵉ ʲᵘᶻᵍᵃ
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𝓅𝓊𝒷𝓁𝒾𝒸𝒶𝒹ℴ: 07/11/2020
"𝑴𝒊𝒆𝒏𝒕𝒓𝒂𝒔 𝒍𝒂 𝒎𝒖𝒆𝒓𝒕𝒆 𝒄𝒂𝒆 𝒅𝒆𝒔𝒅𝒆 𝒂𝒓𝒓𝒊𝒃𝒂 𝒄𝒖𝒆𝒏𝒕𝒂 𝒕𝒖𝒔 𝒃𝒆𝒏𝒅𝒊𝒄𝒊𝒐𝒏𝒆𝒔 𝒑𝒐𝒓𝒒𝒖𝒆 𝒆𝒔 𝒍𝒐 𝒖́𝒏𝒊𝒄𝒐 𝒒𝒖𝒆 𝒕𝒆 𝒒𝒖𝒆𝒅𝒂𝒓𝒂́"
Cuando el espectáculo finalizó las personas comenzaron a salir de la carpa poco a poco. Entre las personas que salieron estaba Sonny quien quiso salir a tomar un poco el aire. La noche era fresca pero tampoco tanto como para que tuviera frío, de hecho después de la actuación de Shawn casi hacía más calidez fuera que dento. Fue andando hasta la parte trasera del circo donde no había cientos de personas de un lado para otro, seguía sintiéndose incomodo rodeado de gente, no podía evitar recordar el mal trago que pasó en su ciudad natal.
Ya era cerca de media noche y entre el sonido del viento meciendo las ramas de los árboles y las hojas se podía escuchar algún que otro búho ulular. Era una noche tranquila, de esas que le encantaban a Sonny pues le permitían pensar y descansar con tranquilidad, pero dicha tranquilidad fue interrumpida de repente cuando escuchó algo moverse dentro del bosque.
¿Un animal quizás? Había sonado más bien por las copas de los árboles ¿Entonces era algún ave? Pero ese sonido había sido demasiado brusco y fuerte como para que fuera un simple búho o cuervo que rondaba por allí.
El sonido se volvió a escuchar, pero esta vez más cerca y en el suelo ¿Cómo podía acercarse tan rápido? ¿Y que clase de animal se movía tanto por los árboles como por el suelo a tanta velocidad y era tan grande como para hacer ese estruendo? La maleza comenzó a moverse y una especie de pasos se escucharon. Sonny retrocedió un poco asustado y cuando vio una sombra aparecer el corazón casi se le paró.
La sombra dejó paso a una débil y difuminada figura por la oscuridad y la lejanía. Eso definitivamente no era un animal pues tenía forma humana. Miles de opciones se le vinieron a la mente al azabache, alguien perdido, alguno de los espectadores que había ido al bosque a algo y ahora volvía, alguno de sus compañeros del circo haciendo una ronda de vigilancia por los alrededores... Probablemente esa última opción era la que más sentido tenía, así que sus nervios se relajaron un poco para instantes después volver a tensarse.
Al irse acercando más pudo ver que a la espalda de la silueta se podía ver algo más, parecían... ¿Alas? No, imposible, ninguno de sus compañeros poseía ninguna mutación física así. Si bien Bunny parecía tener rasgos característicos de un conejo nadie más tenía rasgos animales tan evidentes.
La figura al fin salió del bosque entrando lentamente al recinto del circo, al menos parecía haber una sola persona. Una vez la luz de los farolillos alumbró a la figura pudo ver a quien tenía en frente, era, de hecho, alguien que no conocía, y por ende no era del circo pues Sandra le había presentado esa mañana a todos sus compañeros.
Frente a él había un chico de pelo largo y de un color rubio dorado, sus ojos eran de un tono rojizo y estaban clavados en él. El chico vestía unos pantalones oscuros acompañados de una camiseta básica azulada y un chaqueta fina blanca, debía tener más o menos la misma edad que Mark, pero lo que más resaltaba en él eran definitivamente las alas blancas que decoraban su espalda.
Las alas de aquella persona eran algo diferentes a las de cualquier ave que hubiera visto, las del chico frente a él eran más bien de un puro color blanco casi angelical con un cierto tono dorado y eran casi más grandes que él mismo, eso más que un aspecto de ave le daba un aspecto de ángel.
Cuando el chico reanudó su paso hacia él, Sonny reculó dando un par de pasos más hacia atrás como acto reflejo. Esto hizo que la otra persona frenara su avance.
—¿Me tienes miedo? —preguntó.
Sonny no supo que contestar ¿Siquiera debía hacerlo? ¿Y si era alguien peligroso? Lo mejor sería volver y avisar a Travis o Zhao.
—Si es así no deberías, yo formé parte de este circo ¿sabes?
Aquella afirmación hizo que volviera a tener toda la atención de Sonny.
—¿Parte... del circo...? —la otra persona sonrió al ver que por fin le dirigía la palabra.
—Si, hace algunos años, pero por desgracia nuestros caminos se separaron —explicó—. Aunque esto es algo que mejor no hablar a gritos ¿Puedo?
El rubio hizo un gesto con su cabeza pidiéndole permiso para acercarse. Wright dudó unos segundos, pero si fue parte de Mythical Circus, no podía ser una mala persona ¿verdad?
Al final fue él mismo quien tomó la iniciativa y se acercó lentamente al otro que sonrió levemente y comenzó a acercarse también con cautela para no asustar de nuevo al de ojos verdes.
—Tu debes de ser Sonny Wright —habló de nuevo al estar ya más cerca—. He escuchado hablar mucho de ti.
—¿Quién eres?
—Chico directo, eh —se tapó levemente con el dorso de su mano su boca mientras soltaba una suave risita—. Me llamo Byron Love, hace algunos años yo formé parte de este circo, pero luego preferí seguir por mi cuenta. Aún así guardo muy buenos recuerdos de este lugar.
La forma en la que Byron hablaba tranquilizó un poco a Sonny, no notaba malicia o segundas intenciones ocultas en sus palabras y su voz era bastante dulce.
—¿Y cómo es que me conoces? —preguntó ahora menos a la defensiva.
—Bueno, siempre he sido algo curioso, y a pesar de que ya no formo parte de este lugar a veces paso para echar un vistazo, me trae buenos recuerdos, entonces fue cuando vi a Fischer mostrándote el lugar —Sonny miró al rubio con curiosidad—. Además, ver a un nuevo especial siempre me interesa, ya sabes, saber más sobre gente como yo.
Byron estirazó sus alas y las acercó un poco al menor. Sonny las observó embelesado, ahora que las veía de cerca no solo el color y el tamaño eran especiales, esas plumas parecían especialmente cuidadas y suaves. Le hubiera gustado tocarlas, pero eso hubiera estado un poco fuera de lugar, por lo que se conformó con mirarlas de cerca.
—¡Sonny! —se escuchó una voz a lo lejos llamándolo.
—Parece que tus amigos te buscan— mencionó Byron sin despegar la mirada de él—. Volveremos a vernos, me gustaría hablar de nuevo contigo.
—Sonny, aquí estabas ¿Por qué no contestas? —Valentín y Trevor aparecieron en el lugar.
Sonny los miró y cuando regresó la mirada al lugar donde Byron debería estar, este se había esfumado ¡Ni siquiera lo notó moverse!
—Yo solo... Estaba tomando el aire —contestó volviendo a centrarse en sus amigos.
—Será mejor que volvamos con los demás —dijo Trevor—. De todas formas ya mismo comenzará el toque de queda.
—¿Toque de queda?
—Si, a partir de las 12 de la noche cualquier especial del circo tiene prohibido salir fuera de su cabaña si no está autorizado por Travis o Jinyun —explicó Valentín.
—Es un poco injusto, pero por lo visto fue una norma que pusieron a raíz de un incidente que hubo hace años, muchos de los que estamos aquí no estábamos en aquel entonces aún —indicó el chico que llevaba una gorra.
Finalmente los tres reemprendieron el camino de vuelta a las cabañas. Sonny seguía pensando en aquella persona con la que se había encontrado ¿Debía quizás decirle algo sobre eso a Travis o Zhao? Nada más llegar y cambiarse se dejó caer en la cama, estaba agotado y sinceramente no tenía ganas de darle más vueltas al asunto, ya pensaría lo que hacer mañana con más calma.
•••
—¡Sonny, despierta! —aquel grito hizo que del susto cayera de la cama.
—¿Qué pasa...? —se tocó la zona adolorida de su espalda por el golpe, aún estaba adormilado y no podía reaccionar bien.
—Venga, Sonny, tenemos una mañana larga por delante —vio que frente a él estaba Nathan ya vestido y listo para comenzar el día.
—¿Qué hora es? —preguntó mientras se levantaba del suelo mirando el exterior entre las cortinas, él sol a penas se estaba asomando, prácticamente era de noche todavía.
—Pronto, acaban de dar las 6 de la mañana —dijo el peliazul volviendo a su parte de la habitación.
Sonny miró a su alrededor y vio que Dragan y Valentín ya no estaban, Nathan se sentó en el borde de su cama mientras se colocaba los zapatos.
—¿Por qué nos levantamos tan pronto? Pensé que el desayuno no era hasta las ocho.
—Ya, pero hoy nos toca prepararlo a nosotros —contestó—. Los turnos para preparar los desayunos van por cabañas, pero los almuerzos y cenas son dependiendo de unos grupos que hace Travis. Por el momento tu aún no estabas en ningún grupo, pero si que tienes una cabaña asignada, por lo que tendrás que ayudarnos a cocinar y preparar la carpa-comedor antes de que los demás lleguen.
Sonny asintió, se acercó a su armario y cogió la primera prenda de ropa que encontró, de todas formas no tenía mucha.
—Te hace falta algo más de ropa, prácticamente solo tienes tres mudas —mencionó Swift al ver de reojo el armario del menor—. Se lo comentaré a Travis.
Tras decir eso el chico salió de la habitación dejando solo al menor, quien después de cambiarse entró al baño del que disponía la cabaña para peinarse y lavarse la cara para quitarse el sueño que aún no desaparecía. Salió de su cabaña encontrándose con el lugar desierto, algo raro después de haber visto como de lleno estaba la noche anterior, además en el circo eran bastantes personas allí viviendo y era raro no encontrarse con nadie por el camino de un sitio a otro.
Cuando llegó a la carpa-comedor vio que Serifovic y Eisner cocinaban algo en una parte apartada del lugar mientras que Nathan colocaba las mesas y las sillas. Las ollas que usaban eran enormes y apilados en la encimera había torres de platos y vasos que con el más mínimo golpe brusco podrían caerse y romperse en pedazos al dar contra el suelo, también tenían bandejas con los cubiertos. A pesar de que quizás no era la mejor cocina del mundo todo estaba muy limpio y ordenado y los ingredientes que usaban eran frescos y tenían muy buena pinta.
—Buenos días, Sonny —saludó Dragan— ¿Has dormido bien?
—Bastante bien, gracias. Siento llegar tarde, no sabía que hoy nos encargábamos de hacer el desayuno —dijo eso último algo avergonzado.
—No te preocupes, apenas llegaste ayer, no esperamos que te adaptes inmediatamente a nuestro sistema, además fue fallo nuestro, con todo el tema del show y demás se nos olvidó por completo avisarte —se disculpó el de pelo azabache.
—¡Sonny! ¿Puedes venir a ayudarme, por favor? —lo llamó Nathan.
—¡Si! —corrió para reunirse con él.
Entre los dos colocaron todas las mesas y sillas del lugar, ciertamente fue un arduo trabajo pues la carpa en ese momento pareció incluso más grande de lo que era y con tantas personas viviendo allí eran bastantes el numero de mesas y sillas a colocar.
Al terminar les tocó poner en las bandejas un plato y un cubierto de cada tipo junto a un vaso y repartirlas por las mesas para que en cuanto alguien llegara la cogiera, se acercara para que le sirvieran el desayuno y se volviera a sentar, rápido y práctico. Para cuando terminaron de repartir bandejas ya eran más de las siete y cuarto de la mañana y el desayuno ya estaba listo y guardado para que no se enfriara mientras que el resto venía.
—Toma —Dragan le extendió un delantal que Sonny no tardó en ponerse.
—Prepárate para ir sirviendo desayunos, cuando todos acaben de comer entonces comeremos nosotros —explicó Nathan colocándose también él un delantal.
Cerca de las siete y media aparecieron las primeras personas, concrétamente los dos dueños del circo, Zhao y Percival, tomaron dos bandejas y Dragan y Nathan les sirvieron. Los dos hombres regresaron a su mesa y comieron entre una charla tranquila e informal.
No tardaron mucho en terminar y marcharse agradeciendo la comida a los cuatro menores, estos asintieron sonriendo y vieron marchar a los adultos. Eran las ocho menos diez cuando volvieron a quedarse solo ellos cuatro en la carpa.
—No está siendo para tanto ¿no? —preguntó Sonny, pues la cara preocupada de sus tres compañeros le había tenido asustado gran parte de la mañana.
—Tu espera, ahora viene lo peor —dijo Valentín con gesto sombrío.
Wright tragó saliva por lo que pudiera pasar. Un leve ruido se pudo escuchar a lo lejos, todos guardaron silencio y ese ruido poco a poco se hizo más fuerte hasta poder escuchar claramente que eran murmullos, gritos y pasos acelerados. En cuestión de unos segundos más la carpa se llenó de gente deseando comer y por ende de coger rápido su comida. Dragan y Nathan parecieron los más rápidos y mañosos a la hora de servir desayunos, Valentín era algo más lento, pero también la multitud fluía por su lado. En cuanto a Sonny se vio totalmente desbordado por la cantidad de gente que pedía comida y que tenían caras de querer comérselo a él si no les servía algo rápido.
—¡Sonny, por aquí! —le llamó Sandra.
—¡Ey, yo estaba primero! —se quejó Xavier.
—¡Quita idiota, yo comeré antes que tu! —lo empujó Elliot.
—¡Ya, estaos quietos! —los regañó Misha, realmente parecían críos.
Toda aquella situación mareaba al moreno de ojos verdes, por suerte, y con un poco de ayuda de sus tres compañeros, pudo sobrevivir a aquella roda. Cuando el lugar volvió a estar vacío y despejado se dejó caer en el suelo suspirando.
—Una mañana difícil, eh —sonrió Nathan.
—Ha sido una locura —reconoció el chico.
—Esto es lo que se forma todas las mañanas, por eso los veteranos pasan antes que los menores a desayunar —explicó Dragan.
—¡Venga, animate! —pidió Valentín con una sonrisa— Ahora nos toca comer a nosotros.
Nathan le tendió la mano al moreno y este se volvió a poner en pie con su ayuda. Cogieron también una bandeja y se echaron algo de comida que había sobrado para poder desayunar y sentarse en una de las mesas que no estaba demasiado sucia.
—¿Cómo podéis seguir ese ritmo? Por un momento pensé que me lincharían por no servirles más rápido... —comentó Sonny.
—Años de práctica —rió Eisner—. No te preocupes, acabarás cogiéndole el truco, nadie te va a atacar por ser un novato, creo.
—¿Crees? —Sonny alzó una ceja.
—De cualquier manera eso fue la tormenta ¿Y después de la tormenta sabes lo que toca? —preguntó Nathan con una sonrisa.
—¿La calma?
—No —negó el peliazul—. Recoger los desperfectos —Y señaló con el pulgar a sus espaldas.
Sonny miró y soltó un suspiro que hizo reír a sus compañeros al ver las mesas, los platos y cubiertos sucios después de la comida. Sería una mañana algo larga.
•••
—Espero que busquéis una forma de enmendar vuestro error —habló un hombre con el pelo peinado hacia atrás con gran cantidad de gomina.
Estaba sentado detrás de un fino y aparentemente caro escritorio y frente a él, con una rodilla hincada en el suelo y la cabeza gacha, había 6 personas más.
—El fracaso en la misión se debió a que los soldados se negaron a obedecer nuestras ordenes —habló el joven de hebras magenta—. Creo que no les gusta la idea de estar bajo las órdenes de mutantes.
—No quiero escusas, Moore —dijo con tono enfadado el hombre de mayor rango que mostraba una asquerosa aura de superioridad—. Os di una simple orden, y vuestro deber solo era cumplirla ¿no se supone que sois humanos mejorados? ¿Humanos superiores a cualquier otro ser vivo del planeta? Quiero resultados Moore, hace años que no traéis nuevos especiales y mi paciencia está empezando a agotarse.
—Tanto yo como mis compañeros lo lamentamos y ya hemos puesto en marcha un nuevo método para organizarnos —los cinco chicos que lo acompañaban asintieron sin levantar la cabeza.
—Eso espero, realmente espero mucho de vosotros, sobre todo de ti, no quiero más decepciones.
—No señor.
—Bien, en ese caso creo que podéis demostrar vuestra nueva disposición con la nueva misión que hemos recibido de las altas esferas. Han enviado un pequeño operativo para que localice de una vez por todas al Mythical Circus, ya va siendo hora de atacar su sede directamente —dijo el hombre levantándose de su asiento para acercarse a los menores que aún miraban al suelo arrodillados—. Tenemos a gente de confianza trabajando en ello y estoy seguro de que no tardaremos en encontrarlos al fin. Por lo que quiero que estéis preparados para partir a donde sea en el momento en el que se os indique ¿queda claro?
—Si señor, lograremos atrapar a esos fenómenos exiliados.
—Atrapad a todos los que podáis, no matéis a ninguno y lo más importante, si es posible traed a Zhao Jinyun y Percival Travis con vosotros, esos bastardos son los culpables de que desde hace años tengamos problemas para encontrar y atrapar fenómenos.
Los jóvenes por fin se levantaron, pero sin mirar directamente a los ojos a su jefe, hicieron una reverencia y se dispusieron a salir del despacho.
—Y Heath, cuidado con el gobierno ruso, ellos también están cerca de localizar al circo, y no queremos eso.
Con esas últimas palabras los seis jóvenes salieron del despacho de Othman y siguieron pasillo abajo hasta llegar al exterior del edificio.
—Mierda.
Nada más salir Duske pateó con fuerza el tronco de un árbol cercano, realmente no estaba nada feliz con la regañina que les acababa de caer.
—Será mejor que no hagas eso —advirtió Lilith—. Si encima te cargas el decorado solo lograrás que nos regañen aún más.
—Othman no tiene ni puta idea de nada, y aún así se cree superior a todos nosotros ¡Que mueva su culo de esa silla y haga él algo, joder! —Apolo no pudo evitar estallar, no estaba mucho más feliz que el más alto de los presentes, literalmente estaba que se lo llevaban los demonios.
—Bellerose no digas eso aquí, lograrás que nos metan a todos en aislamiento, recuerda que las paredes tienen oídos —le regañó Heath señalando a los soldados que había cerca y que iban de un lograr a otro.
—¿Tienes algún plan? —preguntó Regina al de pelo magenta ignorando el enfado, totalmente comprensible, de sus otros dos compañeros.
—Por ahora solo esperaremos a que este nuevo plan nos de resultados, luego ya veremos —se limitó a decir mientras se alejaba sin decir a donde.
—Siempre su estúpido secretismo —Lilith se cruzó de brazos y se apoyó en el árbol que minutos antes había pateado Duske.
—Déjalo Achilles, Heath tiene su propia manera de hacer las cosas —lo defendió Regina.
—Así que nuestros chicos secundarios favoritos tienen problemas —una voz aguda y notablemente orgullosa hizo que los cinco miraran arriba del árbol.
—¿Qué haces tu aquí? —preguntó Lilith frunciendo el ceño.
Una chica de pelo azul iris a la altura de los hombros y ojos rojos los miraba desde lo alto de una rama moviendo alternativamente sus piernas hacia delante y hacia atrás. Ese aspecto infantil le daba un aire angelical que se rompía completamente en cuanto la mirabas fijamente a esos ojos, ojos que brillaban como rubíes, pero mostraban una extraña aura que los incomodaba.
La chica bajó del árbol de un salto extremadamente elegante y aterrizó en el suelo con delicadeza, casi pareció bajar flotando. Durante todo ese rato la peliazul había mantenido una sonrisa arrogante en su cara.
—A este paso vais a conseguir que os sustituyamos antes de lo previsto, aunque es cierto que no os vendría mal una temporadita en aislamiento.
—Deja de decir gilipolleces, Leyna —advirtió Apolo.
—¿O si no qué? —retó la chica haciendo gruñir al albino.
—¿Por qué no te vas un rato con tus amiguitos y dejas hablar a los mayores? —le soltó la puya el chico.
—Bueno teniendo en cuenta como la división secundaria de especiales del ejercito alemán la está cagando, no creo que mis "amiguitos" de la división principal tarde en estar aquí conmigo —reconoció Leyna—, la verdad es que podría irme con ellos mientras eso pasa, pero... venir a molestaros es mil veces más divertido, esa cara de angustia es adorable.
La chica soltó una carcajada. Duske apretó los dientes y concentró su mirada en la menor ya cansado de ella, la chica al notar esto retrocedió un paso rápidamente sintiéndose amenazada, sabía muy bien que con la mutación que el mayor poseía poca broma.
—No creo que seas tan estúpido como para arriesgarte a usar tu mutación en mi contra teniendo en cuesta que soy tu superior —esta vez fue el turno de Leyna de fruncir el ceño—. Sabes que eso sería tu sentencia de muerte.
Era una mierda, pero ella tenía razón. Duske tuvo que inspirar profundamente y contar hasta diez para tragarse su orgullo y calmarse. Leyna Beck sabía donde atacar para buscar las cosquilla, se aprovechaba del hecho de ser de la división principal del ejercito alemán de fenómenos para hacerles la puñeta a los de la división secundaria.
—Si no quieres pelea, no vengas a meter boca desde un principio —bufó Regina poniendo los ojos en blanco.
—Sois unos estirados.
—Y tu una puta loca.
—Señorita Beck —un soldado llegó junto a ellos e hizo un saludo militar ante el grupo antes de proseguir—. El general la está buscando para que haga el reporte de sus última misión.
Leyna asintió y dio permiso al otro para retirarse tras ser informada, antes de irse se giró de nuevo a sus cincos encantadores compañeros.
—Espero que por el bien de vuestro cuello esta vez traigas resultados —tras dedicarles una amplia sonrisa se fue del lugar dando saltitos como si fuera una niña feliz a la que le habían dado un dulce.
—Es una capulla —soltó como si fuera veneno Apolo.
—Bellerose, esa boca —advirtió Mulgrave.
—¡Pero si es verdad! Ya podían regañar a la división principal alguna vez y no siempre a nosotros.
—Es lo que tiene ser los personajes secundarios de esta película, nos comemos el marrón —dijo Ichihoshi colocando su mano sobre el hombro de su amigo en señal de apoyo y para quitarle hierro al asunto.
—Además, ya sabes como es Beck —prosiguió Lilith—. Aprovecha la mínima de cambio para meter cizaña, es una demente esa cría.
—Iré con Heath, nos vemos después —se despidió Duske.
—¡No olvides estar listo por si nos hacen salir de urgencia a una misión! —le recordó Regina y el chico asintió sin parar su ritmo.
•••
—¿Lo has visto? —desde la ventana una chica había observado la pelea de los chicos de la división secundaria.
—Como para no verlo, son demasiado ruidoso —dijo apartando la mirada de la ventana y dirigiéndola ahora a la persona que acababa de entrar a su habitación.
—Son impulsivos, pero en el fondo son buena gente, solo es que están de los nervios —el chico que entró a la habitación se sentó al lado de la chica en el banco que estaba construido como parte del ventanal.
La habitación era amplia, con una enorme cama mullida y cómoda, un gran armario con todo tipo de ropa y un escritorio y cómoda con espejo. La moqueta del suelo era de pelo banca, como una alfombra, y las paredes estaban pintadas de un celeste muy pálido. Todos los muebles del lugar eran blancos excepto las sábanas de la cama que eran de el mismo tono de la pared.
Cualquier persona que entrara podía considerar aquella habitación como la de una niña adinerada o incluso de una princesa como las de los cuentos, pero la realidad de la persona que allí vivía era totalmente diferente.
—Siempre me a parecido asombroso que te den todos esto lujos —mencionó el chico mirando cada rincón de la habitación—. Si fuera por esos idiotas del gobierno la mayoría de los fenómenos dormiríamos en la calle, o en las mazmorras subterráneas de este lugar.
—Por muy bien que decores una jaula no dejará de ser una jaula —dijo la chica de vuelta—. Además, no es como si tu vivieras en un lugar mucho peor.
El chico se limitó a soltar una carcajada levantándose del banco. La fémina la siguió hasta la puerta con la mirada expectante por ver qué hacía o decía, después de todo a él lo conocía desde que eran niños, prácticamente crecieron como hermanos, y sabía que él siempre quería tener la última palabra.
—Supongo que a los juguetes más poderosos se les tiene un trató especial ¿no? —habló, pero la chica se limitó a desviar la mirada de nuevo hacia la ventana— Nos veremos luego, princesa, creo que Leyna volvió a echar leña al fuego.
Ese apodo le hizo chasquear la lengua a la menor con molestia, el chico ya sabía lo poco que le gustaba aquel apodo, principalmente por lo que significaba para ella. Sin decir nada más salió de la habitación cerrando la puerta tras él.
Una vez sola pegó la palma de su mano a la ventana, como si aquel gesto le permitiera escapar de allí, pero obviamente nada pasó. Cerró los ojos, pero al hacerlo una imagen asaltó su mente, una niña pequeña encarcelada en una fría y oscura mazmorra. De golpe volvió a abrir los ojos y alejó la mano del cristal como si este quemara como la mismísima lava.
•••
Algunos días pasaron desde la llegada de Sonny al circo, habían sido días alegres y divertidos, pero también llenos de trabajo. Como Wright no había elegido aún como aportaría su ayuda al circo, si con un espectáculo o formando parte del staff, se limitaba a ayudar a sus compañeros llevándoles agua, una toalla para el sudor, objetos que necesitaban o dándoles su opinión sobre algunas partes de sus espectáculos.
A esas alturas ya se había decidido en que grupo de trabajo estaría para hacer las comidas, almuerzos y cenas, y para limpiar. Para los desayunos obviamente se quedó con sus compañeros de cabaña, mientras que para los almuerzos y cenas le tocó junto a los hermanos Frost, Elliot, y Misha, llegando a llevarse muy bien con ellos a pesar de que de las constantes peleas de Elliot y Aiden y los piques del peligris hacia el de hebras bicolor.
Poco a poco había convertido ese circo en un verdadero hogar y, aunque la muerte de su madre seguía ahí, cada vez iba siendo menos dolorosa. Había comenzado a descubrir un nuevo mundo, uno que le encantaba y esperaba que no tuviera que abandonar jamás y menos de la misma manera que abandonó su anterior vida, porque volver a despertarse de un bonito sueño como en Edimburgo sería demasiado duro.
Las visitas de Byron Love se habían repetido en el tiempo, de hecho actualmente era común que se vieran todas las noches durante una media hora en la parte trasera del circo, justo antes de el toque de queda de media noche.
Al principio pensó en advertir a Travis y Jinyun, o incluso contarle sobre él a alguno de sus compañeros, pero el rubio había sido tan amable con él que cuando le pidió que no les avisara no pudo negarse. A ver, no era idiota, sabía que era un "desconocido" que rondaba el circo, pero los argumento de Love fueron bastante convincentes, y no lograba encontrar malicia en sus palabras, pero eso si, al mínimo acto sospechoso avisaría a todo el mundo.
—Muy bien, has mejorado mucho —decía Byron con una sonrisa.
Durante esa media hora en la que charlaban, Byron había comenzado a ayudarlo un poco, como podía, con el desarrollo de su mutación, ahora era capaz de alzarse en el aire y moverse con mayor libertad y sin parecer que iba ebrio o darse con las paredes o telas de las carpas del circo.
—Gracias por tu ayuda, siendo sincero si hubiera tenido que practicar yo sólo hubiera tardado mucho más en conseguirlo —agradeció con una sonrisa el chico moreno.
—No es nada, Sonny —negó Byron—. Los especiales debemos ayudarnos entre nosotros, más aún cuando nuestra mutación tiene una función similar ¿No crees? —Sonny asintió.
—Nunca me has llegado a contar por qué te fuiste de Mythycal Circus ¿Pasó algo malo?
—¿Malo? No, no exactamente, simplemente a veces nuestros caminos siguen direcciones diferentes, ya sabes —la mirada de Byron ahora brillaba con un deje de nostalgia.
—¿Y no te gustaría volver a ver a tus compañeros? ¡Seguro que si fuiste parte del circo todos se alegraran de verte! —insistió Sonny como si hubiera tenido la mejor idea del mundo, pero el de ojos rojizos negó.
—Creo que aún están algo enfadados conmigo por marcharme, después de todo me fui sin avisar —Byron miró un reloj de bolsillo que llevaba consigo—. Bueno ya es hora de que me marche.
—¿Vendrás de nuevo?
Byron se giró para mirar al moreno que le miraba con una amplia sonrisa, por unos momento dudó, pero luego asintió.
—Claro —desplegó sus alas, que a ojos de Sonny seguían siendo soberbias y mágicas a pesar de verlas casi a diario, y se fue internándose en el bosque.
Wright caminó de vuelta a la zona de cabañas donde se encontró con Celia apoyada en la pared de su cabaña. Cuando la peliazul vio al moreno acercarse se reincorporó y lo saludó con una amplia sonrisa y agitando la mano.
—Te he estado buscando, Nathan me dijo que aún no habías vuelto, pero siempre llegabas antes de las doce, así que decidí esperarte aquí.
—Perdona ¿Has estado esperando mucho rato? —Celia negó.
—Unos diez minutos, pero he estado entretenida con mis propios pensamientos no te preocupes —aseguró—. Algún día tendrás que contarme cual es ese sitio tan misteriosos al que vas todas las noches —le guiñó un ojo y Sonny rió.
—Quizás algún día ¿Y para qué me buscabas?
—¡Pues resulta que he encontrado la forma perfecta para que ayudes en el circo! —aseguró entusiasmada Hill.
—¿Cuál?
—A partir de mañana te integrarás en uno de los espectáculos.
Aquella afirmación sorprendió al de ojos verdes, pero realmente le hizo muy feliz. Por fin podría ser de utilidad para aquellas personas que tanto le habían estado ayudando.
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Y hasta aquí el capítulo de hoy ¿qué tal estuvo?
Ya hemos podido ver un poco sobre lo que hacen los miembros del gobierno alemán introduciéndose así a estos nuevos OC y personajes. También hemos visto a Leyna una OC que aparecerá en la división misteriosa que aún no se mostró, al igual que el chico y chica misteriosos que hablaban en una habitación.
Parece que el ejercito alemán se está poniendo las pilas, y el gobierno ruso también parece tener sus propios planes ¿por qué estará Byron tratando de acercarse a Sonny? ¿Cuál es su objetivo?
Parece que los problemas no van a tardar mucho en llegar. Y como siempre como extra la tarjeta de un nuevo personaje al final del capítulo, en esta ocasión tenemos al personaje favorito de Rocco ¡Nosaka!
~Nova/Dreamer ♥
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