Linaje 12
Yuuri Katsuki es un patinador japonés y que si se habla de torpeza él está en primer lugar.
Sus años como patinador nunca habían sido buenos, ni siquiera un poco, quizás una vez pudo llegar a semifinales pero no fue muy destacada su actuación. Ese mismo año pudo conocer a quien no esperaba en la vida, a quien le cambió todo su mundo con un pequeño roce de sus manos, un susurro y ambos permanecieron en ese instante por siempre. Nada de eso fue planeado, simplemente pasaron, el roce se dio y supieron que se pertenecían de una manera única pero que lamentablemente no pudieron confirmar.
Cada día se levantaba con la fuerza, la motivación de mejorar sus pasos, de dar bien un triple axel, de poder obtener la mejor puntuación que pudiera para volver a ver a ese alpha, que, aunque lo hubiese tratado de buscar por internet no había un enlace directo para darle un mensaje. Su fanpage seguramente la manejaba alguien más y dado que era parte de la familia Feltsman no iba a ser fácil acercarse a él a menos que se volviera el mejor de todos.
Sus pies se volvieron casi morados, no descansaba y justo cuando empezó la temporada para poder entrar en el torneo local, por fin vio resultados... Yuuri avanzó a la siguiente categoría, empezar desde abajo le daría experiencia y más popularidad que, de ser posible siempre evadía, pero esta vez quería lucirse para que él lo notara.
Cuando salió de Japón al torneo de Corea vio en las noticias que Viktor Feltsman se había unido en matrimonio para heredar el nombre de su familia y ser él quien dirigiera la misma junto a su omega del cual anunciaron que esperaba ya un heredero.
—No puede ser...
Los ojos caramelo del japonés se inundaron en lágrimas.
¿Cómo era posible si él era su destinado que ya estuviera enlazado y con un cachorro?
Esa fin de semana Yuuri cayó en el ranking de posición para el siguiente torneo, lloraba por todos lados y se escondía de algunos reporteros quienes querían averiguar el porqué de tal caída en la puntuación, pero el nipón no dijo nada.
Se metió a los baños a tratar de calmarse y tener un poco más de privacidad pero no le fue posible, guardó silencio cuando escuchó a alguien entrar y hablar muy molesto en el teléfono.
—¡Búsquenlo! No puede haber desaparecido desde hace diez meses, tiene que haber una pista de él, se suponía debería estar ya en este torneo, mañana son las eliminatorias. —hubo silencio y luego un ruido, el espejó de los baños se escuchó desmoronarse. —Hagan todo lo posible... necesito a Pichit de vuelta...
¿Pichit?
¿Su amigo Pichit?
Salió del baño casi como impulsado por una fuerza extra. El chico que estaba ahí era la estrella nacional, Seung Gil Lee y por alguna extraña razón estuvo diciendo el nombre de su amigo que, ciertamente hacía meses no veía.
—¿Que... Que dijiste? ¿Porqué conoces a Pichit?
La cara del coreano demostraba toda la sorpresa del mundo, no se dio cuenta de que alguien estaba dentro de los baños y que escuchó toda su conversación.
—Hiedes a omega... Deberías saberlo.
—Yo... No sé pero... —el nipón respingo ante la sangre que goteaba de la mano ajena y se movió rápido para tomar toallas de papel y ayudar a que parara la pequeña pero constante hemorragia —Primero debes atenderte esta mano... Puedes tener pedazos de cristal enterrados y no sería bueno.
El pelinegro arrebató su mano y el mismo empezó a limpiar.
—Me importa más saber dónde está Pichit que mi mano, no me molestes Katsuki.
—Pichit es mi mejor amigo, no puedo dejarlo así como así... Se que si estuviera en la misma posición él también se ofrecería a ayudarme —el pelinegro hizo una mueca de desagrado, ese asunto era suyo y de su omega y aparentemente no le había dicho a Yuuri que tenían una relación.
—La última vez que hablé con él fue a Rusia para el torneo del año pasado y de ahí no hubo más contacto. He escuchado que lo tiene un tal Giacometti, se encarga de comprar omegas y los usa de exhibición. Tengo esperanza que todavía esté en el país, de otra manera será muy difícil encontrarlo.
Yuuri sentía un nudo en su garganta al escuchar aquello, si era un mafioso que vendía omegas sin marca al por mayor entonces... Entonces Pichit seguro estaba perdido entre todo ese asqueroso mundo y drogas de celo.
—¡Quiero ir contigo! No quiero quedarme sin hacer nada y ver como mi amigo quedo perdido sin que nadie supiese algo
—Katsuki... ¿Cómo pretendes ir conmigo? A cómo vas en la tabla de posiciones no llegaras a ayudarme en nada.
—¿Que tiene que ver la tabla de posiciones?
—La siguiente competencia es en Rusia y si gano aquí tengo mi pase para el Siguiente torneo, así nadie va a sospechar...
Rusia... He ahí un pequeño y casi una nada de detalle... Iba a toparse con Viktor seguramente y bueno, no quería verse envuelto en la relación de un alpha con un omega preñado.
Yuuri bufo y exhalo pesado, él iba a competir porque quería hacerlo y quería ganar, poner en alto el nombre de Hasetsu y darse a conocer en el mundo del patinaje.
—Voy a ganar.
₪
La primera noche que estuvieron juntos, por obligación de Yakov, Viktor durmió en el suelo y Yuri en la cama con muchas almohadas a su alrededor. No era lo mismo.
Cuando estuvo con los tres kazajos la habitación se sentía diferente, cálida, podía oler la esencia de Otabek muy diferente y fuerte de los otros dos, pudo sentir en las noches sus dedos recorrer su cabello. Pudo sentir como si acaso se metía despacito a la cama pero se quedaba justo en la orilla.
Otabek nunca abuso de ese espacio, fue temeroso, lo trato bien... Le agradó eso.
Los días que siguieron a ese fueron lo mismo más sólo que ya habían regresado a San Petersburgo. Sus hermanos trataron de recibir a Yuri con buena cara y hacerlo sentir bien, pero no podía él regresarles una sonrisa si acaso.
Yakov puso una cerradura diferente en el cuarto del omega, iba a mantenerlo cautivo para que pudiera cumplir con lo que mandaba su ley y hacer que se quedara con Viktor todas las noches.
¿Ya cuantos días iban que estaba sólo y con su hermano?
Ha...Quizás el mes, Yuri llevaba bien la cuenta.
En ocasiones así se ponía a pensar en que aquellos alpha kazajos seguramente se habrían quitado un peso de encima al ya no tener que llevarlo a la frontera, seguramente lo estaban culpando por la muerte de Dmitry y lamentablemente en eso si tenían razón.
Su cuarto mes de gestación estaba siendo un desastre, empezaba a ir demasiado al baño y sus piernas por las noches sufría de calambres horribles. A pesar de que ya no tenía cambios de ánimo extremos si se notaba que estaba decaido algunos días y más porque sus únicas salidas eran al médico que guardaba la verdad tras el tiempo real de su embarazo.
—Oye... Perdóname por ser un... Una mala madre para ti —cuando se quedaba sólo, hablarle a su bebé era un suceso muy habitual ya —no pude huir... Ni siquiera eh pensado en un nombre para ti...
El rubio trataba de no extrañar el viajar, el estar patinando, el comer lo que quisiera, ser libre... No culpaba a su bebé, eso jamás, era una criatura inocente.
—Yuri... —el rubio se tallo el rostro rápido y se fue a la cama cubriendose con una manta. No quería ver a Viktor todavía. —Yuri, te traje algo para que comas, nuestro hijo debe de comer para crece...-!
—¡No vuelvas a decir que es tu hijo! —se descubrió y empezó a arrojarle todas las cosas y almohadas que tuvo cerca provocando que la bandeja que llevaba el platinado se cayera junto con la comida.
Ese acto hizo enfurecer al platinado esquivando todo cuanto pudo y acercándose rápidamente a donde su hermano.
Le tomo de los brazos y lo recosto con fuerza en la cama.
—Si yo digo que es mío también, es mío ¿entendido?
De nuevo volvió a llorar, las similitudes con su padre cada vez eran más y no se explicaba porque ahora, estaba cambiando tanto.
Soy una mala persona y pues les dejo este cap ;u;
Sólo les puedo decir una cosa con esta fic: no se encariñen con nadie.
Gracias por leer y votar pequeños padawans 😚❤
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top