❝O19: I'm gonna do it today❞
Atención: a partir de aquí, si me matan, se quedan sin escritora. Luego verán de qué les hablo.
POV OMNISCIENTE.
MinHo estaba demasiado ansioso luego de haber dejado a Han frente a su casa, sin siquiera despedirse correctamente. Tenía miedo de lo que hubiese llegado a pasar en ese tiempo.
Félix por su parte trataba de calmarlo, diciéndole que todo iba a estar bien, cuando realmente no. Algo le decía que nada andaba bien en ese momento, quería ir y buscarlo, abrazarlo y decirle lo mucho que lo ama.
Pero lastimablemente, no podía.
Por su lado, JiSung, lloraba como si no hubiese un mañana. Lo estaban separando de lo que más amaba en ese lugar, además de la hermosa relación que tenía con Félix y por supuesto, ChangBin, con quién había encajado perfectamente.
Pero había algo más. Ya no podría dejarle las dichosas notas a su amado, tendría que ingeniárselas para continuar con aquel proceso que se prometió continuar hasta que él se notara de ello.
¿Y por qué no dejarlas todas escritas? Alguien ya sabía sobre aquellas notitas que dejaba, así que sabía, quién o quiénes podían ser los encargados de ello.
—Hyung.—le dijo cuando ya iba a salir del cuarto. —No te conté algo.
El ya mencionado se de devolvió, y se sentó en la cama del chico, hundiendo un poco el colchón debido al peso y le puso atención.
—Yo... le escribía notas a MinHo.— hablaba tratando de evitar la mirada del mayor, quién sólo lo continuaba observando con un poco de lástima. —Ahora que me tengo que ir, le dejaré algunas notas ya escritas.
—¿Quieres que yo se las entregue?— preguntó señalándose así mismo.
—No.— dijo. —Sé que no te vas a quedar mucho tiempo, por lo que solo te iba a decir. —explicaba soltando algunas lágrimas, que fueron limpiadas por el mayor. —Las dejaré escritas, y quisiera que tú guardaras el secreto. ¿Me ayudarías con ello?
Él sonrió pesado de lado, asintiendo lentamente. Era el deseo de su amigo, y quería cumplirlo por él, y también porque es un secreto, los secretos de amigos no se cuentan.
—Pásame el papel azul junto con el lapicero rojo que están en la mesita de allá.— indicó el peliazul. —Las haré hoy.
Bang simplemente obedeció e hizo todo lo indicado por JiSung, para luego dejarlo solo un rato más.
Sin querer al entrar otra vez a su cuarto, lo vió dormido, entonces recogió las notas y las guardó en un cajón de su mesa de noche y le echó otra ojeada a su pequeño amigo JiSung.
Se veía cansado, y notó que su llanto no había terminado, puesto a que las notas, estaban manchadas de algún líquido y no podía ser más que sus lágrimas. Sentía un horrible pesar por Han, se sentía mal por él y lo peor de todo, es que no podía hacer nada, simplemente observar, aunque podía hacer algo casi imposible, como lo era tratar de convencer a la dichosa señora Han, la que por supuesto, no accedería, pero valía la pena el intento.
Por su lado, Min ya estaba terminando de amarrarse sus cordones. Sólo le faltaba ponerse otra suéter y salir.
Las palabras de Félix, literalmente se fueron con el viento, ni siquiera escuchó una, porque su instinto le decía que algo no daba para nada bien en la casa del menor, y él no se quedaría callado, y hacerle caso a ese instinto, era lo mejor que se le estaba ocurriendo hasta el momento, y fue.
Hacía frío para aún ser temprano, y también estaba nublado, cosa que en ese tiempo era raro, pues si bien no faltaba poco para que entraste la temporada de lluvias, aún estaban a unos cuantos días. Otra señal de que algo mal estaba sucediendo.
Apresuró su paso hasta la casa de JiSung, donde a lo mejor pudo divisar la luz de su habitación apagada, sólo la de la cocina encendida y la del cuarto de JaeSung, o bueno, el que era en ese momento el cuarto de su hermano mayor, al que él, una vez le tuvo miedo sin siquiera conocerlo.
Una vez frente a la puerta, le temblaron las manos, y no precisamente por el frío, si no por los nervios. Dió un muy profundo suspiro y se decidió a golpear sus nudillos en la puerta, y así tres veces más, esperando a que alguien le abriera la puerta de la casa de los Han.
La puerta fue lentamente abierta por una señora. Se veía cansada y aún lucía la ropa del trabajo. Min frunció su seño, no se había equivocado de casa ya que estaba seguro de que ahí era donde vivía su mejor amigo.
—¿Estás perdido muchacho?— le dijo la señora al chico. —¿En qué puedo ayudarte?— le volvió a preguntar al ver que no respondía, pero era porque los nervios seguían presentes.
—Disculpe, ¿es-esta es la casa de Han JiSung? —preguntó rápidamente tratando de no equivocarse con el discurso.
—Sí, es esta.— ahora la confundida era la señora, pues la existencia del joven era totalmente inexistente para ella. —¿Quién es usted?
—Mi nombre es Lee MinHo— decía haciendo una leve reverencia. —respiró hondo. —¿Él se encuentra?
Dudaba en decirle, pues no lo conocía, aunque tampoco era su culpa. En lo que llevaba de vivir ahí, jamás lo había visto, principalmente por su jornada de trabajo.
—Sí.— amablemente, la señora Han lo dejó pasar, pero MinHo no se quedaría con la duda, y aún sí, preguntó.
—Disculpe. —dijo dándose la vuelta. —¿Es usted la mamá de JiSung?
La señora se cruzó de brazos y suspiró, hacía mucho no le preguntaban eso.
—Sí, soy yo.— dijo del mismo modo, tosco. —Han SungHwa, chico, señora Han para ti.
Y no iba a negar que tenía un cierto, parecido a sus hijos, ¿cómo no lo notó antes? Se parecía a A JaeSung en su nariz, a JiHwa -la hermana mayor de JiSung y JaeSung, la señora casi no hablaba de ella, sólo JiSung en pocas oportunidades- en su boca, y a JiSung en muchísimos más aspectos, pero principalmente en sus mejillas regordetas.
La misma le indicó el lugar hasta el cuarto de su hijo, el cual él no conocía ciertamente, así que siguió las indicaciones. Al estar frente a la puerta, vió varios polaroids con fotos junto a él en su mayoría, unas cuantas con Félix y otras pocas con ChangBin, a lo que pensó, ¿a qué hora se tomó esas fotos con Bin?
Pero su vista se paseó por más fotos con sus hermanos y algunas de él donde por supuesto, se veía totalmente perfecto para MinHo.
Giró la perilla y lo vió acostado de lado en su cama. Estaba solo, -Chris yacía en su cuarto de alojamiento- y estaba acostado el contrario de la puerta, por lo que su cara no podía verse.
MinHo lentamente se acercó hasta donde estaba y tomó asiento, hundiendo un poco la cama, nuevamente.
JiSung al sentir el movimiento se giró aún dormido, quedando frente a MinHo, el cual, al verlo con la nariz y ojos rojos, se sorprendió, pues su presentimiento estaba bien, algo no andaba bien.
Aún sí, se acercó y lo besó despacio, aprovechando que estaba dormido, pero al separarse, JiSung abrió sus ojitos color miel.
Un asco, pero tenía que añadir esta parte.
Pésimo servicio con este capítulo, prometo mejorar al siguiente.
Tengo una pregunta; ¿alguna vez han tenido un amor prohibido pero igualmente siguieron ahí?
Yo no, pero me gustaría. Para darle entusiasmo a esta parte tan asquerosa.
[Editado; 03/Noviembre/2020]
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