Hora de abrir mi corazón.
Me remuevo en la cama con pereza.
Odio todo. A menudo odio todo, pero no solía ser así, aunque la época en la que esto era diferente es tan lejana que la empecé a olvidar y definitivamente es mejor así.
Me levanto con dificultad de mi cama para ir a la cocina por comida. Personalmente, prefiero dormir que comer, pero por alguna extraña razón no puedo dormir con hambre.
Ironías de la vida supongo.
— Mierda - murmuro al abrir mi refrigerador y notar que no hay nada.
Tendré que salir en mi día libre.
Qué asco.
Solo hay una manera de que eso no me moleste, y esa manera está en el trabajo o durmiendo. O con ciertas personas, pero eso ya se sabe.
Me pongo una sudadera y los primeros shorts que encuentro.
De camino a la salida la portera me detiene.
—Señor Andrew, tiene correspondencia - me dice con un pequeño sobre blanco en sus manos.
—Gracias - digo recibiéndolo.
Qué raro... No estoy esperando nada.
Unos metros antes de pasar la puerta de salida me gana la curiosidad y abro el sobre.
¿Qué mierda es esto?
Son cinco fotos mías y de los chicos en diferentes lugares. Una es de nosotros cuatro juntos el día en el que se filtraron las fotos, otra es una foto mía tomada desde mí afuera de mi departamento, es como si alguien la hubiera tomado desde mi ventana, yo aparezco ligeramente borroso, pero estoy ahí... las otras tres son parecidas solo que fueron tomadas desde las casas de Lexie, Lia y Blue.
En el sobre también una pequeña nota, escrita en Italia: ¿Cómo crees que te va a ir en el infierno?
Bien, lo repetiré hasta que me muera odio a la prensa.
No sé qué clase de horrible broma pesada sea esta, pero es una mierda.
Sin intenciones de darle más vueltas al asunto, termino de salir de mi departamento y me encuentro de frente con un enorme grupo de personas. Al parecer son ¿paparazzi?
Creo que debí ir en auto.
—Señor Andrew, ¿respondería algunas preguntas? - preguntan acercándose demasiado.
Odio que se acerquen tanto, es decir, ¿no pueden tomar fotos o hacer preguntas más lejos?
En realidad, no me interesan mucho las fotos, no soy fan de estas, pero podría soportarlas perfectamente, pero que se acrecen a mí de esa manera no me gusta.
Desde pequeño he odiado la prensa. Nunca han sido amables conmigo.
—No pienso responder nada, lo siento.
—Solo unas preguntas - se acerca otro.
Se vuelve a acercar demasiado.
—Lo lamento, pero no puedo.
Poco a poco se empiezan a acercar muchos más, sofocándome.
Intento avanzar, pero me rodean en un círculo.
Mi cabeza es invadida por horribles recuerdos, haciendo que me agobie aún más.
—¿Hace cuánto conoce a Lexie Jackson?
—Creo que no han escuchado, que no voy a responder nada - siento que alguien meda un pequeño empujón por la espalda.
Haciendo que me tropiece, pero con suerte logro no caer al piso.
—¿de verdad están en una relación o son solo rumores? - otro empujo.
Mi corazón se acelera y una extraña presión en mi pecho se hace presente.
Odio que las personas hagan estas cosas. Sonará como que soy el ser más sensible del mundo, pero el hecho de que sobrepasen mi espacio personal de tal manera me altera demasiado y hace que malos recuerdos vuelva a mí.
Es horrendo tener que revivir todo una y otra vez, a veces el simple hecho de sentirme acorralado, y golpeado por leve que sea el golpe, activa una parte de mis recuerdos que deseo desaparezcan.
Y tener algo tan directo frente a mí es simplemente inexplicable...
Si no salgo de aquí ahora probablemente no termine bien.
—¿Qué considera usted de los comentarios negativos que están recibiendo? - alguno de ellos acerca su cámara bruscamente a mi cara, de no ser porque me corrí hacia atrás, me hubiera golpeado.
¿Comentarios malos?
Mi respiración se acelera.
—No responderé preguntas, por favor déjenme pasar— intento sé lo más amable posible.
Me intento mover, pero al parecer estas personas son más insistentes de lo que pensaba.
—Por favor – susurro y de nuevo siento que estoy en ese horrible lugar, con esas horribles personas, pero esta vez mi madre no está para protegerme.
Me hago paso entre ellos, pero miles de luces extremadamente fuertes me ciega. En realidad, no sé si las luces provienen de ellos o mis ojos dejaron de funcionar. Cualquiera de las dos es bastante probable.
Mis ojos no me dejarían, ¿o sí?
Claro que se podría, mínimo, médicamente.
Quizás sea un tumor o algo.
Mis pacientes tienen muchos de estos síntomas.
Siento empujones y miles de voces a mi alrededor.
Mi cuerpo empieza a sentirse pesado. Me voy a desmayar...
Es cuestión de segundos para que mi cuerpo termine en el piso y ellos me pasen encima para grabarme.
El aire desaparece de mis pulmones haciéndome imposible respirar.
Maravilloso, ahora mis pulmones fallan.
Siento que mis pulmones queman.
La presión se convierte en un dolor agudo. Casi insoportable.
Te grabarán y harán público tu ataque.
¿Qué crees que dirán? Te daré una pista nada lindo.
Podría perder mi trabajo.
Con muchísima dificultad me muevo entre ellos, creo que golpee a algunos de ellos.
Subo al ascensor.
Mala idea...
Siento que las paredes me tragan. Me consumen, es como si se cerraran sobre mí. Hago mi mejor intento de sostenerme de una de las paredes para no caer. Con la otra mano sobo mi pecho, mientras inhalando y exhalando.
Necesito respirar.
Las puertas del elevador se abren haciendo que una ráfaga de viento se haga presente.
El frío a siempre ayuda.
Me muevo para intentar ir a mi departamento, pero lo más lejos que llego es a la puerta.
Caigo sentado.
Recuerdo que el doctor james me dijo que de ser posible tener compañía, puede ser telefónica o presencial, pero tener apoyo.
Con dificultad tomo mi teléfono para llamar a Lia.
Lo mejor sería llamar al doctor James, pero él está en Singapur y mi mamá no puedo contestar.
Debe estar profundamente dormida, pero de verdad quiero compañía.
Paso mis manos por mis muslos varias veces.
Vuelvo a intentar los ejercicios de respiración.
¿Qué crees que ella pensara de ti? Es decir, la llamarás desesperado, qué patético.
Se los contará a los otros dos y ellos creerán que eres igual de patético.
El ardor en mis pulmones y el dolor de mi pecho crecen, haciéndome toser desesperadamente.
Quizás sea verdad.
No, no, no. Esto está mal. No.
Intento colgar el teléfono, pero:
—Hola, cariño - saluda adormitada.
—Lia— murmuro con la voz entrecortada - Estoy teniendo un ataque de ansiedad.
Tomo mi teléfono para contestar la llamaba entrante.
—Madre - saludo.
—Hola, cariño.
—¿Ahora qué pasa? — Mi madre y yo ya tuvimos esa conversación, la cual no fue nada agradable. Ahora está pasando por la segunda fase de su camino a la aceptación. Mi madre tiene la manía de pasar por un largo proceso para aceptar algo que no entra en sus ideologías.
Primera etapa: la ira. Ya la superamos.
Fue catastrófico, fue pasiva, agresiva e hizo comentarios muy crueles.
Nada nuevo...
—Hijita, sobre todo lo que paso con tus - por el tono de su voz es muy claro que le cuesta decir lo que está pasando.
—Novios, mami, novios - le ayudo.
—Eso - dice aclarándose la garganta.
Segunda etapa: negación.
—¿Qué pasa con ellos?
— Amelia, tu padre, tiene un plan, que según él resolverá todo esto— dice preocupada.
¿Resolver todo?
Amo a mi padre, pero nunca ha sido bueno resolviendo conflictos, o al menos no termina bien para mí.
—¿y cuál es su maravilloso plan? - ni siquiera intento ocultar mi desagrado.
—Quiere que emitas un comunicado, explicando que todo es malentendido, que son fotos sacadas de contexto y que no tienes nada que ver con esos hombres.
—¿Cómo?
—Él me pidió que te lo dijera, porque según él tú y yo tenemos mejor comunicación.
—Madre...
—No respondas ahora, medítalo un tiempo, y tomo una decisión coherente.
—Básicamente que lo haga - escupo con asco.
—Hija...
—Madre, tengo que irme, estoy muy cansada.
Sin mucho ánimo me tiro en mi cama. Me intento acomodar para poder intentar conciliar el sueño.
Por mi cabeza solo ronda una idea.
Negarlos públicamente...
Sería más fácil. Los medios no lo molestarán, nuestra relación seria privaba.
No sé, quizás no sea la peor idea.
El sonido de mi teléfono hace que me despierte abruptamente.
¿Y si no contesto?
No, podría ser importante.
Mejor veo quién es y después decido.
—Hola, cariño - saludo adormilada al contestar.
—Lia— saluda agitado— Estoy teniendo un ataque de ansiedad.
Estas palabras hacen que me termine de despertar.
¿Qué hago?
¿Qué digo?
—He, he— me aclaro la garganta— respira.
¿Qué hago?
Una vez en la escuela, un maestro me dijo que una buena manera ayudar a alguien que está teniendo un ataque de ansiedad era distraerlo, hablarle, hacer que hable, etcétera...
Hablarle, distraerlo.
Podría funcionar.
—Habla conmigo...— le pido.
—Me duele mucho – susurra.
Distráelo...
—Respira Alex, voy en camino.
Lo único que escucho es su respiración.
Esto tiene todas las de salir mal, pero es lo único que se me ocurre.
—Sabes, estuve pensando en las películas de Harry Potter, y dije ¿Quién mejor que tú para hablar de eso?
—¿podrías darme un resumen? — digo colocándome el primer pantalón que encontré. — Alex— insisto.
Escucho como inhala y exhala lentamente antes de hablar.
—No sé qué haces...— ataca.
—Hablo de películas, dicen que hablar, ayudar. Lo siento, podríamos hablar de otra cosa. — rebato.
—Las películas están bien...— murmura.
—Amo las películas. Son de mis cosas favoritas, podría pasar días hablando de películas, ¿te gustan las películas?
—Sí...— vuelve a exhalar.
—Por eso me agradas. — digo nerviosa. Las palabras salen de mi boca sin mucho control.
Al bajar me encuentro con Liz jugando con lady en el sofá. Ellas me miran raro, pero después de susurrar que volvería pronto se tranquilizaron.
—Harry Potter ¿Qué paso con él? – insisto subiendo al ascensor.
—Sí. El día de su cumpleaños, Harry descubre que es hijo de dos conocidos hechiceros, de manera un poco abrupta a mi parecer, pero eso no es importante - dice con complejidad — de los que ha heredado poderes mágicos. Una Lechuza le da una carta diciendo que va a asistir a una famosa escuela de magia, donde se hace una amistad de Ron y Hermione. — hace una pequeña pausa para poder tomar aire - Durante su primer año en Hogwarts, descubre que un malévolo y poderoso mago llamado Voldemort está en busca de una piedra filosofal que alarga la vida de quien la posee, pelean, se odian y al final gana — traga saliva.
—Interesante, ¿Cuál es el segundo libro?
—Terminado el verano, Harry no ve la hora de abandonar la casa de sus odiosos tíos, no lo culpo eran horribles — rio un poco con su comentario— Inesperadamente se presenta en su dormitorio Dobby, un elfo doméstico, que le dice que correrá un gran peligro si vuelve a Hogwarts, porque un montón de monstruos se escaparon, y Harry, Ron y Hermione tuvieron que resolverlo.
—¿Y los adultos responsables? ¿En esa escuela no existían adultos? Es decir, porque enviar a tres adolescentes, suena divertido, pero ¿Qué carajos? - él ríe al escucharme.
Alex hace una queja, como si no pudiera respirar.
Quizás lo que estoy haciendo no lo está ayudando.
Quizás lo estoy empeorando.
—Alex, sigue respirando...— digo subiendo a mi auto.
Alex, por favor, responde.
—Alex...— vuelvo a llamarlo.
—¿ah? — responde unos segundos después haciendo que me vuelva el alma al cuerpo.
—Sigue con las películas, Alex— coloco el teléfono en altavoz, y lo coloco en un trípode.
—Sirius Black, se escapó de Azkaban, la prisión de los magos, y al parecer está dispuesto a encontrar y matar a Harry. Se sabe también que es la primera persona en escapar de la prisión de magos y nadie sabe cómo lo hizo— dice haciendo algunas pausas para respirar.
—Ese chico sí que tiene mala suerte – sonrió — y pobre de sus amigos, les arrastrada a todo —Intento sonar lo más calmada y divertida posible.
Manejo lo más rápido que la leí me permite para llegar con él, creo que me pase como tres semáforos en rojo. Suelo ser muy cuidadosa al manejar, pero en tiempos desesperados medidas desesperadas.
—Y eso que es solo el tercer libro. — bromea.
Está romeando, eso es bueno.
—Muero por ver esas películas, probablemente no lea los libros, pero las películas tienen su magia — me estaciono en la calle frente al edificio de Alex.
Está lleno de paparazi.
—Eso es lo peor que podrías hacer— Me bajo lo más rápido que puedo.
—Probablemente...— corro por la calle hasta llegar a la puerta. Los paparazi me ciegan con sus luces, pero no me importa.
—Estoy abajo. – anuncio.
—¿debajo de dónde?
—De tu casa. — respondo con obviedad.
Los empujo, y aparto bruscamente, en este momento no estoy para formalidades.
—¿estás aquí? — pregunta como si fuera la cosa más increíble del mundo.
Entro corriendo ignorando al portero. Por suerte Alex vive en un piso bajo. Subo las escaleras, pero por estar corriendo me tropiezo.
—Auch— chillo cayendo sobre mis rodillas, pero me levanto sin mucho esfuerzo.
Abro la puerta de las escaleras para empezar a correr por los pasillos del edificio. Freno abruptamente cuando me encuentro con Alex sentado en la puerta de su departamento.
—Hey— digo sentándome junto a él, está muy sudado, rojo e intentando respirar.
Hace un ademán para hablar, pero lo interrumpo.
—Respira conmigo, inhala, exhala— él sigue mis órdenes.
Me acomodo un poco mejor para abrazarlo, él no se niega, en lugar de eso se acomoda mejor en mi pecho. Sin dejar de hacer los ejercicios de respiración.
—Sígueme contando de las películas.
—Después de que Voldemort regresa, Harry se verá envuelto en el tradicional Torneo de los Tres Magos. Con ayuda de Ron y Herminone, se preparará para competir en una nueva lucha que él no ha elegido.
—Maravilloso resumen, pareces locutor. Tengo un amigo con el que te llevarías muy bien - digo acariciando su cabello.
Poco a poco su respiración empieza a regularse y su corazón toma un ritmo normal.
—¿Mejor? — pregunto con cautela. Él en lugar de responder meda un fuerte abrazo. No dijo nada, solo lo abrazo devuelta.
—Gracias— susurra.
—No hay nada que agradecer— beso su mejilla.
¡Holaaa querubines! 💘
¿Cómo están?
Bueno, ya lo había mencionado, pero yo suelo tener ataques de ansiedad. Al principio no sabía que hacer, intenté pedir ayuda pero nadie a mi alrededor sabía que hacer así que les voy a decir ciertas cosas QUE A MI ME AYUDAN, por si están pasando por una situación similar o alguien que conocer. Cabe recalcar que esto estaba basado en mi experiencia. Todas las personas son diferentes y a lo mejor esto me ayudó a mi pero a ustedes no. O la persona que quieren que no. Una cosa más no soy experta en salud mental ni psicología (aún) pero llevo muchos años aprendiendo y estudiando para ser lo.
Sin más que agregar espero que les sirva.
1- Hablar: todas las personas son diferentes, pero a mí me ayuda distraerme. Hablar, cuando estés con alguien que esté teniendo un ataque de ansiedad (y te pido ayuda) háblale. O si estás teniendo un ataque de ansiedad pídele a la otra persona que te hablé. Parecerá raro, pero hablé, de preferencia hazlo reír o hablale de algo que lo motive a responder.
2- Frío: El frío ayuda muchísimo, por lo menos a mí. Me encantaría explicar la razón exacta, pero no la sé (si alguien que está leyendo esto y lo sabe por favor dígame) De preferencia quítate los zapatos y camina por un suelo frío.
3- Música: Si no estás con alguien escucha tus canciones favoritas y concéntrate en ella. Respira profundo y exhala. Los ataques de ansiedad pueden mucho o poco. Tómalo con calma.
4- ¿Que no hacer?
No entres en un ascensor o lugares pequeños, eso podría ponerte peor. (Puede que por la desesperación del momento lo hagas, pero si puedes evitarlo hazlo)
Si hay alguien contigo que está teniendo un ataque de ansiedad y explícitamente te pidió que te alejaras, dale espacio. A muchas personas le ayuda la compañía, pero muchas otras la odian. Ya tienen un sistema establecido y el tener a alguien más cerca solo lo empeora.
Si quieren agregar algo más o creen que se me falto algo, diganlo. Por favor.
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