Capítulo 18: Hermanos
Sus ojos observaban cómo aquellas dos figuras se marchaban por el sendero en busca de la carretera. Por una parte, sentía que conectaba de nuevo con su hermano, que siempre se preocupaba por él y le cuidaba, por otra... sentía que seguía metiéndose demasiado en su vida, pero... ¿Cómo culparle si en el fondo así demostraba Naruto su aprecio? Deidara sonrió sin poder evitarlo.
- ¿De qué te ríes ahora? – preguntó Sasori también sonriendo.
- Le importo a mi hermano – sonrió Deidara.
- ¿No me digas? Ha estado a punto de pegarme una paliza por ti, sí... creo que le importas – sonrió.
- ¿Qué le hiciste a mi hermano?
- Nada – sonrió Sasori.
- Mi hermano no se pone así por nada.
- Te lo prometo... a tu hermano... no le hice nada.
- Me voy a casa.
- Pero... Mañana quedaremos para dar repaso, ¿verdad?
- Tú no necesitas repaso y mucho menos mis clases – le dijo Deidara empezando a caminar para irse tras su hermano y su supuesto novio, porque puede que no lo dijeran abiertamente, pero a Deidara no se le escapaba el ver tan juntos a esos dos que antes se odiaban.
Sasori se quedó allí de pie, con el agua por las rodillas, empapado y mirando la mesa del muelle con todas sus hojas esparcidas. Ese chico iba a ser complicado de seducir, pero precisamente por ese motivo, tenía más interés en él.
Caminó levantando los pies todo lo que pudo entre el barro del fondo del agua para poder salir, cuando una mano apareció frente a él para ayudarle. Su mejor amigo estaba allí frente a él. Tomó su mano y se impulsó para salir de aquel estanque donde el bruto de Naruto le había lanzado.
- Estás hecho un desastre – se reía Kakuzu.
- ¿No me digas? – preguntó Sasori.
- Te dije que no te metieras con el hermano de Naruto, pero... ¿Me haces caso alguna vez?
- ¿Y dejar que tú ganes la apuesta? Ni de coña – sonrió Sasori – ese chico caerá.
- Déjalo ya, Sasori... Naruto no dejará que salgas con su hermano y además... es un nerd. Admitamos que está bueno... para un revolcón, pero no creo que te interesase para nada más.
- Quién sabe – sonrió Sasori – tiene una mente extraña y atrayente.
- ¿No te irás a enamorar?
- ¿Con quién crees que hablas? – preguntó Sasori con una gran sonrisa - ¿Enamorarme? Sólo quiero follármelo.
- Pues ya me dirás cómo vas a esquivar a Naruto, porque él no te dejará acercarte a su hermano.
- No se llevan bien.
- Que no se lleven bien no quiere decir nada, ya has visto cómo lo defiende y ese nerd no es idiota, sabe que su hermano te odia por algo y mantiene su defensa contigo.
- Pero hoy ha estado cerca de bajar la defensa. Casi le beso.
- ¿Y qué te lo ha impedido? – sonrió Kakuzu – Naruto. Admítelo... siempre le tendrás encima.
- Entonces tendré que quitarle del medio.
- ¿Y cómo lo harás?
- Dándole algo con lo que distraerse. ¿No salía antes Sakon con ese patinador? Hablemos con él – sonrió Sasori con perversión – le daré a Naruto algo por lo que preocuparse.
***
Dudaba... por primera vez en mucho tiempo, Deidara se había quedado helado al otro lado de la puerta del dormitorio de su hermano, esperando y dudando sobre si debía llamar y entrar o era mejor esperar a verle en la cena. Encima su padre no estaba por allí para mitigar sus dudas. Algo había ocurrido para que se ausentase, aquella misteriosa llamada de la policía había hecho que prácticamente saliera corriendo y eso también le preocupaba, porque no sabía el motivo que tendría la policía para llamar a su padre.
Su mano se movió una vez más hacia la puerta dispuesto a tocar, pero volvió a retirarse. ¿Y si estaba Sasuke allí? ¿Y si estaban en una cita? ¿Y si estaban haciendo algo más que hablar? Todas las dudas le asaltaban y no quería interrumpir. Con tanta indecisión, su sorpresa llegó cuando la puerta se abrió de golpe dejando ver el rubio cabello de su hermano, también sorprendido al verle tras su puerta.
- ¿Dei? ¿Qué haces aquí? – preguntó extrañado.
- Vivo aquí – dijo sin más algo sonrojado - ¿Estás...? – intentó preguntar muy ruborizado.
- Sasuke está en su casa – le aclaró Naruto – y yo salía a comer algo, tengo hambre. ¿Qué ha hecho el papá de cena?
- Papá no está – le aclaró Deidara sobresaltando a Naruto.
- ¿Dónde está? Ya es tarde.
- Le llamó la policía para ir a la comisaría a arreglar algo, no sé el qué. Sólo me dijo que podría tardar.
- ¿Pedimos unas pizzas? – sonrió Naruto y su hermano sonrió también.
- Con beicon – aclaró Deidara – y sin aceitunas.
Naruto sonrió, por primera vez en mucho tiempo, volvía a conectar con su hermano aunque fuera levemente. Aún podía recordar aquella etapa de su vida donde ambos veían películas juntos, comían pizzas y hablaban de todo lo que les preocupaba. ¿Cuándo había cambiado tanto su relación?
Fue Naruto quien abrió el ordenador de su padre y pidió unas pizzas a domicilio por internet. El estar junto a su hermano, tan cerca el uno del otro y hablando como antes aunque sólo fuera sobre los ingredientes de la pizza, le llenó de alegría. Era cierto que se metía en la vida de su hermano, pero estaba preocupado por él. Aun así, no quiso decir nada hasta que decidieron elegir la película.
- Elige la que quieras – dijo Naruto.
- ¿Estás seguro? No suelen gustarte las películas que me gustan a mí.
- Porque tú eres un romántico empedernido y a mí me gusta más la acción – sonrió Naruto – pero aguantaré tus dramas románticos por una noche.
- Vale – sonrió Deidara.
Sentado en el suelo frente a la pequeña mesa, Deidara buscaba en Internet alguna película para ver juntos. Por una parte... le habría gustado poner la más romántica y aburrida posible para castigar a su hermano, pero por otro lado... le movía el deseo de intentar darle una oportunidad de volver a la relación que tenían anteriormente y elegir algo intermedio que pudiera gustarles a ambos.
- Podemos ver "In time" – comentó al final sorprendiendo a Naruto.
- Es de acción.
- Tiene un romance ligero – sonrió Deidara dándole a entender que estaba más centrado en buscar algo con acción.
- Vale – dijo Naruto echando el cuerpo hacia delante y buscando en las páginas de internet la película.
Deidara aprovechó mientras Naruto colocaba las cosas para cortar la pizza y que fuera más fácil para ellos ir cogiendo. Al ver que le sobraba tiempo debido a la carga del vídeo, se fue a la cocina para hacer unas palomitas en el microondas.
Ambos empezaron a ver la película en silencio, centrándose en la comida y en lo que veían, sin embargo, los ojos de Naruto, poco a poco, se iban desviando hacia los de su hermano, sin darse cuenta de que lo mismo le ocurría a Deidara. Al final, un resoplido hizo que Naruto se armase de valor.
- ¿Qué nos pasó? – preguntó Naruto sorprendiendo a su hermano.
- Fuiste tú y tu bocaza – comentó Deidara.
- Sabes que no diría nada que te perjudicase.
- Naruto... yo ya era un nerd de por sí y tú... acabaste diciendo algo que no debiste decir. Era una estupidez, pero lo utilizaron en mi contra.
- ¿Qué dije?
- ¿Te acuerdas de "Katsu"? – preguntó Deidara.
- ¿Tu osito de peluche? Claro que me acuerdo, no lo soltabas ni para ir al baño, hasta dormías con él.
Deidara lo miró como si quisiera aniquilarlo allí mismo y entonces... Naruto entendió por dónde iban los tiros.
- Mierda – susurró Naruto tapándose la boca.
- Nunca piensas las cosas antes de hablar.
- Lo siento... - intentó disculparse Naruto – se me escapó.
- Tú no sabes lo que es tener que aguantar cómo te insultan y te traen muñecos a clase, cómo todos se ríen sólo porque a tu hermano se le escapó que dormía con "Katsu" y sé que es una tontería... - comentó Deidara – pero el que sufrí la humillación y tuve que aguantar que todos los días se rieran de mí por esa chorrada, fui yo. Tú ni siquiera te diste cuenta.
- ¿Por eso has relegado a "Katsu" al trastero? – sonrió Naruto pero al ver la afirmación de Deidara, se puso serio – voy a buscarlo...
- No... todos tienen razón, ya soy mayor para dormir con muñecos.
- Por favor... adoras ese muñeco, lo tienes desde que nacimos, mamá te lo regaló. Nunca te has separado de él. No volveré a decir nada referente a él, te lo prometo y, si por un casual se me escapa o alguien se mete contigo, yo mismo haré que se trague sus palabras, ¿vale?
Al final, Deidara soltó el brazo de su hermano para dejar que fuera al trastero a recoger a su olvidado peluche. Ni siquiera se había dado cuenta cuándo había cogido el brazo de su hermano, quizá por miedo a que volvieran a meterse con él, por miedo a que a Naruto se le volvieran a escapar cosas personales suyas y en parte... porque sabía que tenía que madurar y dejar atrás los muñecos, pero era el único recuerdo que le quedaba de su madre. Una parte de él no quería desprenderse de ese muñeco.
Naruto volvió con aquel pequeño muñeco, tendiéndoselo. Durante un momento, Deidara pensó si cogerlo o no, elevando su temblorosa mano, sin embargo, algo le echaba hacia atrás. Fue su hermano quien acabó cogiendo la mano de Deidara para impedir que siguiera temblando y le colocaba el muñeco en ella para que cerrase sus dedos en torno a él. Una sonrisa se dibujó en el rostro de Deidara al poder tener ese pequeño detalle una vez más a su alcance. Naruto aprovechó para sentarse de nuevo y coger unas palomitas.
- ¿Qué ocurre con Sasuke? – preguntó Deidara intentando conseguir obtener la confianza que habían perdido.
- No lo sé – sonrió Naruto.
- ¿Estáis saliendo?
- ¿La verdad? No tengo ni idea de dónde estamos – sonrió de nuevo – Sasuke es... complicado. Si le digo que estamos saliendo, es posible que se eche atrás. Tenemos algo... pero no sé qué es exactamente. Sasuke no quiere novios.
- Está muy centrado en su deporte, quiere ganar a toda costa.
- Lo sé. Sasuke es increíble, tiene un talento natural y mejora cada día en el hockey, además ha empezado a relajarse un poco, sus trucos de patinaje artístico están saliendo con naturalidad. Creo que llegará lejos, pero a veces pienso que quizá salir conmigo puede distraerle de lo que tiene que hacer.
- Sasuke no es de los que se distraen fácilmente. Creo que siente algo por ti, esta tarde en el muelle parecía muy enfadado cuando te ha visto pelearte.
- Tiene mucho carácter – sonrió Naruto – es complicado intentar controlarle.
- No tienes que controlarle – dijo Deidara – sólo... amoldaros los dos, compenetraros. Creo que Sasuke te dará disciplina y lo sabes.
- Sé todo lo que Sasuke puede darme... pero no sé lo que yo puedo ofrecerle a él.
- Amistad, un equipo, salir de su rutina – comentó Deidara – Sasuke también necesita divertirse aunque diga que no. Es un adolescente. Dale algo para que se divierta.
- No sé cómo hacerlo.
- Demuéstrale lo mejor del hockey – comentó Deidara – no la técnica, nada de estrategias de juego, sólo... jugad, despejad la mente y jugad, divertiros con el deporte una vez más – sonrió Deidara.
- Echaba de menos hablar contigo – sonrió Naruto.
- Y yo.
- Pero sigo pensando que no te quiero cerca de Sasori.
- Me ha dicho que no te hizo nada.
- Y no me lo hizo – comentó Naruto comiendo palomitas – al menos no a mí personalmente, pero sí a mi mejor amigo.
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