Capítulo 28: ¡Pillados!
Los rayos del sol empezaban a entrar por la ventana de la habitación. Amanecía... un nuevo día y uno complicado les esperaba, sin embargo, ambos seguían tumbados en la cama, mirando la pared del fondo y jugando con sus manos entrelazadas, acariciándose entre los dedos, apretando y haciendo suaves cosquillas en sus palmas. Naruto no quería apartar la cabeza del pecho de ese moreno que seguía perdido en sus pensamientos.
- ¿Sigues enfadado? – preguntó Naruto algo intranquilo por el largo silencio de Sasuke.
- No estoy enfadado – le aclaró Sasuke con seriedad, todavía entrelazando sus dedos con los de Naruto – estoy nervioso.
- Aún estás a tiempo para no hacerlo.
- Ni de coña – aclaró Sasuke – ahora mismo estoy descalificado – comentó muy serio – tengo que hacerme la analítica sí o sí, sabemos que dará positivo y me descalificarán, si me pillan haciendo el cambiazo de las pruebas, me descalificarán... pero hay una mínima oportunidad de que salga bien, así que ya que estoy fastidiado de por sí... es mejor intentar algo a no hacer nada.
- ¿Cómo puedes ser así?
- ¿Así cómo? – preguntó con dudas.
- Así de tranquilo, pensando en todo y sin dejarte llevar por tus emociones, tratando de razonar las cosas y sin enfadarte cuando fui yo quien te llevó a la fiesta.
- Que quede una cosa clara – se incorporó Sasuke para mirarle fijamente mientras sonreía por primera vez en aquella noche – tú no me llevaste a ningún lado, yo fui tras de ti voluntariamente. Tú cuidabas de mí, me trajiste la bebida que yo pedí y hasta te dignaste a tomar lo mismo que yo por acompañarme, tú fuiste un encanto, fue Sakon el que metió eso en la bebida... una bebida que iba para ti y no para mí – le aclaró Sasuke – así que deja de culparte porque no tienes nada que ver en eso. Yo cogí el vaso de tu mano.
- Aun así...
- Aun así nada, Naruto, no tienes la culpa. Estoy molesto pero no por ti, sino por Sakon, estoy un poco molesto quizá por mí mismo porque no debo ir a fiestas antes de las competiciones – sonrió – pero a lo hecho pecho, ahora habrá que solucionarlo como mejor se pueda.
Naruto sonrió, volviendo a apoyar la cabeza sobre el pecho de Sasuke en cuanto éste se tumbó una vez más. Puede que Sasuke intentase calmar a su novio, pero realmente la preocupación la llevaba por dentro. Sabía que todo su esfuerzo dependía de un hilo, que no sabía si podría competir para tratar de alcanzar las nacionales, pero no podía rendirse ahora. Puede que le pillasen haciendo trampas, pero el resultado sería el mismo que quedarse sin hacer nada, así que siempre era mejor caer luchando que sin hacerlo.
- Tendremos que vestirnos para ir a hacerme las pruebas – comentó Sasuke finalmente.
- Sí. Acabemos esto cuanto antes.
- Espero que Sasori tenga todo listo.
- Despertaré a tu hermano. Debe de estar en la habitación de invitados.
Estaba tan tranquilo y a gusto en aquella posición que casi se negaba a soltar a Sasuke, sin embargo, se levantó de la cama y se quitó la camiseta buscando una limpia en el armario, rebuscando después entre toda su ropa para dejarle algo presentable a Sasuke.
- Toma... esto debería servirte – le comentó Naruto lanzándole las prendas en la cama.
***
Kakashi acompañó a Sasuke a la clínica para los análisis. Uno de orina y uno de sangre, eso era lo que necesitaba. Sólo esperaba que cerca del laboratorio, Sasori hubiera convencido a aquel otro chico para que hiciera la locura de intercambiar la sangre, mientras Minato acompañaba a Itachi a sacarse sangre y la prueba de orina en secreto.
No negaba que era toda una locura, pero no podían hacer mucho más en ese caso, tan sólo esperar que sólo verificasen el asunto de drogas en sangre y así... la sangre de Itachi colase como la de su hermano.
Mientras todo el plan estaba en marcha, Naruto caminaba de un lado a otro con nerviosismo, siendo observado por ese pelirrojo sentado en los peldaños de la escalera en un completo silencio. Puede que hacía años se hubieran llevado muy bien, pero en la actualidad, Naruto seguía sin fiarse del todo de Sasori mientras que éste trataba de demostrar que no era tal y como Naruto creía.
- ¿Puedes sentarte y esperar con tranquilidad? – preguntó Sasori al final harto de verle dar vueltas mostrando su nerviosismo.
- No – dijo con sequedad.
- Si te ven nervioso, sabrán que ocurre algo, cálmate de una vez y finge que todo está bien.
Aquellas palabras hicieron recapacitar a Naruto, quien finalmente se sentó al lado de Sasori a esperar. Deidara estaba al fondo, observando por el cristal los laboratorios donde llegaban tubos de sangre etiquetados con el número del expediente de cada patinador junto a la prueba de orina.
- ¿Le convenciste? – preguntó Deidara a la vez que se giraba hacia Sasori.
- Sí. Ha sido un poco complicado pero sí. Lo hará en el almuerzo, cuando todos se vayan, o eso me ha comentado.
- Entonces habrá que esperar – sonrió Deidara sentándose al lado de Sasori.
Para Naruto no pasó desapercibido la forma en que Deidara había apoyado su mano sobre la de Sasori, que reposaba con tranquilidad en su rodilla. Puede que su hermano estuviera empezando a sentir algo por ese pelirrojo que no era precisamente del agrado de Naruto, pero sí le había quedado claro que los errores debía cometerlos uno mismo, por lo que no podía hacer nada en referencia a ese asunto.
Ahora tan sólo les observaba y esperaba que su hermano no saliera muy herido de toda aquella solución. No es que no se fiase del todo de Sasori, era cierto que veía algún leve cambio en él, también sabía ya desde niño que había sido sometido a mucha presión por su familia, el padre de Sasori era un hombre importante que intentaba dirigir la vida de sus hijos a su antojo. Quizá por ese motivo, Sasori seguía con sus amistades de la infancia, rodeado de malas influencias, obedeciendo los caprichos de su familia... hasta ahora que parecía intentar cambiar. Por primera vez... Naruto quiso darle una oportunidad creada por esa mínima esperanza donde parecía intentar hacer lo correcto y ayudar a otra persona que no fuera él mismo.
Esperaron allí unos largos minutos que pronto se convirtió en casi hora y media de tortuosa e impaciente espera. Todos deseaban que ese plan saliera bien, la carrera de Sasuke dependía de ese momento, de ese plan que podía parecer un desastre y algo precipitado, pero que no tenían más opción.
Veían pasar a aquellos hombres cargando los tubos en dirección al laboratorio y cómo el resto de los chicos que trabajaban dentro empezaban a tratar las muestras y revisaban los expedientes. Para la hora del almuerzo, todos permanecieron allí, observando cómo sólo uno de ellos se quedaba alegando que tenía una muestra entre manos y que les alcanzaría enseguida, no quería dejarla a medio catalogar. Todos se marcharon ante la excusa razonable y le dejaron sólo.
Fue entonces cuando vieron cómo Minato que estaba aguardando en uno de los rincones del pasillo, abría la puerta y le dejaba el otro par de muestras al joven para que pudiera hacer el reemplazo.
Para cuando el chico salió, se dirigió directamente a Sasori, quien esperaba en las escaleras junto a Naruto y Deidara, también con el corazón en un puño. No negaba que también estaba nervioso por todo aquello, no era algo fácil para ninguno.
- Ya está hecho – comentó el chico – he puesto la etiqueta del expediente de Sasuke en el tubo de Itachi. No deberían darse cuenta del cambio. Aquí tenéis la de Sasuke – comentó sacando las pruebas de Sasuke de uno de sus bolsillos – guardadlas rápido y deshaceros de ellas en cuanto podáis.
- Lo haremos – comentó Sasori cogiendo las muestras y metiéndolas con rapidez en la mochila que llevaba Naruto – muchas gracias.
- Que quede claro que ya no te debo nada – le aclaró a Sasori con cierto tono frío a la vez que molesto – aunque reconozco que no esperaba que me pidieses algo para alguien más que no fueras tú.
- Ya... - fue lo único que salió de los labios de Sasori – igualmente, gracias por esto. Nosotros nos vamos ya.
Ninguno de los tres perdieron de vista al chico hasta que desapareció por la puerta del fondo del pasillo. Tan sólo entonces, Naruto se despidió de ellos para ir a ver cómo estaba Sasuke y sobre todo... darle la noticia de que todo estaba ya hecho. Deidara se giró hacia Sasori, quien le había cogido la mano con cierta fuerza.
- ¿Qué ocurre? – preguntó Deidara algo sonrojado ante aquel acto.
- Yo... me preguntaba... si querrías venir conmigo a tomar algo.
- ¿Es una cita?
- Si me dejas... - comentó Sasori.
- De acuerdo, tengamos una cita – sonrió Deidara – aunque te aviso que no te servirá de mucho, no siento aún gran cosa por ti – le aclaró.
- Pero estás sintiendo algo, aunque sea poco, eso quiere decir que vas olvidando al otro chico del que te enamoraste, así que... tengo opciones.
Deidara simplemente sonrió ante la persistencia de ese pelirrojo, estaba claro que no era de los que se iban a rendir con facilidad. Puede que no se hubiera olvidado completamente de Itachi pese a saber que ese moreno le había negado cualquier opción de estar juntos. Por suerte, tampoco le dolía del todo puesto que no había habido nunca nada entre ambos, tan sólo compañeros de hockey.
Suspiró ante aquello, dándose cuenta de que se había encaprichado de un chico al que apenas conocía. Ni siquiera sabía si eso se podía considerar amor pese a que siempre desease verle, pese a que le llamase la atención y desease estar con él, pese a que le atrajese como lo hacía... ¿Era eso amor o una simple atracción? Empezaba a tener sus dudas puesto que realmente, jamás había llegado a conocer al auténtico Itachi Uchiha, apenas hablaban, tan sólo jugaban en el mismo equipo, compañeros... no había nada más entre ellos.
- ¿Dónde vas a llevarme? – preguntó Deidara.
- A una cafetería de aquí cerca – comentó con una sonrisa.
Sasori entrelazó sus dedos con los del rubio y tiró de él para que le siguiera, caminando finalmente los dos juntos por los pasillos de la facultad de ciencias en busca de la salida de los laboratorios. Cruzaron el jardín de la facultad y se dirigieron hacia la zona de atrás, donde prácticamente nadie pasaba nunca. Según Sasori, aquello era un pequeño atajo para cruzar el campus y llegar a la cafetería del otro extremo donde iba a llevarle.
Ambos sonreían creyendo que el plan había salido a la perfección. Naruto seguramente se desharía de esas pruebas y todo quedaría en el olvido. Ninguno de los dos quiso hablar del tema, más que nada por si alguien les escuchaba y pudieran pillarles, sin embargo, Deidara se detuvo en seco a mitad del camino, soltando la mano de un extrañado Sasori que se giró inmediatamente para comprobar qué estaba ocurriendo.
Su acompañante se había quedado absorto y paralizado, mirando hacia la vegetación del fondo incapaz de pronunciar palabra alguna, observando aquella imagen frente a las grandes jaulas de los pájaros. Allí se recogían pájaros heridos, los curaban y los alimentaban hasta que podían soltarlos nuevamente una vez recuperados, pero no era eso lo que miraba Deidara, sino a esos dos chicos besándose con pasión.
- No puede ser – susurró Deidara al reconocer a su padre y posteriormente, observar la sonrisa de Itachi que acariciaba el rostro de Minato con suavidad.
Sasori miró también hacia el mismo lado, entendiendo la situación al instante. El chico del que Deidara se creía enamorado besándose con su padre. Aquello iba a ser un duro golpe, tanto... que ni le dio tiempo a reaccionar y coger a Deidara antes de que éste iniciara la carrera para irse de allí. Al gritar su nombre, captó la atención de Minato y de Itachi, quienes sólo atisbaron el color dorado del cabello de Deidara marchándose. Eso hizo que Minato se paralizase y que Itachi chasquease los labios frustrado, observando a Sasori salir tras el chico.
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