Linaje 15
Su cuerpo tembló de diferente manera, no podía creerlo. Tuvo que contener el aliento, tratar de ponerse de recto, disimular un poco su felicidad cuando lo vio por fin después de tanto tiempo en el que no estuvo seguro si debía de continuar con todo esto.
Quería decirle algo, pero sus pensamientos se volvieron nulos cuando estaba ahí.
Tragó hondo.
Parecía algo demasiado irreal para este mundo.
Deslizarse sobre sus patines en el hielo, verlo con esa gracia que sólo Viktor podía tener, su belleza de alpha hacía que su cuerpo vibrara y se humedeciera y quisiera estar con él a pesar de que sabía que era un hombre casado y que esperaba un hijo.
Eso controló sus hormonas locas.
Se sentó en una banca mientras se ponía los patines y los ajustaba para que sus tobillos no tuvieran esa molesta sensación apretada. Exhaló pesado nuevamente, se quitó los lentes dejándolos a un lado suyo sobre la banca e hizo su cabello para atrás cuando tuvo que levantar el rostro.
¿Que si estaba nervioso?
¡Por Dios! Moría de nervios que sentía no iba a poder ponerse de pie.
Prefirió permanecer en su sitio hasta que terminara su entrenamiento porque podía ver a su padre Yakov del otro lado de la pista gritando algo, no entendía muy bien pero notó como los pasos de Viktor se volvían tensos, un poco inseguros, podía notar como había perdido su gracia de hace unos minutos atrás y ahora estaba patinando por que le decían que lo hiciera, no porque fuese realmente su pasión.
Hubo un momento en donde al avanzar más en la pista, los ojos azules del platinado se pudieron encontrar con los caramelo del nipón. La sensación que tuvieron fue interesante, extraña, tanto que no pudo controlar un salchow cuádruple y el ruso cayó al hielo.
Yuuri se levantó de su asiento y corrió a la barandilla de la pista sólo para asegurarse de que el ruso no estuviese herido de gravedad, pero era obvio que no había pasado nada, sólo se cayó y se quedó boca arriba sobre el hielo intentando analizar la situación y que era lo que había visto. Se levantó despacio, con el corazón desbocado, pensando en que si volteaba rápido aquella visión, aquel hermoso espejismo desaparecería.
Sus ojos se cruzaron lentamente de nuevo.
Su expresión preocupada, sus ojos caramelo, sus cabellos alborotados... lo sentía.
—Eres tú...
El nipón sólo sonrió, avergonzado, sin saber que decir, estaba nervioso, estaba olvidando que aquello estaba prohibido y que aún así su instinto omega se volvía loco de verlo.
Avanzó con cuidado a pesar de los gritos de su padre que escuchaba vagamente a lo lejos, quería verlo de cerca, quería sentir que su corazón se agitara todavía más al punto de que pudiera salírsele y explotar.
Era tan irreal.
Su mano se extendió a donde estaba él y alcanzó a tocar su rostro.
Yuuri tembló.
El aire se fue en ambos lados.
—Eres real.
—Tú también.
Fue un mero susurro, un instante, una eternidad que sintieron propia, ajena a todos, ajena a su padre, ajena al mundo.
El silencio inundó el aire que los separaba apenas y un poco. Las miradas decían mucho más que algunas palabras.
"Quédate"
"Llévame"
"Vámonos"
Cosas que realmente no podía entender pero que iba a obedecer a como diera lugar.
Su destino los estaba engañando cruelmente, jugaba con ellos, los acercaba cada vez más para luego volver a poner una distancia enorme y dolorosa en la que ninguno podría estar con el otro.
Sus manos estaban por tocarse, rozar nuevamente sus dedos para sentir el cosquilleo de su lazo invisible que los marcó desde que nacieron, pero todo era muy cruel. Yakov había llegado hasta ese extremo para interrumpir en esa atmosfera cargada de hormonas que apestaban, que eran peligrosas para la carrera del platinado. El hombre mayor arrojó la maleta ajena hacia el nipón y lo golpeo todavía cuando el joven azabache cayó al suelo, lo pateo tanto como pudo hasta que Viktor saltó la barandilla y derribó a su padre.
—¡¿QUE TE PASA IMBÉCIL?! ¡Es un omega, no sirve para nada! Sólo será una distracción para ti
Lo golpeó, lo golpeó, su sangre estaba brotando, la desesperación se apoderó de él.
Se fue contra de su padre nuevamente y lo golpeó ahora él, lo azotaba contra el piso, Viktor no tenía razón, la había perdido, habían golpeado a lo más preciado en su vida y por lo que estaba viviendo hasta esa fecha, por él, por querer tener una vida diferente.
—¡Viktor!
Su voz resonó en su cabeza, martilleando, golpeando cada neurona.
Se detuvo.
Miró a su padre abatido, jadeante y con la cara molida de golpes y luego volteó a verlo a él. De sus perfectos y delgados labios escurría un hilo de sangre, sus lentes estaban rotos, su cabello un desastre. Pero aún así era perfecto.
—Detente... llévatelo, necesita atención.
—¡Pero tú es...-!
—Vete...
Sus palabras eran poderosas y con un nudo en su garganta, con un dolor profundo en su corazón, se quitó rápido los patines y levantó a su padre que se quejaba de dolor. No pudo no dejar de voltear a ver a Yuuri quien se quedó ahí nada más sin decir nada, sólo lo observó recoger sus cosas y limpiarse la sangre de su rostro, toser un poco y luego nada. Había cruzado ya el umbral de la puerta de salida para llamar por atención medica para su padre.
Su destino simplemente era no estar juntos.
"Volveré por ti"
₪
Sus ojos aguamarinas seguían abiertos como platos, no podía creer que estuviera Otabek ahí, frente a él, sosteniéndolo. El llanto lo invadió por completo y no formulaba bien las palabras, eran cosas sin sentido, estaba apenado con él porque por su culpa mataron a Dmitry.
El kazajo le acarició el rostro pero tampoco dijo nada, entendía aquello y sólo le dedicó una mirada serena, profunda, quería transmitirle su confianza y el cariño que sentía, que supiera que era su destinado.
Yuri calmo sus hipidos. El olor a Otabek podia sentirlo, le gustaba, se colaba en sus pulmones llenando su interior se esa esencia.
Estaba por decir algo cuando en su vientre sintió un movimiento más fuerte que le hizo doblegarse de dolor.
¿Su bebé estaría rechazando ese olor?
—¿Yura. Estás bien?
"Yura"
Se escuchaba tan bonito su nombre así en su voz. Estaba delirando ¿verdad?
—Yura, vine por ti, por ustedes, tenemos que salir de aquí, te llevaré lejos donde no puedan quitarte de mis manos, de mi lado... —su voz era calmada, segura, le estaba gustando y como un gato estaba atrapado en sus brazos.
Eran hormonas, si, su comportamiento tan extraño se debía a las hormonas.
—N-No puedo... Me casaron con Viktor, me tienen vigilado y encerrado, mi madre esta aquí —volteo a todos lados buscando a su madre esperando que ella no apareciera y armara un alboroto ahí mismo. Tenía miedo, mucho miedo de lo que pudiera pasar si lo descubrían ahí mismo. —Tienes... Tienes que irte, Beka vete, van a matar a mi bebé si me ven contigo, Viktor lo va a saber. Vete... ¡Vete!
El kazajo estaba sorprendido de la manera en la que el cuerpo del menor temblaba y pedía a gritos por ayuda pero las consecuencias eran terribles.
Exhalo pesado y lo jaló a otro pasillo donde no hubiese tanto tránsito de personas.
—¿Que están haciendo? Vámonos ya, no pueden seguir perdiendo el tiempo, par de idiotas.
—Ivan... —no esperó que los alcanzara tan rápido —Vámonos.
—Anda Yuri, hicimos un viaje expres por ti así que no me hagas enojar... Hazlo por Dmitry.
El rubio Exhaló pesado con escuchar aquello.
Dmitry.
Entonces se movió y los siguió con cautela, si le había pedido una señal al destino, esa era su señal y no había segundas oportunidades.
Bajaron al estacionamiento donde Ivan tenía un auto esperando por los otros dos.
Rápido subieron y salieron del hospital, había sido demasiado sencillo y eso le preocupaba bastante, nadie decía nada, el ambiente era tenso.
¿Hasta cuando se daría cuenta su madre que ya no estaba?
¿Mila estaria enojada?
¿De verdad valdría la pena huir así nada mas?
Podía sonar tonto, absurdo, pero, por el bien de su bebé prefería quedarse para asegurar su futuro aunque no fuese alentador.
—Mila... Tu hermana nos ayudo a sacarte de aquí, ella nos dijo dónde estabas y vinimos por ti —no quiso voltear a verlo y confirmar que sus palabras fueron recibidas, estaba escuchando su llanto silencioso, seguramente no creía tal acto de amor de su hermana y le daba mas tristeza que se quedara a complacer a su madre.
—Ella dijo... Que te quería mucho y que todo esto era por ti.
Seguía llorando en el asiento trasero y mientras mas avanzaban más ansiedad tenían.
Ahora su siguiente objetivo era llegar al aeropuerto y tomar un avión a Kazajistán, iba a ser mas rápido y mas práctico.
—Otabek...
—¿Que sucede? —el moreno volteo a ver a Ivan quién no dejaba de alternar la vista con el retrovisor y el camino—Desde hace rato ese coche negro nos viene siguiendo...
—Acelera. —si ya estaba tenso todo ahora con la noticia de que un auto los seguía la desde hacía poco podría alterar demasiado y en muy mal tiempo a Yuri.
—¡Beka, no! ¡Ve despacio! ¡Beka!
Hola pequeños padawans uvu creian que todo iba a mejorar? Pues no! 😠
Me gusta leer sus comentarios sobre si les va gustando o no esto, creo que a veces es demasiado drama y dolor porque las leo sufriendo 😔 pero aqui siguen eue okya
Este esta peor que Los gatos no tienen nueve vidas xD (Lgntnv(?))
Advierto... Me falta poco pa llegar a la parte mas juerte y sensible de la videishon unu no me odien.
Gracias por leer y votar criaturitas bellas ❤😘
Yo si los quiero.
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