»Fin


El último par de semanas pasaron en un abrir y cerrar de ojos para Lana quién ya estaba perdonando a Finn, sin embargo seguía ignorándolo. Finn por otra parte seguía los consejos de Ella al pie de la letra para recuperar a su enamorada, en cambio Jake no creía que eso funcionaría ya que era demasiado sencillo desde su punto de vista.

Lana estaba completamente nerviosa y lo demostraba agitando su pierna de un lado al otro mientras entrelazaba sus dedos, esperando a que el director mencionará su nombre para que pasará por su diploma donde afirmaba que estaba graduada de Secundaria. Y eso para ella significaba que una meta más estaba cumplida. Estaba orgullosa de ese día portar un birrete color azul marino y una gran toga que cubría un lindo vestido color beige.

Cuando el maestro mencionó su nombre completo, la habitación se llenó de aplausos y torpemente se levantó de su lugar y caminó un poco par subir un par de escalaras, y saludar a todo el personal que estaba en la mesa hasta llegar con el director para tomar su papel y sonreír un par de segundos al fotógrafo. Lana tomó su papel y bajó las escaleras sin dejar de temblar, Finn no despejó sus ojos de ella y maldijo mentalmente un par de veces porque estaban en las sillas por número de lista y él estaba muy alejado.

Cuando llegó el gran momento del castaño, se levantó con mucha seguridad para repetir los pasos de Lana y cada uno de sus compañeros. De regreso a su lugar le regaló a Lana una sonrisa sincera que ella le regresó, dejándolo con la piel china.

Al terminar la entrega de papeles, el maestro de Literatura tomó el control del micrófono con una gran sonrisa para dar un gran anuncio.

—Estoy muy emocionado con estos jóvenes —dijo muy emocionado, intercambiando miradas con cada miembro del grupo—. Y estoy orgulloso porque nadie se quedó, terminaron como la familia que se formó a lo largo de estos dos años. Pero no estoy aquí para mencionar lo que fueron, sino lo que son el día de hoy; alumnos recién egresados de la Secundaria, pero su meta no concluye aquí; sino todavía les falta recorrer un largo camino.

Y yo sé que cada alumno forjara su camino con fervor y responsabilidad porque eso es lo que enseñamos en esta escuela; creamos grandes profesionista con un futuro brillante. Y para demostrarlo una editorial nos dio la gran oportunidad de publicar a uno de nuestros estudiantes de su proyecto final en la clase de Literatura. Y ya tengo a los afortunados, puesto que el libro se publicará en una semana. —Hizo un poco de silencio para reunir un poco de tensión e intriga en toda la sala.

—Y el nombre de nuestros dos afortunados estudiantes son: ¡Lana Cooper y Finn Watson!, ¡un aplauso! —exigió el maestro, toda la habitación se inundó de aplausos.

Lana se giró para mirar a su compañero y pareja de proyecto, no lo podía creer ni un poco. Estaba tan sorprendida que su boca estaba abierta, y sino fuera porque su mandíbula estaba ligada a su cráneo, se hubiera caído. El corazón de Finn estaba latiendo con una velocidad de un atleta que acaba de correr un maratón, sus manos empezaron a sudar y lo único que podía ver eran los verdosos ojos de su enamorada.

—No sean tímidos muchachos y pasen por su primer ejemplar del libro. —Mostró un libro con una llamativa portada color verde y unos cuantos dibujos.

Lana y Finn se levantaron de su lugar y ella esperó a Finn para subir juntos las escaleras y caminar hasta el estrado. Lana entrelazó su brazo de su amigo, al estar frente al maestro, él les entregó el libro acompañado del micrófono para que dijeran algunas palabras.

—Realmente estamos bastante sorprendidos —empezó Finn tartamudeando.

—No esperábamos tener este gran privilegio —continuó la chica—. Pero sin duda alguna estamos muy agradecidos y también queremos añadir a nuestros padres quienes siempre nos apoyaron incondicionalmente y a nuestros amigos también.

—¡Este libro es para ustedes!.

Con la oración del castaño dieron por concluido su pequeño discurso y los dos volvieron a bajar mientras volvían a escuchar los aplausos de toda la habitación. Fin que estaba conteniendo el aire en sus pulmones lo soltó y respiró profundamente, pero al notar que su brazo seguía entrelazado con el de su chica, su piel se puso chinita y apreciaba cada momento en que la tenía cerca. Sin embargo la magia se esfumó cuando ella lo soltó y regresó a su lugar sin darle una mirada, dándole el libro impreso.

La ceremonia finalizó por completo, por fin dándole el gran momento de todos los graduados.

—Ahora por favor, solicito la atención de todos los graduados, ¡es momento de arrojar sus birretes al aire; y por favor todos digan "High Junior" —exclamó el director—. A la cuenta de tres; una, dos..., ¡tres!.

Todos tomaron sus birretes de la cabeza y los lanzaron al aire con mucha efusividad y alegría, gritando el nombre de la secundaria que acaban de graduarse. Todos los compañeros después de haber tomado un birrete empezaron a intercambiar abrazos llenos de cariño y melancolía por terminar un capítulo de su vida.

Lana abrazó a su mejor amiga con lagrimas en los ojos y le dio un gran beso sonoro en la mejilla.

—Ey, no llores. Prometo no dejar de verte —animó Lana dándole otro gran abrazo.

Jake abrazó a su mejor amigos y suspiró profundamente para evitar el llanto—. Que viejos estamos —hipeó con los ojos lloros.

—Jake... —farfulló Finn estrechándolo más fuerte.

Cuando Jake se fue a seguir abrazando a todos sus compañeros, Finn se sintió lo suficientemente valiente para acercarse a Lana y sonreírle, todavía no tenía el valor suficiente para abrazarla.

—Lana —murmuró apenado cabizbajo.

Lana sonrió con ternura y se acercó al chico para rodearlo con sus delgados brazos y apretarlo con mucha fuerza. Finn abrió sus ojos bastante sorprendido, pero no mencionó nada para no interrumpir el momento y la abrazó con la misma intensidad que ella lo estaba haciendo, estaba sudando sin duda. Cuando Lana se alejó lentamente miró sus ojos directamente y sonrió.

—Lo siento Finn.

¿Qué es lo que estaba pasando?, pensó Finn.

Lana rió—. Por ser un poco bruta e inmadura, ya sé porque lo hiciste —Finn seguía sin descifrar sus palabras y Lana rodó los ojos, para ella era difícil disculparse—. Lo del libro, ya sé porque me mentiste. —El chico se sintió el calor en sus mejillas y bajo la mirada—. Me haces sentir muy alagada, y no sé porque no lo vi antes, y sé que soy una chica un tanto complicada. —Se encogió de hombros—. Pero ahora solo quiero decirte que no estoy enojada por lo que hiciste y no quisiera perder tu amistad.

El mundo perfecto que Finn se estaba imaginando a lado de su enamorada se derrumbó con una sola palabra. Tosió, sorprendido.

—Yo... —balbuceó, no sabía qué decir con exactitud.

—¡Chicos! —exclamó una voz demasiado gruesa, salvando a Finn.

Ambos giraron su cabeza para mirar a un hombre bastante alto con un lindo traje color negro y mucha barba.

—Felicidades por haber ganado el concurso de libros. Yo soy Martin Garrent, uno de los dueños de la editorial del libro que se publicará en las librerías.

—Mucho gusto. —Ambos extendieron su manos para estrecharla con el hombre.

—El maestro le faltó decir que a nosotros nos falta imaginación fresca y joven, me encantaría que fueran escritores oficiales de la editorial, ¿qué les parecería, les gustaría?.

Lana sonrió de lado—. Este..., yo no tengo una imaginación muy creativa como la de mi amigo, tiene un montón de borradores en su casa. El que tuvo la idea fue él, él desarrolló mucho de la historia, yo solo aportaba con diminutas ideas. Estoy muy agradecida con esta oportunidad, pero mi vocación y mi pasión no es la escritura, sino la psicología—explicó la chica segura de sus palabras.

—Muchas gracias por tu sinceridad.

—Pero yo sé que Finn no derrochará esta oportunidad, ¿verdad? —miró fijamente a su amigo quién asistía con la cabeza—. Te veo luego Finn. Y hasta luego Señor Garrent. —Se giró en su propio eje y se alejó de ellos para seguir con sus compañeros.

Finn pensó que el destino lo odiaba porque cada vez que intentaba conseguir algo con su chica, algo o alguien los interrumpía. Pero eliminó ese pensamiento y se concentró completamente en Martin. Ya que una nueva puerta de oportunidades estaba abriéndose ante sus ojos.

—¿Tú si estás interesado en ser escritor de mi editorial? —preguntó tembloroso.

Finn parpadeó un par de veces y asistió con la cabeza frenéticamente—.Sí, por supuesto que sí.

Hay en el mundo un lenguaje que todos comprenden: es el lenguaje del entusiasmo, de las cosas hechas con amor, dedicación y con voluntad, en busca de aquello que se desea, en lo que se cree o se persiguen los sueños. Dibujando así una sonrisa en el rostro del vencedor por cumplir sus sueños, y gritando al exterior sus logros con orgullo.

Fin.

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