C14: Un sueño real.
...
—¿Sabías que eres la chica más hermosa que ha pisado este mundo? ¿Qué tú eres el amor de vida? ¿Qué de ser posible me quedaría besándote en día entero?—susurró Erick sin dejar de observar fijamente los ojos grisáceos de Audrey.
—¿Y tú sabías que eres el amor de la mía?—musitó la rubia sonriéndole ampliamente.—De verdad, Erick...nunca te lo había dicho pero estoy totalmente orgullosa de haber elegido bien...de elegirte a ti—agregó sin dejar de mirarlo a los ojos.
Erick le ofreció una enorme sonrisa antes de volver a unir sus labios. La sensación que lo embargaba en ese momento era totalmente inexplicable. Era una mezcla de felicidad, amor y emoción. Audrey sonrió sobre sus labios pero no se apartó ni un solo milímetro. Llevó su mano a la mejilla derecha de Erick y lo acarició lentamente provocando que la piel del muchacho de ojos verdes se erizara por completo.
Erick como respuesta se aferró a su cintura y cerró sus ojos lanzándose a disfrutar del contacto con su novia. Era un beso único y tan perfecto que estaba completamente seguro que ese era el mejor beso de su vida.
...
Parpadeó varias veces apenas el recuerdo llegó a su cabeza y abrió sus ojos lentamente encontrándose con el rostro pacifico de Zoé que movía sus labios rosados contra los suyos. El corazón se aceleró y sonrió sobre los labios de la muchacha cuidando no separarse.
Se estremeció de golpe apenas sintió la mano de la pelinegra sobre su mejilla. Entonces una sensación bastante abrumadora se hizo presente dentro de él. Se apartó abruptamente reconociéndolo. Esa sensación que sólo había sentido una vez. Zoé lo miró fijamente y Erick acarició su mejilla lentamente.—Yo...—comenzó el muchacho y ella negó un poco.
—Por favor no te disculpes—murmuró mirándolo a los ojos.
—No iba a hacerlo de todos modos—respondió Erick con una pequeña sonrisa instalada en los labios.—Zoé...
—¿Si?
—Lo que dije antes es muy en serio. No sé que en momento pasó pero me encantas...creo que lo hiciste desde el día en que apareciste junto a Nicolás pero no quería aceptarlo. Era...complicado, ya sabes por Audrey y todas esas cosas pero...en las últimas semanas todo fue más nítido, lo comprendí de golpe el día en que Luca Froyland se acercó a ti y yo sentí celos...—hizo una pausa—ese día comprendí que sentía algo por ti...—explicó lentamente tratando de hacer que ella entendiera cada una de sus palabras.
—Erick...—susurró la chica evitando echarse a llorar.
—¡Me encantas, Zoé!—Erick le sonrió y ella correspondió el gesto un momento antes de que los labios del muchacho se estamparan de nueva cuenta sobre los labios de la pelinegra.—Dios, tengo tanto miedo...—aseguró lanzándole una sonrisa nerviosa.
—¿Miedo?—cuestionó Zoé en voz baja.
—Si—inquirió lentamente—Tengo tanto miedo de que esto que siento comience a crecer y a crecer...tengo miedo de no saber manejarlo...hace mucho tiempo que yo...—negó un poco apartando la mirada y posándola en el suelo.
La mano de Zoé se posó en su barbilla para hacerlo mirarla a los ojos de nueva cuenta. La piel de Erick se erizó otra vez y Zoé le sonrió débilmente—Al menos tú ya tienes algo de experiencia, es la primera vez que yo lo siento, Erick—comentó y él apoyó su frente en la de Zoé.
—¿Estamos juntos en esto, Zoé?—cuestionó en voz baja uniendo sus manos. Zoé le ofreció una pequeña sonrisa y asintió lentamente.
—Estamos juntos en esto...
—¿Qué es lo que más te gusta hacer en tus ratos libres?—preguntó Zoé caminando de la mano del chico con una enorme sonrisa instalada en los labios.
—¡Jugar fútbol!—respondió de inmediato sin pensárselo ni un solo segundo—¿Tú que haces en tus ratos libres?—cuestionó y Zoé suspiró.
—En realidad nada divertido, perder el tiempo en el ordenador o leyendo libros electrónicos—musitó y Erick rio.
—¿Te diviertes mucho, verdad?—cuestionó divertido y Zoé negó.
—¡Deja de reírte de mí!—demandó con fingida indignación. Llevó sus ojos hasta Erick y ambos rieron.
—Pues a partir de ahora puedes venir a ver los entrenamientos del equipo todos los días, no es tan divertido pero es mucho más divertido que perder el tiempo en el ordenador o leer libros electrónicos—musitó el muchacho—Yo podía darte un pase para que incluso puedas entrar a los vestidores luego de los partidos—las mejillas de Zoé se sonrojaron de inmediato y Erick rio complacido.
—Creo que me basta con los entrenamientos—susurró.
—La verdad yo también lo prefiero pero tendrás que hacerme un favor—pidió Erick y ella lo miró fijamente—Cada vez que vengas a un entrenamiento tienes que llevar un letrero que diga que me vienes a ver a mi—explicó y el ceño de la chica se frunció de inmediato.
—¿Qué? ¿Y eso por qué?—cuestionó llena de duda.
—Porque no quiero que ningún otro de mis compañeros gratos y no tan gratos crean que estás ahí por ellos...digámoslo de alguna manera, es una buena forma de decirle al mundo entero que estás conmigo—anunció y el corazón de Zoé se aceleró automáticamente.
—No creo que un letrero sea necesario, Er—musitó en voz baja.
—Yo creo que sí... —hizo una pausa y luego rio un poco deteniendo su camino para poder mirarla a los ojos un largo minuto. La piel de Zoé se erizó y Erick deposito un pequeño pero lindo beso sobre su frente.—Escúchame, Zoé...sobre lo que te dijo Froyland el día de hoy...
—No tienes que darme explicaciones, Er...—susurró jugueteando con sus manos.
—No pero de todas maneras quiero hacerlo, cariño.—inquirió mirándola a los ojos.
—Yo sé que Audrey siempre va a ser importante para ti...siempre va a ser parte de ti porque siempre va a estar en tu corazón, estoy completamente consciente de ello, no pretendo que la olvides o reemplazarla porque sé que eso es totalmente imposible, lo que ustedes vivieron fue posiblemente la etapa más hermosa de su vida y está bien, no me afecta en nada, te lo juro.—inspiró profundamente y acarició su mejilla lentamente—Tampoco te voy a pedir que no pienses en ella o algo parecido porque sé que eso sería realmente egoísta de mi parte...sólo...
—Estamos juntos ahora, Zoé. Eso es lo que importa...
La oscuridad llenaba el ambiente y era tan abrumador que le costaba un poco de trabajo respirar correctamente. Parpadeó un par de veces tratando de que sus ojos se adaptaran a la oscuridad de la habitación en la que se encontraba pero era una tarea realmente difícil. Cualquier persona que estuviese ahí sentiría miedo. Sin embargo, Zoé no lo sentía.
Inspiró profundamente y levantó la mirada para encontrar al final de lardo pasillo sumido en la oscuridad una pequeña luz verde en una esquina. Entornó sus ojos tratando de tener una mejor visión y cuándo lo hizo se dio cuenta que aquello era una pequeña vela de llama verde. Decidida avanzó lentamente en dirección a ella hasta llegar al final del pasillo. Apartó su mirada de la luz verde y su corazón se aceleró en un momento apenas se dio cuenta que una figura masculina la estaba sosteniendo cuidadosamente.
—Tú...—la llamó la voz de un muchacho. Pero no era cualquier muchacho, ella lo conocía—Al fin estás aquí...—susurró y se dio cuenta del verde de los ojos del chico que la observaba en la oscuridad.
—Erick...
—Por fin estás aquí...
—Estoy aquí...—murmuró en respuesta pero parecía que él no la escuchaba.
—Audrey...
Abrió los ojos de golpe y parpadeó un par de veces tratando de controlar los descontrolados latidos de su corazón. Llevó su mirada hasta el despertador al mismo tiempo que comenzaba a sonar. ¡Un sueño! Todo había sido un sueño. Otra vez había tenido el mismo sueño que solía tener casi a diario.
¿Audrey? Se cuestionò mentalmente y negó un poco saliendo de la cama a paso lento. ¿Por qué Erick la había llamado Audrey? Inspiró profundamente y se observó en el espejo tratando de encontrar alguna anomalía en ella. Tenía que realmente estar demasiada loca para estar soñando con Audrey tomando en cuenta que sólo la había visto una vez. Eso ni siquiera tenía sentido. Aunque claro, la noche anterior ella y Erick habían estado hablando tanto de ella que supuso que eso era un efecto colateral de ello.
Esperaba que realmente eso fuese.
Se sonrió un poco recordando el paseo nocturno que había dado con Erick luego de escaparse de Delirium y abandona a sus amigos. Eso definitivamente había sido un sueño porque nadie en la vida real podía ser así de perfecto. Nadie podía ser así de lindo y sobre todo; nadie podía besar así de bien.
Pero la verdad es que era un sueño real. ¡Era real!
Media hora después bajó lentamente por las escaleras tarareando una canción cuando vio a su madre de pie en la sala con un sobre en la mano.—Buenos días, mamá—saludó completamente feliz.
—¿Y esa sonrisa?—cuestionó la mujer sin apartar sus ojos del rostro sonriente de la muchacha.
—Nada, sólo...creo que va a ser un buen día. Tiene muy buena pinta—musito Zoé encogiéndose de hombros.
—Me da gusto—respondió—¿Vas a desayunar con nosotros?—preguntó en voz baja y Zoé negó de inmediato.
—Voy a comer algo en la universidad con mis amigos, gracias.—hizo una pausa—¿Dónde está papá, por cierto?—cuestionó.
—Ah, tenía una junta importante muy temprano—anunció encogiéndose de hombros de manera despreocupada.
—Ah, bien.—susurró la chica—Me tengo que ir, mamá. Nos vemos más tarde—agregó antes de avanzar rápidamente hasta ella para depositar un beso en su mejilla.
—Zoé...—la llamó lentamente y la chica detuvo su andar.
—¿Qué es lo que pasa...?
—Llegó un sobre del doctor Molina—el corazón de Zoé se aceleró de inmediato y la sonrisa se esfumó de golpe.
—¿Y qué es lo que dice...?—cuestionó sin querer escuchar la respuesta realmente.
—Quiere hablar contigo. No sé para que esa pero en su carta dice que quiere verte lo antes posible pero que no te alarmes porque no tiene nada que ver con la enfermedad...es, es más bien otra cosa—Zoé asintió débilmente.
—Lo veré después entonces—agregó.—Ahora sí, tengo que irme. Nos vemos por la tarde...
¿Qué era lo que el doctor Molina tenía que hablar con ella? Le daba tanta curiosidad saber de qué se trataba todo aquello pero también sentía tanto miedo de que fuese algo malo. Inspiró profundamente y se sobresaltó cuándo una mano se posó en su hombro.
Dio un respingo y Christopher soltó una carcajada.—Buenos días, Zoé—la saludó tomando asiento frente a ella y elevando sus cejas de manera divertida. Las mejillas de la chica se sonrojaron de inmediato y Christopher rio percatándose de ese pequeño detalle.
—Buenos días, Chris—respondió en voz baja.
—Te miras realmente bien el día de hoy.—la halagó—¿Te hiciste algo en el cabello?—cuestionò dándole un sorbo a su vaso térmico.
—Eh, no—murmuró la muchacha con tanta confusión que Christopher le sonrió.
—¡No puede ser que cada vez el tráfico este peor en esta jodida ciudad!—se quejó Nicolás llegando a la mesa. Los chicos rieron y Bethan negó dejándose caer descuidadamente a un lado de Christopher.
—No le hagan caso, sigue de mal humor sólo porque el día de ayer una chica lo mando directo a la mierda en Delirium, su orgullo de macho idiota está herido—explicó la castaña posando su atención en la pantalla de su celular.
—Vaya, eso sí es malo—susurró Christopher de manera divertida y las chicas rieron.
—¡Buenos días a todo el mundo!—saludó la voz de Erick a espaldas de Zoé. El corazón de la muchacha dio un respingo ante el sonido de su voz y su pulso se aceleró de inmediato. Se estremeció por completo cuándo los brazos de Erick la rodearon y el muchacho depositó un pequeño beso en su cabello bajo la atenta mirada de todos sus amigos. Christopher sonrió complacido mientras Nicolás y Bethan trataban de no balbucear por la sorpresa y la curiosidad que sentían en ese momento—Buenos días, bonita—agregó girándose un poco para poder dejar un beso en sus labios.
—¡Ay joder!—masculló Nicolás sin poder creérselo. Erick rio y se sentó junto a Zoé rosando sus hombros y entrelazando sus manos.—¿Ustedes están...?
—¿Juntos?—cuestionó Bethan igual de sorprendida que Nicolás.
—Sí. Estamos juntos...
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Uyyyyyyyyy. Estoy como...asdfghjklñ ahre. ¿Ustedes me entienden, no? jajaja
¿Ya vieron la nueva portada de Hope? ¿Les gusta? ¿Les está gustando la historia? ¡Las quiero leer!
Besos y abrazos, Gloria, xx.
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