❝O21: Take care him for me❞
Domingo por la noche. En unas horas, estaría subiendo al transporte para irse de ese lugar. Todas las memorias que le traían de los últimos años, comenzaban a pegarle fuertemente.
Había terminado de empacar las últimas cosas en unas cajas y otras en su mochila. Se dirigió hasta la puerta para quitar las polaroids que habían ahí, una por una, las fotos con sus hermanos, con ChangBin, con Felix y por último, pero jamás menos importante, las que tenía con MinHo, que fue las que vió más a detalle recordando cómo fue tomarlas.
Al dejarlas, las metió en su mochila, la que usaría para salir en unos minutos. Cerró la caja que tenía en su cama con cinta y fue a ponerse unos zapatos más cómodos y una hoodie negra. Todo estaba listo, su plan estaba solo de realizarlo.
Su madre estaba dormida ya, Chris ya había vuelto a su cuidad, sólo estaban ellos dos en su casa.
Abrió la puerta de su cuarto una vez más y verificó que todo estuviese apagado, en silencio y que pareciera que todo estaba igual, y al notarlo, volvió a cerrar la puerta cuidadosamente y le puso seguro.
Abrió la ventana de su cuarto, que si bien estaba en la parte de arriba, tuvo que ingeniárselas para poder bajar de allí, y cuando lo logró, comenzó a caminar en dirección contraria a su casa. Tenía que pasar por dos lugares, el segundo era el más importante.
Caminó bastante, y no mentiría, ya estaba algo oscuro para estar caminando solo, pero las ganas podían más y no le importó mucho, sólo el lugar donde se dirigía, y al estar ya en frente suspiró profundamente y tocó la puerta para esperar que le abrieran.
—¿JiSung, qué haces aquí tan tarde?— la puerta fue abierta segundos después, dejando ver a Seo en unas lindas pijamas de color amarillo. —Ven, pasa.
—¿Félix está contigo?— discretamente preguntó. —Necesito hablar contigo, urgentemente.
—Félix está dormido arriba, ¿sucedió algo?— con intriga, se sentó en el sofá y le indicó que se sentara él también.
—Mañana me voy de la cuidad, quizá no me vuelvan a ver más.— las lágrimas volvieron a brotar de sus ojos, calientes, aquello aún le dolía lo suficiente para saber que no volvería a ver a los que quería. —Antes de que digas algo, quiero, no, necesito que te encargues de algo.
—Un momento, ¿qué? ¿Y MinHo, qué vas a hacer con él? ¿Le dijiste que te ibas?— ChangBin se levantó del asiento de una vez y le observó muy confundido. Al no recibir una respuesta, se golpeó la cabeza con su mano. —Dios, JiSung.
—De eso vengo a hablarte, porque necesito que hagas algo por mí.— ChangBin suspiró y le indicó con la cabeza que le explicara lo que quería que hiciera. —Necesito que continúes dejándole las notas a MinHo. Están todas escritas, las dejé listas desde que supe que me iba. Son 12 notas, y no se las entregues diariamente, entrégalas mensual a partir de mañana, mañana ya no estaré— dijo pero le dolió, las lágrimas no deban de brotan por sus mejillas—. Ese será tu trabajo por mí, y te lo agradecería hasta el día de mi muerte si lo haces.
ChangBin suspiró tratando de ahogar el nudo en su garganta y con ello sus lágrimas.
—Lo haré— pudo decir finalmente. —, eres mi amigo, y MinHo casi mi cuñado, lo haré.
La sala quedó en silencio, no sabía que decir y luego sólo se escuchó un ligero llanto. JiSung no se contuvo y trató de limpiarse las lágrimas.
—Vine aquí por esto, y a dejarte unas cosas.— él abrió la mochila y lentamente sacó las notas junto con las polaroids que tenía junto a ChangBin, y uno que otra de él con Félix y el azul. —Muchas gracias por todo, Binnie. —le dijo al entregarle todo.
—No hay de qué, Sunggie.— Seo lo atrajo hasta sus brazos, donde lo rodeó en un abrazo cálido, y algo triste. —Deberías ir a despedirte de alguien también,— dijo. —sólo háblale, su sueño es muy liviano.
—¿En serio?— le preguntó atónito. —Para Minho siempre es díficil despertarlo; rayos, como hay cambio.
El abrazo se deshizo minutos después y se dirigió hasta la parte de arriba de la casa. Ya conocía su casa, y por ende su cuarto, donde abrió la puerta y encontró a Félix entre las cobijas de Seo, sin su camisa y JiSung rió.
—¡Hey, bello durmiente!— le llamó y le quitó la cobija de encima topándose con la sorpresa de que estaba en ropa interior. Con ello, volvió a ponerle la cobija encima, tratando de olvidar aquello. —¡Félix!
—¿Qué?— dijo abriendo los ojos, con su voz ronca y profunda, aún medio dormido. —¿Qué haces acá, Sung?
—Cariño, me tengo que ir— le dijo—. Siento no haberte dicho nada, pero no quería hacerte sufrir.
—¿Qué estás diciendo? ¿Te sientes bien?— confundido, se levantó espabilado y lo observó mejor. —¿Qué está pasando?
—Félix, me voy de la cuidad, y esta es posiblemente la última vez que me veas.— aquello le dolió, Lix se había convertido en un gran amigo para él y le lastimaba tener que dejarlo.
—Me estás haciendo una broma, ¿no es cierto?— él negó volviendo soltar pequeñas lágrimas. —Tuviste que decirme, no tuviste que haberme tomado de imprevisto, ¡esto no se hace, Han JiSung!— ver a Félix en un llanto de esa magnitud como lo estaba ahora, sólo lo rompió más de lo que ya estaba, jamás había querido ver llorar a su amigo de esa manera, ni en bromas.
—Siento no haberte dicho, no quería que esto sucediera así.— JiSung ahora estaba abrazándolo, y acariciando su espalda desnuda, no quería verlo llorar así. —Félix, cariño, quiero que hagas algo por mí.
—No me pidas que te olvide, que eso es algo imposible.— Han negó soltando una leve risa. —¿Entonces?
—Necesito que te quedes con MinHo, que le enseñes que hay muchos otros chicos lindos en esta vida, —decía tratando de mantenerse bien. —incluso mejores que yo, Lixie.
—Pero él no sabe que te gusta, además me estás pidiendo algo imposible, prácticamente.— explicaba. —Tu marcaste una parte importante para él, y si él tampoco sabe que te vas, no creo poder ayudarte.
—Entonces, cuídalo por mí, cuídalo mucho por mí, por favor.— decía aún en lágrimas. —No le permitas llorar por mí, cuídale ese puro y lindo corazón que MinHo tiene, cuídalo de las personas malas que le pueden hacer daño,— había muchas cosas que JiSung quería decir, pero el tiempo era poco. —sólo cuídalo por mí.
—No prometo mucho— respondió el pecoso con lágrimas al escuchar a su amigo haber dicho eso. —, pero haré lo que esté en mis manos.
El abrazo poco a poco se fue rompiendo, y con eso la hora de irse.
Le dolía mucho tener que hacer aquello, en esos momentos detestaba a su madre por tenerlo básicamente que obligado a hacer eso.
De ser por él, se quedaría ahí, cuidaría a sus amigos, a MinHo y al resto de los que conocía.
Pero no.
—Casi lo olvido —dijo sacando un sobre gris de su mochila—, denle esto a MinHo por mí, por favor.— dijo y ellos lo recibieron. —Los quiero a los dos.— dijo en un abrazo entre los tres. —Gracias por todo, en serio. Cuídense, y ya saben, sin gorrito no hay fiesta, cuidado.
Los tres rieron, pero era razonable.
—Adiós.— dijeron por última vez.
Y JiSung comenzó a caminar, tratando de no ver atrás. Pero fue imposible, y lo hizo querer arrepentirse de ver, pues aquella escena le hizo el alma pedazos.
Félix, su pocos hermoso, al que realmente quiere tanto, en el abrazo de ChangBin, con quién se había hecho tan cercano, llorando desconsoladamente, como si no hubiera un mañana, quería correr y abrazarlo y decirle que no se iría, que se quedaría y estaría para él y para todos, que era todo una pesadilla.
Pero no.
Esas escenas jamás se las perdonaría a su madre, jamás.
Continuó devolviéndose hasta su casa, pero no iba aún a ésta. Había dicho que el segundo lugar era importante y por supuesto que lo era.
Aún a unas cuadras todavía seguía pensando en qué decir, pues no escupiría cualquier cosa y mucho menos le diría que se iría.
Esa tarea se la había dejado a Félix y ChangBin, porque estaba seguro que él no tenía el valor suficiente de decírselo.
Ya en frente de la puerta, tomó una bocanada de aire y lo contuvo para luego tocar con su nudillos tres veces.
Sabía que no se dormía temprano, y mucho menos cuando estaba solo, por lo que la puerta fue abierta segundos después.
—¿JiSung? Es la una de la mañana, debes estar en tu casa durmiendo, ¿qué haces aquí?— MinHo estaba sin camisa, confundido y extrañado. Pero aún sí, se preocupó porque JiSung estuviese ahí a esa hora. — Entra, hace frío y es peligroso.
—No podía dormir, además, quería hablar contigo, te extraño mucho últimamente.— le dijo quitándose la mochila. —Traje unas cosas para ti y no podía esperar a mañana, lo siento.
JiSung sacó las fotos que tenía junto a él, y junto a su círculo de amigos. Lee por su lado, sonrió al verlas todas, le gustaban esos recuerdos.
—¿No podías dormir por traerme estas fotos?— preguntó y levantó sus cejas.
—Sí, eso y quería darte algo más.— dijo finalmente para cerrar la mochila.
—¿Qué?— habló confundido nuevamente. —No creo que pueda recibir tanto d-
JiSung se abalanzó sobre él y lo besó. No fugazmente, como en anteriores ocasiones lo había hecho, esta vez era despacio, sin prisas de nada, pues sólo estaban ellos dos, ahora.
MinHo, por su lado, correspondió con aquello, amaba cuando lo besaba y viceversa.
El tiempo se detenía, sólo eran ellos dos.
Era lo único que importa en ese momento.
MinHo lo tomó por la cintura, haciendo presión en esta, pero no era la primera vez.
Lastimosamente el aire hacía falta, y aquello se detuvo antes de empezar.
—¿Qué está pasando?— dijo con la respiración agitada ahora encima de los labios de JiSung.
—Te amo, Lee MinHo.— soltó y él sólo lo observó mientras sonreía. —Eso está pasando, que te amo con mi vida y lo seguiré haciendo hasta mi último aliento.— pero en cierto punto dolió.
—Siempre pensé que sería yo quien lo dijera primero.— respondió ante aquello. —Pero también te amo, te amo tanto que no te imaginas cuanto, Han JiSung.
Sin saber que más decir, volvieron a juntarse en un cálido beso, igual, despacio y tranquilo, sin alguna prisa. Él nuevamente volvió a colocar nuevamente sus manos en la cintura de JiSung y lo impulsó, ahora teniéndolo alzado, sin romper aquel beso en qué los dos se habían armonizado.
En ese momento estaban nuevamente sumidos en su mundo, un mundo donde sólo ellos día existían. JiSung estaba listo y MinHo también.
Al estar en su cuarto, sin saber cómo hizo para llegar hasta él, lo recostó sobre su cama. Nuevamente rompiendo ese beso, pero era necesario para hablar, pues los dos sabían que se dirigía a nada inocente, esa noche.
—¿Sabes hacia dónde va esto?— preguntó él, pues tonto no era.
—Sí, y no te voy a detener.— respondió agitado JiSung.
MinHo esbozó una sonrisa, y volvió a besarlo.
Les soy sincera, no quedé satisfecha, pero tenía subir algo, la idea de esto es que no fuese tan largo y que no se pasará se veinte partes y ya tiene veintidós. :))))
En fin, aquí empieza cuando digo que ya vienen los capítulos finales. So, voy finalizando esta pequeña historia, aún no, pero falta poco.
Bueno, hasta aquí mi reporte, Joaquín.
Bye, lxs amo. ❤️❤️
[Editado; 03/Noviembre/2020]
Ahora que lo releo, me gustó como quedó y también me dí cuenta de que estaba triste ese día, JAJAJA, en fin.
El siguiente capítulo les va a gustar.
(☞ ͡° ͜ʖ ͡°)☞
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