—Ella siempre ha mantenido el ojo en ti. ¿Crees que el que haya llegado a tu lado fue casualidad? —me preguntó mirándome de reojo. —Estuve vigilándola desde que llegó a Akatsuki. Lo único que quiere es tu poder.

—¡Eso no es verdad! —le grité con mucho enfado. —¡Ella no me traicionaría!

—Supongo que tendrás que verlo por ti mismo. —dijo con frialdad. —Ahora no puedo hablar más. Tengo algo que hacer.

—¡¿Seguirás huyendo?!

Mi hermano realizó unos sellos, entonces aparecieron varios cuervos y vinieron a atacarme.

—Quédate aquí. —exigió.

Los cuervos no eran suficiente para detenerme, una vez me deshice de ellos comencé a dirigirme hasta donde había ido Itachi y una vez llegué me encontré con un hombre encapuchado que reía como maniático.

Cuando aquella persona me vio, vi los ojos de serpiente y me puse alerta.

—¿Es Orochimaru?

—Estás un poco equivocado.

—Esa voz... ¿Kabuto?

—Quién habría dicho que mi compensación por participar en esta guerra vendría por su propia voluntad ante mí y justo ahora. —decía mirando el suelo. —¡Qué suerte tengo!

—¿De qué estás hablando? ¿Por qué están aquí?

—Es un poco complicado... ¿quieren que lo intente explicar de un modo sencillo?

—Explícalo. Y mientras lo hagas detendré el Edo Tensei. —habló mi hermano.

—Este jutsu no tiene ni puntos débiles ni riesgos. —decía de manera calmada. —Es algo que me gustaría explicarte, Itachi, pero...no creo que Sasuke-kun se quede sin hacer nada si te mueves.

—¡Responde a mi pregunta, Kabuto! —exigí.

—Verás, Sasuke-kun. Mientras descansabas por la transferencia de los ojos de tu hermano mayor, han pasado demasiadas cosas en el mundo.

—Tobi ha declarado la guerra.

—Es la gran cuarta guerra ninja. Tobi, ___ y yo nos estamos enfrentando a un ejercito aliado shinobi formado por las cinco grandes naciones.

Kabuto comenzó a explicarme todo lo que sucedía.

❇❇❇

Una vez supimos todo lo que planeaba Kabuto nos dispusimos a pelear contra él, aunque mi hermano quería que me alejara de todo esto, yo no le hice nada de caso y pelee junto a él.

Itachi había utilizado el Izanami para poner a Kabuto en un bucle, ahora él se encontraba quieto en su lugar sin hacer algún movimiento.

—Ahora detendré el Edo Tensei. —dijo Itachi mientras le quitaba los lentes a Kabuto. —Así desaparecerán todos los muertos revividos y esta guerra se acercará a su final.

—Entonces...Itachi, tú también...

—Como Uchiha Itachi de Konoha, habré protegido mi aldea una vez más. Ya no tendré ninguna razón que me ate a este mundo.

—¿Por qué? —pregunté sin creerme lo que me decía. —¿Por qué tienes que hacer todo esto por Konoha después de todo lo que te hicieron? ¡Aunque tú los perdones, yo no puedo!

—Yo ya no puedo cambiarte. —decía mirándome levemente para luego volver su vista a Kabuto. —Así que lo menos que puedo hacer ahora es detener este jutsu. Para no fallar aquello que dejé en manos de Naruto.

Cuando nombró el nombre de Naruto me quedé completamente confundido.

¿Qué le había dejado a Naruto?

—Rata, buey, mono, tigre, dragón, jabalí...

Kabuto había nombrado los sellos que se tenía que hacer para detener el Edo Tensei, por lo que mi hermano comenzó a nombrarlos y Kabuto comenzó a realizar aquellos sellos.

Cuando comenzó a realizar los sellos miré a mi hermano, me sentí triste al saber que él igual se iría nuevamente.

—Parece que cualquier cosa que te diga será en vano. —le dije. —Cuanto te vi, te seguí porque quería comprobar si lo que me dijeron Tobi y Danzo era cierto o no, pero eso no fue todo lo que pude comprobar. Al estar contigo recuerdo los días de mi infancia, cuando adoraba a mi hermano mayor.

—¡Edo Tensei no jutsu, liberación!

Una luz brillante comenzó a rodear a mi hermano, yo lo veía de manera triste al saber que en este preciso momento él desaparecería de mi vista.

—Hermano...

—Aún puedo llegar a tiempo. —decía girándose para comenzar a acercarse de manera lenta mientras extendía su brazo. —Siento como mi conciencia se va desvaneciendo poco a poco...pero antes de la despedida quiero enseñarte algo que querías confirmar. Ya no hay más necesidad de mentiras.

—¿De qué hablas?

—La noche en nos despedimos...lo que hice aquella noche, todo fue tal como te dijeron Tobi y Danzo. —me miró directamente a los ojos. —Quiero mostrarte toda la verdad.

Itachi comenzó a mostrarme toda la verdad a través de su Sharingan, él me mostró todo lo que sucedió aquel día de tragedia.

—Hermano...

—Te he contado toda la verdad...no volveré a decirlo...Siempre te mentía pidiendo que me perdonaras, usaba mis manos para mantenerte siempre alejado de mí. No quería que te vieras involucrado. —decía quedando frente a mí. —Ahora creo que podrías haber cambiado a madre, padre, a los Uchiha...Si te hubiera afrontado como era debido desde el principio, si te hubiera contado la verdad reconociéndote como alguien igual a mí, pero fracasé y por mucho que te hable desde estas alturas, no te dirá nada.

—Itachi...

—Ahora te diré la verdad por poco que sea. Nunca tienes que perdonarme. —él pasó su mano detrás de mi cabeza y de un movimiento juntó nuestras frentes. —Pase lo que pase a partir de ahora...siempre te amaré.

Yo me quedé desorientado ante esas últimas palabras, todo este tiempo había sido amado por mi hermano mayor, él nunca me odió y siempre me protegió.

Miré como el alma de mi hermano se elevaba, él se iba con una sonrisa.

—¿Y que soy...? —pregunté viendo hacia arriba.

Me quedé pensando en todo lo que me había dicho Itachi, yo necesitaba respuestas muchas más respuestas...

—¡Te encontré!

—Ustedes...

Me quedé sorprendido al ver a Suigetsu y a Juugo llegar hasta donde me encontraba.

—¿Qué estabas haciendo en este sitio? —preguntó Suigetsu.

—Detener el Edo Tensei. —respondí con seriedad.

—¿Qué? —decía confundido. —Tú siempre igual. Nunca tienes la menor intención de explicarle a los demás, ¿no?

—Kabuto. —digo apuntando en dirección donde se encontraba. —Kabuto estaba empleando el Edo Tensei.

Había decidido algo, tenía aún más preguntas, yo iba a traer de vuelta a la persona que podría saber algo y puede ayudarme.

Solo Orochimaru puede saber algo.