C19: Hope.


A la mañana siguiente lo primero que Zoé Bulman vio apenas abrió los ojos fue el cuello de Erick. Su piel se estremeció percatándose del hecho de que él había dormido junto a ella y no la había soltado ni un solo segundo.

Los cubrió a ambos más con los edredones e inspiró profundamente apartándose un poco pero intentado no despertarlo. Erick soltó un jadeo entre sueños y se aferró más al cuerpo de la chica entre sus brazos. Se removió un poco y apoyó su barbilla en la frente de Zoé. Ella rio en voz baja y se quedó quieta contemplándolo en completo silencio.

Dándose cuenta de lo negras y espesas que eran sus pestañas. Elevó su mano hasta la mejilla del muchacho y lo acarició lentamente. Erick soltó un suspiró y abrió los ojos lentamente. Zoé volvió a reír en voz baja y escondió su rostro en el cuello de su novio.

—Buenos días—saludó Erick besando su cabeza.—¿Dormiste bien? Bueno, tan bien como alguien que duerme en suelo puede dormir, quiero decir—cuestionó aflojando un poco su agarre.

—Si—sonrió ella.—Aunque creo que quién realmente no durmió bien fuiste tú—agregó y él negó.

—Dormí más que bien—respondió.—¿Llevas mucho tiempo despierta?—preguntó en voz baja.

—No—suspiró.—Acabo de despertar unos minutos atrás—se encogió de hombros y Erick sonrió antes de abrazarla de nueva cuenta.

—¿Tienes frío?—murmuró el chico con los labios pegados en la frente de su novia.

—Es como sí hubiésemos venido a acampar a Alaska o algo parecido—comentó Zoé y él se echó a reír.

—En un rato el frío se va y vuelve el calor, no te preocupes—prometió el pelinegro.

—¡Buenos días!—saludó en voz alta—¿Están despiertos, lovers?—cuestionó la voz de Christopher. Erick y Zoé llevaron sus ojos hasta la pared de la tienda para encontrar la silueta de Christopher reflejándose a causa de los frbiles rauos del sol en la carpa de la casa.—Sé que están despiertos, escuché la risa de Erick—protestó.

—Estamos despiertos—anunció Erick.

—¿Se pueden callar?—gritó la voz de Bethan.—Todo el campamento está tratando de dormir y no se puede con sus gritos—agregó. Christopher rio del otro lado y Zoé soltó una risita por lo bajo.

—¿Nuestros gritos?—gritó Christopher—¡Tus gritos son los que molestan, Bethan!—agregó el chico.

—¿Se pueden callar, de verdad?—musitó una voz femenina.—Aquí hay campistas tratando de dormir...

Erick soltó una risita nerviosa y besó su frente.—Creo que tendremos que levantarnos de una vez...antes de que estos locos terminen por despertar a todo el mundo—decidió el chico apartándose de Zoé.

La chica rio divertida y asintió antes de ponerse de pie.

—Ya era hora de que salieran, lovers—se quejó Christopher cruzándose de brazos apenas los vio salir de la tienda de campaña.

—¿Lovers?—cuestionó Zoé y Christopher sonrió ampliamente.

—Amantes—recitó el muchacho y las mejillas de la chica se encendieron de manera inmediata.

—¡Tonto!—reprochó Erick con el ceño completamente fruncido.—¿Por qué tanta urgencia en despertar a todos por aquí?—preguntó cruzándose de brazos.

—Porque este es el momento en el que me tienen que ayudar ¿saben?—musitó mirándolos a ambos—¿recuerdan lo que hablamos el otro día?—agregó jugueteando con sus manos.

—Chris...nosotros hablamos tantas cosas todos los días que es completamente imposible recordarlo todo—anunció Erick en voz baja.

—Sobre Nat...—susurró mirando a Zoé.—¿Tú si lo recuerdas, Zoé?—añadió y la chica asintió de inmediato.—¿Lo ves? Tu novia tiene mejor memoria que tú—señaló con reproche.

—¿Es el momento?—cuestionó Erick ignorando por completo el comentario de su mejor amigo. Christopher inspiró profundamente antes de asentir firmemente.

—Este es el momento...


Zoé sonrió mientras avanzaba de la mano de Erick por el bosque. Le gustaba la tranquilidad que los rodeaba aunque en la distancia todavía era capaz de escuchar los gritos de sus compañeros que se divertían nadando en el lago. Erick apretó más su mano y cuando sus ojos se encontraron sintió su corazón latir descontroladamente dentro de su pecho como sí la estuviese tratando de decir algo. De la misma manera en que hacía cada que vez que se miraban a los ojos.

—¿En qué piensas?—cuestionó Erick una vez que se encontraron sentados en medio de la nada apoyados en el tronco de un árbol. Zoé apoyó su espalda en el pecho de su novio y él besó su mejilla cariñosamente provocando en el proceso que su piel se erizara de golpe.

—En que esto es realmente perfecto—respondió cerrando sus ojos: dejando que el aire fresco que se colaba por entre los arboles acariciara su rostro.

—¿Lo crees?—preguntó y ella asintió de inmediato.—A mí me gusta más estar contigo—comentó y ella sonrió ampliamente.

—Eres muy dulce, Er—murmuró dejando escapar lentamente el aire de sus pulmones.

—Zoé...charlemos—ofreció—pregúntame todo lo que quieras, te responderé con la verdad...—Zoé se separó un poco de él para mirarlo a los ojos.

—¿Qué?

—Si lo que crees es que quiero de alguna manera sacarte información o algo así...no es eso, sino quieres que te pregunte no voy a hacerlo sólo...quiero que sepas todo lo que quieras de mí—explicó a toda prisa y ella negó de inmediato.

—No es eso—sonrió—Es que me parece un poco extraño que me digas esto así de repente pero está bien, me gusta la idea—añadió volviendo a su postura anterior.—Pregunta lo que quieras tú también...

Erick inspiró profundamente y la abrazó por la cintura impidiendo que ella se alejara nuevamente. Le gustaba tenerla así, tenía que admitirlo. Enterró su nariz en el cabello de la muchacha y ella se estremeció un poco.

—Tú comienzas...—anunció él.

—De acuerdo...uhm...¿alguna vez te gustó Skyla?—cuestionó lentamente. Erick se echó a reír y dejó un beso sobre su mandíbula.

—Sabía que tarde o temprano lo preguntarías—sonrió—Y la respuesta es no. Es cierto que es muy linda y que la mayoría de los chicos mueren por estar con ella pero no me incluyo ¿sabes?—negó un poco—Aunque tengo que admitir que en una fiesta a la que asistí...estuvimos juntos...

—Ah...—murmuró ella y él la besó de nuevo.

—Fue antes de que tú aparecieras en mi vida, de hecho así que no tienes nada de qué preocuparte por eso...—hizo una pausa—Además quiero que lo sepas por mí y no por cualquier otra persona...cuando pasó todo lo de Audrey yo estaba tan perdido que comencé a refugiarme en las bebidas alcohólicas y las salidas nocturnas. Era literalmente una chica diferente cada dos días. No es algo de lo que me sienta orgulloso pero quería que lo supieras por mí...—explicó y Zoé colocó sus manos cariñosamente encima de las manos de Erick.

—Eso no me afecta—decidió.

—Tengo mucha curiosidad ¿sabes? El otro día dijiste que estuviste enferma un tiempo y por eso no asistías a la universidad...pero jamás nos dijiste por qué...—susurró.

—Cuando tenía once...casi doce años el médico de la familia detectó un problema en mi corazón...—anunció y la piel de Erick se erizó de inmediato.—Leyendo encontré un artículo que decía que de toda la población mundial el setenta por ciento tiene algún problema de salud, de ese porcentaje el cuarenta por ciento sufre de algún problema cardiovascular de los cuales el treinta y cinco por ciento sobrevive mientras que el otro cinco por ciento tiene una muerte asegurada—explicó—Yo partenecía al cinco por ciento de las personas que iban a morir...

—¿Qué?—soltó Erick tan sorprendido como asustado.

—Mi corazón crecía y crecía y los doctores no terminaban de entender por qué o como es que había sobrevivido tanto tiempo...—negó un poco—mis padres acordaron entre ellos que recibiría clases particulares en casa porque mi condición no era la apropiada para que asistiera a una escuela normal como el resto de los chicos de mi edad, además digamos que era bastante obstinada y mis padres sabían que no iba a quedarme quieta así que siempre tuve profesores particulares que iban a casa todos los días...—inspiró profundamente y llevó su mirada hasta los árboles frente a ellos mientras  Erick permanecía en silencio besando su cabeza amorosamente.

—Eso debió haber sido realmente duro—comentó y Zoé asintió.

—Digamos que nunca tuve una excusa para no ir a clases—musitó con una risita divertida y Erick rio.

—¡Que maldición, por dios!—bromeó y ambos rieron.

—Por años figuré entre las listas de pacientes en espera por un corazón...una vez llegó uno pero no era compatible conmigo así que de inmediato mis esperanzas de sobrevivir se esfumaron...hasta me inventé un mantra que me repetía a mí misma cada vez que mamá sabía de la existencia de un nuevo doctor que podría ayudarme...o repetirme una vez más todo lo que el resto de los doctores que ya habíamos visitado me habían dicho ya—anunció.

—¿Un mantra?—cuestionó él en voz baja.

Hope. Always Hope—Erick sonrió y besó su coronilla de nueva cuenta.

—Es lindo...

—Me resigné a que en algún momento iba a morir así que bueno...deje de intentarlo y al final de cuentas sólo lo hacía para complacer a mis padres...sentía que habían hecho demasiado por mí que yendo a todas esas citas con los médicos y haciéndome todos esos estudios era una manera de pagarles todo lo que habían hecho por mi...pero claramente no estaba funcionando porque yo seguía enferma, ellos seguían con las esperanzas a flor de piel y todo estaba mal—explicó—Estaban esperando un milagro ¿pero sabes una cosa? Los milagros no existen—suspiró.—O al menos eso era lo que yo pensaba porque me llegó uno, Er...

—Un corazón...—musitó Erick.

—Si.—sonrió—Desde entonces no he tenido el valor para saber quién fue mi donador ¿sabes? De alguna manera me siento una intrusa porque sé que sí estoy viviendo es gracias a esa persona...suena raro alegrarme de estar viva porque es como sí me alegrara que alguien murió para que yo pudiese vivir...—Erick negó de inmediato.

—Tú no hiciste nada y tampoco lo pediste, mi amor—aseguró—No sabes quién es la persona que te dio vida, Zoé; pero creo que deberías estar completamente encantada de vivir, enamórate de la vida...fue algo lindo el hecho de que te diera vida a través de ella ¿sabes? Es algo realmente valiente...y estoy completamente feliz de que estés viva y siempre le voy a dar las gracias a la persona que te dio su corazón para tú estuvieses aquí el día de hoy...—murmuró—gracias a esa persona estamos juntos ¿te das cuenta de eso? Gracias a esa persona todos los días encuentro una razón más para enamorarme de ti...—añadió.

—¿De verdad lo crees?—cuestionó la chica con pequeñas lágrimas acumulándose en sus ojos.

—Estoy completamente seguro, Zoé...

—¿Sabes una cosa?—preguntó girándose un poco para llevar sus ojos bañados en lágrimas hasta los de su novio. El muchacho besó su frente y apartó las lágrimas de los ojos de la muchacha.

—¿Qué pasa?—musitó en un hilo de voz.

—Cuando volvamos a la ciudad abriré el sobre que me dio el doctor...—anunció.

Erick posó sus labios en la mejilla de la chica y ella soltó un suspiro.—Eso es muy valiente de tu parte, Zoé...

—¿Me acompañarías a hacerlo?—cuestionó sin dejar de mirarlo a los ojos.

—Estaré encantado de hacerlo, hermosa—hizo una pausa—Y estaré completamente orgulloso de ti cuando eso pase...

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HOLIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII ¿ADVINEN QUÈ? C viene lo wenooooooooo, ahre. Que le pasaba jajaja

Espero lo hayan disfrutado muchoooo.

Les envió muchos besosss y preparen sus cabecitas porque acá es donde está a punto de comenzar nuestro dramaaa. ¡que viva el drama, carajo!

Gloria, xx. 

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