Hinata


Dio otra vuelta en la cama. No podía dormir, su mente trabajaba y su imaginación estaba muy lejos de ahí. Se colocó en posición fetal y cubrió su cara con las sabanas púrpuras de seda que adornaban la cama americana. Quería llorar, siempre había sido buena para eso; pero hace mucho se había dado cuenta que las lagrimas derramadas no cambiaban nada y que ella sólo era un peón en un juego que ni era suyo.

Al terminarse el aire dentro de su refugió sacó la cabeza. Quizá no era mala idea ir por agua a la cocina de la mansión; hasta una inútil como ella podría servirse agua sin romper algo. Hinata sintió el frio del suelo de madera en contacto con su pie descalzo, pronto se acostumbró al estremecimiento de su piel caliente contra el suelo.

Caminó y bajó las escaleras en total oscuridad. No era necesario encender las luces y alertar a todo el clan. Sí, quizá había gente despierta como los guardaespaldas y la gente de seguridad que tenía la mansión que estaban acostumbrados a las noches en vela; pero ella solo era un objeto, un intruso dentro de esa casa enorme, sin voz ni voto; un objeto de intercambio al mejor postor.

El mejor postor resultó ser el peor hombre que Hinata había tenido la desgracia de conocer. Sasuke Uchiha. No lo conocía de nada, el apellido era familiar, lo había oído una que otra vez, normalmente con un tono de desprecio, pero Neji al tomar el liderazgo del clan había comenzado a hacer negocios con ellos, una forma de unir ambos clanes era el matrimonio.

Ah, Neji. Hinata quería mucho a su primo, era un hermano mayor para ella, también era respetado por ella. No quería darle más problemas a la familia, quería ver el orgullo en los ojos de su padre, igual que como lo tenía al ver a Neji o Hanabi. Pero ella siempre fue la más débil de los tres, físicamente no se podía comparar con la fuerza de Neji, pero hasta su propia hermana menor era más fuerte que ella y la había vencido en varias ocasiones.

Incluso recordaba a Hiashi evitar sonreír de orgullo cuando Tenten acertaba en el centro de los blancos, como si fuera tan natural para ella el disparar. Hinata era más delicada, más débil, quizá por eso Hiashi había dejado su entrenamiento de lado y mejor había entregado a Kurenai a su primogénita, para que ella pudiera educarla como la mujer japonesa ideal. La perfecta yamato nadeshiko*.

Mientras bebía el agua fijó su vista en la katana que se exhibía en la sala frente a la cocina. Esa katana había sido del abuelo del abuelo de su abuelo. Un objeto valioso de otro tiempo, cuando los yakuza eran criminales y no los "hombres de negocios" que eran actualmente. La katana había sido útil en su momento, ahora solo era una decoración en la casa.

Sí, quizá serviría mejor al clan como un objeto de cambio; el deber con la familia, preservar el honor de esa manera; como mujer, no como guerrera. Años atrás habría creído que la casaría con un político para asegurar el poder o quizá con alguno de los socios antiguos de la familia; pero no. El destino, como había oído alguna vez de su primo, era cruel.

Algo quizá más cruel que el destino era su prometido. Neji, antes de la primera reunión con él, le había prometido que si ella se sentía incómoda o prefería cancelar el trato que le avisara y lo haría, Neji nunca la obligaría a un matrimonio si ella no estaba dispuesta. Pero ella quería hacerlo. Hinata estaba segura que era algo con lo que podía ayudar a su primo y cumplir con su deber.

Todavía recordaba esos ojos negros como pelaje de cuervo, sin brillo y sin vida reflejada. Tenten le había hecho señas para preguntarle cómo se sentía antes de la reunión.

—Estoy bien —Hinata le sonrió, pero no la miró a los ojos, la mirada estaba en sus manos escondidas en la fina tela—. Algo nerviosa, pero es algo normal ¿no es así? No todos los días conoces a tu prometido.

—No creo que sea por eso —las manos de tenten se movieron, pero no quisieron terminar la oración; sin más, Tenten optó por usar sus manos para acomodar uno de los pasadores en el cabello de Hinata.

Mientras se servía un segundo vaso de agua fría que le causó una incomodidad en la garganta, recordó fragmentos de la charla con Sasuke y Neji.

—...lamento lo de tu hombre perdido —Hinata mantenía la vista baja, concentrada en preparar algo de té de la manera tradicional, vertió el matcha** y lo comenzó a mezclar con cuidado de no tirarlo —. Me han dicho que era... cercano a la familia.

—Estamos buscándolo y a las personas involucradas. Pagarán por su atrevimiento. No es algo por lo que debas preocuparte.

—Ya ha pasado mucho tiempo ¿Cuánto? ¿veinte días? Quizá deberías comenzar a buscarlo... con una pala —El tono de Sasuke buscaba provocar alguna alteración en Neji, pero Hinata lo conocía lo suficiente como para saber que su primo no caería tan fácil en provocaciones.

—Ha pasado tiempo, es cierto; pero ambos sabemos que, si quisieran mandar un mensaje, ya hubiera aparecido su cadáver —Hinata sirvió dos tazas de té ligero, una para Neji y otra para Sasuke —. Lo que quieren es información.

Sasuke hizo un sonido de aprobación —Eres tan listo como dicen, Hyuga. Esperemos que tu amigo no sea tan difícil de quebrar —Sasuke tomó de un trago el té —. Quizá lo suficientemente listo como para descubrir encubiertos. Tengo dudas con uno de los chicos más nuevos.

—¿señorita Hinata? —Los recuerdos de Hinata se vieron interrumpidos y la voz del hombre la asustó lo suficiente como para tirar el vaso al suelo. Sintió el agua fría mojar sus pies y por ello casi grita, pero logró tapar su boca a tiempo.

—¡Disculpe! ¿La asusté? —el intruso encendió la luz y Hinata vio a su nuevo "guardaespaldas", llevaba una musculosa blanca y unos pantalones de algodón azul —¡No lleva zapatos! —Hinata no se había recuperado del susto inicial, cuando él la levantó en brazos y la sentó en una encimera, podía sentir su cara roja de vergüenza y quizá porque nunca había estado tan cerca de un hombre, de esa manera; después él recogió los pedazos del vaso roto.

—Mucho ruido... —murmuró Hinata, al parecer lo suficientemente alto como para que el rubio le oyera.

—¡No se preocupe! Me ha pasado un par de ocasiones y los guardias ya saben que soy yo ~ttebayo.

No había convivido tanto con él, la mayor parte del tiempo ella se la pasaba encerrada en su habitación y solo salía de ahí en las horas del desayuno, comida y cena familiar en las que no se incluía a los demás miembros del clan. Pero no habían pasado ni dos minutos en la misma habitación y ya se había dado cuenta de lo ruidoso e impulsivo que era él.

Oyó un siseo de parte del rubio agachado en la cocina, se había cortado. Torpe, además de ruidoso era torpe. Hinata contuvo la risa —-En la tercera alacena a tu derecha hay un botiquín, tráelo por favor.

El rubio ruidoso mantenía el dedo herido en su boca, hizo lo que Hinata le había ordenado y de paso tiró en la basura los restos del vaso roto —. No debiste hacer eso —regañó Hinata mientras colocaba un curita en el dedo lastimado —, la persona que recoja la basura o quien la separe se cortará —explicó.

—Usted piensa mucho en los demás ~ttebayo —. El cumplido avergonzó a Hinata, «Pero es lógico, ¿no? Cualquiera hubiera pensado en ese tipo de nimiedades».

—Disculpa... no recuerdo tu nombre —reconoció la chica.

—Soy Naruto ~ttebayo. Trabajo para Sas... trabajaba para su prometido, ahora para usted —. Eso extrañaba un poco a Hinata, ¿cómo es que alguien como Naruto trabajaría con alguien como Sasuke?

—¿Cómo llegaste a trabajar para alguien como... él? —Hinata trataba de no verlo a los ojos. Una de las pocas manías que Hinata tenía era la dificultad de ver a alguien a los ojos, quizá por eso mantenía su vista fija en el exterior de la ventana de la cocina.

—Pues... es una historia larga —La voz de Naruto se oía incomoda, como si no quisiera hablar de eso, pero prosiguió— Mi padre fue un policía que trabajó para los Uchiha hace años... siempre quise ser como él. Por eso me enlisté en la policía de Konoha. Pero después de algunas... cosas terminé abandonando la policía y busqué trabajo con los Uchiha. Al parecer terminé siendo como mi padre —Una risa amarga salió de su boca.

Ya recordaba. El policía que Sasuke creía un infiltrado era Naruto. Y quizá lo fuese, había varias partes de su historia que parecían sospechosas... pero le podría decir a Neji después.

Un grito que salió del bosque fuera de la mansión alertó a ambos. Naruto soltó una maldición, corrió hacia las escaleras. Hinata no era valiente, no se consideraba tan lista como su primo y quizá Tenten hubiera sido más útil en esa situación, pero su curiosidad fue más grande.

Bajó de la encimera de un salto y corrió hacia la puerta, salió sin importarle nada y corrió hacia donde había oído el grito. La tierra era más fría que la madera de la mansión, en algunos de los lugares que pisó el lodo se pegó molestamente a sus pies y el aire frio llenó sus pulmones mientras avanzaba al bosque. Oyó el grito de alguien llamando su nombre, pero ella no quería responder.

Buscó entre la vegetación, por todos lugares con la poca luz que le brindaba el amanecer, buscaba algo o alguien. Hasta que lo vio. La figura respiraba con dificultad, estaba en una posición fetal, la cara estaba hinchada y las extremidades delgadas como si llevara días sin comer.

Sintió la mano caliente de Tenten en su brazo, la otra mano llevaba un arma cargada. Pudo decir un nombre antes de que ella la volteara y cubriera su vista con el pecho en un abrazo protector.

—Lee.

...

Ya sé, me tardé horrores ¡y ni siquiera es Nejiten! ;n; Lamento mucho quienes esperaban Nejiten, pero juro que esto era necesario para lo que sigue y que dentro de los próximos meses estaré subiendo un fanfic muuuy largo Nejiten, con mucho drama de telenovela mexicana barata. Lo prometo como que mi nombre es ListenerGoddess.

Aclaración: Personalmente no creo que Hinata sea una inútil; aquí quise retratar la poca autoestima que tiene y ese odio hacia sí misma producto de esta autoestima baja. Ningún personaje es mejor que otro y espero que no se desesperen por el poco Nejiten en el capítulo. Intentaré esforzarme más.

Investigué mucho y al parecer, las mujeres son muy sumisas y son entrenadas para serlo y más en un ambiente machista y patriarcal como lo es la mafia.

*Yamato nadeshiko: es una forma de llamar a una mujer que es perfecta como ama de casa, como mujer japonesa.

**Matcha: Polvo para hacer té verde.

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