C15: Demonios internos.
—¿Qué es lo que te pasa?—cuestionó Erick caminando de la mano de Zoé por los pasillos de la universidad.—Desde esta mañana luces...extraña. Como si algo te preocupase—agregó en voz baja.
—Nada—respondió ofreciéndole una pequeña sonrisa.—Es sólo que...tengo que hacer una visita al hospital y no me agrada mucho la idea...me pone nerviosa y ese tipo de cosas—explicó y Erick frenó sus pasos para girarse un poco y poder mirarla a los ojos.
—Sí quieres yo puedo acompañarte—se ofreció acercándose sigilosamente hasta ella. Los ojos de Zoé se quedaron estáticos en los labios rosados de Erick y él le sonrió un poco haciéndola estremecer de inmediato.
—No es necesario...además es algo que...quiero hacer sola—replicó en voz baja.—Digamos que tengo algo así como demonios internos con los cuales luchar y creo que esta es una buena oportunidad para hacerlo...—añadió sonriéndole un poco.
Erick tomó sus manos e hizo presión sobre los labios de Zoé propinándole un beso tierno y casto. Zoé sonrió sobre los labios del muchacho y le sonrió ampliamente cuando se separaron un pa de segundos después.
—Me gusta eso de que seas capaz de luchar contra tus propios demonios internos sin la necesidad de apoyarte en nada o en nadie—comentó mirándola a los ojos.—Eso significa valentía...si te soy sincero yo tuve que luchar conmigo mismo para poder si quiera decidir comenzar a luchar con mis demonios...—murmuró y Zoé inspiró profundamente. Antes de comenzar a ofrecerle pequeñas caricias en la mejilla derecha.
—¡Y lo hiciste muy bien, Erick!—respondió ella.
—Terminé de hacerlo gracias a ti—musitó el muchacho provocando que automáticamente las mejillas de Zoé se tiñeron de rojo.
—Eso no es cierto, lo hiciste tú solo—susurró ella sonriéndole un poco.
—Pues como sea, ya estamos aquí y eso es todo lo que importa ¿cierto?—cuestionó Zoé lanzándole una pequeña sonrisa que hizo estremecer el corazón de Erick.
Le ofreció una amplia sonrisa a Zoé y se acercó sigilosamente hasta ella para depositar un pequeño beso sobre sus labios hasta que una voz suave lo llamó a sus espaldas. Se giró lentamente y pestañeó dándose cuenta de la presencia de Skyla Spaguelove.
—¡Erick!—saludó la rubia obsequiándole una amplia sonrisa confiada.
—Hola, Skyla—respondió el muchacho—¿Puedo...ayudarte en algo?
—Oh, vamos...no seas tímido.—se rio la rubia cruzándose de brazos. Zoé la observó fijamente quedándose en completo silencio—Me parece algo totalmente feo que te comportes de una manera tímida tomando en cuenta lo bien que la pasamos en la fiesta el otro día ¿lo recuerdas?—cuestionó dulcemente.
El corazón de Zoé dejó de latir un momento.—Skyla, yo...—comenzó Erick.
—Pasa que con las animadoras estamos organizando el evento anual para recaudar fondos para la donación de cada año como es ya tradición de esta universidad...como ya sabes este dinero va destinado a diferentes organizaciones y este año hemos tenido la increíble idea de organizar una semana de campamento en el bosque. Lo consultamos con el consejo estudiantil y también estuvieron de acuerdo así que bueno...justo ahora estamos invitando a toda la población estudiantil para que se unan y de esta manera recaudar más dinero...—explicó lentamente la rubia lanzándole una sonrisa a la pelinegra a lado de Erick que realmente ella no supo distinguir.
—¡Creo que suena bien!—musitó Erick.
—No puedes faltar, Er. Eres parte del equipo de fútbol de la universidad y es totalmente primordial que vengas tú también...—comentó con media sonrisa.
—Pues supongo que siendo de ese modo no puedo no ir ¿cierto?—cuestionó débilmente.
—Exactamente. ¿Entonces cuento contigo, Er?—preguntó la chica con una encantadora sonrisa.
—Sí, cuenta conmigo y con mis amigos, por supuesto—respondió Erick lanzándole una débil sonrisa—Ahora si no te importa...tengo cosas que hacer—añadió tomando la mano de Zoé para hacerla caminar junto a él. Los ojos de Skyla se posaron en la unión de las manos de Erick y se marchó a paso determinado como si estuviese en una pasarela de modas.
—Eso fue...extraño—musitó Zoé en voz baja.
Erick rio divertido y se acercó hasta ella para depositar un pequeño beso sobre los labios de la chica.—¿Estás celosa?—cuestionó el muchacho con diversión.
Zoé entornó los ojos y Erick la besó de nuevo.—¡No estoy celosa!—replicó.
—¡Claro que lo estás! Pero tengo que admitir que me encanta mucho la idea—añadió Erick con una sonrisa triunfante en el rostro.
—Eres un tonto—susurró Zoé con media sonrisa.
—¡Aquí están tortolos!—farfulló Christopher en medio de un suspiro cansado.—No puedo creer que haya recorrido cada centímetro cuadrado tratando de encontrarlos hasta que por fin...—comentó pasando la palma de su mano por su frente.
—¿Y no era más fácil llamarme para preguntarme dónde estaba?—preguntó Erick y Christopher suspiró.
—¡Cierto!—exclamó entornando los ojos—Bueno, no importa. El caso es que ya los encontré. ¿Les dijeron ya sobre el campamento en el bosque?—cuestionó con una enorme sonrisa en los labios.
—Sí. Skyla nos acaba de decir...—respondió Erick.
—En realidad a mí me ignoró olímpicamente pero a Erick si le dijo—corrigió Zoé.
—¡Está celosa!—informó Erick y Christopher se echó a reír.
—Guau.—se burló—esta nueva faceta suya siendo...lo que sea que sean es interesante—inquirió encogiéndose de hombros.—El caso es que tienen que venir al campamento. No me pueden dejar solo con esto—demandó.
—¿No te podemos dejar solo con esto?—repitió el muchacho de ojos verdes.—Se más especifico por favor porque no estamos entendiendo nada—declaró.
—Es que creo que el campamento es una buena manera de decirle a Nathaly finalmente que...que...yo...ya saben—argumentó adquiriendo un peculiar tono rojizo en sus mejillas.
—No, en realidad no sabemos—respondió Zoé en medio de un dramático suspiro.
—Sí, lo saben—susurró el castaño.—Decirle lo que siento...
—¡Ya era hora, Christopher!—exclamó Erick lanzándole una sonrisa—No te preocupes, sólo se autentico y todo va a estar bien...
—Exacto. A Nathaly no le interesan las cosas materiales o algo parecido, entre más sencillo es, es mucho más lindo y todo lo demás—agregó Zoé.
—Ustedes son...es como si...como si tuviesen una conexión...me entienden—decidió el castaño.
—No, en realidad no lo entendemos...
Zoé avanzó lentamente por el imponente pasillo que se encontraba frente a ella en completo silencio. Sintió su piel erizarse por completo y su corazón comenzar a latir de una manera tan descontrolada que por un momento pensó que terminaría desmayándose.
Nerviosismo. Esa era la única palabra con la cual podía describir la situación en la que se encontraba.
Inspiró profundamente tratando de ahuyentar todos esos nervios y trató de relajarse un poco.
—Hope. Always hope, Zoé.—repitió su mantra en voz baja y negó un poco dándose cuenta que ya no había marcha atrás—Vamos, no va a pasar nada malo. No seas cobarde—se reprendió a sí misma.
Se aferró al tirante de su bolso, se frotó las palmas de las manos en las piernas de sus jeans y comenzó su recorrido a paso lento. Todavía podía recordar todos y cada uno de los momentos que había pasado recorriendo los pasillos de los hospitales. Todo lo que había vivido ahí y claramente estar en un hospital de nueva cuenta no le traía buenos recuerdos.
El olor a antiséptico inundó sus fosas nasales y su estómago se revolvió un poco.
—¡Zoé!—exclamó la voz de una mujer pelirroja frente a ella. Los vibrantes ojos azules de la chica vestida de blanco se iluminaron al verla y una pequeña sonrisa se instaló en los labios de la muchacha.
—Hola, Sabrina—saludó en voz baja.
—Hacía mucho que no te veíamos por aquí... ¿pasa algo malo? ¿Estás enferma?—cuestionó a toda prisa y la pelinegra negó de inmediato.
—No. Todo está bien. Sólo...es una visita social con el doctor Molina o por lo menos eso es lo que espero—informó lentamente y Sabrina sonrió de nueva cuenta.
—Pues bienvenida entonces—masculló amablemente.
Zoé le ofreció otra sonrisa y siguió con su camino hasta llegar al final del pasillo. Lo primero que notó fue la sala de espera abarrotada de personas. Una mujer y una niña rubia vestida con un tutú rosado se encontraban sentadas en los sillones como si estuvieses esperando.
—¡Zoé!—la saludó la secretaria del hombre. Una mujer de estatura baja con cabello negro y un exceso de maquillaje impresionante.
—¡Hola!—respondió la chica.
—Pasa cariño, el doctor Molina está esperándote desde hace un par de horas—las mejillas de la muchacha se sonrojaron ante la nueva información y negó un poco. Les lanzó una mirada avergonzada a la mujer y a la niña del tutú y entró en el consultorio del hombre.
—Zoé, te estaba esperando—anunció el hombre apenas la vio entrar.—¿Cómo has estado?—cuestionó señalando la silla de metal frente al escritorio donde él permanecía sentado con los brazos apoyados en la superficie del mueble.
—Cuando mi mamá me dijo esta mañana que quería verme...me preocupé. ¿Pasa algo malo?—preguntó lentamente sin ser capaz de querer escuchar la respuesta.
—Ah, no.—sonrió el hombre y automáticamente el cuerpo de la muchacha se relajó.
—¿Entonces?—añadió impacientemente.
—Estaba revisando los archivos que tengo por aquí y encontré tu expediente.—anunció con una pequeña sonrisa.
—¿Y eso es malo?—cuestionó ella y el hombre se echó a reír como si le acabase de contar el mejor chiste de la historia.
—No—sonrió.—Zoé por favor, relájate. No te voy a decir nada malo si eso es lo que estás pensando. Sólo encontré tu expediente y creo que de ahora en adelante deberías de tenerlo tú. El tratamiento que tú estabas llevando terminó hace un tiempo, estás fuera de peligro y eso es lo más importante en todo este asunto.—Zoé pestañeó un par de veces—Pero si quiero que lo tengas tú es porque creo que de alguna u otra manera esto te hace más fuerte...cada vez que veas ese expediente tienes que recordar que tú eres la chica más fuerte del planeta entero, que eres la chica más valiente sobre la faz de la Tierra. Si quiero que lo tengas no significa que quiera que sufras o algo que se la parezca, Zoé...quiero que lo analices y hagas un balance de cómo era tu vida antes y como es ahora...
—¿Es para fuerza mental?—cuestionó la muchacha.
—Es para que puedas terminar de una vez por todas con todos esos demonios internos que habitan en ti, Zoé...—los ojos de Zoé se abrieron con sorpresa cuando él le tendió un sobre amarillo con su nombre—Aquí están todos los estudios que te hicieron a lo largo de todo el tratamiento. Está también la bitácora de seguimiento que llevamos a cabo durante todo el proceso. Están los estudios para el trasplante e incluso todos los listados en los cuales apareciste para esperar un milagro...
—¿Todo?—susurró afligida.
—Todo, Zoé. Incluso el nombre y el expediente de la persona que te donó su corazón...en ese sobre Zoé Bulman, se encuentra el nombre de la persona que te dio vida a través de la suya...
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HOLIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII, ahre se emocionaba.
¿Qué les está pareciendo HOPE? Ni saben todo lo que les espera tanto a ellos como a ustedes *inserte diablito morado*
LAS LOVEOOOOO y aprovecho para darles las gracias por todas las felicitaciones y los detalles que he estado recibiendo el día de hoy.
Las amo. Son las best.
Mucho amors, Gloria, :)x
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