Capítulo 4

Sus pies se detuvieron en seco al ver al dinosaurio detrás de un edificio. Edificación que el enorme animal  destruyó con el agitar de su cola. Ambas femeninas podían ver cómo el edificio caería sobre ellas. De repente todo lo que se movía al rededor de la rubia ocurria con lentitud, cómo si en esos momentos era capaz de ver cada suceso de su jovén vida. No había vívido su matrimonio lo sufiente y allí se encontraba ella ahora, a punto de morir. En medió de esa situación habría deseado no ser tan terca e ir en contra de lo que su esposo le había sugerido tiempo atrás. Por acto reflejó Mashiro protegió a Lazuli con su cuerpo. Lazuli Taylor era sólo una niña aún y era hija sus dos amigos de infancia, a ella podía pasarle lo que fuera pero no a su sobrina. No había tiempo para traer a Kohana, incluso si lo hacía saldría lastimada era el fin, la rubia había cerrado sus ojos con fuerza esperando lo peor.

—¡Dino pase!—

Escuchó a alguien gritando esas palabras, seguida de una brillante luz que le obligó a cubrir sus ojos apretando los párpados con fuerza sin dejar de sostener a la menor en sus brazos. Alguien les había empujado sacándolas del peligro. La rubia recibió un fuerte golpe en el brazo consiguiendo en el proceso raspones en partes de su cuerpo. El impacto le hizo soltar un leve quejido de dolor pero no impotaba, Lazuli y ella estaban a salvo ahora gracias a una persona que no supo identificar, pero que por el tono de voz le había permitido sacar supociones de manera rápida.

Segundos después del golpe, Mashiro abrió los ojos rápidamente encontrándose a Lazuli posando su mirada al frente. Observando al enorme dinosaurio con una espalda espinoza y fuertes músculos en forma de joroba.

—Un Acrocanthosaurus Atokensis...—pronuncio Mashiro con asombro

Observó a Lazuli separarse de ella mientras se levantaba observando al igual que ella al enorme animal que había acudido en su ayuda. Pero esté no había llegado solo, alguien tendría que haberlo invocado con su Dino-movil. Artefacto que Rex y Mashiro se habían encargado de envíar sin destinatario fijo. La rubia buscó con rapidez a la persona que había traído al dinosaurio, en el intentó encontro frente a ella la mano tendida de un joven hombre afrosiendole su ayuda. Eso explicaría la fuerza con la que ella fue alejada del edificio colapsandose.

La chica acepto el gesto de amabilidad con una pequeña sonrisa, al levantarse fijo su mirada en la niña de cabellos oscuros, dicha menor era la responsable del Acrocanthosaurus combatiendo al Giganotosaurus.

—Sera mejor alejarnos un poco de aquí ¿No le parece?—pronuncio el hombre frente a ella, el varón sin el consentimiento de Mashiro tuvo el atrevimiento de tomar de su mano con delicadeza y rapidez, dicha acción que tomo desprevenida no sólo a la rubia sinó también a la sobrina de está

El aún desconocido al detenerse a la par de la pequeña niña de unos 12 años de edad, posó su mirada en la batalla que dos de las criaturas que se creían extintas sin la más mínima intención de soltar la mano de la rubia. Acción que la estaba incomodando de sobre manera y causando el enojo de Lazuli.

—¡¿Qué le sucede?! ¿Cómo se atreve a tomar a mi tía de esa manera?... No es cómo sí le conociera de toda la vida—sosteniendo las manos de ambos adultos y alejando la mano de la rubia

—... Agradecemos su ayuda y la de su hermana... pero—comienza a hablar Mashiro con incomodidad al sentir la mirada del varón—Mi sobrina tiene razón, yo—

—Esa niña no es mi hermana, pasaba por aquí y las vi en apuros, si la estructura les hubiese caído ensima las habría matado a ambas—

Explica con un tono que hacía notar al ego como parte de la personalidad del chico, esa actitud comenzaba a molestar a Mashiro, haciéndole fruncir el ceño y curvar sus labios haciendo notar lo disgustada que se encontraba al estar en dicha situación con un hombre que no sabía de espacio personal y el respeto a una mujer casa.

Mashiro ignorando por completo al chico se posó al lado de la niña con el Dino-movil en sus manos.

— Parece que tienes problemas con ese dinosaurio—sonrie—Te ayudaremos un poco—

Sacando un Dino-movil similar al que la niña portaba junto con la carta de su antigua compañera de aventuras de entre la pequeña mochila que reposaba en sus hombros.













Zoe deambula por las calles de Tokio sobre el lomo de la Paris, en busca de su esposo e hijo. Mientras ésto ocurría la gente que pasaba corriendo despavorida observaba la escena que la pelirosa estaba montando al encontrarse sobre el enorme animal.

La pelirosa supo dar con la localización de su familia cuándo escuchó el rugido de dos dinosaurios muy cerca del área en la que se encontraba. Una lucha estaba por comenzar y ella debía darse prisa si quería ayudarlos.

—¡Mikaela! ¿En dónde te habías metido?—exclama el castaño mayor al ver al primogénito de los Ancient volver a ellos completamente ileso

—Buscando la carta de dinosaurio...lamento la demora al parecer la fiesta estaba por comenzar sin mí—observa a los integrantes de Kartodromo, el enemigo que les atacó antes de llegar a esa línea temporal y aquellos que buscaban eliminar a sus padres aliandose a Ted Faro.

—¿Ese no es el mocoso de los Ancient?—cuestionaba uno de ellos observando al rubio con detenimiento

—Asi es, a ese mocoso el jefe lo quiere vivo si lo llevamos ante el jefe los Ancient tendrán que entregarse si quieren a chico vivo, es una excelente idea ¿No lo creen?—

—Me parece algo tonto realizar un plan que estará fuera de su alcance mientras tenga a mí Saurophaganax junto a mí no voy a permitir que chantajeen a mis padres—agrega molesto—Preparence para fracasar ¡Era hora de usar Torbellino!—boscifera sacando del Dino-movil la carta de ataqué siendo imitado por su contrincante

La batalla en Tokio había comenzado y con ello las noticias en todo el mundo se habían disparado. Después de todo era una situación única. Se trataba de criaturas extintas hace millones de años todas las televisoras estaban vueltas locas.

Dinosaurios han aparecido en dos distintas partes del mundo. Tokio y Macedonia se han visto envueltas en una batalla de enormes criaturas que en éstos momentos están causando conmoción en los habitantes de estas dos ciudades



Por otro lado.

En Macedonia se llevaba acabo una ardua batalla entre dinosaurios. Kartodromo tenía las de ganar, poseían a uno de los dinosaurios más grandes entre esa misma especie. El Acrocanthosaurus y Abrictosaurus se encontraban totalmente agotados. Y el Giganotosaurus se encontraba fresco, sólo estaban jugando con ellos. Apenas y le servían de calentamiento. La lucha entre los tres dinosaurios se vió gana en el momento en el que Konoha y el otro dinosaurio se convirtieron en cartas. La tensión comenzaba a crecer cada vez más, Mashiro no sabía que hacer y el hombre a su lado no ayudaba mucho. En todo ese tiempo no había hecho otra cosa que molestar con sus insinuaciones y su coquetería.

—¡¿Que no lo entiendes?! ¡Soy una mujer felizmente casada con su marido apartarte de mi vista! ¡Si no ayudas no estorbes!—

Calla al instante en el que siente el suelo bajo ella moverse, encontrando al enorme animal frente a ellos

—Parece ser que el tiempo se a terminado para la Sra. Ancient, le permitiremos decir unas últimas palabras antes de morir, somos condecendientes así que adelante...—comentaba uno de ellos mientras el otro se mofaba de la rubia

—Creo que te estás olvidando de un pequeño detalle...— respondió una voz a espaldas de Mashiro, Lazuli y compañía—¡Te falta un Ancient por capturar y aqui me tienes!—

Observaba a los integrantes de Kartodromo con furia y con cólera al chico que hace unos minutos había osado intentar tocar a su mujer y madre de sus hijos.

Esa falta de respeto hacía una mujer casada era algo que jamás iba a permitir, una vez que se encargará de Kartodromo, se ocuparía personalmente de ese tipo. Sus acciones le habían hecho recordar ese sentimiento que había olvidado hace años. Durante sus viajes en busca de sus padres, había estado ese chico molestó, parte de una tripulación de piratas que con sus intentos de coquetería le habían hecho dejar a relucir sus celos de adolescente hacía Mashiro.

—Acabare contigo... ¡Dino pasé ataca Carnotaurus!—



—¡Deja de molestar a Mashiro! ¡No soy tonto me doy cuenta de tus intenciones con Mashiro y Zoe no voy a permitir que te acerques a mi novia! Protegeré a Mashiro a toda costa—afirmo un Rex de 12 años enfrentando a su rival




































😅

Se que es algo cortó pero ¿Recompensaria de alguna forma el tiempo que estuve ausente?
😅

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