P.O.V. ____

Tranquilamente me desperecé en la cama de dos plazas que Jimin me había forzado a aceptar.

Eché un gran suspiro, todo era demasiado agobiante, sentía como si un gran nudo se formaba en mi estómago y cuello; era sofocante, era como si me ahogara en mis propios problemas.

Me mataba por dentro.

Por otro lado, estaba cada vez más obesa; maldito bebé.

Me levanté dificultosamente debido a mi gran panza, cada vez faltaba menos para aquel día; estaba a tan solo dos meses para poder obtener mi estómago nuevamente como originalmente era.

No podía esperar...

Saqué de una gaveta unas galletas baratas que había comprado con la manutención que mi licencia de embarazada me daba. Engullí el paquete en minutos, deleitándome con las nueces moscadas que se derretían en mi boca.

Me envolví en una bata y de inmediato alguien tocó el timbre.

Gruñí por lo bajo caminando forzosamente hasta la puerta a unos metros. Cada paso que daba se sentían como millones de agujas penetrando la piel de mi espalda, filosamente escarbando mi carne.

Me sentía morir.

Abrí la puerta aunque fuera lo último que quisiera hacer, y "sorpresa sorpresa."

Allí estaban ambos, Jimin y Jungkook, quienes últimamente habían estado viniendo sin falta cada día de la semana, era confuso.

—¿De nuevo por aquí?- Arqueé una ceja y ambos ingresaron como si nada a mi casa, ignorándome por completo.

Jungkook se encogió de hombros. —Ayer dije que debía decirte algo, y Jimin no me dejó, ¿Recuerdas?- Musitó sereno.- Algo que precisamente llevo semanas intentando decirte, pero por este imbécil no he podido.-Ambos intercambiaron miradas venenosas, matándose con los ojos como usualmente hacían. Rodeé los ojos.- Y hoy cuando Park me vio salir rumbo a tu casa se me pegó como un parásito, ya sabes como es.

Solté una risita viendo como el otro chico intentaba ocultar su rostro sonrojado de mí, mordiéndose el labio nerviosamente.

Me miró por debajo de su flequillo que ahora estaba de un color castaño. —Yo solo quería saber cómo estabas.-Se defendió apartando la mirada.

Mis mejillas se encendieron al sentir como algo cálido abrazaba el lado interno de mis muslos.

¿Me oriné?

Mi labio inferior tembló a causa de un repentino frío.

—Oh Dios...-Murmuró Jeon con sus ojos sobresaltados. Jimin cubrió sus labios, impactado se acercó temeroso apoyando su mano sobre mi hombro.

Algo se movió en mi vientre, lo abracé incómoda respirando fuertemente. Se contrajo fuertemente, era tan molesto.

Me arrodillé por una ráfaga de dolor y contracciones.

—No te asustes, ____....-Susurró Jimin arrodillándose también.-Pero mira...-Señaló el suelo indicando un amplio charco de una sustancia aparentemente espesa a mis ojos y con un tinte rojizo.

Sollocé nerviosa clavando mis uñas en mis muslos.

—Tenemos que llevarla rápido.-Demandó Park aceleradamente con su respiración entrecortada.

Sollocé más fuerte. —___, mírame.-El pelinegro habló seriamente, con un deje de nervios en su mirada. Se arrodilló tomando mi rostro.- Vas a estar bien, ¿De acuerdo?

Su mirada que últimamente había estado más cálida de lo normal, irradiaba calma. Era extraño, pero desde hace más o menos un mes Jungkook se había estado comportando demasiado raro, y me asustaba; sus irises oscuros estaban a solo centímetros de los míos, privándome de poder respirar con normalidad.

Mi corazón martillaba contra las paredes de mi pecho, el dolor en mi estómago no era nada comparado con aquello.

Como si fuera poco, no esperó ni un segundo más antes de coger mi cuerpo en el aire y comenzara a caminar a paso acelerado hacia la puerta sin importar que le estuviera manchando toda su ropa.

Jimin apretó su mandíbula pero se detuvo de hacer cualquier tipo de comentarios, y cerrándose el abrigo avanzó detrás de nosotros rápidamente.

Sentí la calidez que su cuerpo irradiaba contrastando con los escalofríos helados que sentía por alguna razón. Enterré mi rostro en la curva de su cuello, agonizando de dolor y chillando silenciosamente. Necesitaba ese calor nuevamente, hacía mucho que no estaba tan cerca de él.

—Sh....-Susurró en mi oído en voz baja y suave. La mano que estaba debajo de mis rodillas acarició mi piel delicadamente-Tranquila...

Maldito imbécil que altera mi ritmo cardíaco.

No tenía ningún derecho a cambiar de un día para el otro, ¿Con qué objeto? Más tarde se lo haría saber, pero lamentablemente estaba demasiado ocupada agonizando como para hacerlo ahora.

—Sé que duele.-Volvió a hablar manteniendo su mirada en el camino que para mí comenzaba a volverse borroso. Su mandíbula tensa se veía tan... demonios, debía dejar de verlo desde abajo.

Su lunar en el cuello contrastaba debido a su palidez, su esencia masculina se desprendía en todo su esplendor. Olfateé inconscientemente su cuello, sonrió sin darse cuenta.

Gemí de dolor, parecía que algo me estuviera atravesando el cuerpo.

En el sentido literal...

¿En qué momento llegamos al auto?

Me sentó en su falda envolviéndome en sus fornidos brazos, y si no estuviera sufriendo una hemorragia en ese momento me hubiera sonrojado.

—No puedo esperar a ver a ese bebé...-Su voz me petrificó de inmediato.

Tragué saliva sin responderle.

Jimin se subió apresuradamente en el asiento del piloto y sin esperar nada avanzó fieramente por las calles, parecía que iba a colapsar de los nervios.

Mis ojos se cerraron por el dolor. —Estarás bien, ___...-Su dulce voz que solía ser oscura habló suavemente. —Te amo, demasiado...-Fue lo último que escuché decir antes de perder mi consciencia dentro del auto.

--------> Seguidaaaa ^^