Capítulo 18: Uchiha Madara.
____.
Mi padre estaba reviviendo al Juubi con la mitad de su poder, yo miraba atentamente a Hatake Kakashi, el responsable de la muerte de mi madre y esperaba el momento justo para poder ir a vencerlo.
—¡Seré un Hokage que supere a los anteriores! —exclamó Naruto. —¡Ese es mi sueño!
El Uzumaki se había lanzado para detener la trasformación del Juubi, pero mi padre lo detuvo con su Gunbai.
—¡No dejaré que ataquen a la estatua demoníaca!
—Eh. Así que ahora es nuestro turno de atacar. —digo golpeando mi puño con mi palma. —Me divertiré bastante.
Naruto había creado un clon para así ir directamente a atacar a mi padre.
—Por aquí. —dijo mi padre golpeando al supuesto Naruto, pero este se trató de un clon. —Quizá no.
Él iba a ir directamente donde el otro Naruto, pero en ese momento sobre él apareció aquel ninja de aspecto raro y veloz.
Di un salto dándole así una patada para alejarlo, entonces ambos comenzamos una pelea cuerpo a cuerpo.
—Eres veloz. —digo traspasando sus ataques. —Supongo que serás el primero en morir.
Iba a tocarlo, pero detuvo mi mano con su pierna e iba a golpearme y para esquivar su ataque tuve que traspasarlo.
Miré al hombre que mató a mi madre, él intentaba deshacerse de la cabeza de la estatua demoníaca con su Kamui, pero aquello que quería hacer fue repelido por mi padre.
—¡Iluso! —le gritó mi padre.
Mi padre intentaba atrapar a Naruto, vi como aquel hombre de cejas abultadas iba a ayudar a Naruto, pero me interpuse en su camino dándole nuevamente una patada.
—Al parecer tu llama de la juventud nunca se detiene. —me decía moviendo sus armas de un lado a otro y entonces formó una sonrisa. —Conocerás la verdadera juventud.
—Cierra la boca. —digo con frialdad e intentó golpearme. —No podrás golpearme.
—Mientras utilices aquel poder no podrás golpearme tampoco. —decía con una gran sonrisa. —Ambos estaremos iguales.
—Me subestimas demasiado. —formé un puño. —¡Detesto a las personas que me subestiman!
Iba a darle un puñetazo, pero este se protegió con sus brazos e iba a golpearme por lo que utilicé el Kamui para que su ataque me traspasara y una vez quedé a su espalda le di una patada causando que cayera a una corta distancia.
Él se levantó rápidamente y vino directamente a golpearme, extendí mi brazo para que así una vez me golpee lo tocara y me deshiciera de él, pero lo que tenía planeado fue obstruido por un ataque que venía por encima de mí.
Uzumaki Naruto había enviado a uno de sus clones a golpearme y es por lo que tuve que utilizar nuevamente el Kamui para que me traspasaran sus ataques.
Solté un bufido y di un salto quedando al lado de mi padre, notando así que en su máscara había una pequeña grieta.
—¿Cómo es posible? —pregunté con sorpresa. —¿Has dejado que te den un golpe?
—Silencio.
—Tks...
Mientras mirábamos a esos tres ninjas, el Hachibi intentó golpear a la estatua demoníaca.
—¡No me subestimes! —exclamó a toda voz mi padre tocando así el suelo. —¡Campo ígneo Uchiha!
Una barrera apareció protegiendo así a la estatua demoníaca y una vez el Hachibi lo tocó comenzó a quemarse.
—Al parecer están planeando algo. —digo colocando una mano en mi cadera mientras veía como esos ninjas platicaban en un círculo. —¿En serio creen que podrán vencernos? Son idiotas si piensan así, ¿verdad?
—Sí. —afirmó mi padre. —Intenten lo que intenten no podrán hacer nada.
—Aquí vienen. —digo viendo como el Hachibi los lanzó. —Yo me ocuparé de ese hombre con cejas abultadas.
—Iré por el Kyuubi.
Aquel hombre había destruido varias rocas, él iba a por mi padre, pero lo intercepté en mitad del camino golpeándolo así en su estómago.
—No pienso dejar que te acerques.
—Supongo que deberé vencerte. —sonrió nuevamente con esa sonrisa que me molestaba. —¡Prueba esto!
Él usaba un ataque consecutivo, sus ataques simplemente me traspasaban y entonces tomé con ambas manos su arma.
—Subestimas demasiado mí poder. Puedo prever tus movimientos. —comencé a absorber su arma. —Me quedaré con esto.
Él se alejó y aún mantenía aquella sonrisa que me molestaba bastante, entonces escuché una explosión, giré rápidamente mi rostro en dirección donde se encontraba mi padre y vi que Uzumaki Naruto y Hatake Kakashi habían logrado golpearlo.
—¡Bien! ¡Kakashi, Naruto!
—¡Padre! —grité con desesperación corriendo hasta donde se encontraba. Una vez llegué donde él lo ayudé a levantarse. —¿Te encuentras bien?
—¿Ella ha dicho padre? —preguntó Naruto con confusión. —¿Ella es su hija?
—No puede ser...—decía sin creérselo Kakashi. —Esa chica es...
—Supongo que subestimé un poco sus ataques. —decía mi padre incorporándose y luego soltó una risita al ver a los demás sorprendidos. —¿Qué? ¿Se sorprenden de que tenga una hija?
—Tú eres...
—¡Te lo dije! —exclamó mi padre interrumpiendo y apuntando a Kakashi. —¡No abras la boca tan fácilmente! Te has rebajado a ser un hombre que solo habla y ahora tus palabras no tienen ningún valor ni sentido.
Ellos nuevamente venían a atacarnos directamente, sus ataques no nos hacían ningún daño y comenzamos a saltar sobre las rocas que había producido Naruto con su ataque.
Naruto venía con su ataque de cara a atacar a mi padre e iba a tocar su hombro para así detenerlo, pero antes de poder hacer algo él desapareció.
—¿Eh? ¿Era un clon?
—¡Aún no termino! —gritó Naruto escondido entre los tentáculos del Hachibi. —¡Bijudama!
Él lanzó una Bijudama directamente hasta nosotros, yo me lancé a un lado y mi padre se fue a otra dimensión.
Cuando toqué el suelo vi como otro clon de Naruto venía a intentar atacarme, pero simplemente utilicé mi Kamui para enviarlo a la otra dimensión.
—¡Cejotas-sensei! ¡Ahora!
—¿Eh?
—¡Konoha senpuu!
Recibí una fuerte patada haciendo que mi máscara chocara con el piso y se destruyera, me quejé ante tal dolor.
—Obito...—dijo Kakashi. —¿Eres tú...?
Me sorprendí cuando él había dicho el nombre de mi padre, me levanté viendo directamente hasta donde se encontraba y vi como él se encontraba sin su máscara.
Corrí hasta donde se encontraba y noté las miradas de los demás viéndome directamente.
—¿De verdad es Obito? —preguntó el hombre de cejas abultadas. —Debería estar muerto...
—Esa niña...—decía Kakashi viéndome directamente. —¿Ella es...?
—Tal como ves esta niña es la misma que conociste aquella vez. —decía mi padre con total frialdad. —Solo que ha cambiado bastante.
—No es posible. Ustedes deberían de estar muertos.
—¿Eh? ¿Qué quiere decir con eso?
—No lo escuches, ____. —exigió mi padre. —Él es el hombre que asesinó a tu madre sin tener piedad. ¿No es cierto?
Noté como la mirada de Kakashi cambiaba completamente a una de angustia.
—¡Kakashi-sensei! ¡No sé qué habrá pasado entre ustedes, pero este no es momento para que se deprima! —le gritó Naruto. —¡Ya escucharé lo que me digan después! ¡Ahora lo primer es detener a esos desgraciados!
—¡Naruto tiene razón! ¡El destino del mundo está en nuestras manos! —le decía aquel hombre de cejas abultadas.
—Ustedes merecen morir. —digo viéndolos con odio mientras realizaba unos sellos. —¡Elemento Fuego: Danza salvaje de vientos explosivos!
Un gran torbellino de fuego comenzó a ir directamente a donde ellos, pero fue obstruido por las colas del Kyuubi.
—Las colas del Kyuubi, ¿eh? —decía mi padre sin algún interés.
En ese preciso momento alguien había llegado a nuestro lado, el emblema Uchiha se veía detrás de su espalda y sus ojos que poseían el Rinnegan, había llegado a nuestro lado Uchiha Madara.
—Al parecer te estás divirtiendo, Obito. —decía viéndolo de reojo y entonces me vio a mí. —Esa niña no la conozco, pero al ver sus ojos veo que es una Uchiha.
—Ella es mi hija. —dijo fríamente Obito.
—Oh. Así que tu hija. —decía formando una sonrisa. —Interesante. Seremos tres Uchiha contra el mundo.
Mi vista nuevamente se fijo en Hatake Kakashi, quería que él pagara por todo lo que hizo.
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