Hora de abrir los ojos.
— Padre, Bendición - saludo.
— Qué lindo suena eso, hace mucho que no me pides la bendición. Me alegra ver tus buenos hábitos no se desvanecieron por completo - dice irónicamente - dios te bendiga.
—Padre le guste o no - empiezo.
— Amelia, ya tengo el comunicado, pero por una extraña razón ya no tengo acceso a tus redes sociales — me interrumpe.
—Yo cambié las contraseñas, y ahora solo yo tendré acceso a mis redes – informo.
—Soy tu mánager, Amelia, tengo que tener acceso a todas tus redes - ya se empezó a molestar.
—No necesariamente, además nunca le di mi consentimiento para subir nada, yo nunca dije que eso era algo que yo quería subir — ataco, con el corazón acelerado.
Nunca había hecho tal cosa como quitarle el acceso de mis redes sociales, pero de verdad es algo que no puede dejar que pase a manos de alguien ajeno a mí.
—¿disculpa?
—Padre, yo nunca dije que no lo haría, de hecho, no he dicho nada, porque ni siquiera quiso decirme usted mismo, le pidió a mi madre que lo hiciera - me quejo.
—Te llevas mejor con tu madre - asquerosa excusa.
Sé que es una mentira, sé que está tan decepcionado de mí que ni siquiera quiere hablar conmigo.
—Bueno, se lo dije a mi madre y ahora se lo dijo a usted, necesito tiempo para pensarlo — escupo con rabia.
—¿lo estás pensando? Amelia es tu carrera, tu trabajo, tu reputación, ¿lo echarás por la borda por una tontería? - grita.
—Mi relación no es una tontería— digo aguantando mis ganas de gritarle - mi carrera en el modelaje está increíble, y aunque no te importe la de medicina también – mi reparación se vuelve irregular - mi trabajo está muy bien, y mi reputación me importa muy poco, ¿cree que me importa lo que miles de personas opinen? - exploto...
—Tu reputación quedo en el piso, ¿Qué supones que opinaran de ti?
Algo me dice que voy a terminar llorando.
Me arde, me duele. Me duele que mi padre crea eso de mí.
No sé qué crea la gente de mí, no me interesa, lo que me interesa es saber lo que mi padre supone de mí, lo que él piensa que de lo que hago, de mi relación, de mi vida.
Y sé que en el fondo le doy asco...
—¿lo que la gente suponga de mí o lo que usted piense de mí? No le importa lo que ellos inventen, el problema aquí es que usted piensa que es un asco, cree lo peor de mí. Usted tiene miedo de que más personas crean como usted— mi vista se nubla por las lágrimas que me niego a dejar salir.
—Claro que sí, ¿sabe los problemas que esto traerá a tu imagen?
Así que es eso...
—¿Entonces no le importo, ni el odio que estoy recibiendo o lo que la gente le diga de mí? Lo que le molesta es que según usted voy a arrastrar a la empresa conmigo, voy a arrastrar su icónico apellido - rio con ironía.
—Hemos pasado muchos años inventando este imperio, sin tu imagen no serias nada, te ha dado todos tus privilegios, ¿crees que tu vida sería lo que es sin todo lo que hemos construido?
—Mi imagen no perderá credibilidad - rebato con enojo – representamos la libertad, hemos hecho un montón de campañas inclusivas, creamos una imagen en la que todos pueden expresarse sin importar de donde viene. Padre, lo que hará que perdamos credibilidad será que se la da del muy inclusivo, pero en realidad es puro por vender.
Me siento patética...
—No me dirás como manejar esto, llevo años trabajando para que llegar aquí y tú no eres la persona correcta para decirme que hacer, ¡tu único trabajo es hacer exactamente lo que te pida exactamente cuando yo te lo pida! - otra vez no...— sin mí no serias nada, no tendrías nada. Ni siquiera hubieras podido pagar tu carrera.
Corrección, lo que me pago la carrera fue el modelaje y mis largas horas haciendo montones de campañas para poder mantenerme. Aunque debo admitir que si él no me hubiera convertido en una supermodelo no hidria podida hacerlo.
En el fondo...
Quizás si lo hizo...
—¿Cree que mi intención es lastimarlo? – sollozo - no quería hacer esto, solo quiero ser feliz— quiero ser suficiente para ti. Pienso, pero jamás me atrevería a decirlo — No quiero hacerle daño a mi imagen, ni a usted. De hecho, me he pasado la vida intentando hacerlo feliz.
Una parte de mí sabe que no lo estoy haciendo, pero que él considere que sí, es suficiente para que se convierta en la verdad.
Escucho como suspira, antes de volver a hablar.
—Lo sé, sé que no es tu intención lastimarme o a la familia, por eso te pido que hagas esto, para solucionar tu pequeño error — dice en tono más dulce.
Ellos no son un error...
—Pero...
Mínimo sabe que no quiero hacerle daño.
—Hija, no creo que des asco, solo que me cuesta entender un poco todo esto y a tu madre igual, pero a ella no la juzgas por eso ¿o sí?
—Yo...
Quizás estoy siendo injusta con él.
—Pero tienes que pensar en lo que quieres para tu futuro, lo que quieres para ti, ¿quieres dejar todo por algo sin importancia?
—Para mí si tienen importancia.
—Perdón, linda, no debí hacer decirte esas cosas. Sé que tú tomaras la decisión correcta - escucharlo me tranquiliza mucho.
—No se preocupe, lo entiendo.
—Aparte, piensa en los benéficos personales que esto te traerá, no tendrías que lidiar con esto, y ellos tampoco. Piensa en el chico ese, Alex, creo que se llama. Él ya no tendría problemas con los paparazis. Y sé que las fotos las sacaron en el hospital, eso debió traer problemas...
Es verdad...
—Tengo que meditarlo, padre, esto no solo me concierne a mí.
—Exacto, Amelia, esto las afecta a más personas de las que piensas.
O las que usted cree...
—Lo sé.
—Pero confió en ti, hija, y sé que me harás sentir orgulloso.
Hacer que el este orgulloso de mí...
El sueño de mi vida. Pero el más difícil de cumplir.
Hablo un poco más con mi padre y cuelgo.
Tengo que trabajar...
Durante el almuerzo mi cerebro no para.
Si acepto nos dejarían quietos, mínimo los paparazis o los medios.
Seriamos una relación privada.
Sería más cómodo.
Más tranquilo.
Y no me llevaría el legado de mi familia por delante.
Y mi padre estaría contento...
Pero a pesar de eso, no se siente como una buena solución.
Y debería hablar con los chicos, de todas maneras, esto es algo que los afecta directamente.
Sabiendo que es una mala idea, me meto a los comentarios de los millones de videos que hay sobre la polémica.
No debería importarme la opinión pública, pero mi vida entera se ha basado en hacer todo lo posible por complacer a los demás, es difícil dejar ese hábito.
Con el corazón bastante descontrolado, leo el primer comentario:
"Todos siempre supimos que Amelia era..." — ni siquiera lo termino de leer debido al asco que me produce la palabra que le sigue.
"Seguro solo están con ella por su dinero" – dice otro comentario. El cual tiene muchas respuestas entre esas:
"O por el dinero de Lexie"
"¿Qué mierda es todo esto?"
Mi corazón se aprieta con cada comentario, dejándome casi sin aliento.
"¿Cuánto creen que duren?, ¿una semana? – leo.
"Qué asco, ojalá se mueran"
"Se van a pudrir en el infierno"
"Seguramente solo la quieren para cogérsela, nadie tomaría en serio una mujer como esa"
—Amelia, ¿Qué pasa? – me pregunta Linzie, mirándome con preocupación. Su voz me saca de mi trance, haciéndome consciente de que estoy llorando.
—Nada, estoy perfectamente – respondo sin siquiera pensarlo, limpiándome las lágrimas disimuladamente.
—Lia estás llorando...— comenta Mady.
—Solo estoy cansada. — rebato.
—Amelia somos tus amigas, puedes decirnos si algo va mal – dice Selena.
—Es que estoy bien – murmuro, con la voz raposa. Presiono mi lengua contra mi paladar para evitar seguir llorando.
Mady se queja unos segundos más mirándome, baja su mirada a mi teléfono apagado...
—Leíste los comentarios – deduce rápidamente.
—Si – respondo sin intenciones de seguir mintiendo. Ella posa mano sobre la mía para darle un pequeño apretón.
—Dame ese teléfono para acá – me pide Linzie.
—¡No puedes ver esas cosas, te van a poner mal! – me regaña Selena.
—Lo sé, pero no puede evitarlo – respondí. Veo de reojo a Linzie quien sigue mirando los comentarios. — ¿Qué dicen? – pregunto.
—Puras tonterías – me reconforta Mady.
—No todos son tan malos, hay muchas personas apoyándote – me dice, con una pequeña sonrisa en su cara. Ella me devuelve el teléfono, pero ni quiera reviso.
En mi cabeza están grabadas las palabras crueles de esas personas, y no por mí. He pasado mi vida lidiando con eso, pero no quiero que mis novios tengan que pasar por eso.
—No te preocupes por lo que ellos dicen, solo tú sabes la verdad y eso es lo que importa. — me dice Mady.
Ay, mi dulce rubia, ojalá fuera tan fácil.
♡
—Chicos - los llamo. Estoy sentada en la silla de la oficina de Blue - creo que tengo una solución para nuestro pequeño problema.
—¿Qué problema? —indaga Lexie.
—Las fotos – responde, con obviedad.
—¿ya no lo habíamos resultado? — dice Blue.
—Según yo, no... Ni de cerca— declaro.
—¿Y cuál es la solución? - pregunta Alex.
—Negarlo. — los chicos me miran como si hubiera dicho la peor cosa que podría decir.
—¿negarlo? — indaga Lexie confundido.
—Sí, negarlo. Enviar un comunicado explicando que no es cierto, que son fotos son sacadas de contexto — explico. Ahora que lo digo en voz alta suena raro.
—Decir que no somos nada, ¿te parece una buena idea? — rebate Alex.
—¿Por qué lo haríamos? — habla Blue.
—La prensa nos dejaría en paz, no tendríamos que liderar con una relación pública, no se son muchas cosas.
—No es necesario dar declaraciones de nuestra relación, nos olvidarán - recrimina Lexie.
—O no. Puede que esto siga creciendo. Además, la prensa está igual o peor. — me quejo.
—Pero lo resolveríamos, no es necesario negar que tenemos una relación, no existe necesidad.
—¿Qué otra solución, Lexie?
—Amelia, Quizás Lexie tengo razón, no tenemos que negarlo, quizás pase, ya no hay tantos paparazi en mi puerta, no sé quizás si nos dejen — aporta Alex.
—O podríamos encontrar la manera de sobrellevar la presión de los medios. Sé que hasta ahora no lo hemos hecho de la mejor manera, pero si lo hablamos podríamos buscar la manera de que todo se calme — apacigua Blue.
—No hay necesidad de ser tan drásticos — comenta Lexie.
Tienen razón...
Y tampoco quiero negarlos...
Pero mi padre...
—No sé, pensé que sería una buena solución— comento.
Nunca creí eso...
Jamás se me hubiera ocurrido algo así. Si mi padre no me hubiera dicho, creo que jamás lo hubiera planteado.
—Exacto, Amelia, esto las afecta a más personas de las que crees saber. — las palabras de mi padre vuelven a mí.
Es cierto, no le importa lo que me pase, le importa lo que le pase a él.
Él no quiere que lo relacionen con nada de esto.
¿Cómo no lo supuse antes?
No, sí lo supuse, pero dejé que él me convenciera de lo contrario.
Soy estúpida.
¿Cómo deje que pasara?
Estoy muy molesta, con él, con mi madre, conmigo misma, por dejar que él se metiera en mi cabeza.
Soy estúpida.
—Lo lamento, no sé cómo se me ocurrió algo tan estúpido— digo.
Lo peor es que no es estúpido, viéndolo desde la perspectiva de mi padre. Hacer que yo niego públicamente todo, para que él no salga salpicado y su reputación siga intacta.
Pero a la mierda.
No voy a permitir esto.
—No es estúpido, preciosa. Solo no es la solución para nosotros – me tranquiliza Lexie.
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