Capítulo 24: Bebidas


Ambos reían en el hielo, intentando recomponer sus aceleradas respiraciones allí tumbados, con un Sasuke tumbado sobre el fuerte pecho de Naruto. Al sentir aquellas manos agarrarse a su cintura con firmeza, abrió los ojos encontrándose con la profundidad de esos ojos azules que le miraban absorto, dejando de reírse los dos al mismo tiempo antes de unir sus labios en aquel dulce beso.

- Ven conmigo a la fiesta – susurró Naruto sin abrir los ojos, sin apartar sus labios de los de Sasuke.

- No me gustan las fiestas – dijo Sasuke.

- Eso es porque en ninguna estaba yo – sonrió Naruto.

- Eres idiota – sonrió Sasuke – si te hubiera conocido en una fiesta, seguramente no estaríamos juntos.

- Qué suerte no habernos conocido en una entonces. Vamos, Sasuke... sal un poco de esta jaula helada que te has impuesto y disfruta.

- Disfruto con lo que hago – comentó Sasuke levantándose, ligeramente molesto por aquellas palabras.

Naruto se incorporó sin levantarse, dándose cuenta de que sus palabras habían afectado a su novio más de lo que debería.

- No quería decir que estuvieras encerrado pero...

- Sé lo que querías decir – aclaró Sasuke – pero voy a dejarte una cosa clara... esta jaula de hielo, como tú lo llamas, es mi santuario. Aquí entreno día y noche, me dejo la piel, sudo sangre para perfeccionar mi patinaje, para ser el mejor, se le llama perseverancia y esfuerzo para lograr un objetivo en la vida, quiero llegar a nacionales, y de ahí a los mundiales – aclaró Sasuke – y quién sabe... quizá algún año me eligieran para juegos olímpicos con mucha suerte.

- Eres bueno... pero también eres un adolescente, necesitas distraerte.

- No... distraerme es lo que menos necesito. Los objetivos se consiguen con trabajo duro y disciplina, no yendo a fiestas.

- De acuerdo – dijo Naruto sin más – lo siento... no quería molestarte. Sigue con tu entrenamiento entonces.

Se levantó del hielo ante la atenta y fría mirada de Sasuke, consiguiendo crear ese tenso ambiente en ambos. Naruto sintiéndose algo culpable por lo que había provocado pero a la vez... molesto por la negativa tan rápida de su novio y ese carácter de mil diablos que tenía el moreno. Sasuke, sin embargo, se sentía culpable por no poder disfrutar de una vida con Naruto fuera de esa pista, pero otra parte le incitaba a seguir adelante en su decisión sabiendo que era lo correcto.

Sabía que no siempre lo correcto estaba unido a lo que deseaba. Claro que quería ir a esa fiesta y estar con su novio, pero tenía que entrenar. Últimamente, sentía que se estaba desviando demasiado de su rumbo y así no llegaría a nada. Tenía que volver al buen camino y para ello, tenía que empezar a cambiar algunas cosas.

Al ver cómo Naruto recogía sus cosas y patinaba hacia la puertecilla del banquillo para salir, sintió que su corazón se rompía. Era la primera vez que discutían y era por una maldita tontería, en el fondo lo sabía, ambos lo tenían claro pero en parte... intentaban marcar su límite, lo que consentían y lo que no. Sasuke no quería que nadie influyese en sus tiempos de entrenamiento y Naruto... tan sólo quería que Sasuke empezase a divertirse un poco, a vivir como un adolescente pese a saber que no era un adolescente normal y corriente.

No perdió de vista la figura de Naruto hasta que éste desapareció por el pasillo interior de la pista.

- No pienso ir – se repitió Sasuke todavía sintiéndose culpable por aquello, mirando donde debería estar Naruto pero donde no estaba – mierda – acabó quejándose para seguirle, porque en el fondo y pese a lo duro que era con él, también reconocía que Naruto era su maldita debilidad.

Recogió todas sus cosas malhumorado, no podía creerse que acababa de aceptar ir a esa fiesta a buscar a Naruto simplemente porque no aguantaba la tensión de la situación. En esas condiciones y pensando en lo sucedido... no podía entrenar. Tenía que arreglar las cosas con él para poder despejar su mente. Maldijo en voz baja el día que decidió tener novio... o como él prefería decirlo... "un amigo especial".

Cogió la mochila con fuerza y se quitó los patines para ponerse las zapatillas. Ni siquiera se quitó la sudadera ni el pantalón de deporte, se fue tan cual iba sacudiéndose ligeramente el hielo que se había acumulado tras la última caída. No se detuvo hasta que llegó a esa dichosa fiesta. Todos los universitarios se encontraban allí, bebiendo, bailando y disfrutando entre bromas y risas.

Odiaba esa falsa felicidad que proporcionaba la bebida, esa multitud de gente que tan sólo se reunían para pasar el rato o meterse mano. Las fiestas no eran algo que a Sasuke le gustasen y, sin embargo, allí estaba buscando a Naruto. Lo encontró sentado en un banco con sus compañeros del equipo de hockey, todos divirtiéndose excepto un Naruto extrañamente serio con un vaso casi finalizado en sus manos.

Se quedó estático un segundo, dándose cuenta de que Naruto estaba igual de preocupado u ofuscado que él por esa mínima discusión. No quería romper ni mucho menos, sólo era un desacuerdo que tenían que arreglar. Aquel rubio se giró entonces dándose cuenta de que Sasuke estaba allí y abrió los ojos ante la sorpresa.

Naruto se levantó algo confuso por ver allí a su novio, dejando el vaso de plástico encima del banco y caminando entre la multitud. Sus compañeros se giraron a mirarle sorprendidos de la repentina acción de su compañero, aunque cuando vieron a Sasuke de pie entre la gente, todos sonrieron sabiendo que iba a intentar convencerle para que se uniera al resto del equipo. Puede que no supieran que estaban juntos, pero sí conocían a Sasuke y esa soledad que siempre tenía.

- Has venido – fueron las palabras de Naruto.

- No estoy aquí por esta fiesta y lo sabes.

- Me lo imagino.

El tenso silencio volvió a reinar, ambos confusos por la situación y con un temor en común... temor a decir algo indebido que volviera a enfrentarles. Ninguno quería volver a enzarzarse en una pelea sin sentido.

- Yo – dijeron al unísono entre sonrojos y muescas de intentar disculparse, aunque lo único que consiguieron al escucharse, fue mirarse mutuamente con gran intensidad antes de sonreír.

- Tú primero – dijo Naruto.

- Jamás. Un Uchiha no dice estas cosas primero – comentó Sasuke ante la sonrisa de Naruto.

- Lo siento, Sasuke – se disculpó Naruto – no quería involucrarme en tu entrenamiento ni en tu deporte, pero a veces pienso que deberías relajarte un poco. Tienes mucho estrés acumulado.

- Es posible – dijo Sasuke – yo... lamento haberte gritado, no debí hacerlo aunque sigo manteniendo lo que dije, el patinaje artístico requiere mucho sacrificio, más que el hockey. No espero que lo entiendas, pero me gustaría que me apoyases.

- Te apoyo, Sasuke, siempre te apoyo y lo sabes.

- Entonces... ¿Por qué siento que a veces me presionas?

- Porque no quiero que te ocurra como a mi padre, que dejes de disfrutar tu vida sacrificándote por un deporte que puede que te dé o no felicidad.

- Tú me das felicidad, Naruto – sonrió Sasuke – pero necesito que me apoyes con esto, es importante para mí.

- Lo sé y lo hago... seguiré haciéndolo. Eso te lo prometo.

- Entonces disfrutemos de la fiesta hoy, porque mañana vuelvo a entrenar – comentó Sasuke con una sonrisa.

- Claro. Voy a ir a por unas bebidas. ¿Qué quieres? ¿Una cerveza?

- Sin alcohol – comentó Sasuke.

- ¿En serio? – preguntó confuso el rubio - ¿Y eso?

- El fin de semana tengo una competición de patinaje artístico para clasificarme en nacionales, en estos días me harán las pruebas médicas. No puede haber nada extraño en mi cuerpo y eso afecta al alcohol.

- De acuerdo, te traeré un refresco entonces.

Mientras Sasuke iba con los compañeros del equipo de hockey, Naruto caminaba entre la multitud abriendo paso para llegar a la barra y pedir las bebidas. Antes, Gaara le había traído la cerveza, pero esta vez que iba él, se fijaba en ese camarero al que no podía ni ver.

- Mierda... tenías que ser tú – dijo Naruto cabreado y, a la vez, agotado.

- Nadie más quería estar de camarero en esta fiesta – sonrió Sakon - ¿Quieres que te ponga algo o prefieres ponerme tú a mí? – sonrió con lujuria ganándose una mirada de odio por parte de ese rubio.

- Jugaste con Sasuke y jugaste conmigo y ahora me vienes con éstas... eres increíble. Dejaste que él me odiase.

- Fue fácil hacer creer que tú eras el que le robó al novio, lástima que Sasuke es un chico inteligente y acabó dándose cuenta de mi engaño. Lo que no esperé es que acabases enamorado de él. ¿Qué ves en ese chico? Tan sólo entrena... es un mojigato.

- No es tan mojigato como te piensas – sonrió Naruto.

- Así que has conseguido llevártelo a la cama, bien hecho – sonrió Sakon – no esperaba menos del gran Naruto, capitán del equipo de hockey.

- Ponme dos coca-colas – dijo Naruto – y por favor... rapidito, que no quiero verte la cara mucho más tiempo.

- ¿No tomas cerveza? – se sorprendió Sakon.

- Me he tomado antes una, prefiero hacer compañía esta vez a mi pareja tomando lo mismo.

- Claro... tú siempre tan precavido y modesto - acabó diciendo Sakon antes de irse a poner las bebidas.

Cuando regresó con ambas, con total descaro, sacó uno de los bolígrafos permanentes y escribió su número de teléfono en el cartón del vaso, dándoselo entonces a Naruto.

- Y este vaso especial para ti, guapo, llámame cuando te canses del mojigato – sonrió Sakon dándole el vaso, consiguiendo un chasquido molesto de Naruto.

Sakon observó cómo Naruto se marchaba notablemente enfadado hacia la zona donde estaban sus amigos. Sonreía, tan sólo debía esperar allí en la barra a que Naruto bebiera. Seguramente sería bien recompensado por hacer todo aquello. Una voz captó su atención, un cliente sentado en la barra.

- ¿Ya le has metido lo acordado en su bebida? – preguntó Kakuzu.

- Sí, especial para Naruto. Debería dejarle indefenso un rato. 

- Al fin y al cabo... Sasori sólo quería que Naruto no se metiera en medio de su cita – sonrió Kakuzu.

- ¿Qué es exactamente lo que me diste a meterle?

- Escopolamina. En breves segundos, en cuanto ingiera esa droga, debería caer. Doblega la voluntad. Vuelve vulnerable a la víctima y cuando despierte... puede que tenga algunas lagunas mentales y no se acuerde de lo que ocurrió en algunos momentos.

- ¿Y qué ocurre si se lo da a Sasuke? – preguntó Sakon preocupado al ver a lo lejos cómo Naruto se reía intentando explicarle lo del número de teléfono y le daba ese vaso que era para él, a Sasuke.

- Te dije que tenía que ser para Naruto – le gritó Kakuzu viendo aquello.

- Pues tenemos un problema, porque se lo está dando a Sasuke.

- Ni eso sabes hacer bien – se quejó Kakuzu – aunque bueno... tampoco pasa nada, si Sasuke está mal, Naruto tendrá que cargar con él y no se meterá en la cita de Sasori, al final conseguimos lo mismo.

***

- ¿En serio está Sakon sirviendo copas? – preguntó Sasuke extrañado – no es algo que vaya mucho con él.

- También me ha extrañado a mí. El muy capullo me ha puesto su número de teléfono en el vaso. Quizá creía que así te molestaría a ti.

- No me molesta – dijo Sasuke cogiendo el vaso con el número de teléfono, sin tener la menor idea de lo que aquel vaso contenía en realidad.

Sasuke acercó el vaso hacia sus labios, bajo la atenta mirada de un sonriente Naruto que no podía creerse aún que ese chico serio y disciplinado estuviera allí con él en esa fiesta. Su primera fiesta juntos y ninguno sospechó absolutamente nada de que podría acabar muy mal.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top