Capítulo 14: Trampa.
Antes de llegar a la habitación donde se encontraba Sasuke, me encontré con mi padre y me miraba fijamente.
—Luego de que cuides de Sasuke vendré a buscarte. —me dijo con seriedad. —Debemos de ocuparnos de Konan.
—Así que la linda de Konan morirá. —digo sin importancia. —Bueno. Eso le pasa por traicionarnos.
—Me alegra que lo entiendas. —comenzó a caminar. —Sigue descansando y ocúpate de Sasuke.
Asentí para comenzar a entrar a la habitación de Sasuke, él se encontraba sentado en aquel colchón y noté que sus ojos se encontraban vendados.
—He venido a ver que te encuentres bien. —informé mientras me acercaba. Él no decía ninguna palabra, simplemente se encontraba mirando al frente. —Supongo que estás despierto, ¿verdad?
—Lo estoy. —respondió con frialdad. —No necesito que me cuiden.
—Lo lamento, Uchiha. Pero no harás que me vaya.
—Hmp. Que molestia.
—Admite que te gusta mi compañía. —digo sentándome a su lado. Él comenzó a acercar sus manos a mi cara, pero esta estaba siendo ocultada por la máscara. —Lo sé. Sé que no te gusta la máscara.
Me quité la máscara a lo que él acarició mi rostro.
—Supongo que puedo asegurarme de que eres tú.
—¿Qué insinúas?
—Nada.
—Eres molesto. —bufé. —Hoy tienes suerte de que no tenga dulces. Sino ya hubiera hecho que te tragaras algunos.
—Preferiría los tomates.
—Eh. Así que te gustan los tomates. —sonreí de medio lado. —Entonces en nuestra próxima salida iremos por tomates.
—Seguro.
—Esperaré ansiosa nuestra cita. —bromeé. —La razón por la que estás con las vendas es por tu batalla contra ese tal Danzo, ¿verdad?
—Utilicé demasiado mi Mangekyo Sharingan que casi quedé ciego. —me dijo. —He pedido que me trasplanten los ojos de Itachi.
—Entiendo. Entonces tendrás el Mangekyo Sharingan Eterno. —solté un suspiro. —Me hubiera gustado tenerlo.
—¿Cómo has obtenido el Mangekyo Sharingan?
—Terminé matando a mi mejor amigo. —digo con melancolía. —Los recuerdos buenos con él se bloquearon completamente de mi mente y solo quedó el día de su muerte.
—¿Lo querías como algo más?
—No entiendo muy bien eso de los sentimientos. Siempre he estado bajo las ordenes de mi padre y no tenía tiempo para pensar en ello. —digo con seriedad. —Bueno. Aún me queda tiempo para aprender o eso creo.
—Hmp. Supongo.
—Dime. ¿Tú has dado tu primer beso?
Miré como Sasuke realizó una mueca.
—No he besado a una chica.
—Pero si a un chico. —solté una risita en broma, pero al ver que nuevamente realizó una mueca me sorprendí. —¡¿Besaste a un chico?!
—Tks...no quiero recordar eso. Solo fue un accidente.
—Un accidente que se llevó tu primer beso. —reí. —¿Fue lindo?
—Fue asqueroso.
—¿Con quién fue?
—No pienso responder.
—Que aburrido. —canturreé, luego se me ocurrió una idea y acerqué mi rostro al de Sasuke, sintiendo así su respiración. —¿Te gustaría besar a una chica?
—¿Dónde hay una chica por aquí?
Aquello me ofendió.
—Eres un idiota.
Antes de poder irme, él me había tomado de mis mejillas acercándome completamente y entonces me besó.
Aquel beso se sentía tan cálido.
—Me pregunto que tipo de expresión estás realizando en estos momentos.
Ni yo sabía exactamente que tipo de expresión estaba haciendo, simplemente me limité a aclarar mi garganta y mirar el techo.
—¿Qué piensas hacer una vez tus ojos se adapten? —pregunté para cortar el silencio que se había formado. —¿Te irás?
—Una vez mis ojos estén completamente bien me dirigiré a donde se encuentra Naruto. —decía con seriedad y odio en sus palabras. —Tú seguirás en Akatsuki, ¿verdad?
—No puedo simplemente irme y dejar todo. —solté un suspiro. —No ahora.
No cuando el plan ojo de luna está en marcha.
—Hmp.
—¿Dónde están los demás? —pregunté. —Es extraño no oír la voz de Karin gritándole a Suigetsu o Juugo intentando que esos dos se detengan.
—No tengo idea de donde estén. —me dijo fríamente. —Nos separamos cuando fui por Danzo.
—Ya veo. —asentí para posar mi vista en él. —Sabes, hay algo que me gustaría decirte.
—¿Qué cosa?
—Sonara como una locura, pero de las semanas que hemos estado hablando y llevando "aventuras" juntos...me has llegado a interesar. —digo rozando mi mano con la suya. —Tú me das tranquilidad.
—Podría decir lo mismo. —decía tomando mi mano. —Contigo me siento calmado y aquel odio que siento hacia los demás se va cuando estoy a tu lado.
—Sabes, mi madre una vez me dijo que yo encontraría a un hombre tan genial como papá. —digo formando una sonrisa. —Creo que se equivocó.
—¿Qué estás tratando de decirme? —preguntó frunciendo el ceño.
—Me gusta cuando frunces el ceño. —cambié de tema mientras acercaba mi rostro al de él. —También me gustan tus labios...
Sin decir una palabra más lo besé, él correspondió mi beso, aquel beso era lento y cálido a la vez.
—No había conocido a una Uchiha tan molesta como tú. —decía separándome un poco para luego tocar mi rostro. —Espero que tú no me traiciones como lo han hecho los demás.
—No lo haré.
Me quedé a su lado apoyando mi cabeza en su hombro mientras nos tomábamos las manos, miré la pared y formé una sonrisa.
Uchiha Sasuke había caído en mi trampa.
❇❇❇
Los días seguían pasando y con Sasuke nos íbamos acercando aún más, ya casi me ganaba su confianza por completo.
—Entonces me estás diciendo que la chica llamada "Sakura" se la pasaba llorando, ¿no? —digo con sorpresa a lo que él asintió. —Vaya. No creí que la chica que vi aquella vez sería una llorona.
—¿Ya la has conocido?
—Solo la vi y la noté muy segura en querer vencernos. —solté una risita. —Incluso acabó con Sasori-senpai.
—Supongo que las personas cambian.
—Bueno al menos tus compañeros no intentaron hacerte explotar o convertirte en marioneta. —recordé las veces en que Sasori y Deidara decían eso. —Me divertí mucho con ellos.
—¿Los extrañas?
—La verdad solo un poco. —suspiré. —¿Tú extrañas a tus compañeros?
—No.—respondió con seriedad y frialdad a la vez. —No los extraño y nunca los voy a extrañar. No me interesan para nada.
—¿Y que cosas te interesan? —pregunté con curiosidad.—Bueno. Aparte de la venganza.
—Tú.
Tardé unos segundos en procesar lo que me dijo.
Iba a decir algo, pero en ese momento habían abierto la puerta y se trataba de mi padre.
—La hora ha llegado, ___. —dijo con seriedad para luego ver a Sasuke. —¿Cómo te encuentras, Sasuke?
—Me siento bien. Puedo sentir el poder de Itachi. —decía con frialdad. —Me siento más fuerte.
—Eso es bueno. —le dijo. Luego posó su vista en mí. —Andando, ___.
—¿Dónde la llevarás?
—¿Estás preocupado, Uchiha? —pregunté con burla. Él se limitó a realizar una mueca. —Solo tendremos una conversación de padre a hija.
—Hmp.
—Apresúrate, ___. No tenemos tiempo.
—Sí. Sí. —rodeé los ojos para luego acercarme al oído de Sasuke. —Espero que para mi regreso te encuentres aquí. No me gustaría que te fueras sin despedirte.
—No lo haré...tal vez.
Tomé mi máscara para comenzar a salir de aquella habitación junto a mi padre.
—¿Y bien? ¿Qué es lo que haremos? —pregunté de mala gana. —Ya estaba ganándome su confianza por completo.
—Debemos ocuparnos de Konan.
—Oh. La linda de Konan. —sonreí de medio lado. —Estoy ansiosa de darle una visita.
Con mi padre comenzamos a caminar para así ir a ocuparnos de Konan.
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