C6: La nueva conquista.

—¡Hola, hola!—saludó una chica de cabello castaño con una increíble sonrisa en los labios acercándose hasta ellos.

—¡Bethan!—la saludó Christopher antes de besar su mejilla cariñosamente. Zoé los observó un momento y luego se sintió una intrusa cuándo se dio cuenta que esos cuatro chicos parecían realmente unidos.

—¡Fue un gusto conocerlos, chicos!—anunció la pelinegra sonriéndoles un poco.

—Espera, Zoé...—la llamó Christopher.—¿A qué curso vas?—cuestionó y la chica parpadeó un par de veces.

—En el último...la verdad es que no tengo ni idea pero buscaré la dirección para recoger mis horarios...—agregó apartando un poco la mirada de la chica recién llegada que la observaba llena de curiosidad.

—¿Eres nueva, cierto?—cuestionó Bethan ofreciéndole una pequeña sonrisa. Zoé la miró un momento y asintió totalmente avergonzada.—Nosotros te acompañaremos a la dirección para que recojas los horarios—decidió apartándose de Christopher.

Erick las observó un momento y negó un poco pero se mantuvo en silencio—¿Ella es tu nueva conquista, Nico?—cuestionó el cubano cruzando sus brazos por encima de su pecho.

—¿Verdad que es linda?—replicó el pelinegro. Christopher los observó el uno al otro y negó.

—No lo sé, ni siquiera le puse tanta atención—respondió Erick mordazmente.

—Bien, pues para tu tranquilidad Erick...Zoé no me gusta, es una linda chica pero no es mi estilo así que... toda tuya—decretó y las mejillas del muchacho de sonrojaron de inmediato.

Christopher lo observó un momento y sonrió un poco dándose cuenta que esa expresión avergonzada en Erick solamente la había visto un par de veces...con Audrey. Esa mirada, la sonrisa torcida y las mejillas sonrojadas.

—¡Pero que estás diciendo!—le reprochó en tono burlón antes de comenzar a caminar detrás de las chicas.

Zoé estaba nerviosa. No. Decir que Zoé Bulman estaba nerviosa era quedarse corto. Zoé estaba al borde de un colapso nervioso, le sudaban las manos y le temblaban un poco las piernas pero le rogaba a Dios que sus compañeros no se estuviesen dando cuenta de ese pequeño detalle.

Esperó pacientemente a que el profesor terminara de leer –por cuarta vez- la hoja membretada que le habían dado en la dirección. El hombre de mediana edad se acomodó las gafas de montura negra y la observó un segundo.

—Preséntate, por favor—pidió en voz baja y luego se aclaró la garganta para que todos en el aula se quedasen en silencio. La pelinegra llevó sus ojos hasta Bethan –su nueva amiga- que de inmediato en un intento por animarla le ofreció una enorme sonrisa que sólo hizo que la pobre chica se pusiera más nerviosa.

—Eh...hola, mi nombre es Zoé Bulman...—anunció en voz baja evitando mirarlos a los ojos.—Uhm, en realidad no tengo ni idea de que podría decir pero...podrían hacerme preguntas y yo con gusto las responderé...

Los chicos rieron y de inmediato una lluvia de preguntas la bombardeó.—¿Cuál es tu número telefónico, belleza?—cuestionó un muchacho de cabello morado. Zoé lo miró un segundo anonadada por lo increíble que lucía su cabello pero decidió ignorar la pregunta.

—¿Tienes novio?—cuestionó otro al fondo del salón.

—Absténganse por favor de preguntar cosas que no les incumben—sentenció el hombre poniéndose de pie. Las preguntas cesaron de golpe. Bethan, Nicolás y Christopher rieron mientras Erick la contemplaba en silencio.—Si no hay más preguntas por favor señorita Bulman, tome asiento—inquirió el profesor.

Zoé suspiró y asintió mientras caminaba a paso lento hasta su butaca delante de la de Christopher y Erick. Su piel se erizó de inmediato apenas sintió la mano de un muchacho tocar la suya. Sintió como introducía en un ágil movimiento un pequeño trozo de papel en su puño cerrado y negó un poco sin decir una sola palabra.

Se dejó caer cuidadosamente en su butaca escuchando como el profesor daba indicaciones y como provocaba una réplica grupal. Abrió el papel lentamente y rio en voz baja leyendo el mensaje.

¡Que linda eres, nuevita!

Guarda mi número de teléfono y envíame un mensaje después. +956 8936 04 34

Un beso, Luca.

Arrugó el papel y lo colocó dentro de uno de los bolsillos de su bolso.

—¿Sabes quién es Luca?—cuestionó Zoé sentándose junto a Bethan apenas llegaron a la mesa de los chicos.

Nicolás las observó un segundo y llevó su mirada hasta Erick disimuladamente—¿Estás demente, Zoé? Claro que sé quién es Luca, de hecho toda la escuela sabe quién es Luca. ¿Por qué lo preguntas?—replicó dándole una mordida a una manzana verde.

—Me dio su número telefónico—anunció y la chica la miró anonadada.—¿Qué? ¿Por qué me miras así?—cuestionó llena de confusión.

—¡Es el hijo del rector!—Zoé parpadeó un par de veces y negó un poco.

—Creo que tiene demasiada confianza en sí mismo—comentó y Christopher rio.

—Esta chica definitivamente no es de este planeta—Bethan asintió de inmediato y luego negó.—Debes ser la mujer más suertuda de toda la escuela en este momento—decidió volviendo su atención a la manzana.

—¿Por qué lo dices?—preguntó confundida.

—La única chica con la que se ha relacionado aquí es Skyla Spaguelove.—Nicolás rio automáticamente y Zoé lo miró con el ceño fruncido.

—¿Eso es divertido?—preguntó la pelinegra.

—No. Su apellido es lo divertido. Me suena como a espagueti—Christopher soltó una carcajada y Zoé rio en voz baja

—¿Y eso es bueno? ¿O malo?—cuestionó más confundida aun.

—¿Es que nunca has visto las películas donde siempre que la nueva llega y el guapo capitán de fútbol americano se enamora de ella todo termina en tragedia?—preguntó Bethan ofendida.

—¿Qué?—hizo una pausa—Espera un segundo Bethan, vas demasiado rápido...no estoy aquí para enamorarme de nadie...de hecho es un milagro que este aquí pero...no...no voy a enamorarme de Luca ni de nadie—explicó en medio de un suspiro.

—¿Al menos podrías darme su número telefónico?—cuestionó la muchacha batiendo sus pestañas de manera tierna.

Zoé se rio y sin pensárselo dos veces buscó el papel arrugado con el número telefónico del muchacho para dárselo.

—¿Te comió la lengua el ratón, Er?—preguntó Christopher distraídamente. Los ojos del par de chicas que tenía de frente se posaron en él y sintió sus mejillas arder de nueva cuenta cuándo los ojos de Zoé se conectaron con los suyos.

—No. Simplemente no tengo ningún tipo de comentario que aportar a tan interesante charla—anunció poniéndose de pie.—Sino les molesta prefiero tomar un poco de aire...me duele la cabeza—agregó antes de marcharse.

Los chicos lo contemplaron alejarse a paso apresurado y luego negaron en sincronía.

—Creo que Erick no me soporta—murmuró la pelinegra y la castaña negó un poco.

—No te lo tomes personal, Zoé. Lo que pasa es que Erick...en realidad no era así, se volvió algo gruñón desde que su novia murió—los ojos de la muchacha se abrieron de golpe y se atragantó con el agua.—Murió hace un año de cáncer y desde entonces Erick se volvió algo retraído...pero normalmente es un amor de persona, debe estar teniendo un mal día pero no te preocupes porque esta actitud tan hostil no es de todos los días—explicó en voz baja.

—Vaya, debe estar sufriendo mucho—susurró y Christopher la observó fijamente.

—¡Claro! ¡Eres la chica del hospital!—exclamó y las mejillas de la pelinegra se sonrojaron—Fue cuándo con Audrey le estábamos organizando la fiesta a los chicos del ala medica infantil—Zoé suspiró.

—Aguarden... ¿se conocen?—cuestionó Nicolás llevando su mirada de uno al otro.

—Choqué con Zoé una vez—anunció y Bethan puso los ojos en blanco.

—¡Que raro en ti, Vélez!—se burló la chica y Christopher negó divertido.

—Claro, te recuerdo ahora—respondió ella.—Audrey estudia aquí...no la he visto—los chicos se quedaron en silencio y negaron.

—Audrey era la novia de Erick, Zoé...murió hace un año...—el corazón de la chica se aceleró de manera inmediata y se quiso morir en ese instante.

—Ay por Dios...lo lamento, no debí preguntar...

Erick avanzó lentamente dejando que el viento lo acariciara. Ignorando a todo al mundo siguió caminando hasta que llegó a las gradas de la cancha de fútbol. Se sentó en la grada más alta y se quedó completamente quieto observando el cuidado pasto verde que se extendía frente a él.

Soltó un largo suspiro y llevó su mirada al cielo.—No sabes la falta que me haces, Audrey...te extraño demasiado...—susurró sintiendo sus ojos llenarse de lágrimas que no dejó salir.—Siento que te estoy fallando, cariño...no puedo cumplir con la promesa que te hice...siento que cada vez que una chica se acerca a mi...es como si te estuviera engañando y no puedo hacerlo...

...

—¡Cásate conmigo!—murmuró el chico y fue entonces que las lágrimas comenzaron a correr libremente por las mejillas de la chica

—No.—respondió en un hilo de voz.

—¿Qué?

—No, Er. Sólo lo dices porque sabes que estoy enferma y que en cualquier momento puedo morir, no voy a casarme contigo para hacerte sufrir más de lo que ya lo voy a hacer...te amo con todas mis fuerzas pero no pienso hacerlo...eso sería demasiado cruel de mi parte, estaría pensando sólo en mi...—le explicó contemplándole fijamente.

—Aud...

—No, Er...no voy a casarme contigo nunca.—decidió en medio de sollozos.

—Eso fue lo que soñamos desde niños, Audrey. —le recordó el chico con las primeras lágrimas bajando lentamente por sus mejillas.

—Lo sé. Pero ninguno de los dos sabíamos que algo así podría pasar...sé que cuándo todo esto comenzó te ilusionaste pensando que seríamos padres...de verdad lo lamento...

...

Cerró los ojos lentamente tratando de que todos los recuerdos relacionados con Audrey se marcharan. No eran buenos, ya no. Christopher le había hecho ver que no podía manejar las cosas como él lo estaba haciendo.

Era de valientes ponerse de pie cuándo estaba hecho pedazos. Y eso era lo que él había hecho. Se había levantado de entre los escombros en los que su corazón había quedado luego de la partida de Audrey.

Inspiró profundamente y un nuevo recuerdo invadió su mente e hizo que su corazón diera un respingo dentro de su caja torácica.

...

.—Soy Erick Brian Colón pero sólo dime Erick...—una intensa descarga eléctrica se hizo presente en la espina dorsal de Zoé apenas él la tocó. Apartó su mano de inmediato y lo miró directamente a los ojos.

—Soy Zoé...Bulman...

...

¿Qué era lo que estaba pasando con Erick? Desde que había visto a Zoé; algo dentro de él se había removido y no entendía por qué. Le molestaba un poco el hecho de que Nicolás pensara en Zoé como su nueva conquista...y no eso tampoco lo entendía del todo, no entendía si era simplemente porque conocía a su amigo tan bien y sabía de antemano que si ella caía en sus redes entonces terminaría con el corazón roto...igual que todas las chicas con las que él se inmiscuía.

Y luego también estaba el hecho de que Luca le había obsequiado su número telefónico. El muchacho no podía comprender la furia que sintió en el que momento en el que Zoé había preguntado por él.

Sentía la necesidad de gritarle a todo el mundo hasta que se cansara...o hasta que comprendiera que era realmente lo que estaba pasando con él. Soltó un largo suspiro y se cubrió el rostro con ambas manos en un acto desesperado.

—Hola—saludó una vocecilla. Erick apartó sus manos de inmediato y se quedó quieto observando a la chica rubia que le sonreía ampliamente.

—Skyla—saludó en voz baja.—¿Qué haces aquí...?

—Estaba con mis amigas resolviendo un par de asuntos y te vi pasar...parecías cabizbajo así que decidí venir para peguntarte si todo está bien—Erick la miró fijamente y suspiró.

—Sí. Todo está bien, gracias—la muchacha rio en voz baja y dio un paso al frente pero Erick no se movió ni un solo centímetro.

—Te propongo algo—anunció la chica echándose una mechón de cabello rubio hacia atrás.—Esta noche Alona dará una fiesta increíble en su casa...tal vez tú querrías venir...conmigo.—ofreció sonriéndole.

—Skyla yo...

—Y no lo sé...tal vez después podríamos pasarnos a mi departamento para estar más cómodos...—Erick la contempló un momento y le regaló una pequeña sonrisa algo forzada.

—Te veo a las nueve...

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