❝O28: Note four❞

No tienes idea de cuánto espero
que pasen los meses para que tú
puedas leer esto. Parece ridículo
pero cuando cuento los días, se
hacen cada vez más largos. En fin,
cuídate, Min. ¡Nos vemos el próximo mes!

Hoodie Clown.

Desde hace menos de un mes, MinHo trataba de volver a su vida normal, o bueno, seguir con ella.

Ya habían pasado cuatro meses desde su ida y tenía que aprender a vivir con ello. Sabía en su cabeza que JiSung no volvería por él, y que fue algo así como su “amor de verano”, que no era de verano, pero lo pareció.

Pero en su corazón, la chispa de que él volvería como había prometido, seguía viva y chispeante.

Incluso cambió su color de cabello, ahora lucía un muy radiante gris, dejando atrás el castaño oscuro. Igual Félix, quién aora tenía un precioso color morado claro, inclusive ChangBin fue arrastrado en esa aventura con un castaño claro, despojándose de su habitual negro noche oscuridad.

—Chicos, ¿pizza hoy en mi casa?— invitó un destellante ChangBin.

—¡Por supuesto!— se adelantó a decir MinHo. Sabía que Félix no pondría peros, y accedería.

—Excelente. Debo irme, los veo a las seis.

Félix y MinHo de encaminaron hasta su casa. Las cosas estaban volviendo a su normalidad, y eso era algo bueno, significaba que no se hundiría más en sus penas y dejaría parte de los recuerdas atrás.

Tenía que pasar la página.

Félix por si lado se sentía más feliz por ello, estaba cumpliendo con aquello que JiSung le encargó, costó casi cerca de tres meses y medio, y aunque sabía que posiblemente jamás olvidaría a JiSung, se veía que estaba haciendo el esfuerzo.

Recientemente varias personas habían tratado de acercársele con claras intenciones de algo, cosa que notaba a los días u horas, y terminaba alejándose.

Tampoco era tonto.

—¿Cómo crees que esté?— preguntó MinHo.

—No lo sé, pero espero que esté bien. ¿Tú cómo crees que esté?

—Debe estar estar ocupado, estudiando o componiendo. Algo debe estar haciendo.— dijo, MinHo lo conocía tan bien.

—¿Tú crees?

—Por supuesto, y si no, debe estar en su cama, haciendo tarea.

Félix reía bajito. Se acordaba como decía que no le gustaba JiSung y lo negaba. Ahora quien podría aguantarlo hablar de él.

Claro, Lee Félix.

—No te rías, estoy haciendo lo mejor que puedo.

—Lo sé, es sólo que... nah, olvídalo.

—Ahora me dices.— renegó.

—Estaba recordando cuando decías que no te gustaba.

—Admito que fui medio idiota, una disculpa por no reconocerlo antes.

—Ya se sabía, descuida.

Y lo último que se vió fue como Félix recibía un golpe en su cabeza.

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