Linaje 7

El beta que estuvo en el hotel regresó a donde Yakov para darle su reporte aunque obviamente sabían que no estaría muy lejos, la tormenta de nieve estaba anunciada para eso de medio día y no habría muchas oportunidades de avanzar por las carreteras.

—De nuevo se nos adelantó por poco

—Manda a que revisen cada tren, cada autobús o ruta que salga de Kazán, Yuri no irá a ningún lado y seguramente él sigue por aquí.

—En serio nunca lo vas a dejar ¿cierto?

—Tú tienes la culpa de que todo esto pasara. De no ser un completo cobarde ya estarían enlazados.

—Es mi hermano, no quiero tocarlo

—Aquí no puedes pensar en eso, así son las reglas.

—Padre... Prefiero usar mi derecho de elegir a alguien de otro lugar, por favor, padre.

—¿Porqué insistes tanto con eso? No hay mejor genética que en Rusia, si quieres que te deje hacerlo tendrás que escoger a algún omega de San Petersburgo, no hay más.

Viktor no dijo nada más, sabía que por ahora estaban más ocupados buscando a su hermano que pensar en alguna forma en la cual pudiera reemplazar su perdida y continuar con el linaje o mejorarlo, pero, de verdad quería que aquello fuese un hecho, una realidad, sus ojos estaban puestos desde hace años en alguien y sólo le rezaba al cielo por qué ese alguien todavía estuviera libre y esperando por él, porque aunque haya sido breve, se sintieron propios, se sintieron absolutos, con una mirada, con un roce de sus manos, estaban destinados a ser pero obligados a estar a kilómetros de distancia.

El platinado iba a hacer lo que fuese porque su padre no encontrara a Yuri y que así, cada uno obtuviese la felicidad que merecían, él buscando al omega que vio hacía años y su hermano teniendo al cachorro que iba a crecer en su vientre.

—Nunca vas a encontrarlo, tu nunca vas a volver a ver a Yuri y eso te lo aseguro. —sus dientes los rechinaba del coraje y por un momento Yakov no supo como responder ante ello.

Hizo una señal a otros dos de los guardias que llevaba para detenerlo y llevárselo de nuevo a San Petersburgo.
Estando con él sólo iba a estar estorbando.


—¿¡Qué!? ¿Otabek hablas en serio?

Le habían contando todo a Dmitry en cuanto entraron a la habitación y Yuri trato se hacerse pequeño detrás del kazajo azabache, Ivan no estaba contento con su visita y lo miraba con molestia ahora que sabían la verdad.

Dmitry estaba orgulloso con su hermano, hacer un acto como ese sin importar las consecuencias era digno de él y por eso mismo pensaba que nadie se lo merecía.
Yuri habló poco y al menos había dicho su nombre, pero sólo eso, no quería que su apellido saliera a flote tan pronto. A cambio de ir con ellos, el rubio ofreció todo el dinero que llevaba que, quizás no era mucho pero entrego todo sobre la cama esperando por una respuesta.

—Sólo... Sólo quiero llegar a la frontera y sin problemas, quiero salir de aquí y que... —se sentía realmente avergonzado —Mi... Bebé nazca bien —se sentía tan extraño decirlo en voz alta frente a tres alpha... Pero, si ellos le podrían ayudar y sin importar que tuviera que humillarse, lo haría, todo fuera por su hijo.

—Bien, tu situación es algo problemática —Yuri levantó la vista de golpe, sabía que iba a ser difícil y que quizás tendría que salir de ahí sin el dinero, eran alpha, seguramente se aprovecharían de la situación— Pero... Te ayudaremos, nosotros nos regresaremos a Almaty en unos días pero antes debemos de ir a Troitsk a un torneo ¿Está bien? En Kazajistán podrás ser libre y de ahí podrás marcharte a donde quieras.

El menor de los presentes empezó a gimotear de llanto, no se lo había permitido desde antes de saber sobre la existencia de su embarazo y realmente se sentía muy bien sacar esas lágrimas que lo ahogaban.
Otabek estaba bien con la idea de llevarlo, después de todo quería saber que eran esos sentimientos que empezaban a surgir de su interior cada que tenía al rubio cerca, pero, todo lo haría con su debida cautela.

El dinero sobre la cama lo recogió Dmitry y lo extendió a donde el menor.

—Es un favor así que toma tu dinero, estás en problemas y creo que a ti te hará mas falta que-...!

—Con esto paga su boleto a Almaty —Ivan le quito el dinero, lo contó y se lo guardó, estaba realmente molesto, el castaño siempre hacía de jefe de 'familia' y nunca preguntaba opiniones a ellos, así que ahora tomaría ventaja de ello— Nos servirá para la gasolina y algo de comida, es justo, igual comerá lo que le demos ¿No?

—Ivan, regresa ese dinero. Es lo justo después de que trataras de golpearlo

—No... Tiene razón... —hablo el rubio poniéndose de pie para mirar al otro y hablarle de frente —No puedo ser exigente y debo de retribuir en algo, el viaje será bastante largo y realmente necesito llegar allá de una manera segura. Tómalo.

El castaño justicio con la mirada a Ivan, pero éste no le dio importancia, ya tenía el dinero y por ahora iba a dejar que el mocoso viajara con ellos.

Partieron más tarde de lo que habían planeado y siempre protegiendo a Yuri de que no se asomara ni su rostro ni su cabello tan luminoso como el sol y de eso se encargó Otabek. Subieron a una vagoneta Volkswagen y acomodaron sus cosas de modo que quedara espacio para el menor, sería un viaje bastante largo y Dmitry ya estaba preparado para las cosas que iban a suceder con el menor en ese estado, su querida novia había pasado por eso y podría decir que se volvió un experto... Pero de tan sólo ver lo dedicado que se estaba volviendo Otabek con el rubio sonrió leve, ya sabía que estaba pasando y como podría terminar de no ser por un tercero en discordia, los omegas no permitirían tanto contacto de algún alpha o de cualquiera si estaba en cinta.

27 Horas fuera de casa

Cuando estaban a punto de llegar a Almétievsk, Yuri cayó dormido antes de darse cuenta de donde estaba, pero, permaneció sentado y en su pequeño rincón, no quería incomodar a alguien ni siquiera pedir una manta extra, el frío calaba dentro de la vagoneta y su cuerpo temblaba. Otabek, con todo el cuidado que podría tener jaló a Yuri a su regazo para que quedase dormido de una forma mas cómoda. Le quitó la manta a Ivan y se la puso al menor, verle con esa cara adormilada, sus pestañas eran largas y era una pena que una persona tan pequeña en edad tuviese que pasar por todas esas malas experiencias.

—Él debe de tener al menos dieciocho años, no se ve como un niño —el castaño sonrío al ver la cara sonrojada de Otabek y su mirada perpleja —Es bastante lindo ¿verdad? —el azabache asintió desviando la mirada del retrovisor donde Dmitry podía verlo con claridad —quizás por eso esta huyendo ¿No crees? Supe que aquí en Rusia los obligan a aparearse con su propia familia para mejorar la genética y tener mejores descendientes. Es enfermo.

No continuó con la conversación informativa ya que la expresión nueva de Otabek le hizo sentirse culpable, sentía que su hermano estaba afligido y podia sentir el dolor ajeno como uno propio, por su mente seguro ya pasaban mil posibilidades sobre ello y la razón del porqué terminó huyendo y... Preñado.
Otabek deslizó con delicadeza unos mechones de cabello hacia un lado para seguir admirando su rostro.

Es tan inofensivo... Que daba gracia.

30 horas fuera de casa.

Se quedaron parados en la autopista por la tormenta de nieve y lo único que pudieron hacer fue acercarse lo más que pudieran a una estación de servicio.
Hacía tanto frío que tuvieron que salir y quedarse dentro de aquella tienda de conveniencia a comer algo y soportar la terrible nevada.

Los tres alphas comían tranquilos y no fue hasta un buen par de minutos después que se percataron se la ausencia del menor. El encargado les dijo que llevaba rato en el baño y que por el ruido había estado vomitando.

Dmitry detuvo a Otabek de ir a revisarlo, ya sabía que debía hacer en esos casos. 

—Te estás encariñando mucho con ese omega... —carraspeo Ivan con bastante recelo —No es bueno ¿Sabes? Está manchado, ha sido corrompido, espera una cría de alguien más, si querías enmendarte por lo que pasó anoche creo que deberíamos dejarlo en el siguiente pueblo y eso será suficiente, que el se las arregle.

—Te quedaste con su dinero —respondió con molestia —esta preñado y con este frío no va a sobrevivir allá afuera.

—¿Y? No es nada nuestro —mordisqueo un pirozhki —también podría pagarnos con sexo, no tiene marca y no creo que pase algo todavía, su embarazo no es ries-...! ¡HEY!

Otabek le avento un cuenco vacío de café y se levantó dejándolo solo, no iba a soportar las idioteces que estaba diciendo su amigo y por mas que le agradara y fuese casi como un hermano, debía de pararlo en seco antes de que su paciencia se desbordara y le soltara un golpe.

—¿Necesitas algo? ¿Como está?

—Está bien aunque bastante débil, ha vomitado todo y no quiere comer, me preocupa su salud.

—¿Podemos llevarlo a un médico cuando pase la tormenta?

—Claro —le palmeo el hombro, su hermano era tan gentil bajo esa máscara de seriedad.

El rubio salió del baño interrumpiedo a ambos alpha que conversaban a mitad del pasillo, tenía el rostro húmedo, a pesar del frío se lavo tras su tiempo en el baño. Se les quedó viendo un momento, parecía aturdido y tras un rato miro a Otabek.

—¿Por qué... Me siento raro... Cuando estás cerca?

Ambos alpha se quedaron estupefactos ante el comentario ajeno y tuvieron que reaccionar a la velocidad de la luz para evitar que el menor resbalara y cayera al piso de una forma estridente.
El azabache le sostuvo y evitó la caída, el rubio estaba tan débil que seguro no podria ponerse de pie por su propia cuenta, las horas para llegar al siguiente pueblo e ir al médico parecían eternas y Yuri necesitaba una atención mas especial.

Bueno, creo que ya me pasaré de nuevo por acá, mi lapsus brutus ya paso y espero no hacerlos esperar de nuevo.

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