Capítulo 32: Denuncias.

Al ver a ambos intentando llegar a una conclusión sobre qué decisión tomar, Itachi prefirió salir del cuarto, observando cómo Minato hablaba con un par de agentes de policía y con un hombre trajeado, seguramente por el maletín que llevaba y ese costoso traje, algún abogado. Se mantuvo alejado hasta que observó cómo el abogado estrechaba la mano de Minato tras entregarle unos papeles y la policía se marchaba de allí.

Minato revisó todos los papeles que le habían dado, sin embargo, Itachi caminó hacia él en silencio, tratando de no molestarle pero esperando a que se desocupase para que pudieran hablar. Al sentir la presencia de alguien tras él, Minato se giró al instante observando a Itachi.

- Ya tengo todo el papeleo arreglado – comentó Minato.

- ¿El qué? – preguntó.

- El papeleo sobre el asunto de tu padre.

- ¿Le has denunciado? – preguntó preocupado Itachi.

- No, sé que no querríais ver a vuestro padre en la cárcel, pese a lo que haya hecho sigue siendo vuestro único familiar – aquello hizo que Itachi se relajase y suspirase – pero os he conseguido la emancipación. Necesitabas un tutor legal, así que me he propuesto como vuestro tutor por ahora, si tenéis problemas yo me ocuparé de ello pero... ahora sois independientes. Os he alquilado un pequeño apartamento cerca de la universidad y... bueno, he mandado a mi abogado con la policía a que recoja vuestras cosas. En principio, no deberíais tener que volver a ver a vuestro padre a menos que sea vuestra elección. Estos papeles son tuyos, léelos cuando tengas tiempo para ver las condiciones del acuerdo.

- Minato... yo... primero quiero darte las gracias por esto pero... necesito hablar de lo que ocurrió.

- Itachi... seré muy sincero, lo nuestro fue maravilloso el tiempo que duró pero... es complicado para mi familia y lo sabíamos los dos, Deidara está dolido con todo esto y Naruto lo acepta porque Sasuke le dio otro punto de vista aunque sigue siendo complicado, tienes prácticamente su misma edad, es difícil de asimilar.

- Lo sé. Aun así... necesito que sepas que nunca le di esperanzas a tu hijo, fui sincero con él, le dije que me gustaba otra persona y traté de no hacerle daño.

- Te conozco bien, Itachi, sé cómo eres y no lo he puesto en duda ni un momento, pero... entiéndeme, ellos son lo único que me queda y no puedo meter a una persona en sus vidas a la fuerza.

- Lo entiendo. Aun así... no puedo evitar amarte.

- Yo tampoco, pero simplemente... es imposible. Éstas son las llaves de vuestra casa, fui a verla ayer mismo así que en cuanto los policías lleven vuestras cosas y la veáis, podéis llamarme y decirme lo que os falte, os compraré los muebles que necesitéis.

- Gracias, Minato.

- Cuida de Sasuke, ¿vale?

- Lo haré.

***

Sasuke esperaba su presentación, ya vestido con su pantalón blanco, sus patines oscuros y la camiseta de igual tono negro. Al ver cómo las luces se apagaban, cogió la capa marrón y se la colocó sobre sus hombros dispuesto a iniciar la representación. Quizá poca gente la entendería, pero él estaba allí dispuesto a llevar un pedazo de lo que era su vida, un poco de lo que a él le gustaba ver en sus ratos libres.

Salió hasta el centro de la pista llevando una gran pluma como atrezo para representar la historia y se arrodilló en el centro de la pista. La canción empezó a sonar, captando la atención entonces de Naruto, quien se dio cuenta de lo que iba a representar. Hasta ese momento, Sasuke había actuado siempre sin la música frente a él, pero ahora que escuchaba todo en conjunto, sonrió dándose cuenta de que él mismo conocía lo que iba a hacer, "A song of storm and fire" de Tsubasa Reservoir Chronicle.

Sasuke inició con su representación, deshaciéndose de la capa en cuanto pudo para tener mejor movilidad, jugando con la pluma y patinando a lo largo del campo realizando algunas ligeras maniobras. A Naruto, sin embargo, se le puso el vello de punta al ver cómo Sasuke era capaz de actuar y meterse en el papel de Syaoran, bailando al ritmo de la música hasta que el ritmo incrementó dejando así que hiciera sus piruetas.

A cada salto, el corazón de Naruto parecía que fuera a salirse del pecho. Era una mezcla de preocupación al sentir cómo preparaba el siguiente salto y suspiros relajados cuando la cuchilla tocaba de nuevo el hielo con elegancia.

Miró hacia el banquillo para ver a Kakashi con los brazos cruzados, sintiéndose igualmente preocupado pese a que intentaba no aparentarlo. A Naruto le hizo gracia aquello, puesto que los rusos siempre tenían esa faceta inexpresiva, fría, sin embargo, por el movimiento de sus dedos se daba cuenta de que los nervios le corrían por dentro. Naruto se centró una vez más en la actuación de Sasuke. Ya iba a realizar los últimos saltos de finalización, era el final.

Cruzó los dedos preocupado por su rodilla, por si aguantaría los últimos saltos. Él mismo había tratado de convencerle para que no asistiera al evento, le preocupaba más su salud que la competición. No quería que su lesión empeorase y no pudiera volver a patinar, sólo era una nacional, podría intentarlo al año siguiente, pero Sasuke era cabezón y, al final, lo único que pudo hacer fue apoyarle como él siempre le apoyaba en sus problemas. Al fin y al cabo, empezaba a entender lo que era estar en pareja con alguien, apoyarse mutuamente y tratar de solventar problemas en conjunto sin intervenir en las decisiones del otro.

Un salto más y el corazón de Naruto pareció salirse de nuevo. Abrió los ojos al ver que Sasuke seguía de pie y patinando, desplazándose hacia el centro de la pista para preparar la última combinación, su triple Lutz con el doble seguido. Naruto contuvo la respiración todo lo que pudo hasta que el triple Lutz acabó, observando cómo volvía a levantar la pierna para tomar el impulso para el segundo, sin embargo, fue justo en el segundo donde su rodilla pareció flaquear. Todo iba perfecto, el impulso, la altura, el salto... pero fue justo el aterrizaje donde su rodilla terminó por resentirse, desequilibrando todo su cuerpo y derribándole. Pese a que Sasuke se levantó con rapidez para acabar con el número, todos supieron que aquella caída era el final, porque puede que entrase a semifinales, pero tal y como cojeaba y trataba de no patinar con esa pierna, supieron que la lesión era más importante de lo que parecía.

- Mierda – exclamó Naruto.

- Ha estado cerca – sonrió Gaara intentado animar a su compañero - ¿Por qué no vamos a verle a la enfermería? Seguro que necesita un poco de apoyo moral.

- Sí, quiero asegurarme también de cómo está su rodilla – sonrió Naruto.

***

Le habían sentado en esa camilla una vez más, de nuevo con un doctor que revisaba su rodilla y le decía que el patinaje terminaba allí, su competición había finalizado, porque daba igual si aún con la caída tenía puntos para seguir, no podría continuar con esa lesión. Todo su último año de entrenamiento tirado a la basura, con unos patines que también terminaban allí.

Una leve sonrisa se le escapó a Sasuke, sabía de sobra que su deporte era individual, nadie preguntaría por él, de hecho... sus competidores agradecerían aquella caída, así era su deporte, competitivo, sin amigos, con muchos sueños frustrados. Sólo un pensamiento surgió en su mente.

"Te conocí en una pista de hielo. Allí sufrí, me reí, me divertí, derramé lágrimas y sangre. Allí mi carrera empezó y finalizó. Aprendí a jugar al deporte que jamás pensé que jugaría. El hockey para mí sólo era un deporte absurdo y violento, contigo descubrí que era divertido y apasionado, que había amigos con los que contar. Demostraste que era un deporte que valía la pena pero no se puede escapar al destino.

Siempre fui una de esas "peonzas" como te gustaba llamarme. Sonrío cada vez que recuerdo esa palabra salir de tus sensuales labios. Miro hacia el doctor que revisa mi rodilla, seguramente ya no volveré a esa pista de hielo donde conocí lo más importante de mi vida, conocí a ese alguien que llegaría a significar todo para mí. Ese alguien siempre fue el burdo capitán del equipo de hockey de la universidad. Naruto Namikaze."

Los ojos de Sasuke se abrieron como platos al ver cómo aparecía Naruto junto al resto de sus compañeros por la puerta de la enfermería. No esperaba verles allí, de hecho no esperaba ver a ninguno excepto a Naruto después de las risas que tenían con él, con sus mallas y sus piruetas. Sin embargo... todos los del equipo habían entrado por la enfermería sólo para ver cómo se encontraba.

- ¿Qué hacéis aquí? – preguntó extrañado.

- ¿Cómo que qué hacemos aquí? – preguntó Naruto con una sonrisa – venimos a ver cómo está tu rodilla.

- Digamos que no está para competir – dijo Sasuke.

- Eso me lo imagino, pero...

- Descansaré este año, entrenaré menos horas hasta que se recupere y lo intentaré al año que viene.

- No creo que puedas al año que viene – intervino Kakashi desde atrás – date dos años mínimo para estar completamente en forma tras la recuperación.

- Pues... dos años – dijo Sasuke dejando que Naruto le abrazase.

- Ey... esto no es un sueño frustrado, ¿vale? Sólo... un poco retrasado. Todo estará bien y además... siempre puedes volver al hockey con nosotros – sonrió haciendo que todos sus compañeros sonrieran.

- Ni siquiera deberíais estar aquí, siempre me llamáis "peonza" y os metéis conmigo.

- Con algo tenemos que meternos – dijo Gaara – eso no quiere decir que no te apreciemos, sólo son bromas nuestras.

- Pero... mi deporte es individual.

- Puede que el tuyo sea individual – dijo Naruto – pero por suerte el hockey es colectivo y tú siempre tendrás un hueco aquí entre nosotros, si tanto te importa el patinaje, lo mejor que podemos hacer es venir a apoyarte. ¿No crees?

- Entonces... tengo más suerte que los demás por tener tanta gente tras de mí – sonrió Sasuke.

- Claro que sí – comentó Naruto – eso sí... vamos a tener que cambiarte estos patines, están hechos un desastre.

- Voy a tener que retirarlos, aunque no tengo dinero para comprarme unos nuevos.

- Déjame que acabe este año de carrera y quizá si consigo colocarme en algún despacho de prácticas, podré comprarte unos nuevos – dijo Itachi que entraba en ese momento por la puerta.

- O puedo comprarte unos nuevos por ahora y ya me devolveréis el dinero cuando podáis – comentó Kakashi – aunque vas a tardar unas semanas en que esa pierna se recupere.

- ¿Y por qué no ganamos el campeonato de hockey y con el premio compramos esos patines? – preguntó Naruto hacia su equipo.

- Por mí bien, no me importaría dar mi parte para esos patines – dijo Itachi.

- A mí tampoco me importaría – comentó Deidara, consiguiendo así entre los tres, que el resto del equipo se pusiera de acuerdo.

Sasuke sonrió al escucharles a todos, dándoles las gracias por el esfuerzo pese a que seguramente él tampoco podría participar en la final de hockey por su rodilla. Todos se quedaron allí un rato haciéndole compañía, hasta que finalmente, Kakashi se marchó con Minato y sus compañeros fueron desalojando el recinto hasta que se quedó únicamente con su hermano, prometiéndole a Naruto que se verían al día siguiente.

En aquella soledad, Itachi aprovechó para explicarle a su hermano la nueva situación. No había querido contárselo antes de la competición para que no se distrajese con otras cosas, pero ahora, debía explicarle que no iban a volver a su antigua casa junto a su padre. Para Sasuke, escuchar aquello fue todo un alivio pese a que se sentía un poco mal por abandonar a su padre en esas condiciones, pero Minato había prometido tratar de ayudarle con su alcoholismo, así que poco podían hacer ellos excepto apartarse un tiempo y ver si su padre finalmente podría reaccionar para bien.


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