C8: Preguntas incómodas.
Capítulo dedicado para: MDDF27
¡Que lo disfrutes Mafeee! Un beso enorme al pasado, ahre jjaja.
Love, Gloria, xx.
—¿Puedes quitar esa cara?—cuestionó Christopher con tono burlón antes de darle un pequeño mordisco a su rebanada de pizza.
—¡No, no puedo!—respondió el ojiverde lanzándole una mala mirada.—La verdad es que no termino de comprender como porque lo invitaron—murmuró ofendido.
—Porque es el primo de Nathaly, porque a Bethan le cae bien y porque es amigo de Zoé. ¿Te parece poco?—enumeró divertido.
—¡Deja de burlarte!—replicó cruzándose de brazos.—Todo el mundo sabe que nosotros no tenemos una buena relación, nunca la hemos tenido y por lo que veo jamás la tendremos—susurró llevando su mirada hasta la zona de los juegos donde el resto de sus amigos se divertían como niños de ocho años.
—¿Por lo que veo?—preguntó el castaño.—Erick...pensé que te había dicho que tenías que ser más amable con Zoé, hacerla sentir que de verdad te cae bien y todo lo demás, no que te limitaras a cruzar con ella dos palabras...
—No tenemos ningún tema en común—reprochó de mal humor.
—No. Pero pueden tenerlo, sólo es cuestión de que pongas algo de tu parte y listo—rio—Vamos, Erick...Zoé es una buena chica, da la impresión de que la intimidas...¿Por qué no vas a jugar con Zoé?
—¡Porque ella ya está jugando con Froyland!—murmuró.
—¿Es mi imaginación o estás celoso?—cuestionó el castaño.
—¿Qué? ¿Celoso yo? ¡No bromees!—se quejó.
—Pues puedes decirme todo lo que quieras pero la verdad amigo, es que pareces realmente celoso—se burlò el muchacho poniéndose de pie y sacudiéndose las boronas de pan de la ropa—Y no sé tú pero yo voy a jugar con los chicos...
Erick avanzó lentamente por el lugar observando los juegos y al montón de personas que reían disfrutando de la tarde. Tenía que admitir que Christopher tenía razón en todo. Él realmente no estaba poniendo de su parte para acercarse a la chica.
Llevó su mirada disimuladamente hasta Zoé y Luca que reían totalmente divertidos sentados en las cabinas de los autos y negó brevemente recordando las palabras de su amigo. Él no estaba celoso. Era una tontería que Christopher pensara eso pero también estaba el hecho de que le molestaba mucho la presencia de Luca...cerca de Zoé.
—¿Te pasa algo?—cuestionó una voz femenina a sus espaldas.
Erick se giró de inmediato y negó un poco—No. Es sólo que...hay tantos juegos que no sé por cual ir primero—comentó patéticamente y se arrepintió un segundo después.
Nathaly soltó una risita divertida y negó en silencio.—Yo digo que podrías comenzar por los juegos de carreras—inquirió con media sonrisa.
—¿Juegos de carreras?—cuestionó en voz baja.
—Si—respondió la muchacha cruzándose de brazos—Esos donde Zoé y Luca están...
—¿Ah?
—De hecho, tienes tanta suerte que el juego tiene una opción extra donde puedes retar a las personas que están a tu lado...la última tecnología es lo mejor, Er—añadió antes de marcharse.
—Juegos de carreras...seguro...
Erick volvió a mirarlos antes de llevar su atención a Christopher que para su sorpresa le estaba lanzando una mirada determinada que no supo distinguir. Negó un poco, inspiró profundamente y continuó con su camino.
—Vamos, Zoé...conduces como una abuela—se burló el muchacho de los ojos azules totalmente divertido.
—Ni siquiera sé conducir—replicó la muchacha lanzándole una mirada furibunda. Erick los observó un momento y por pura inercia apretó sus manos en puños.
—Oye, Froyland...te reto en unas carreras de autos—musitó y automáticamente dos pares de ojos curiosos se posaron en él.
Erick les sonrió confiado y se cruzó de brazos realmente complacido.—Zoé y yo estamos jugando—decretó volviendo su atención a la pantalla del juego.
—Oh, no se preocupen por mí. Estoy bien y de todas maneras me estabas dando una paliza en esto...no soy buena—anunció poniéndose de pie para cederle su lugar a Erick—Adelante, Erick. Todo tuyo—el muchacho le ofreció una amplia sonrisa.
Zoé se quedó de pie junto a Erick observando todos y cada uno de los movimientos del par de muchachos que tenía delante de ella.
—Creo que esto va a ser muy divertido—se rio Christopher llegando hasta ella junto al resto de los chicos. Zoé jugueteó con sus manos un momento y luego llevó su mirada hasta el castaño que se mantenía cruzado de brazos con una sonrisa maliciosa en los labios.
—¿Tú crees?—susurró.
—Eso dalo por hecho, Zoé...
A pesar de que las cosas no estaban saliendo como ella esperaba, Zoé se estaba divirtiendo. Y es que la llegaba de Luca Froyland sólo había hecho que el estado relajado en el que ella se encontraba se transformara por completo y todo lo que sentía en ese momento era tensión.
No es que él le molestara en absoluto era más bien que desde el muchacho de los ojos azules se sentó junto a Erick, justo frente a ella la tensión había aumentado notablemente. El muchacho de los ojos verdes se había mantenido en silencio haciendo comentarios de vez cuándo y lanzándole miradas fulminantes a Nicolás que era el culpable de que el otro chico estuviese presente.
No entendía porque a Erick no le caía bien pero tampoco estaba dispuesta a cuestionarlo. No si con eso iba a desatar la furia del cubano así que se mantuvo en silencio comiendo y tratando de ignorarlos a ambos hasta que Bethan en un intento por terminar con la tensión que reinaba en la mesa propuso ir a la zona de juegos.
—¿Quieres jugar conmigo?—cuestionó Luca apenas Bethan, Nathaly y Nicolás avanzaron hasta los cubículos con canastas de bascketbol.
—Claro—respondió en voz baja ofreciéndole una pequeña sonrisa.
—Zoé, estaba pensando...sé que lo que te voy a decir te puede sonar la cosa más rara del universo entero y todo lo demás pero...me gustaría conocerte mejor—la chica lo miró sin pestañear y apartó la mirada un poco.
—¿De verdad?—preguntó en un hilo de voz.
—Si—hizo una pausa—No lo sé, veo algo diferente en ti, no eres como el resto eso está más que claro...
—¿Y cómo es el resto?—cuestionó ella jugueteando con un hilito de su blusa.
—Bueno, la mayoría de las chicas se tiran a mis pies apenas me miran—Zoé rio y negó un poco.—Y tú eres la excepción...eres como un reto...uno demasiado grande...
—¿Un reto...? ¿Cómo un capricho?—Los ojos de Luca se abrieron llenos de sorpresa y negó de inmediato.—Luca...yo no soy un reto para nadie más que para mí misma...sí lo que quieres hacer es acercarte a mí para probarte a ti mismo de una vez te digo que pierdes el tiempo...no soy ese tipo de chica y no me gusta el tipo de chico que cree que es un dios omnipotente ni nada por el estilo...
—No, no me malinterpretes—susurró observándola fijamente.—Lo que quiero decir es que...quiero que salgas conmigo. Listo, lo dije.—Zoé lo contempló en total silencio y los latidos de su corazón se detuvieron un segundo.
—¿Qué?
—Que quiero que salgas conmigo, Zoé...—suspiró—Como amigos, claro. Por el momento...
—Mira eso—señaló la muchacha apuntando con su dedo índice las cabinas de los coches de carreras. Luca resopló pero la siguió en silencio.—¡Juguemos!—decidió sentándose dentro de una cabina.
Y así es como habían pasado el rato conduciendo virtualmente y riéndose uno del otro pero siempre cuidando no tocar el tema de las citas. Ese era terreno restringido para Zoé y muy a pesar de Luca, él lo respetaba. Por el momento.
Hasta que Erick Brian Colón apareció.
—¿Estás listo para perder, Froyland?—cuestionó el cubano con una sonrisa victoriosa instalada en los labios.
—Quién debería estar listo para perder eres tú, Colón—decretó el castaño apretando con tanta fuerza el volante de la cabina que sus nudillos quedaron blancos.
El aire de neumáticos contra el pavimento se hizo presente y Zoé rio divertida contemplando al par de muchachos que para ser sincera consigo misma se veían realmente adorables jugando. Nicolás se quedó quieto a su lado y rio en voz baja.
—Cualquiera se sorprendería de ver lo maduros que estos dos pueden llegar a ser—murmuró y Zoé se encogió de hombros despreocupadamente.
—¿Has escuchado eso que dice que uno lleva un niño por dentro?—cuestionó en medio de un pequeño suspiro.
—Sí, vaya que es real esa frase—respondió y la muchacha negó un poco.
—Definitivamente, lo es...
—¿Quieres que te lleve a casa, Zoé? Yo no tengo ningún problema—inquirió Luca acercándose a ella.
La muchacha lo observó un momento y dejó escapar el aire de sus pulmones.—Te lo agradezco mucho pero llamaré a mamá para qué pase por mí—decidió ofreciéndole una pequeña sonrisa.
—Oh, no es necesario que la molestes, Zoé...yo puedo hacerlo...—la chica suspiró.
—De verdad, Luca. Gracias, lo agradezco en serio pero no quiero desviarte de tu camino—anunció en voz baja.
—Oh, Erick y yo podemos llevarte a casa, Zoé—decidió Christopher caminando en dirección a ellos.—Luca tiene razón, no hace falta que molestes a tu madre, nosotros lo haremos.—hizo una pausa y miró al cubano disimuladamente—Estamos felices de hacerlo ¿cierto, Erick?—agregó dándole un codazo.
—Claro, no tenemos problemas con eso—respondió el ojiverde en medio de una mueca de dolor. Zoé lo contempló un momento y apartó la mirada de inmediato.
—Anda, Froyland. Vete a casa que nosotros llevaremos a Zoé.—anunció Christopher con una sonrisa burlona en el rostro.
El muchacho de los ojos azules suspiró resignado antes de inclinarse sobre la chica para depositar un pequeño beso en su mejilla a modo de despedida.—Piensa lo que te dije esta tarde—pidió en voz baja pero no lo suficiente para que Christopher y Erick lo pudiesen escuchar.
Zoé Bulman sintió sus mejillas arder y se apartó de inmediato.—Lo pensaré—susurró sonriéndole nerviosamente.
—Nos vemos mañana, Luca—replicó Christopher cuando se dio cuenta que el chico ya estaba alejándose ignorando la presencia de ambos.
—Gracias por salvarme de esta, chicos—inquirió la chica—pero no es necesario que se desvíen de su camino, puedo llamar a mamá—Christopher negó de inmediato y el corazón de Zoé se aceleró de golpe.
—No. Mi casa no está tan lejos de aquí así que primeramente me llevarán a casa y luego Erick te llevará hasta la puerta de tu casa y de ser posible te acompañará hasta la puerta de tu habitación para asegurarse que llegaste con bien—bromeó el ecuatoriano y Erick rio en voz baja.
—¡Deja de decir estupideces, Vélez!—reprochó cruzándose de brazos—Y espero no te moleste, Zoé pero antes de dejar a Chris en su casa necesito que me acompañe a un lugar—Zoé negó de inmediato.
—De verdad no tienes que hacerlo, Erick.—murmuró ella.—Ustedes tienen algo que hacer y no los quiero fastidiar o algo así—Erick rio en voz baja y negó de inmediato.
—De hecho, Zoé...te estoy diciendo que tú también vienes con nosotros—hizo una pausa—No vamos a demorar mucho, lo prometo. Es...sólo tengo que ir a la casa de...a la casa de una persona para recoger algo y listo—explicó de inmediato.
—¿Yo?—cuestionó en un hilo de voz
—Claro—sonrió el cubano—así que andando...
Media hora después se encontraron frente a una casa bastante amplia con un enorme jardín que se veía a kilómetros que un jardinero pasaba horas cuidándolo. Christopher soltó un suspiro en el asiento de atrás y Zoé se giró un poco para observarlo un momento apenas Erick bajó del automóvil.
—No era necesario que viajaras ahí...yo podía haberlo hecho—el muchacho la miró un momento y rio.
—Estoy bien así, además recuerda que yo bajo primero—ella sonrió un poco y volvió a llevar su atención a la casa frente a ellos.—Esta es la casa de Audrey—decretó y Zoé se volvió a girar para observarlo.
—¿De verdad?—cuestionó en voz baja y él asintió de inmediato.—Me siento como si fuese una intrusa inmiscuyéndome en la vida de Erick...el hecho de que él esté aquí debe ser algo muy personal y...
—Sólo viene a recoger una caja de recuerdos, Zoé...no es nada del otro mundo—anunció sonriéndole tratando de tranquilizarla.
—Ah...—hilvanó.
—¿Puedo hacerte otra pregunta además de esta?—preguntó el muchacho en medio de un suspiro—Es referente a algo que dijiste el día de hoy en la pizzería—explicó jugueteando nerviosamente con sus manos.
—Claro...
—Dijiste que toda tu vida tomaste clases particulares...porque estabas enferma... ¿de que estabas enferma?—el corazón de la muchacha se aceleró de inmediato y apartó la mirada de golpe. Esa definitivamente era una pregunta demasiado incómoda para responder. No tenía nada de malo y sabía que Christopher no se lo estaba preguntando para hacerla pasar un mal rato pero eso no quitaba el hecho de que los malos recuerdos que siempre estaban ahí acechándola desde las sombras salieran a flote de inmediato.—No quería incomodarte...
—No, no lo hiciste es sólo que...—Y entonces un par de golpes en el cristal de la ventanilla de Christopher la salvaron. Zoé soltó un suspiro y volvió a apartar la mirada para encontrar a una pequeña rubia sonriéndole al muchacho.
—¡Christopher!—chilló emocionada y él rio.
—¡Sarah!
_ _ _ _
Preparen sus kleenex porque vamos a comenzar a derramar làgrimas, JAJAJA *inserte emoji de diablito morado*
All the love, Gloria, xx.
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