INICIO
Mientras las hojas volaban impulsadas por el aire detrás de su figura, su caminar se volvía más errático.
El sol estaba brillando fuertemente una vez que las nubes empezaban a despejarse, la lluvia dejando caer en escasas gotas luego de la fría tormenta que había reinado en los cielos.
El cansancio comenzaba a superar todas sus fuerzas, incluso sus ojos comenzaban a pesar. Pero su voluntad impidió que se rindiera antes de llegar a su destino, al árbol que cada vez parecía llamar más su nombre.
El viento parecía estar susurrando palabras, como si en realidad se tratara de una conversación entre los espíritus que residían en esos lugares, como si estuvieran opinando de su caminar, de su estado, de sus condiciones...
Con un movimiento que pareció quitarle años de vida, finalmente se acercó lo suficiente antes de desplomarse frente al imponente roble.
Los años lo habían llenado de sabiduría y su tamaño parecía estar cerca de alcanzar los cielos, de rozar las nubes...
De tocar a los ángeles...
Su respiración era pesada, como si estuvieran apretando fuertemente su pecho, como si la estuvieran forzando a mantener sus pulmones vivos.
Sus rodillas se encontraron con el suelo duro en cuanto aterrizó, raspando la armadura en pésimas condiciones que cubría su parte inferior de su atuendo.
Sus ojos se alzaron con cansancio del suelo poco después, tan cansada como había estado al iniciar esa caminata, o incluso peor, con la energía suficiente para contemplar la figura estática bajo una de las ramas más bajas del imponente árbol.
Ojos apagados miraban a la nada mientras el viento sacudía las prendas que colgaban de su cuerpo. La piel pálida y enfermiza jamás le quitaron su atractivo, incluso cuando los mechones de su cabello cubrían momentaneamente su rostro.
Allí estaba su cuerpo, después de tanto tiempo buscando su paradero finalmente lo encontró, pero esta vez no la recibió con una sonrisa ni con un gesto cálido, esta vez sus ojos ni siquiera estaban enfocados en ella, ni siquiera reconocían su presencia...
La chispa de alegría y luz que siempre había tenido fue apagada, de forma abrupta y brutal.
La vida que tanto había disfrutado vivir le había sido arrebatada.
El samurai se desplomó desde donde estaba, esta vez dejando que todo su cuerpo impactara el suelo.
Las lágrimas qué sintió deslizándose por su rostro fue la última sensación que tuvo antes de morir en vida. Antes de que la herida en sus costillas le hicieran perder la conciencia, antes de convertirse en un fantasma.
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1512
Un niño contempló el cielo repleto de luces esa noche. Sus ojos impresionados por los colores se trasladaban de luz en luz a medida que las explociones artificiales estallaban por el firmamento, llenandolo de luz por unos momentos, convirtiendo la noche en día por un par de segundos.
El pequeño de apenas cuatro años estaba claramente impresionado, robando un par de risas por parte de sus hermanas mayores.
"Las estrellas" volaban desde todas direcciones en júbilo: el pueblo de Mokuzai estaba en épocas de alegría con la llegada del Nuevo Emperador, del gran justo, del hombre que traería vida y esperanzas a todos los pobladores de esas tierras, el hombre que podría salvarlos de los miserables castigos que habían sufrido por los tiranos todos esos años ya pasados.
La familia más estruendosa del pueblo estaba reunida en uno de los templos, contemplando las luces brillando muy por encima de ellos mientras lucían fascinados, cada uno bastante a su manera.
Pero lejos de las alegrías, la segunda menor de los hermanos miraba los fuegos en el cielo aterrada, escondida detrás de sus hermanas mayores para protegerse de lo que fuera que la mantuviera asustada.
-Qué ocurre Lynn? Le tienes miedo a las estrellas?- la voz de su hermana llegó, tan suave y dulce como era siempre.
La niña de seis años asintió de forma poco segura, casi tímida.
-No te preocupes, no te harán daño, nosotras estamos aquí para protegerte- la mayor de todas, Lori, exclamó valientemente mientras le sonreía a la más pequeña -si las estrellas llegan a lastimarte, recibirán una paliza de nosotras-
La menor pronto ofreció su propia sonrisa cuando las demás asistieron para apoyarla, sintiendo que su miedo se esfumaba un poco.
Mientras tanto, el hijo más pequeño de la familia alzaba las manos hacia el cielo, queriendo alcanzar el mismo las luces que brillaban, como si intentara alcanzarlas.
Su hermana mayor, Luan, contempló sus acciones y prontamente lo alzó, ambos riendo mientras las chispas seguían flotando en el ambiente.
-No creo que quieras alcanzar las estrellas, Link, podrían quemarte por completo. Estarías rostizado antes de darte cuenta-
El niño se encogió de hombros mientras oía sus palabras, sin dejar que lo desanimaran.
-Creo que valdría la pena- murmuró felizmente, aún encantado con el destello de luces que iluminaba el pueblo normalmente sereno y apagado de Mokuzai.
Luna, la hermana del medio (sin contar al peliblanco) y tercera mayor, sonrió al verlos tan contentos. Amaba ver a sus hermanos compartiendo momentos felices, encantada por la sonrisa que cada uno mostraba cuando estaban contentos. Ella misma se conformaba con eso.
Mirando hacia el cielo unos segundos después, permitió que los colores la cautivaran junto con la música festiva que resonaba por las calles del pueblo, marcando el ritmo con un ligero movimiento de su pie.
Era un día de fiesta, un día para celebrar que había cesado un reino de tiranía.
Lynn y Rita, sellaron todo lo que habían sufrido bajo el poder de su antiguo Emperador con un beso, sus propias alegrías saliendo a la luz con el tono alegre de las fiestas mientras sus hijos se divertían a unos metros por delante de ellos.
Pronto se realizaría un banquete para celebrarlo todo en el gran palacio del pueblo, cada miembro de Mozukai invitado.
Era tiempo de un cambio.
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Howdy.
Nuevo Fic!! :D.
Espero les guste y me acompañen en esta larga travesía que apenas está empezando.
Ahora, para que no se queden con mareos les defino las edades de cada uno en este capítulo en específico. Cambiarán gradualmente pero es para que tengan una referencia de los años que cada uno se saca de diferencia:
Lincoln: 4
Lynn: 6
Luan: 8
Luna: 9
Leni: 10
Lori: 11
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