❝O39: Explanation❞

—Entonces— dijo MinHo atrayendo a JiSung hacia él, tapándose con las cobijas. —, sigo esperando que me expliques por qué.

—Ay, MinHo, quedé exhausto, mañana— dijo abrazando el desnudo dorso de MinHo y acomodándose en su pecho—, de todos modos ya no me iré otra vez.

—Sí, yo creo que no.— dijo sentándose en la cama, quitando a JiSung. —No voy a molestarme, contigo no podría, además, creo que merezco una explicación.

—¡Ah! Bien, okay.— dijo sentándose al frente de MinHo ahora. —Hablas hasta que yo te diga, ¿okay?

—Okay.— respondió con su habitual sonrisa.

—Sabes que la burbuja en la que vive mamá no es tan abierta, ella es... muy, muy complicada, es cerrada, y vive en su mundo, de hecho, me echó de casa cuando le dije que me gustan los chicos, pero milagrosamente fue a buscarme a una cafetería dos horas después y terminó aceptándolo.

»Cuando nos mudábamos, siempre quedaba al cargo de MinHee y JaeSung porque mamá vivía en su trabajo, literalmente, aún si nunca he estado solo, pero luego MinHee quiso estudiar afuera y lo hizo, se fue y quedé al cuido de JaeSung, y luego él volvió a Incheon a estudiar artes, y quedé solo un tiempo, y sobreviví, ¿qué me pasó? Nada, estuve bien, tú me cuidaste, principalmente.

»Pero mamá no lo vió así, tampoco sabía de tu existencia y la noche de nuestra primera cita, cuando fuimos al mirador, me llamó Chris, y me dijo que mamá había vuelto, lo que significaba: volver a mudarse o trabajo desde casa. Esa misma noche, peleé con ella, le dije que no quería irme, y que podía quedarme solo, pero principalmente no quería irme por ti, no quería irme y dejarte, MinHo.

»No pude hacer nada, era mi palabra contra la suya, es como tratar de convencerte de dejar de bailar o convencer a ChangBin de dejar de componer música o decirle a Félix que no cocine nunca más, para que me entiendas, y finalmente acepté irme, y no tienes idea de cuánto me dolió tener que fingir que todo estaba bien cuando sabía que sólo me quedaba una semana junto a ustedes, junto a ti.

»La noche antes de irme, ese domingo en la noche, antes de venir aquí, visité a Binnie, él sabe que me gustas, y sabe lo de las cartas, de hecho él te las entregó los doce meses sin falta, también fue el primero en enterarse, y también mantuvo contacto conmigo todo el tiempo, hablábamos todos los días y me mantenía informado de cómo estabas, como te iba en el instituto, todo, incluyendo tus “citas” que no salían bien.

»Félix también sabe que me gustas, pero no lo de las notas, sólo que me gustas y ya. Esa misma noche que me fui, le pedí a Félix que te cuidará por mí, eso y otras pocas cosas, por eso él ha estado encima tuyo, porque yo se lo pedí, y pues por él, también. Además, sé que peleaste con él y quiero golpearte por eso, porque fuiste muy estúpido, espero ya hayas hablado con él.

»Bueno, en fin, en este último año estuve en Ulsan por el trabajo de mamá, ahí terminé de estudiar y me gradué, ya salí de eso. Y ahora tengo dieciocho, y le dije a mamá que volvería aquí. Al principio le costó aceptarlo, pero logré convencerla por las buenas y me dejó volver, pero con la condición de que siempre tengo que decirle como estoy, y bueno.

»Lo de las cartas, lo tuve todo planeado, siempre, bueno, los primeros seis meses, ya luego improvisé el resto pero, salió bien. Mi plan se extendió un año, pero pensaba volver en seis meses, y vimos que no pasó, pero lo bueno es que estoy aquí y ya no pienso irme. Esa es la explicación que querías escuchar, puedes hablar.

MinHo estaba viendo en un punto, estaba ido en él, había escuchado todo, todo y aún seguía procesando desde que había pasado la parte de la primera cita, era mucho, mucho que procesar, pero lo importante es que ahora tenía a JiSung junto a él, y simplemente lo abrazó.

—Lo siento, Min.— dijo JiSung en ese abrazo.

—No te disculpes, amor, no fue tu culpa, lo único que me importa es que ya estás aquí, ¿sí?— decía estrujándolo en su pecho desnudo. —Y sí, lo de Félix es algo que no he arreglado, pero te prometo hacerlo. Más tarde iremos a verlos y hablaré con él.

—Sí, sí, está bien.

Era raro, hablar nuevamente con esa persona que creías no volver a ver, pero a su vez, era algo que le alegraba, algo bueno, y se sentía bien por ello.

Ahora no lo dejaría ir.

—Bueno, ponte ropa, vamos a ir a ver a la felixidad mutua.— dijo MinHo soltando a JiSung, sintiendo un vacío, pero tenían que ponerse algo de ropa aunque sea.

—No veas, cierra los ojos.— dijo JiSung arrastrando las cobijas para taparse.

—¡Ni que no te hubiera visto desnudo, Han JiSung!— se quejó MinHo, siendo atacado por una almohada, lanzada por JiSung.

—Shh.— lo calló. —Que cierres los ojos te dije.

—Como quieras—. Dijo poniéndose una almohada en la cara para no ver, como le pidió su novio.

—No puedes salir corriendo.— dijo MinHo tomando la mano más firmemente de JiSung. —Félix querrá abrazarte, no golpearte, créeme.

—Yo sé, pero aún sí, me da cosita.

—Ya, shh, toca la puerta.— dijo.

Y así fue, la puerta de la casa de los Seo fue tocada por lo nudillos de JiSung tres veces, y a los pocos segundos fue abierta, dejando ver a un hermoso pecoso de cabellos grises y apenas largos en la parte de su nuca.

Sus ojos se posaron primero en el más reconocible primero, MinHo, claro y le regaló una débil sonrisa, claro, no estaban del todo bien entre los dos, pero al menos ya se hablaban.

Luego se posaron en el sujeto de al lado -quien temblaba cual gelatina por la reacción del pecoso-, y se quedó helado pues hubiera pensado en ver un fantasma haciéndose pasar por el mismísimo Han JiSung.

Lo pensó hasta que con lágrimas en los ojos, comenzó a tocarle la cara a JiSung, empezando desde su cabello rubio, y llegando hasta sus hombros. Tocaba cada parte de su cara para comprobar que sí fuera real y no estaba viendo una alucinación por parte de su mente.

Y al comprobar que sí fuera él, lo llevó hasta sus brazos y los abrazó, casi dejándolo sin aire, pero lo tomó entre sus brazos, había extrañado a su amigo, a su chico de los plumones; tanto que parecía irreal tenerlo en frente nuevamente, entre sus brazos y tomado de la mano de MinHo, moriría ahí mismo.

Pero la felicidad no le duró mucho a Félix, y al separarse le dió un suave golpe en su rubia cabeza.

—¡Idiota, hubieras avisado!— se quejó volviendo a abrazarlo. —Pero no importa, estás aquí, con nosotros, ¡estás aquí! Pasen, no se queden ahí en la puerta, llamaré a Binnie.

—Lo siento, Lixie, pero todo fue muy rápido, te lo explico luego, ¿sí?— respondió a lo anterior de Félix.

Tomaron asiento en el sillón de la casa. MinHo estaba procesando la posible conversación que tendría con Félix, pedirle una disculpa y quedar en los mejores términos que antes. Félix era su mejor amigo, y no lo perdería, definitivamente no.

—¡Llegaste!— dijo ChangBin bajando por las escaleras, terminando de ponerse una camisa. —Te esperaba antes, pero bueno, habían personas más importantes que querían verte.

JiSung lo recibió con los brazos abiertos. La amistad con ChangBin era inmensa, le debía tanto a cambio por un año, pero tenían una hermosa amistad, ¿quién lo diría?

—Ustedes dos tienen que hablar— dijo JiSung poniendo su brazo sobre los hombros de ChangBin. —, yo me robaré a Binnie un rato, ¿sí? Sí.

Y dicho y hecho los dos se fueron hasta la cocina, cerrando la puerta por detrás, dejándoles privacidad.

Estaban inmutos, no sabían que decirse, pero era entendible, totalmente, no se habían hablado en casi tres meses y se extrañaban, mas no se lo dijeron en todo ese tiempo.

—¿Es tan necesario que hablemos?— preguntó Félix. —Digo, podemos hacer como que hablamos y-

—Lix— habló MinHo. —Así no se resuelven las cosas, tú mismo me lo dices siempre.

—Sí, lo siento.— dijo.

—Yo debería disculparme, fuí un estúpido, Lix. No debí haberte dicho nada de aquello, estaba muy molesto pero no contigo, eso jamás.

—Por favor, Min, házlo rápido, te conozco y eso de los discursos emotivos no es lo tuyo.— le dijo dándole palmaditas en su espalda.

—Ya, estoy haciendo lo mejor que puedo, no me culpes. ¿Puedo seguir?

—Okay, lo siento, sigue, sigue.— dijo mientras reía. Extrañó a su mejor amigo.

—Estaba molesto, pero conmigo, ni siquiera yo sé por qué lo estaba, pero exploté ese día, y te dañé, lo siento, perdón— explicaba con su cabeza gacha, se sentía terrible. —, eres un rayito de sol, y no creo que merezcas a este tipejo como yo de mejor amigo, mereces más de lo que recibes, y yo soy un simple idiota, perdóname, Lixie.

—Sí, eres un idiota, pero eres mi idiota, y te quiero así, y Min— dijo levantando la cabeza de su mejor amigo con sus pequeñas manos. —, no estoy molesto, lo estuve pero fueron menos de dos horas, no podría molestarme contigo. Y si no te hablé es porque creí que merecías más que yo y no tuve el valor para hacerlo.

—Somos unos idiotas, míranos, parecemos niños de kinder luego de una pelea.— dijo y lo abrazó. —Te quiero, Lixie.

—Ridículo, te pones sentimental con cosas así.— dijo estrujándolo. —Te quiero más, Min.

—¡Aww!— entraron ChangBin y JiSung juntos a la sala.

—¡¿No es que habría privacidad?!— se quejó Félix la separarse del abrazo de MinHo.

—JiSung no se aguantó y quiso venir.— y fue cuando ChangBin recibió un golpe de parte de Han.

—¡Deja de mentir, tú eras el que estaba pegado a la puerta oyendo!— se quejó ahora JiSung.

MinHo observaba la escena, estaba feliz viendo cómo ahora sus tres amigos volvían a estra juntos, y se sentía completo.

JiSung había vuelto, Félix y él se reconciliaron y bueno, ChangBin siempre seguía siendo ChangBin. Tenía a su familia devuelta, y estaba tan feliz de ello.

Bueno, nos queda un capítulo y el epílogo, de esta bella historia que acepto me está gustando, me va a doler dejarla, pero todo lo que empieza, acaba. :(

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