Capítulo 4: Un encuentro inesperado.
Miraba a los enemigos detalladamente, me preguntaba quien sería el Jinchuriki del Kyuubi, ya que quería enfrentármelo y llevárselo a Pain.
—¡¿Dónde crees que estás sentada, Idiota?! —exclamó el chico rubio con furia. —¡Levántate!
—¿Me has llamado idiota? —pregunté de manera fría. —¿Acaso quieres morir?
Iba a levantarme, pero Sasori me lo impidió.
—¡Gaara! ¡¿Qué haces ahí recostado?! —preguntó aquel chico de antes. —¡No es momento para estar durmiendo!
—Él está muerto desde hace un rato. —decía Deidara.
—Que cruel, Senpai. Esa no es forma de dar las noticias. —digo levantando un dedo para luego ver al chico rubio. —Lamentamos tu perdida.
—¿Quién es cruel ahora, hmp?
—Lo he dicho amigablemente. —le informé para luego levantarme. —Bien. Ahora, ¿quién de ustedes es el Jinchuriki?
—Esto no te gustará, pero yo me haré cargo del Jinchuriki. —dijo Deidara mientras miraba a aquel chico rubio. —Tu te encargarás de la anciana.
—No puedo golpear a una anciana. Eso va en contra de mis principios. —me crucé de brazos. —Yo quiero pelear con el Jinchuriki.
—Tus habilidades contra él no funcionaran.
—¡Ni siquiera ha visto mis habilidades!
—Silencio. —dijo con molestia Sasori. —Ambos se encargarán de él.
—Pero...
Iba a replicar, pero vi como un Shuriken gigante se dirigía a mí e iba a hacer algo, pero Sasori lo detuvo con su cola de escorpión.
—¿Qué intentabas, mocoso? —preguntó secamente.
—Sasori-senpai. —digo su nombre conmovida para luego buscar entre mi capa un dulce y se lo extendí. —Tome esto como agradecimiento.
—Ustedes vayan andando. —nos dijo mientras tomaba mi dulce. —Yo me encargaré de los que quedan.
Deidara formó un ave de arcilla, la cual tomó el cuerpo de Gaara con su boca y entonces ambos nos subimos para así comenzar a irnos de aquel lugar.
Mientras íbamos saliendo estábamos siendo perseguidos por aquel chico rubio y el otro hombre de cabellos plateados.
—¿Cree que Sasori-senpai esté bien? —pregunté con preocupación.
—Él lo estará, hmp. Ahora debo ocuparme del Jinchuriki.
—Debemos. —le corregí. —Ambos debemos pelear contra él.
—Lo he dicho bien. —decía mirándome con una sonrisa. —Debo ocuparme de él.
De un momento a otro Deidara me empujó de su ave por lo que comencé a caer, yo lo veía irse con una sonrisa en su rostro y lo maldije mientras caía entre medio de los árboles.
Mi capa había quedado atorada en una rama por lo que quedé colgando de ella, tuve que quitármela y así poder tocar el suelo, aunque no con mis pies precisamente, sino que caí de cara.
—La máscara lo hace más doloroso. —digo adolorida para luego mirar hacia arriba. —Ah...mi capa quedó horrible.
Comencé a caminar para ver si lograba encontrar a Deidara y así golpearlo por dejarme fuera del combate, pero no me encontré con él precisamente.
Debajo de un árbol se encontraba aquel Uchiha que me encontré en esa aldea, él descansaba tranquilamente y el verlo tan tranquilo durmiendo, me dieron ganas de dormir.
Me acerqué a él, pero no lo suficiente, porque él se había percatado de mi presencia y sacó su espada colocándola frente a mí.
—¿Quién eres? —preguntó frunciendo el ceño mientras se levantaba sin dejar de apuntarme con su espada. —Responde.
—La amabilidad no es lo tuyo. —digo de manera neutra para luego alzar mis manos. —Vengo en son de paz.
—¿Quién eres?
—Tu gran amor. —bromee, pero a él no le agradó mi broma que intentó cortarme a la mitad. —¡Mi nombre es ___! —grité mientras retrocedía.
—¿Qué haces aquí?
—Caí del cielo. —él nuevamente me apuntó con su espada. —¡Estoy diciendo la verdad! Me caí, bueno me lanzaron y caí aquí.
—No me convences mucho.
—¿Si le doy un dulce me perdonará?
—Odio lo dulce.
—¡¿Qué?! —exclamé sorprendida. —¡¿Cómo odia estas maravillas?! —pregunté mostrándoles los dulces que traía en mi bolso.
—Tks...quita eso de mi cara. —decía de manera hosca mientras lanzaba mis dulces al suelo. —Odio esas cosas.
—Mis dulces...—murmuré desorientada al verlos todos esparcidos en el suelo. Entonces me acerqué al Uchiha y lo tomé del cuello de su ropa. —Me debes mucho dinero por ellos.
—No te daré nada. —quitó mi mano de un manotazo. —Fracasada.
—¿Me has llamado fracasada? —pregunté viéndolo fijamente. Él se dio media vuelta para comenzar a irse. —¡Espera un momento! ¡Aún no termino contigo!
Uchiha Sasuke desapareció de la nada por lo que solté un suspiro frustrada y seguí caminando para encontrar a Deidara.
❇❇❇
Seguí mi camino por el bosque, hace poco había escuchado una gran explosión por lo que creí que Deidara se encontraba ahí y realizó sus explosiones o como él le llamaba "Arte"
Llegué al lugar donde había oído la explosión, pero no me encontré con Deidara precisamente, sino que en el lugar se encontraba Zetsu y un hombre que no había visto antes.
—Al parecer también derrotaron a Deidara-san. —decía a lo que me sorprendí. —Sin duda alguna murió en esa explosión.
—¿Deidara-senpai murió? —pregunté llamando la atención de ambos. —¿Sasori-senpai?
—Él ha muerto. —me confirmó Zetsu.
—Y eso que estábamos comenzando a llevarnos bien. —digo cabizbaja para luego ver al otro hombre. —¿Quién es esa persona, Zetsu-senpai?
—¡Tiene una máscara! —exclamó alegre aquella persona mientras se acercaba y me extendió una mano. —Un gusto conocerla. Yo soy nuevo miembro de Akatsuki, Tobi.
—Me perturba que estés extendiéndome la mano de Deidara-senpai. —digo sintiendo un escalofrió. —Yo soy, ___. La mejor miembro de Akatsuki.
—Eso no es verdad. —dijo la voz de Deidara apareciendo detrás de unos árboles. Se le veía muy cansado y herido. —Y tú deja mi mano, miserable.
—¡Esta vivo! —exclamé junto a Tobi. —¡Ah! ¡Lo hemos dicho al mismo tiempo!
—Hey, Zetsu. —le llamó Deidara. —No me digas que él también será parte de Akatsuki.
—Eso aún no lo sabemos.
—Tch, ya tengo suficiente con la chillona de ___ y ahora me traen a otro. —decía con molestia. —Akatsuki se está yendo a la borda al incorporarlos.
—¿Qué dice, Deidara-senpai? —pregunté formando un puchero, aunque ellos no lo vieran. —Lo mejor que le ha pasado a Akatsuki es el que yo llegara.
—¡Y ahora con la llegada de Tobi será aún mejor! —decía de manera infantil Tobi. —¡Tobi derrotará a todos los enemigos!
—¡Así se habla, Tobi! —exclamé con felicidad para luego tomar sus manos. —¡Seremos los mejor de Akatsuki!
—A Tobi le agrada ___-chan. —dijo feliz. —¿Será la amiga de Tobi?
—¡Seremos buenos amigos! —alcé un brazo para luego darme cuenta de que Zetsu y Deidara habían comenzado a alejarse. —¡Ah! ¡Espérennos!
—¡No nos dejen atrás!
Corrimos hasta ellos, me sentía un poco mal por la muerte de Sasori, pero en este mundo era así y la gente moría, si Sasori murió por esos ninjas de Konoha era porque no estaba lo suficientemente preparado.
Yo me encargaría del Jinchuriki del Kyuubi.
❇❇❇
Me encontraba en la guarida, estaba sola en mi habitación por lo que me quité mi máscara y solté un leve suspiro. Mantener mi identidad oculta se me esta haciendo cada vez más pesado y molesto.
Me tiré en mi cama para luego oír leves golpes en mi puerta por lo que maldecí por lo bajo al ver que no me dejarían descansar, me coloqué nuevamente mi máscara y di el pase a la persona que se encontraba fuera.
—¿Itachi-senpai? —pregunté confundida al verlo entrar. —¿Qué sucede?
—¿Qué es lo que estás tramando?
—¿Eh? ¿A que se refiere?
—Uchiha Sasuke. —nombró el nombre de aquel chico con el cual me he encontrado dos veces. —Te he estado vigilando. ¿Qué es lo que estás tramando?
Me quedé un tanto confundida ante su pregunta, él me miraba seriamente, pero ni me inmuté y seguí en mi posición sin hacer ningún movimiento.
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