Las horas se están acabando.
El viento frío impacta contra mi rostro mientras camino, las hojas y ramas secas que se encuentran en el piso crujen al pasar sobre ellas. La calma y la paz reinan a mi alrededor colmándome de ella, dándome el soporte que necesito para continuar.
Camino por los pasillos de lo que antes era un hermoso laberinto verde, lleno de vida, luz y alegría. Ahora es gris y está lleno de penumbra. Hasta hace unos meses todo brillaba con fervor, muy diferente a lo que se puede ver ahora.
Es curioso dado a mi lastimosa situación...
Los seres divinos suelen trabajar de maneras extrañas, pero no me preocupo porque sé que esto es una prueba. Una prueba divina.
No tardo mucho hasta llegar frente a la puerta de mi invernadero. Este es un lugar enorme, hecho completamente de oro. El lugar no cuenta con paredes, ya que todo es cristal templado con soportes de oro. La estructura es tan impactante que parece como si se tratase de un espacio celestial.
Mi espacio celestial...
Con solo entrar siento una felicidad enorme, nunca voy a cansarme de este hermoso lugar colmado de rosas de todo tipo. Cada color de rosa posible por existir se encuentra aquí, bajo mi disposición preparada para decorar mis hermosas obras de artes.
Me encantaría traer una de mis obras en este lugar, pero siento que arruinaría la atmósfera, a demás de que sus pecaminosas almas no merecen compartir espacio con mis celestiales flores.
No lo merecen...
Pero tengo tres obras pensabas que serían completamente perfectas para este sitio, el problema es que sé que serían tan hermosas que tendrían que estar en exhibición, donde todos puedan verlas, no aquí escondidas del mundo.
Lamentablemente, no tengo tiempo para admirar tanta belleza, ya que tengo un lienzo en blanco aclamando por mí. Completamente listo para ser decorado y arreglado por mí.
Camino por el invernadero ignorando el calor que me produce mi enorme abrigo y la calefacción combinadas, las flores no pueden crecer en tan frío ambiente como lo es Estados Unidos en estas fechas, mis pequeñas amigas necesitan un ambiente cálido.
En especial dos...
Mis nuevas creaciones. Dos hermosas rosas azul celeste, un azul tan claro y envolvente que parecen ser casi transparentes. Desafortunadamente estas bellas flores solo son posibles de conseguir con manipulación genética o pintando rosas blancas.
Me gusta más la primera porque les da más autenticidad, pero esas son preferencias personales. Además de que el arte necesita esfuerzo y empeño.
Al verlas una enorme sonrisa se forma en mi rostro, por fin puedo empezar mi obra maestra.
Busco una de mis herramientas y corto ambas rosas con muchísimo cuidado de no lastimarme con las espinas, para luego llevarlas conmigo, no sin antes agradecer por el regalo divino que se me está otorgando.
Gracias padre...
Al salir del invernadero me encuentro con una de mis ovejas, el cual parece más que exaltado de verme.
—Mi providencia – dicen haciendo una reverencia ante mí – tenemos nuevas imágenes – me informan.
—Qué dicha – respondo complacido – no sabes cuánto te agradezco mi leal oveja, cumples muy bien mis recados.
—Es un placer servirle providencia... Estaban todos en el mismo lugar por lo que fue muy fácil tomarles fotos. — me cuenta ilusionado.
— Te lo agradezco – digo tomando su cabeza entre mis manos para besar su frente con cuidado y cariño. Como un padre o madre lo haría con su hijo. — Ahora, ¿Dónde están las imágenes de las que me hablas? - cuestiono alejándome.
—Tome... — susurra, extendiendo su mano ante mí con un sobre. — me retiro providencia, espero las imágenes sean de su agrado. — se despide, inclinándose nuevamente.
—Adelante, más tarde serás recompensado por tu labor, te lo aseguro.
—No dudo de usted, mi divinidad... — asiente. Me agrandan las ovejas americanas, soy demasiado leales, justo lo que necesito para mi misión.
Sin más abro el pequeño sobre color blanco que me fue entregado.
Pero que regalo divino tenemos aquí...
La primera imagen es de un ser precioso el cual siempre me deleita observar, al que llame: "Angelo perduto"
Cuenta con una belleza casi celestial. Cabello castaño peinado en dos trenzas largas. Ojos grandes, marrones como el tronco de los más fuertes robles, llenos de vida y alegría, además de una sonrisa que podría iluminar ciudades enteras. Rasgos dulces y delicados que le hacen a un más hermoso y digno de admirar. Como casi siempre va vestida con un uniforme de curandera, verde claro, mientras corre por un reluciente hospital, sujetando una camilla la cual lleva un alma en pena que está intentando ayudar, a pesar de todo su corazón es puro y dulce, algo muy lindo vive en este ser.
Un ángel de corazón puro, pero fuerte...
Después tenemos a otro de estos seres divinos, igual de bello e impaciente, pero completamente despreciable. Este es conocido como: "Divinità malvagia".
Refleja su superioridad con una altura prominente y un aura que irradia poder y maldad. Con cabellos dorados como el sol, la piel tostada y reluciente, como si una deidad suprema lo hubiera bendecido con belleza antes de su nacimiento. Sus ojos son tan verdes como las esmeraldas o como las copas de los árboles más hermosos y frondosos. Él se encuentra vestido de traje, como siempre, está parado en un balcón de cristal en uno de los montos de hospitales que posee, está mirando a sus empleados desde arriba, con orgullo.
Cómo sí de un rey se tratará...
En otra de las fotos tenemos a mi musa el día de hoy, me moría por poder retratarlo, cualquier artista amaría retratarlo. A este ser me gusta llamarlo: "stregone dagli occhi azzurri".
Un ser cuyos ojos podría paralizar a cualquiera, ese color de ojos no se encuentra en ningún lugar del mundo, excepto en él. Ojos de un azul cielo exquisito, imposibles de replicar. Si bien es su rasgo característico no es el único de sus encantos. Tiene muchos Cabello negro, sedoso y una piel pálida que parece tan pura como el agua bendita. Cuerpo esbelto y presencia que podría asustar o encantar a cualquiera. Él está frente al hospital en el que también trabaja, mirando directamente a la cámara, pero parece no saber que está siendo fotografiado.
Dedo admitir que a veces temo de que él sepa de mí...
Parecen seres celestiales, ese es su trabajo. Muchas veces la maldad, lo indecoroso y lo más asqueroso de nuestro plano terrenal se presenta ante nosotros como algo tan hermoso que es casi imposible de resistir. Claro está que las personas no caerían en estos males si se presentaran como lo que son; la mayor asquerosidad conocida. Aunque no todos son tan malos, algunos solos se desvían lijeramente, para eso existen las personas como yo...Personas que los llevan por el camino del bien.
Y luego están los que son separados de su destino, personas que nacieron para ser como yo pero...
Por último me encuentro con el último de estos seres: "il figlio perduto".
Un hombre que sin duda resalta a cualquier lugar al que va, sin duda tiene un aura oscura que te absorbe, con rasgos fuertes y atractivos. Cabello castaño, color chocolate, ojos marrones claros, casi color miel. Rasgos que si bien son comunes la suma de sus facciones y su aura lo convierten en alguien sin comparación alguna. Sin duda es un ser de otro mundo. Está en el área de urgencias del hospital, entregando una cesta de galletas a los enfermeros.
Puede que él sienta demasiado dolor, pero jamás será malo...
Mi corazón se aprieta de verlo, deseando poder atravesar la foto y poder tocarlo.
Algún día...
Acaricio con delicadeza la foto de estos seres, con el corazón acelerado de solo verlos. Sus cabezas se verán hermosas decorando la entrada de mi laberinto, me deleito de solo imaginarlo.
Guardo las fotos en el bolsillo de mi largo abrigo, dejando a un lado la foto que hoy usaré de musa, junto a las rosas azules.
Comparo los ojos de este ser con las rosas y me decepciona saber que su parecido es poco, es comprensible que no exista un color igual, quizás tengo que usar algún diamante o algo así...
Camino por mi palacio, saludando a otras de mis ovejas las cuales también hacen reverencia ante mí. Por desgracia no puedo parar, ya que la ansiedad que me produce empezar con mi obra de arte me carcome.
Antes de entrar en mi estudio de arte me quito mi abrigo largo y blanco, me quito mis guantes de cuero, para reemplazarlos por unos de látex. Me quito los zapatos para poder usar mis zapatillas desechables, al igual que me coloco un largo traje aislante y un gorro en el cabello.
Muchas personas no entienden lo bello que puede ser mi arte por lo que se tiene que tener muchísimo cuidado. Un paso en falso y todo puede acabar muy mal para mí y mi rebaño.
Con el cuerpo completamente cubierto entro por fin al taller, inserto un código en la puerta de metal blindado, el lugar no es tan glamuroso como mi invernadero, pero es mi lugar feliz, además de ser casi una fortaleza. Es un oscuro búnker, con todo lo que necesito para hacer mi arte.
Enciendo la luz para encontrarme con mi lienzo, puedo verlo retorcerse y llorar con desesperación. Al principio no me gustaba amararlos ni taparles la boca, pero se quejan mucho e intentan escapar, por lo que decidí amararlo a una camilla y colocarles bozales.
Antes de cualquier cosa reviso si tengo todo lo necesario para empezar a trabajar.
Plumas negras, metal caliente, pintura negra, dorada y roja. Una daga, mi hacha, arcilla... Entre otras cosas...
Con todo listo me acerco a mi lienzo sonriendo. Me acerco con sumo cuidado de no asustarlo más. Está acostado en una camilla de metal, amarrado desde la cabeza hasta los tobillos, a demás de tener un bozal de cuero y estar completamente desnudo.
—No llores, no... Vas a ser libre. Voy a liberar tu alma del pecado, vas a estar bien – le susurro. Sus pupilas se mueven con desesperación, mientras intenta zafarse con todas sus fuerzas. — no te resistas... Todo va a estar bien.
Mi lienzo, es bastante parecido a mi musa, pero por desgracia es difícil encontrar personas con sus encantos. Cuando recree a "Divinità malvagia ", fue un verdadero dolor de cabeza, no encontré a nadie parecido. Tuve que conformarme, pero le di mi toque especial. Las rosas rojas quedaron exquisitas.
De todas maneras, no era un buen hombre, nunca lo son. Por eso solo acabo con pecadores. Todos mis lienzos han sido asquerosos pecadores, por eso merecían su final, tuve misericordia y los entregué al más allá para qué experimentarán la paz eterna.
El hombre frente a mí tiembla de miedo, una gruesa capa de sudor corre por su cuerpo al igual que lágrimas corren por sus mejillas.
Es casi doloroso verlos resistirse...
—Tus ojos son lindos – susurro mientras acaricio su mejilla, con solo sentir mi tacto mi lienzo cierra los ojos e intenta zafarse con mucha más desesperación en sus movimientos – pero no son como sus ojos, pero estas rosas – le digo levantando una de mis creaciones – son más parecidos, así que voy a tener que sacarte los que ya tienes, – susurro haciendo que vuelva a abrir los ojos para mirarme con terror - pero no te preocupes, no te va a doler nada.
El verdadero problema es...
¿En qué parte de la ciudad voy a colgar mi próxima obra de arte?
Holaaa querubines, ¿Cómo están?
Siento el cuerpo tenso jajaja...
¿Saben que día es hoy? Hoy se cumplen tres años desde que empecé a escribir en wattpad y tengo muchos sentimientos encontrados. Tenía este capítulo desde hace unos días pero quería publicarlo hoy ya que es una fecha especial, todo empezó en esta fecha así que creí justo empezar a cerrar todo también en esta fecha.
¿Opiniones?
¿Que opinamos de nuestro ser misterioso?
¿Es hombre o mujer?
¿Miedo?
Okey, okey todos conocemos y amamos a los cuatro mosqueteros, pero es momento de conocer a los cuatro seres celestiales ¿Preparados querubines?
No sé asusté el próximo capítulo va a ser precioso, un poco de drama, pero cursi a lo HDLM, cómo ustedes y quizás no se lo esperen.
Los amo muchísimo, estos últimos años no hubieran sido lo mismo sin ustedes y sin los personajes de esta historia. 💕
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