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Lana visualizó a Finn y Jake a un lado de la entrada escolar, caminó tranquilamente mientras sentía que los demás alumnos la empujaban de un lado al otro para ser ellos quién lleguen a la salida con olor a libertad, pues era viernes. Lana saludó con un beso en la mejilla a cada chico y por un momento, Finn sintió que volaba por los aires y sus ojos hablaron con su brillo especial.
Jake se rió y negó con la cabeza ante la mirada curiosa de la chica—. Me acordé de un chiste que no le había entendido hasta ahorita—. Se encogió de hombros—. Suelo tardar mucho en entender a los chistes. —Intercambió una mirada pícara a su mejor amigo ya que él sabía el verdadero significado de sus palabras—. Bueno chicos, tengo que irme a comer porque muero de hambre, los veo el lunes, ¿de acuerdo?.
—Come bien Jake —respondió Lana con una sonrisa—. Come también por mi, que Finn y yo vamos a la cafetería por un café, pero no es comida.
—Con mucho gusto Lanita, por mí, me comería todo el refrigerador —rió y pasó su mano por el hombro de la chica deslizándolo hasta llegar a la mano y darle un leve apretón.
Finn en ningún momento despegó su mirada de la mano de su mejor amigo e intentó tragarse esos celos que le provocaban un gran nudo en la garganta. Jake al sentir la mirada penetrante, se alejó de inmediato con una expresión burlona en su rostro. Y Finn se relajó al instante, ¿cómo era posible que sintiera celos por la amistad que su enamorada y su mejor amigo tenían?. ¡Es que era estúpido porque él sabía que Jake jamás haría algo que lo lastimará!.
—Bueno chicos, ya están por terminar su historia, y yo dejaré de molestarlos —habló con una voz divertida.
Jake se despidió de sus amigos y tomó el camino contrario. Finn y Lana caminaron a la par en una amena conversación hacia la cafetería. Al llegar a ese lugar, fueron directamente a la caja registradora donde después de pedir y pagar, se sentaron en la mesa favorita de Lana; en la esquina porque es un lugar muy tranquilo y no se escucha mucho el desorden.
—Ya estamos demasiado cerca para el final, ¿no crees? —mencionó mientras se sentaba para deslizarse por el sillón hasta llegar al otro lado.
Finn imitó su acción y se sentó a lado de ella para después sacar su laptop de la mochila y encenderla. Sin embargo, cuando sacó el cargador se cayó una carpeta color beige y la tomó de inmediato. Lana no lo notó ya que estaba demasiado concentrada en la computadora, leyendo el último capítulo para darse un poco de inspiración y seguir.
—Lana —llamó Finn.
Ella desvió su atención para mirar directamente a los ojos marrones del chico, le sonrió tan alegre que derritió el corazón de Finn. Él le entregó la carpeta y ella algo confusa la tomó para abrirla y se sorprendió bastante cuando vio un póster de Ed Sheeran, eso le causó bastante ternura.
—Muchas gracias Finn, no debiste de regalarme esto, es mu bello. Los pegaré en mi habitación —comentó.
—Sí, tu habitación esta llena de su cara.
El comentario que hizo, le provocó una carcajada a Finn. Él había entrado solo una vez a su habitación para recoger un par de papeles y se sorprendió bastante cuando notó un poco de desorden, algunas prendas regadas alrededor del cesto de ropa sucia y la cama destendida. Eso sin contar que también se sorprendió mucho cuando se dio cuenta que era una fanática de su cantante favorito. Y por eso intentó conseguir algo que le agradará.
—Sólo exageras, no tengo tantos —se encogió de hombros y dirigió sus manos hacia el teclado para empezar a escribir, murmuraba cosas que apenas entendía Finn, pero para él, era magnifico verla tan concentrada, la manera en que arrugaba la nariz cuando se equivocaba y se hablaba a sí misma.
Lana cerró la laptop cuando el mesero llegó con unas malteadas con mucha crema batida y una cereza en lo más alto, acompañado de unos pastelillos.
Lana absorbió de líquido un poco por el popote y gimió de satisfacción. Finn empezó a comer por el pastelillo y cuando miró a su acompañante le causo gracia que luego que su acompañante diera una mordida a la crema batida, su boca adornaba un pequeño bigote.
—¿De qué te ríes? —Lana paró sus labios para darle más énfasis a la crema batida. Finn negó con la cabeza—. ¿Crees que tengo monos en la cara?.
Finn volvió a negar mientras intentaba ahogar sus carcajadas, le volvía loco cuando Lana se olvidaba de sus deberes y estaba tan relajada, además de ser divertida. Y eso se debía a que ya estaban por concluir con su historia que se debía de entregar en una semana siguiente y presentar una escena de esta misma, eso sin agregar que la mayoría de los trabajos ya estaban terminados.
Gracias a que Finn estaba distraído, pensando, Lana aprovechó para tomar un poco de crema en su dedo y embarrarlo a la mejilla de su amigo. Finn la miró sorprendido y rió.
—¡Te pasaste! —bufó, fingiendo estar indignado.
Lana se encogió de hombro.
—Espero que no haigas hecho nada de lo que después te puedas arrepentir —comentó burlón, sabiendo que Lana iba a explotar.
—¡Ah, esta bien, esta bien; me lo merezco!. —Sin previó aviso, volvió a tomar un poco más de crema batida y lo embarró nuevamente en la mejilla de su amigo para finalmente reír—. Y tú me debes mucho más por tus palabras mal pronunciadas, eso sin contar las escritas. Así que nunca estaremos a mano, mi querido Finn.
—Ya verás que... —Finn quiso vengarse, y le pagó con la misma moneda, embarrado un poco de su crema batida en la nariz de su chica.
Lana se quejó.
—..., verás que me vengaré —concluyó, terminando su antigua oración.
—Y yo siempre estaré esperándote —prometió Lana, limpiándose la nariz.
n/o
El final se acerca, me gustaría saber qué se imaginan ustedes para el final. Espero sorprenderlas porque estoy muy contenta con mi final futuro. Lamento los errores que no son planificados.
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