Linaje 22

Una semana antes.

—Espero esté todo listo para el traslado.

—Señor Felstman, si, está todo listo, ya está listo el papeleo del paciente, su doctor ya le dio un último chequeo y ya está estable para viajar.

—Perfecto. ¿Qué hay del cachorro? ¿Está saludable?

—¿No le dijeron? El cachorro murió una horas después. Fue lamentable, por ello tuvieron que estabilizar al joven Yurachtka para que no se hiciera más daño.

Se mareo y tuvo que sostenerse del mostrador antes de que se cayera de la impresión. La enfermera le seguía hablando pero no había reacción alguna, no podía creer que su hijo hubiese muerto de una manera tan... irracional. Yuri tuvo la culpa, él debía de pagar por haber matado a su hijo, por haberle arrebatado lo que más quería en su vida, aunque fuese una aberración. Los planes de Yakov eran seguir explotando al rubio para que tuviera cachorros y una vez que no sirviera Viktor tendría que tomar a sus propios hijos como medio de reproducción para continuar su linaje.
Ya estaba más del lado de Yakov que de uno racional, porque no se había negado a esa idea, simplemente obedecía a su padre.

Abandonó la recepción y salió del hospital para tomar algo de aire, sus planes se venían abajo y ahora no sabía cómo continuar, se suponía iba a regresar a casa con ellos dos... su padre iba a estar muy molesto y Yuuri iba a pagar por un error así. Ojalá estuviese ya en Japón para que su padre no hiciera nada estúpido.

—¿Por que esa cara? No sabía que una mierda podía sentirse más mierda.

El platinado no respondió.

—Entonces ya sabes sobre el cachorro... —seguía sin responder —si no te hubieses aparecido, Yuri hubiese dado a luz sin problema y la verdad ese niño hubiese crecido en una familia mucho mejor que la tuya.

—Fue culpa de Yuri.

—¿Que mierda dices?

—Él debió imaginar que ese niño era mío, su rechazo hizo que el parto de adelantara y por eso murió. Fue culpa de Yuri haber matado a nuestro hijo.

—Eres un degenerado.

—Es la realidad.

Ivan no pudo contenerse más, era impulsivo, un boxeador, era obvio que el odio por Viktor le hacía explotar y que mejor momento que ese para poder desquitar su rabia por toda la porquería que estaba diciendo.
No supo cuantos golpes le dio, pero, lo dejó en el piso gracias a que los guardias y algunos internos pudieron detener la pela si no, quizás si hubiese matado a Viktor. Se limpio la sangre ajena con un pañuelo y lo guardó para poder irse de ahí para no hacer más problemas.

—Yuri, creo que te has vuelto más pálido que de costumbre

—Cállate Ivan, no lo molestes.

—¿Qué? Estoy de buen humor así que no esperes que mi cariño sea como el tuyo con él.

—¿Entonces... te agrado? —murmuró con una leve sonrisa en su rostro, no iba a molestarse y mucho menos a decirle algo desagradable como siempre, simplemente le dio ese gesto —Tu también me agradas...

Aquello dejó perplejo a ambos kazajos y sin saber que decir solo vieron como Yuri iba a su habitación para recostarse. Estaba haciendo un esfuerzo muy grande de poder levantarse, poder salir y convivir un poco incluso, el caminar era un esfuerzo muy grande, siempre rebuscaba su abultado vientre para poder sentir a su cachorro pero, ya no estaba, se había ido dejándole un cuerpo extraño, con caderas más anchas, con su piel estriada, se sentía débil e incompleto... ¿Cuándo iba a poder superar este duelo? No era que quisiera olvidar a su pequeño Dmitry, simplemente... quería vivir con su recuerdo de una mejor manera.

Aprovechando la ausencia del menor, Otabek se sentó en la sala y se cubrió el rostro con ambas manos, estaba cambiando toda su vida y aunque sabía que era un proceso casi obligatorio para poder estar con su destinado... era agotador.

Ivan le dejó una taza de té en la mesita de centro y fue a rebuscar algo en su mochila que estaba en la entrada. Obviamente el ruido llamó la atención de Otabek y volteó para descifrar que es lo que estaba haciendo como ratón hurgando en las cosas. Luego, lo vio acercarse con un sobre del cual, no tenía idea sobre que era o si acaso era para él, pero omitió esa parte y tomó la taza para beber su contenido al menos un poco. Necesitaría mucho té para todo el largo proceso.

Ivan se sentó en el otro sillón sin decir nada, cruzó sus piernas y abrió el sobre. El ruido que hizo después llamó la atención del moreno por que no supo si se reía, quería estornudar o le estaba dando un ataque muy... muy raro.

—¿Que te sucede?

—Otabek... van a estar tranquilos ustedes dos... bueno, espero aunque sea un poco, deberás hablarlo con Yuri con mucha calma ¿sabes?

—¿Por qué lo dices? ¿Que pasa?

—Mandé a hacer unos estudios de ADN del cachorro y Viktor...

—Ivan... —exhaló pesado y se revolvió el cabello frustrado, nadie le había dado permiso de hacer aquello

—Otabek... el cachorro era de Viktor, pero... escucha, no lo tomes a mal, pero ahora que no está... serán libres, no tienen por que preocuparse sobre si él vendrá a verlo, ya no tiene por qué volver ¿entiendes? Buscaban a Yuri por el embarazo ¿no? El cachorro ya no está, pueden incluso irse del país a otro lugar donde esas leyes rusas no los puedan tocar

—No creo que sea así de fácil... Digo, por mi está bien, pero no sé si Yura pueda hacerlo... ha pasado por mucho

—¿Y como sabes? Deberías intentar hablar con él y quizás entienda, puedo ayudarte a programar el vuelo, a investigar donde pueden vivir tranquilamente...

—Ivan...

—Acepto...

—¡Yuri! —ninguno de los dos se dio cuenta de que el menor había salido, ni que tanto había alcanzado a escuchar de la conversación, solamente, llegó y dijo aquello con tanta seguridad que, Ivan se levantó y fue por su computadora, iba a hacer todo de una vez por todas y Otabek... él se quedó atónito y expectante ante aquello.

—Beka... Es lo mejor...

—Yuri... ¿Que... Escuchaste?

—Si...

—Lo siento...

—Está bien... —le tomó del rostro, no estaba feliz pero tampoco triste, era como... no sentir nada al respecto —Creo... que está bien todo ¿Sabes por qué? Porque si Dmitry estuviera vivo, mi hermano y mi padre hubiesen venido por él y a mi seguramente me habrían matado por haberme rebelado contra ellos... Mi hijo luego hubiese sufrido lo mismo que yo y de haber sido omega... lo hubiesen metido con Viktor... ¿Crees que eso hubiese estado bien? ¿Crees que hubiese estado tranquilo? Be-Beka...

—Yuri... lo siento —lo abrazó y lo pegó a su cuerpo, escondía el rostro en el cuerpo del menor por que no tenía idea, no había pensado en nada más, no sabía nada sobre su vida allá ni que era lo que le esperaba...

—Quiero ser feliz... quiero... ser libre Beka... —sus palabras entumecían el alma del kazajo, podía sentir su dolor y la forma en la que lloraba buscando un alivio entre todo eso... Ambos, querían vivir juntos y poder formar una familia a futuro sin preocupaciones y sin miedo.

Los papeles estaban listos. Ya incluso tenían una casa amueblada que los esperaba en su nueva vida, las maletas estaban hechas y aunque fuese doloroso, las despedidas iban a ser para bien, volverían a verse por que había cosas que quedaban pendientes en la familia...

Ahora lo único que les faltaba luego de una semana planeando todo y reuniendo el dinero suficiente era, abordar el avión. Ivan los acompañó al aeropuerto, no quería verlos partir de la puerta de su casa nada más, así que esperaría con ellos pacientemente a que el avión por fin se alzara y volara a su destino.
Ambos, Otabek y Yuri tenían en sus dedos sortijas, ya se habían comprometido oficialmente pero todavía no se enlazaban, debían de darle tiempo al cuerpo del menor a que se recuperase totalmente y a que tuviera un poco mas de edad... Reglas del kazajo.

—Yuri, voy a extrañar molestarte, nos hará falta tu cara de rata

—¿AH? Voy a meter una demanda desde Londres para que no te le acerques a Aiday, pervertido de mierda 

—Yuri... no le va a pasar nada, es hija de Dmitry y su madre está al pendiente de ella... calma

—Me duele que desconfíes de mi, Yura... —fingió como todo un dramaturgo experimentado que casi se tira al suelo por el dolor en sus palabras

—Que vergüenza... Otabek vamos al avión ya.

—Ivan... Muchas gracias por todo lo que has hecho por nosotros. No sé cómo te voy a pagar realmente todo esto...

—Otabek... no es necesario, eres mi hermano...

Tras una hora de espera, se despidieron con un fuerte abrazo entre ambos Kazajos, sabían que no se verían en quizás unos años pero que al volver se encontrarían con la misma familia, igual de cálida y que los recibiría gustosos.

Tanto Yuri como Otabek caminaron de la mano hasta donde iban a abordar el avión porque ya podían presumir que ambos estaban juntos.

—¡Yuri! ¿No te vas a despedir?

La voz de Viktor trastornó su caminar y se detuvieron en seco. Miró a todos lados para saber de donde venía aquella voz que no auguraba nada bueno y luego estaba el alboroto detrás suyo desde el edificio del aeropuerto. Había dos hombres con armas saliendo de la puerta y fue ahí donde vio a su padre caminar directo a donde ambos estaban.
Sus piernas temblaron y no había lugar donde huir o esconderse, estaban en plena pista para subir al avión y ahora... estaban a su merced.

El platinado apareció justo detrás suyo para sujetarle del brazo y apartarlo del lado del kazajo quién, tarde, se dio cuenta de esa atrevimiento del ruso.

—Yuri... mi precioso Yuri... —le tomó del rostro y podía verse reflejado en sus ojos esmeraldas llenos de terror —Eres el responsable de haber matado a nuestro hijo... ¿Sabes? ¿Creíste que no me iba a enterar? —poco a poco estaba apretando más sus mejillas —¿Creíste que iba a quedarme como si nada? ¿Eh?

—Viktor...

—¡Sueltalo ya! —se lanzó directo a ellos pero sus esfuerzos se vieron interrumpidos por el calor y el ardor que inundaba su abdomen. Sus manos sintieron la parte afectada y luego bajó la mirada... Era sangre. Otabek había sido herido de bala por los escoltas del padre de Yuri y, lentamente, fue cayendo al suelo ante la mirada aterrada del rubio.

—¡BEKA!

—Una vida por otra, querido Yuri... Debo decirte que ahora no tienes mas esperanzas. 

¿Por que justo cuando estaban tocando un poquito de felicidad, ocurría algo como eso? ¿Era Yuri un objeto o algo así? No quería tener cachorros de su hermano, no quería regresar con su padre... Prefería morir ahí mismo antes que cualquier otra cosa. 

Había un jet que los esperaba del otro lado de la pista para salir de ahí ya que, nada de aquello tenía un permiso especial del gobierno ruso y menos de Kazajistán. El platinado empezó a andar con su hermano menor a pasos torpes, no quería dejar ahí tirado a Otabek, pero no podía hacer nada, ni siquiera defenderse. La policía llegó luego empezando a disparar contra los escoltas de Yakov y éste, aprovechó para correr y alcanzar a resguardarse dentro del otro avión.
Todo parecía una jodida película de acción, pero, cuando se tiene dinero y poder, cuando necesitas cuidar tu descendencia y el 'qué dirán' nada de eso importaba, se cumplía por que se cumplía, así de simple.

—Eres... u-un monstruo... déjame en paz... ¡Vete! N-No quiero esto...

—Yuri... es por el bien de ambos.

—¡Por favor! ¡NO! Viktor... ¡Viktor!

—¡Viktor! ¡Súbelo ya y sédalo! Nos va a dar problemas si sigue gritando.

—Yuri... lo siento. 

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Holi!!
Que no se pierda la bonita costumbre de hacerlos sufrir 😚❤ no me odien, solo venía a decirles que Hopeless ya esta en su fase final 😉
Los quiero padawans
Gracias por leer y sobre todo votar!

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