C27: Tercera ley de Newton.

—¡Dale Erick!—gritó Zoé alentándolo. Se aferró más a la campera de su novio sintiendo de inmediato como el perfume del muchacho se colaba por sus fosas nasales.

Bethan la observó un momento y rio llevando a sus labios el hot dog que tenía en la mano derecha.—Estás casi temblando...—observó a gritos tratando de que Zoé la escuchase sobre el ruido de la multitud. Los ojos color ámbar de la chica se posaron un momento en la castaña y rio divertida.

—¡Es mi novio!—decretó emocionada y Bethan rio.

—Todo tuyo—declaró en medio de un largo suspiro.—Nadie te lo quiere quitar, te lo prometo—sentenció llevando su mirada hasta las chicas uniformadas en colores verde y negro—O por lo menos no aquí—rio.

—¿Por qué dices eso?—cuestionó Zoé observándola fijamente.

—No—rio.—Es sólo una broma...

—¡Dale, Chris!—lo animó la pelinegra—¡Vamos, amigo!—agregó.

—¿Zoé te sientes bien?—cuestionó Nathaly mirándola con el entrecejo fruncido.—Están en el medio tiempo—Zoé entornó los ojos y las dos chicas a su lado rieron.

—¡Déjenme!—musitó ofendida.

—¿Vas a venir a la fiesta esta noche?—cuestionó Bethan percatándose que el bullicio estaba comenzando a calmarse un poco. Por lo menos ya podía hablar sin tener que gritarse unos a otros.

—No lo sé—susurró apretando sus labios.

—Vamos Zoé, no seas aguafiestas. Mañana es Domingo, además seguramente Er vendrá...después de todo la fiesta para destejar el triunfo del equipo...—anunció Nathaly y automáticamente el entrecejo de la pelinegra se frunció.

—Pero si ni siquiera saben que van a ganar...de hecho, están perdiendo...—masculló y Nathaly se encogió de hombros.

—Mentalidad de ganadores, Zoé...—se burló y ambas rieron.

—No lo sé, la verdad es que no soy tanto de fiestas ¿sabes?—musitó llevando su atención hasta el cuadro de animación que seguían haciendo piruetas en el aire como sí de eso dependiese su vida.

—Además, toda la escuela sigue en shock por esa tremenda bofetada que le regalaste a Skyla, aunque déjame que te diga que bien merecida se la tenía...—sonrió Bethan limpiándose la boca con una servilleta de papel. Zoé frunció los labios, dejó escapar un largo suspiro y negó un poco.

—Fue un impulso...—murmuró.

—Pero no puedes negar que se lo merecía—agregó Nathaly encogiéndose de hombros despreocupadamente una vez más.

—También está el hecho de que toda la escuela cree que estás loca—anunció la castaña sonriéndole un poco.—Eres la única demente a la que se le ha ocurrido subirse a una mesa de la cafetería para ponerse a gritonearle a toda la escuela que la dejen en paz...—rio—Pero tenemos que decir que eres una maldita loca admirable...

—¿Tengo que ofenderme o halagarme?—cuestionó encharcando una ceja.

—Halagarte por supuesto—respondieron ambas en medio de una risita divertida.

Zoé negó u poco y rio en voz baja.—¿Quieren ver algo cool?—cuestionó mirándolas a ambas.

—¿Grabaste la bofetada que le diste a Skyla?—preguntó Nathaly y ella negó un tanto confundida.—¿Entonces qué otra cosa cool podríamos ver? De verdad que es una pena que nadie se haya tomado la molestia en hacerlo...podría haber muerta viendo ese video y me seguiría gustado para siempre...que desconsiderados—añadió entornando los ojos.

La pelinegra se echó a reír antes de tirar un poco de la manga de la campera de su novio rebelando antes las dos miradas curiosas de sus amigos su nuevo tatuaje. Las dos chicas soltaron un gemido de sorpresa y parpadearon un par de veces tratando de comprender que era lo que ella les estaba mostrando.

Zoé no parecía una persona a la que le gustasen los tatuajes. Sin embargo, ,ahí estaba ella mostrándoles su nuevo dibujo.

—¿Hope?—cuestionó Nathaly sin dejar de apreciar el pequeño dibujo en tinta negra que la chica tenía en la muñeca.

—Es mi mantra de vida...—anunció Zoé y ambas chicas le sonrieron—Lo fue por años y pensé que tenerlo en la piel era una buena manera de recordarlo siempre...además para i es algo simbólico y es algo que de alguna manera me une a Audrey...—explicó.

—¿Sabes una cosa?—comenzó Bethan.—Yo creo que si Aud te hubiese conocido más entonces ustedes habrían sido muy buenas amigas...—añadió y las mejillas de Zoé se sonrojaron de inmediato.—En otras circunstancias podían haber sido grandes amigas, quiero decir...

—Es muy lindo, Zoé—murmuró Nathaly pasando sus dedos por encima del tatuaje de la chica.

—¡Er Lo diseñó!—anunció y ambas la miraron llenas de sorpresa.

—¿De verdad?—cuestionó Bethan.—No tenía idea de que Erick era tan bueno dibujando...

—Yo tampoco—confesó la pelinegra y las tres rieron.

—De verdad que me encanta que ustedes estén juntos...son tan goals algunas veces.—comentó con emoción—¿Eres feliz con Er, Zoé?—preguntó Nathaly en voz baja. Zoé soltó un largo suspiro y asintió firmemente.

Zoé sonrió ampliamente llevando su mirada hasta la cancha de fútbol donde los jugadores estaban comenzando a salir de nueva cuenta. Su novio la saludó con la mano antes de lanzarle un beso al aire y dedicarle una enorme sonrisa.

¿Era feliz? ¡Claro que era feliz!

—Completamente feliz...

—¡Felicidades, campeón!—murmuró Zoé apenas su novio llegó hasta ellos. Erick le ofreció una pequeña sonrisa antes de hacer presión contra los labios de la chica.

—Te extrañé toda la mañana—anunció apoyando su frente en la de ella.—Pensé que no vendrías al partido...—Zoé negó de inmediato y se apartó un poco para poder mirarlo a los ojos.

—No me perdería un partido tuyo y de Chris—declaró sonriéndole.—Y también te eché mucho de menos...

—¿Quieres ir a la fiesta del equipo?—cuestionó observándole fijamente.

—¿Tú quieres ir?—replicó ella y Erick rio antes de volver a besarla.

—Lo que yo quiero es pasar tiempo juntos, no importa sí es una fiesta con nuestros compañeros, en una cita o sentados en la sala de alguna de nuestras casas viendo el televisor...—Zoé sonrió y acarició su mejilla.

—Suena tentador lo de la sala y el televisor—musitó y ambos rieron.—Pero por ahora prefiero la fiesta—comentó. Erick la abrazó con fuerza dejando un beso sobre su frente.

—Lo que tú prefieras está bien para mí—rio—¿Viste ese gol?—cuestionó emocionado entrelazando su mano con la de su novia para hacerla caminar en medio de la multitud que estaba comenzando a disiparse de a poco.

—Sí.

—Te lo dediqué...—anunció. La piel de Zoé se erizó de inmediato y sonrió un poco pero no lo miró.

—¿Sabes quién es el mejor jugar de fútbol del mundo?—preguntó la chica.

—Uhm... ¿Lionel Messi? ¿Cristiano Ronaldo?—musitó Erick con el entrecejo fruncido.

—No tonto—respondió ella en tono burlón. Erick volvió a reír y se encogió de hombros despreocupadamente.—Tú...para mi tú eres el mejor futbolista del mundo...

—Te amo...—murmuró Erick mirándola un poco.

—Y yo te amo a ti...

—¡Er!—Erick detuvo sus pasos y Zoé imitó su acto. Se giraron lentamente hasta encontrarse de frente con la cabellera rubia y los ojos marrones -casi verdes- de Skyla Spaguelove.—¿Vienes a la fiesta de esta noche?—cuestionó ignorando olímpicamente a la chica que seguía con la mano entrelazada con la de Zoé.

—Yo...

—Aunque debería de decir que es mucho mejor si vienes solo—musitó sin dejar de mirarlo. Zoé inspiró profundamente y Erick negó de inmediato. —No es tan grato tener que lidiar con personas salvajes que a la primera te abofetea...

Zoé entornó los ojos tratando de suprimir las increíbles ganas que estaba sintiendo de lanzarse encima de ella, tirar de su cabello hasta que olvidase su nombre y de borrar esa sonrisa petulante de sus labios pintados de color rojo intenso.

No podía creer que ella acabase de animar un partido –haciendo saltos y piruetas por casi una hora y media- y seguía luciendo completamente genial. Lucir de esa manera realmente tenía que ser un delito o algo parecido.

—¿Sabes una cosa, Skyla?—cuestionó el muchacho para llamar su atención—Mi lugar es donde esté mi novia...sí Zoé no viene a la fiesta conmigo entonces yo no tengo una razón aparente para asistir...y en cuanto a las personas salvajes a las que les guste repartir golpes...¿has escucha sobre la tercera ley de Newton?—comentó.

Los ojos de la chica se abrieron con sorpresa mientras su cerebro terminaba de sopesar la pregunta de Erick. Zoé trató de no reírse y negó un poco apretando sus labios un poco.

—¿Por qué tendría que saber sobre eso?—preguntó enarcando una de sus rubias y bien maquilladas cejas.

—Es más que obvio que no lo has hecho—anunció Erick—Y la tercera ley de Newton, Skyla...dice que toda acción tiene una reacción...

—Erick...

—Deberías pensar en mi oferta...—musitó la rubia en voz baja.

—Y tú deberías de pensar en mi respuesta...

Zoé se acurrucó contra el cuerpo de su novio mientras él jugueteaba con un mechón de su negro cabello y permanecía en completo silencio con la mirada puesta en el televisor frente a ellos.

La película seguía reproduciéndose y aunque ninguno de los le estaba poniendo atención era mucho mejor estar solos que rodeados de un montón de personas bebiendo como si ni hubiese un mañana.

Los ojos de la chica lo observaron un momento y llevó su mano hasta la mejilla de Erick para ofrecerle pequeñas caricias que hicieron que el corazón del muchacho diera un vuelco dentro de su pecho y que cada centímetro de su piel se erizara por completo.

Aunque no lo admitía en voz alta amaba esa sensación. Amaba la manera en la que su piel reaccionaba con un simple toque de la chica.

—¿En qué piensas?—cuestionó la muchacha. Erick soltó un suspiro y posó sus labios en la frente de Zoé.

—En lo mucho que te amo...—susurró y las mejillas de la chica se tiñeron de rojo automáticamente.

—Que adulador—se burló Zoé.—Pero yo también te amo...

—Estaba pensando que creo que nos hacen falta citas románticas—anunció entrelazando sus manos—¿No lo crees?—cuestionó lentamente.

—¿Tú crees?—preguntó la chica apoyando su cabeza en el hombro del muchacho.

—Completamente—rio.—Por eso he estado pensando las cosas y se me ocurrió una idea muy romántica...y creo que hasta un poco pervertido...—explicó el pelinegro.

—¿En serio?—Erick asintió echándose a reír apenas se percató de las mejillas rojizas de su novia.—Pero claro que sólo será sí tú quieres...

—¿Sabes una cosa?—cuestionó ella besando su mejilla cariñosamente.

—Creo que eres el único con el que lo romántico y lo pervertido van de la mano—sonrió.—pero para serte honesta...me encanta...—Erick rio al tiempo que depositaba un beso sobre la punta de su nariz.

—¿Entonces Luney...aceptar tener una cita romántico-pervertida conmigo?—musitó en un susurro y ella se echó a reír.

—Contigo quiero tener todas las citas del mundo ¿entiendes?—cuestionó ella con media sonrisa.

—Creo que lo entiendo...

_ _ _ _ _ _ _ 

¡Holiiiiiiiiii! ¿Ya listas para llorar? Digo, para leer el final, jajaja.

Nos leemos al ratito, bebitas.

Besos, Gloria, xx.

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