Capítulo 22: Danzas.
Todo estaba a oscuras y en silencio, sin embargo, entre la penumbra, Sasuke seguía moviéndose con lentitud sobre la cadera de un tumbado Naruto que apoyaba sus manos en la cintura del moreno. No podía dejar de mirar aquella hipnótica cintura moviéndose sobre él, de delante hacia atrás, de arriba abajo tratando de contener los gemidos. Para Naruto, no había nada más hermoso que aquel movimiento, sin embargo, era también la mayor de las torturas. Se movía tan lento que sólo deseaba que acelerase y le quitase ese sufrimiento que sentía por las ganas de eyacular. Todo su cuerpo se resistía a hacerlo, era un movimiento sumamente tortuoso para él, placentero pero terriblemente lento que retrasaba su momento de mayor placer, aunque también Sasuke estaba en la misma situación.
Ambos aguantaban los gemidos, no querían dejar escapar ni uno sólo, no podían permitirse ese lujo en aquella habitación. Simplemente, continuaron despacio. Con esa lenta tortura hasta que ambos se corrieron, primero Naruto sin poder contenerse más y, pocos minutos después, Sasuke.
Entre sonrisas, Sasuke se dejó caer al lado de su novio, permitiendo que Naruto sacase unos pañuelos y le limpiase. Ese moreno tan sólo quería descansar un poco, recuperar su respiración y así poder dormir junto a Naruto. Amaba a ese chico.
- Ven aquí – susurró Naruto pasando el brazo bajo la nuca de Sasuke y atrayéndole hacia él, dejando la mano en su espalda hasta que éste apoyó su cabeza sobre el pecho del rubio.
- Estás ardiendo – sonrió Sasuke.
- Ya, lo siento. Si tienes mucho calor, puedo soltarte.
- No... estoy bien así – comentó Sasuke pasando su brazo por la cintura del rubio, abrazándose a él.
Acariciaba la espalda de Sasuke con suavidad, abrazándole con una gran dulzura mientras sentía su respiración golpeando contra su cuello. Le amaba, era un chico con mucho carácter y sabía que pocas veces le dejaría dominar las situaciones, pero aun así, le gustaba estar con él, pese a que dominase todas las situaciones y los acontecimientos de su relación.
Sonrió sin parar de acariciar la espalda de ese moreno que pronto se quedó profundamente dormido. Tanto rato buscándole un pijama y al final... habían terminado ambos durmiendo desnudos, era algo que Naruto no podía creerse pero que, en parte, le hacía gracia. Su relación avanzaba poco a poco, puede que no les gustasen las etiquetas, pero se querían y eso era lo único que les importaba.
Apoyó la cabeza sobre la de Sasuke y tras dar un suave beso en la frente a ese moreno que ya dormía, cerró los ojos para dormirse también. Sentir el aroma de ese chico le ayudaba y le calmaba. Nunca pensó que podría llegar a querer tanto a alguien, pero ahora mismo, le parecía hasta imposible no seguir enamorándose de él.
***
El sobresalto llegó en cuanto el ruidoso despertador empezó a sonar. Casi le da un infarto a Sasuke al oírlo, un maldito despertador antiguo con el escándalo que hacía al golpear sus campanas, sin embargo, Naruto seguía durmiendo como si nada, algo que no entendía cómo podía ser. Estaba acostumbrado al suave ruido del despertador de su móvil, de la melodía que él solía poner, pero aquello... aquello era terrible.
Cogió entre sus manos el despertador y trató de apagarlo aunque no había forma, finalmente, fueron las manos de Naruto las que cogieron el despertador y lo apagó ante el asombro del moreno.
- Dios... casi me da un infarto con ese chisme – se quejó Sasuke.
- Me cuesta despertarme. Necesito ruidos fuertes que lo hagan. ¿Con qué te despiertas tú?
- Desde luego no con eso – sonrió Sasuke.
- Te dejaré algo de ropa para que te vistas y luego nos iremos a clase.
- ¿A clase? – preguntó extrañado Sasuke - ¿Qué hora es?
Sasuke miró alarmado el reloj comprobando que eran las siete, imposible para él ir ahora a entrenar cuando en un par de horas debía estar en la facultad.
- Mierda – aclaró Sasuke dejando caer su cabeza contra la almohada.
- Lo siento, se me olvidó que madrugabas más para ir a entrenar – se disculpó Naruto.
- Da igual. Un día de descanso – sonrió Sasuke al final – pero no te acostumbres, no puedo saltarme los entrenamientos.
- Al menos hoy desayunaremos juntos. ¿Cuenta como una cita fuera de la pista de hielo? – preguntó Naruto con una sonrisa.
- Bueno... es mejor que estar siempre en la pista – sonrió Sasuke.
Ambos chicos se vistieron y entonces, bajaron a desayunar. Los ojos de Deidara se abrieron como platos al ver a ambos venir juntos, ni siquiera se había enterado que Sasuke había pasado allí la noche. Por otra parte, Minato simplemente sonrió mientras sacaba otro plato y lo ponía en la mesa llenándolo con comida para Sasuke.
Aquel moreno no pudo evitar asombrarse. En su casa jamás habían desayunado, comido o cenado todos juntos en familia, de hecho evitaban al máximo posible a su padre, era la primera vez que veía algo como eso. Por primera vez, se sentía en familia, en una auténtica familia. Deidara sonreía mientras les miraba, Naruto simplemente comía intentando recuperar fuerzas tras la noche anterior, y Sasuke miraba a todos.
- Come, Sasuke – sonrió Minato – vas a necesitar mucha energía para las clases que te esperan hoy y los entrenamientos. Me ha dicho Kakashi que te ve con grandes oportunidades de ir a los nacionales.
- Supongo que sí – sonrió Sasuke – aunque debería entrenar más.
- Tienes tiempo – sonrió Minato mientras veía cómo Sasuke finalmente empezaba a comerse las tortitas del desayuno.
Pese a que los tres fueron juntos a la facultad, Sasuke se separó de Naruto en cuanto vio a su hermano que iba de camino a su clase. Caminó a su lado observando la sonrisa de tonto que tenía Itachi y entonces, supo que algo ocurría.
- No me digas... es la sonrisa de después de... - sonrió Sasuke haciendo referencia al sexo.
- Imagino que hoy estará con grandes dudas.
- ¿Hablamos de Minato? – preguntó Sasuke entre susurros.
- Sí, hablo de él. Tentarle es fácil, lo difícil es convencerle cuando empieza a pensar en las consecuencias.
- Creo que lo más importante para él son sus hijos, eso hace difícil que tenga en cuenta a un adolescente. Sus hijos no lo tomarían muy bien, o eso pienso.
- Y menos Deidara – sonrió Itachi.
- ¿Deidara?
- Creo que siente algo por mí y aunque le dije que no me interesaba... no se tomará muy bien la noticia de que me gusta su padre – dijo Itachi alarmado – y no he querido decirle todo esto a Minato porque sé que si se lo digo, me alejará de golpe sin darme una opción, pero si no se lo digo y se entera... también habrá problemas, haga lo que haga es un problema seguro.
- Sí, es un problema seguro. A menos que hables con Deidara y se lo expliques.
- No sé si podré convencerle de algo así, pero... voy a intentarlo. Necesito tiempo para calmar las aguas con Deidara y entonces... poder decirle lo de su padre.
- Voy a irme a clase – dijo finalmente Sasuke cogiendo el hombro de su hermano – y tú no te metas en muchos líos.
- Hay una fiesta esta noche – dijo Itachi – ¿Vas a venir? Es aquí en la facultad.
- Le preguntaré a Naruto si le apetece quedarse después del entrenamiento. Y en serio... nada de líos, Itachi – comentó Sasuke refiriéndose a Minato.
***
Tan sólo quería acabar las clases para poder irse a entrenar, sin embargo, cuando salía por la puerta, Naruto estaba ya esperándole, con la pierna doblada y la suela de la zapatilla apoyada contra la pared del pasillo. Al ver a Sasuke salir, apartó su espalda de la pared del pasillo y se acercó hacia el moreno besándole con pasión.
- ¿Preparado para nuestra cita? – preguntó Naruto.
- ¿Era hoy? – preguntó Sasuke extrañado – me he saltado ya un entrenamiento y...
- Vale... podemos hacer algo con eso – sonrió Naruto – podemos ir a que entrenes un rato y luego... te relajas y me das una oportunidad para tener una cita normal entre tú y yo.
- De acuerdo. Intentaré relajarme un poco.
Naruto sonrió triunfante al darse cuenta de que por fin... podía ganarle en algo a Sasuke, que lentamente empezaba a ceder el control que siempre tenía y le dejaba empezar a tomar decisiones. Poco a poco... pasaban a ser una pareja como tal, hablando todas las decisiones y poniéndolas en común, eso le alegraba a Naruto. Pasó su brazo sobre los hombros de Sasuke y ambos salieron del edificio con una gran sonrisa.
Ninguno de los dos se daba cuenta de que alguien les observaba desde la distancia, dos chicos sentados en una de las mesas del fondo. Kakuzu sonreía mientras le pasaba un par de billetes y los dejaba sobre la mesa.
- Trato hecho – comentó Sakon con una gran sonrisa.
- Sólo mete esto en su bebida – dijo Kakuzu pasando una bolsa con unos polvos blancos en su interior – y no la cagues, es para Naruto.
- ¿Y qué hago con Sasuke?
- ¿Sasuke? A Sasori no le importa ese chico, sólo que mantengas ocupado a Naruto. Dáselo, esta noche en la fiesta tienes una opción, seguro que se pasarán por allí un rato.
- No conoces a Sasuke, estará entrenando y pasará de ir a la fiesta.
- No conoces a Naruto – sonrió Kakuzu – seguro que acabará convenciendo a Sasuke de ir un rato a despejarse.
- ¿Tanto le importa Naruto?
- No... no le malinterpretes... no quiere nada con Naruto, sólo quiere que se mantenga alejado de su hermano y esto lo mantendrá el tiempo justo.
- Y tanto – comentó Sakon con la bolsita en sus manos.
Cuando Kakuzu se marchó de la mesa, Sakon sonrió más ampliamente que nunca al pensar en todo lo que podría hacer. Ese chico... Sasuke Uchiha siempre se le había escapado por una u otra razón, eran novios... pero nunca lo había podido tener y ahora... con Naruto fuera de juego, él tenía una oportunidad de tener a ese chico. Sin saberlo, ese chico acababa de brindarle una gran oportunidad. Esa noche muchas cosas cambiarían en la fiesta.
***
Tras el entrenamiento, Naruto, que estaba practicando hockey en una de las esquinas del campo mientras Sasuke terminaba de hacer su rutina, ambos se juntaron en el centro de la pista.
- ¿Y qué cita querías hacer? – preguntó Sasuke abrigándose mejor con la bufanda.
- Quería... bailar contigo.
- ¿Bailar conmigo? – preguntó Sasuke extrañado – venga ya, tú no sabes hacer patinaje artístico y en parejas no voy a hacerlo contigo – sonrió Sasuke.
- No he dicho patinaje artístico, he dicho bailar – comentó Naruto cogiendo el mando de la cadena de música y dándole al play.
Sasuke se quedó atónito al escuchar cuando empezaba a sonar una de las bandas de rock and roll que a él le gustaban. Desde luego, ese chico había estado indagando en sus gustos o puede que le hubiera preguntado a su hermano. No pudo evitar reírse al ver a Naruto patinando hacia atrás y haciendo movimientos como si tocase la guitarra eléctrica, moviendo la cabeza de arriba abajo como loco.
- Vamos... únete.
- No pienso hacer el idiota contigo – dijo Sasuke.
- ¿Prefieres que haga ballet como tú? – preguntó Naruto tratando de hacer cogerse la pierna como hacía Sasuke, aunque no le salió nada bien y sólo causó más risas en Sasuke.
- Eres idiota – sonrió Sasuke pero Naruto patinó hasta él cogiéndole con un brazo por la cintura y con el otro, la mano, obligándole a patinar con él y girar como si bailasen de verdad.
Sasuke al ver aquello, empezó a animarse un poco más, al fin y al cabo, estaban solos en la pista y nadie les vería hacer el tonto. Desde luego, Naruto se quedó en sus movimientos básicos mientras Sasuke empezaba a hacer piruetas acrobáticas a su alrededor, simplemente por diversión, porque podía hacerlo, sonrojando a un Naruto que, por primera vez, le veía divertirse con lo que hacía y no estresado porque algo no le saliera.
Con la respiración entrecortada y entre bruscos movimientos, ambos acabaron chocando en el centro de la pista, cayendo los dos al hielo, Sasuke sobre el cuerpo de Naruto. No podían dejar de reír, hasta que Sasuke sintió los dedos de Naruto y pese al guante, él apartó los mechones de su flequillo segundos antes de besarle con pasión.
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