Hora de una buena conversación ¿a las 3 am?
Tarareo las primeras notas de: shut uo and dance.
Adoro esa canción.
A pesar de que Lexie me dio su abrigo, sigo teniendo mucho frío, así que decidí bailar mientras caminamos a mi auto para no terminar congelada.
Los chicos no hacen más que reírse de mí, pero bueno, mejor eso a enfermarme.
Solo a mí se me ocurre usar vestido en otoño.
A veces tengo muy malas ideas...
— ¿Falta mucho? - pregunta Alex.
—No – respondo, sin prestar mucha atención.
—Ten cuidado - me advierte, Lexie al ver como casi tropiezo con mis tacones.
—Tranquilo, no me voy a caer. — le digo. — he pasado la mitad de mi vida en tacones.
—Yo no estaría tan seguro de eso – comenta, Blue en tono de burla.
—Ustedes tranquilos que si me caigo me levanto y ya.
—No creo - antes de que Blue siga cuestionando mi existencia, lo tomo de la mano y lo hago girar. Un giro un poco raro, ya que él es mucho más alto que yo, pero fue suficiente para que se callara.
—Vamos - los ánimo - bailen conmigo.
—Estás muy alegre esta noche - comenta Lexie.
—Mucho – respondo, sonriendo.
—¿puedo conducir yo? - pregunta Lexie, al llegar a mi auto.
—Supongo... — respondo.
No me gusta mucho la gente manejé mi auto, pero supongo que está bien.
—Pero no iremos a mi casa... — nos advierte.
—¿entonces? - cuestiona Alex.
—Iremos por su regalo - sonríe - Y no voy a responder a ninguna de sus preguntas. Es sorpresa.
—Una pista – le pide Blue.
—No, no voy a decir nada. — declara subiendo al auto.
—Bien, pero igual quiero mis donas. — respondo.
Los cuatro subimos al auto y por mucho que insistimos Lexie no sede.
—Estamos por llegar - anuncia Lexie después de unos minutos de camino. Y aún no tengo mis donas - Antes de que digas algo, preciosa, ya tengo tus donas, no aquí, pero ya están.
—No lo puedo creer, Jackson...— susurra Blue por la ventana.
—¿Qué pasa? - pregunto mirando hacia atrás porque voy de copilota.
—Lexie, esto es... — susurra Alex mirando el mismo lugar que Blue.
—Pero ¿Qué...? – intento preguntar, pero me callo automáticamente al...
Al ver...
Al ver ¿una pista de aterrizaje?
—Lexie... — digo impactada.
Él no dice nada, solo parece muy satisfecho con nuestra reacción. Las personas de la portería no preguntan nada al vernos. Solo asienten al ver a Lexie.
—¿Alguno le tiene miedo a las alturas? - pregunta divertido. Pero ninguno responde. —Hablen, hace cinco minutos, no se callaban.
—Hace cinco minutos no estábamos en un aeropuerto privado...— responde Alex con obviedad.
Lexie se estaciona y los guía a una terraza.
—¿ya podemos saber cuál es nuestro regalo? - pregunta Blue.
—Sí y no. Lo que pueden saber es que... — hace una pequeña pausa— iremos en eso - se abren las puertas del ascensor en el que estábamos mostrando un... Helicóptero.
—Lexie Jackson ¿Cómo hiciste eso? - pregunto anonadada.
—Este aeropuerto le pertenece a mi familia, al igual que casi todas las avionetas y helicópteros en él.
—Espera, ¿dijiste que iremos a dónde? – pregunta Alex.
—No lo dije, pero en menos de dos horas lo sabrán.
—Señor Jackson, todo está listo - gritan.
—Es hora.
—¿tienen miedo? - pregunta Blue. Cuando ya estamos en el helicóptero. A los cuatro nos hicieron usar unos audífonos raros, pero nada que no haya usado antes.
—Un poco - responde Alex, quien está sentado junto a Lexie y frente a mí.
—Tranquilos, no será mucho y juro que el paisaje vale la pena - y tiene razón, cuanto el helicóptero ya está en el aire, se puede ver toda la ciudad encendida y brillando.
Las luces parpadeantes de los enormes edificios, todo se ve tan silencioso, pero al mismo tiempo tan caótico.
Es tan mágico como lo recordaba.
—Es hermoso – comenta, Alex.
Un rato después llegamos a una isla...
Bajo del helicóptero mirado a mi alrededor.
—Por aquí - Lexie toma la mano de Alex y nos guía a una cabaña muy hermosa. Es una acogedora cabaña de un piso a la orilla de la playa.
—Bueno, mi plan es que nos quedemos aquí hasta mañana. A primera hora podríamos ir a explorar los mercados y toda la zona, ¿Qué les parece? - dice cuando entramos a la cabaña.
Blue ida a decir algo, pero en lugar de eso se acerca a Lexie y lo besa - esto es maravillo. Gracias, de verdad.
—Me alegra que te guste. — responde.
—Esto es increíble, lo amo – comento abrazándolo.
— ¿Alex, te gusta? - pregunta. El castaño mira a su alrededor. La cabaña es enorme, a pesar de ser bastante rustica, todo grita dinero.
—¿gustarme? Me encanta.
—De verdad me alegra que les guste y no se preocupen por la ropa, ya lo tengo resuelto. Y Lia tus donas están en la cocina.
Aun con la ropa elegante puesta, todos nos sentamos frente a la chimenea encendida.
—Tan trágico como diario de una pasión... — Bromea Blue.
—No me gusta, es película. — respondo.
—¿Por qué mon ciel? – cuestiona casi indignado.
—Tiene un final triste, no me gustan las películas con finales tristes. Se supone que ves películas para entretenerte o algo, no para sufrir - explico.
—Esas películas son las mejores. Amo los finales tristes, sobre todo si son películas románticas – responde Alex, divertido - es divertido.
—mon chéri, ¿qué opinas? - Blue, nos puso a todos un apodo distinto en francés. Ya sabemos más o menos a quién se refiere.
Debo admitir que amo escucharle hablar en francés, al igual que escuchar a Alex hablando en alemán.
—La verdad no me importan mucho los finales. Me importa el desarrollo. ¿Qué pasó? ¿Cómo llegaron ahí? ¿Saben? - comenta mirando el fuego de la chimenea - Prefiero centrarme en esos pequeños momentos de felicidad, alegría, los momentos cursis, ver cómo todo evoluciona, ver el amor de los protagonistas. Muchas veces la gente no le presta atención a eso solo por el final, pero no importa que tan increíbles fue el final si todo lo que sucedió antes es una mierda.
—Y muchas personas creen que una película o libro termino mal solo porque los protagonistas no están juntos, pero yo creo que eso es solo ver la superficie. Quizás era lo mejor, quizás no estaban preparados para una relación y si hubieran terminado juntos... ese si hubiera sido un mal final. Yo le suelo tomar mucha importancia al final, por qué aprendí a valorar todo lo que hay detrás y comprendí que muchas veces lo mejor, no siempre es lo que nosotros queremos, es lo que más nos duele, pero está bien, porque por algo es lo mejor. Por eso no tengo una preferencia, solo que las historias terminen como deberían, terminen de acuerdo al desarrollo, así sea doloroso de ver, experimentar, o leer...
—Nunca lo había pensado así - respondo.
—Tiene sentido. Muchas veces duele, pero se supone que es por un bien mayor - responde Alex, pensativo.
—Chicos voy a la cocina, ¿quieren algo? – pregunta Blue.
—No gracias... — murmuro.
Comprendí que muchas veces lo mejor, no siempre es lo que nosotros queremos, es lo que más nos duele, pero está bien, porque por algo es lo mejor...
Por algo es lo mejor...
¿Lo mejor?
¿Realmente que es lo mejor? Por qué según Lexie no necesariamente tiene que ser algo que te haga feliz, ¿entonces es lo más sano? Pero lo sanó muchas veces duele, aunque quizás el sanar duele, pero que vale la pena. O al menos eso creo.
¿Entonces lo mejor no es necesariamente algo que se sienta bien o al menos no al principio, porque por algo es lo mejor?
—Chicos, sé que dijeron que no querían nada, pero les traje algo - llega Blue con dos tazas de contenido desconocido y visiblemente caliente - Ya vuelvo.
Supongo que siempre lo supe, es decir, mi vida ha estado rodeada de la "duele, pero es lo mejor" creo que nunca me cuestione eso realmente.
—¿Lia que pasa? - pregunta Alex.
—Me estoy cuestionando toda mi existencia – respondo sonriente.
—¿Por qué? - pregunta Lexie. Mientras Blue vuelve con otras dos tazas.
—Porque... ¿Blue, que es eso? – cuestiono antes de responder.
—Leche tibia con canela, mi abuela solía prepararlo para mí cuando me sentía triste. Por alguna razón me hacía sentir mejor.
—Se ve rico... — respondo - en fin. Me cuestiono por lo que dijiste. Eso de lo mejor, a veces duele y pensé en toda mi vida. En todo lo que he hecho, en mis estudios en sí de verdad, valió la pena tanto esfuerzo. Porque pude haber tenido la vida resuelta, seguir modelando, haciendo películas o videos musicales, sin luchar, sin problemas, sin estar en una constante pelea con mis padres. Pero no lo hice, decidí complicarme la vida y desear ayudar al mundo siendo cirujana, ¿pero de verdad vale la pena?
—¿Por qué lo hicieron? - pregunta Blue, pensativo - ¿Por qué decidieron ser doctores?
—Yo... cuando era más pequeña en la escuela hicieron un curso de primeros auxilios y casi nadie quería entrar, pero yo sí. Entonces entre. Solo había cuatro personas, contando conmigo. Fue muy divertido y aprendí mucho. Un día en la cafetería un chico tuvo una horrible reacción alérgica, pensé: no es nada muy grave, entonces yo lo ayudé. Y luego llegaron los paramédicos y una mujer me dijo que sin mí probablemente habría muerto. Y desde entonces quise hacer esto. Ayudar personas.
—¿y lo lograste?, ¿ayudar personas? - vuelve a preguntar.
—Sí, si lo estoy logrando.
—¿entonces valió la pena?
¿Qué si valió la pena los años de traumas, problemas, exilio por parte de mi familia, el montón de horas de trabajo, y cada hora que pase llorando porque que no podía más?
—Sí, valió completamente la pena - respondo con orgullo.
—¿Blue, por qué eres psiquiatra? - pregunto Alex.
—Pues, de adolescente tuve muchos problemas, y por mucho tiempo necesité a alguien y no es que mis abuelos fueran malos, solo no sabían cómo ayudarme. Entonces por mucho tiempo fui yo autodestruyéndome, me autolesionaba, tuve problemas con la violencia, entre otras cosas. Al crecer pude ir a terapia, puede salir de todo eso, y decidí ser eso que yo tanto necesité. Decidí que ayudaría a niños y adolescentes, entonces estudie psiquiatría, y cuando parpadee todo había valido la pena. Todo, cada minuto de sufrimiento, cada día sin dormir. Todo.
Inconscientemente miré su brazo...
Desde hace tiempo pude notar un montón de cicatrices en ellos. De lejos podría parecer que sus tatuajes están intentando ocultar sus cicatrices, pero si miras con atención podrías darte cuenta de que en realidad son parte del tatuaje...
—Esa es una hermosa causa... — respondió Lexie un poco desanimado.
—¿y tú? - le preguntó.
—Pues, toda mi familia está involucrada con la medicina, no podía ser a excepción, no tenía la valentía para hacerlo, pero con el tiempo empecé a amar esto. Empecé a disfrutar mi trabajo. Era eso o pasar el resto de mi vida siendo miserable.
—¿Qué querías ser? - pregunto Alex.
—Beisbolista, solía practicar. Todos decían que era muy bueno, solo que el talento no siempre es suficiente - él hace una pausa mirando su taza - a veces me gusta pensar en cómo sería mi vida si me hubiera arriesgado. No quiero decir que no sea feliz o que no adore mi trabajo con locura, solo que no lo elegí yo. — culmina mientras sonríe con nostalgia. — De hecho compré un equipo de béisbol. Las panteras de Nueva York.
Y yo no sé qué decir.
Me acercó a él y lo abrazo.
Las panteras son el equipo más famoso en Estados Unidos. Han ganado una fortuna.
—¿Tú eres el dueño de las panteras? — Cuestiona Blue sorprendido.
—Sí, lo compré hace unos años. También tengo una escudería en la fórmula 1. Me va bien, aunque no me gusta hablar mucho de eso. Prefiero hablar de mis cirugías. - responde orgulloso.
Eso no lo sabía...
—Lo diré de nuevo: Eres toda una caja de sorpresas, Jackson. - le digo.
—¿Alex, por qué eres doctor? - pregunta Lexie.
—Yo... — palidece - bueno, yo tuve un accidente, no, no fue un accidenté. Una situación, y casi muero, entonces, yo... Los doctores me salvaron o retrasaron mi muerte, y como, pues quise hacer eso, yo también ¿saben? – responde con complejidad.
—¿casi mueres? - pregunta Blue.
¿No fue un accidente?
—Sí, pero no quiero hablar de eso - responde sin mirarnos.
—Está bien, lo entendemos - respondo.
El ambiente es raro, todos acabamos de soltar algo que nos acompaña desde lo más profundo, pero para mí no se siente mal, es mi manera de demostrar que estoy dispuesta a dejar que entren en mi corazón. Ninguno habla, solo nos miramos. Pero no es incómodo, es solo silencio.
—No estábamos tan callados desde nuestra primera cita - bromeo.
—Sí, dios mío. Creo que pocas veces me sentí tan incómodo – bromea Alex.
—De no ser porque Lexie nos sacó de ese restaurante, no hubiéramos tenido una segunda cita. — respondo.
—Justo por eso lo hice, sabía que merecíamos una increíble primera cita. No una hora sentados en silencio. — explica Lexie.
— Fue una buena decisión - digo.
—Siendo sinceros, yo no iba a aceptar ni la ida al bar - dice Alex.
—No me jodas – respondo mirándolo mal.
—¿Qué? No me gusta la gente. — se excusa.
—Y eres doctor... — interviene, Blue.
—No es lo mismo. Eso no importa ahora, acepte y aquí estoy.
—No voy a responder a eso - dice Lexie falsamente indignado.
—Yo no me relaciono con la gente. Ni soy sociable – explica.
—Pues has mejorado mucho. — rato después ya me canse de esperar así que les pregunte a mis novios si querían ver su regalo.
—Bueno, mi regalo es algo que no les puedo dar ahora, pero sí podemos decidir ahora. — explico.
—¿Cómo? – cuestiona, Lexie.
—Mi regalo necesita una poco de tiempo.
—¿entonces puedo darles mi regalo yo primero? – pregunta Blue. Él toma la bolsa que ha cargado toda la noche y saca tres cuadros forrados - Ábranlo.
Quito el papel de regalo para encontrarme con un retrato mío. Soy yo en pintura.
No puedo explicar lo hermoso que es...
Es como una foto, de hecho, son mejores que una foto.
— ¿tú los hiciste? - pregunta Alex viendo el suyo.
—Sí, están hechos enteramente por mí. Estuve revisando mi galería y me di cuenta de que tenía demasiadas fotos suyas, pero estás definitivamente son mis favoritas. Así que las pinté.
—Lo amo, es de las cosas más lindas que me han dado - me acerco y beso su mejilla.
—Es fascinante - Lexie se posa su cabeza en hombro izquierdo de Blue, yo en el lado derecho. Y Alex en su pecho.
— Me alegra que les guste, aunque ni con todo el tiempo del mundo podría pintar un cuadro que plasme toda su maravillosidad.
Joder, voy a casarme con estos hombres...
—Supongo que tengo que darles mi regalo... — concluye Alex.
—Si - respondo.
—Bien, pues el otro día bromeo con que éramos los cuatro mosqueteros y pensé mucho en eso y... — él, saca cuatro cagas de anillos - se me ocurrió darles esto.
Él nos entrega a cada uno una caga y se queda con una. La abro y es un anillo, con pequeño diamante morado, con dos piedras plateadas a su alrededor y mango de oro.
—Es hermoso... — susurro colocándolo en mí debo.
Lexie, Blue y él tienen unos muy parecidos, pero la piedra del anillo de Lexie es verde, la de Blue azul y la suya roja.
—Es como esos collares compartidos, pero más nosotros – explica.
— Son perfectos – le responde Blue, sonriendo.
—Amelia te toca - me dice Alex.
—Bueno, pero me tienen que esperar aquí. — antes de que ellos respondan me levanto y salgo corriendo a una de las habitaciones y busco rápidamente una bolsa que hice que Lexie trajera.
En cuestión de minutos ya estoy de vuelta frente a la playa. Al salir una fuerte ráfaga de aire frío me recibe haciendo que la piel se me erice.
Ignorando el frío sigo con mi plan...
La playa, en preciosa, está completamente desolada, por lo que sé lo único que se puede escuchar es el rugido del mar.
La luna brilla iluminando tomo, creando un aire mágico.
Con mi teléfono, un tutorial de YouTube y las coordenadas que me dio la persona a la que le compre el regalo empiezo.
Espero esto funciono porque que si no estoy jodida.
Pero arriba la esperanza.
Después de terminar llamo a los chicos y los llevo frente a...
—¿un telescopio? - cuestionan los tres al mismo tiempo.
—Sí... Mi regalo no es algo tangible en este planeta.
Creo que me pase de cursi...
Pero es que no sabía que darles, y quería que fuera algo icónico. Algo que jamás olvidaran.
—¿nos compraste un planeta? - pregunta Blue.
—Casi, es una estrella. Nos compre una estrella.
—Lia...— empieza Lexie.
—Quería darles algo único, poco común, algo que no cualquiera tiene... Como nosotros. — una pequeña sonrisa se escapa de mis labios sin poder evitarlo.
—Ay, mon ciel - Blue se acerca y me besa con cariño.
—¿les gusta? - pregunto con timidez.
—Es increíble - Alex y Lexie también se acercan con nosotros para abrazarme y darme pequeños besos en la cabeza.
Ahora el universo será testigo de nuestro amor eternamente.
Y si terminamos, pues cada una se queda con una parte, la vende y sería una suma millonaria...
Holaaaaa querubines.
¿Les gustó el capítulo?
¿Les gustaría un extra de la playa?
Por cierto, pequeñita aclaración; no sé puede comprar o nombrar estrellas. No es posible en este mundo, pero en el Valukverso (universo literario al que pertenece este libro) sí lo es, a demás de que una vez compradas se pueden volver a vender a otra persona por sumas millonarias.
Sin más que agregar me despido.
Los amo.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top