O51 | Un encuentro
Removió sus cabellos negros con algo de frustración y dolor de cabeza, observando el reloj colgado en la pared de la dirección.
─Maldita sea, odio esto ─Se dijo a sí misma, suspirando profundamente, algo cansada de estar ordenando un montón de papeles junto con otros estudiantes.
Los cuales también presidentes estudiantiles de distintas áreas.
Ayudar al director y a los maestros para nuevo ingreso no era fácil, ademas de agregar calificaciones, revisar exámenes entre otras cosas. Era algo que debían cumplir como presidentes estudiantiles, porque eso ayudaba para que subieran calificaciones y era una gran ventaja para muchos, aunque era más trabajo y no todos estaban dispuestos a tenerlo.
Lo gracioso de la situación es que desde el principio Jisoo quiso negarse, pero sus padres le habían obligado a hacerlo.
Eso era lo que tanto le molestaba a Jisoo, porque aunque negó varias veces, al final termino haciéndolo, para no tener problemas con sus padres.
Siempre tratar de ser perfectos a la sociedad, incluso a cuesta de algo que no quería.
Él estómago de Jisoo gruño por falta de comida, la chica cerró los ojos algo incómoda. Estar todos en una mesa redonda para ordenar todo, siendo ya pasado la hora del almuerzo era una condena, se perdían algunos almuerzos por ayudar. Temía de que su estómago haya gruñido tan fuerte y que todos hayan oído los lamentos de su estomago por hambre.
─A mala hora vienes a molestarme ─murmuró Jisoo a su estomago, quejándose de que por qué siempre al hambre se le ocurría aparecer en momentos en donde el almuerzo ya había pasado. Su estómago le estaba haciendo una mala pasada.
¿Ahora que podría hacer? ¿llorar? ¿Quien podría ayudarle?
Todos se encontraban tan sumidos en su trabajo y Jisoo sentía algo de pena ir hacía el director y pedir si podía salir un rato.
Silenciosamente, Jisoo se levanto de la silla para acercarse al director, quien estaba observando algunos papeles. Era tan incómodo tener que pedir permiso para poder ir a comer.
─Director Kim ─Musitó Jisoo algo avergonzada. Jisoo no era de aquellas personas que le gustaba hacer cosas cuando no era la hora y tiempo.
En varias ocasiones aguantaba el hambre porque la hora para almorzar ya había pasado y sus padres le enseñaron que comer antes o después la hora del almuerzo, estaba mal.
El director alzó la mirada y sonrió, mirando a una de sus mejores alumnas. Kim Jisoo era una buena alumna, aunque haya tenido una pelea no hace mucho con otra de sus alumnas.
─¿Sucedio algo Jisoo? ─preguntó él señor.
Jisoo negó, jugando con sus manos algo a penada.
─¿Podría salir a comprar algo de comer? ─La voz de Jisoo fue rápida para no sentirse tan avergonzada ─. No almorcé en el receso y mi estómago me esta molestando un poco.
El señor Kim río, sabía que la pequeña Jisoo era una muchacha de lo más formal y estricta consigo misma, y el pedirle aquello era demasiado para ella.
─Claro que puedes Jisoo, no te sientas mal por ello ─Esas eran las palabras que Jisoo quiso escuchar para quitarse un peso de encima.
Jisoo una pequeña reverencia y sonrió, encaminándose directamente a comprar algo para almorzar.
Tenía tanta hambre.
Y Jisoo con hambre era un monstruo.
[…]
Ella caminaba con una sonrisa de seguridad en el rostro después de ir a una tienda a comprar algo de ramen instantáneo ya listo para comer, almorzando allá para regresar directamente a su labor.
─Estoy llena, ahora estamos contentos ─Le dijo a su estómago con diversión.
Si sus padres le vieran comer algo cómo eso, seguramente se morirían, pegando el grito en el cielo, pues los señores Kim no eran de comer este "tipo" de cosas.
Era cansado a veces tener que ser una "Señorita perfecta" para sus padres.
No podía hablar como ella quería en ocasiones, ni que decir de comer y vestir cierto tipo de cosas para quedar como una joven perfecta.
Era molesto tener unos padres así, que no comían cualquier cosa, que vestían sólo ropa costosa y de marcas de renombre, siempre importándoles su reputación, y apariencia. Exigiendo siempre a su única hija a ser una muñeca, tal cual títere para ser perfecta.
Avanzó por los pasillos y cuando doblo de uno, se encontró con una imagen comprometedora.
Ya había pasado el receso, ¿porque estaban haciendo ese tipo de muestras cuando ya no era la hora? Cómo deber de la presidenta estudiantil, era su deber castigar a aquellos que rompían las reglas.
— Im Jaebum, deja de besarte con Youngjae en los pasillos. — Dijo Jisoo cansada, de que cada vez se encontraba a esos dos por los pasillos, Jaebum tenía a ese pobre chico avergonzado siempre. — Ya paso la hora del receso, regresen a sus salones, en este momento.
─Jisoo ¿Estás bien? ─Jaebum se extraño de eso.
La presidenta estaba muy rara. Por lo general si esto hubiese pasado días o meses, les hubiese gritado algo como 'Malditos homosexuales, vayan a hacer sus porquerías por otra parte' y esta vez, era lo contrario.
─Estoy perfectamente bien, Im ─Se cruzó de brazos algo ofendida.
─¿Segura que estás bien? ¿No estas mintiendo? ─Le preguntó extrañado Jaebum.
Es decir, la explosiva y homofóbica Kim Jisoo siempre se aparecía en esos momentos.
No se parecía nada a la demonio Kim que solía mostrar, esa faceta desagradable a la que todo mundo odiaba.
─Vayan a sus salones, no es momento de estar fuera de los salones ─Jisoo asintió algo extrañada, mirando a ambos chicos con duda.
─E-Esta bien ─Respondió el tímido de Youngjae con el rostro parecido a una cereza.
Y sin más, la chica avanzó por los pasillos, siendo observada por ambos chicos quienes de miraron con duda por el comportamiento de la chica.
Aunque al parecer la tranquilidad no era una opción aquí y tal vez sería el día de interrumpir a Jisoo en sus labores escolares, pues se había tomado con alguien más alto que ella.
La cara de Jisoo se estrello contra un pecho fuerte, y unos brazos le socorrieron cuando estaban a punto de caer.
Aquel calor se le hacía tan familiar. Era tan conocido para Jisoo aquella colonia en específico.
─¿Seokjin? ─Sus ojos veían con impresión a su primer amor.
Jisoo alzó la mirada, sorprendiéndose de ver aquel rostro dulce que recordaba perfectamente.
─Jisoo, hola ─Saludó Seokjin observando a la chica con una sonrisa.
─H-Hola ─Jisoo observaba pasmada a su ex primer amor frente a sus ojos. Estaba avergonzada, no sabía ni como mírate a Jin directamente a los ojos luego de todo lo que le hizo.
— Ha pasado un tiempo desde que nos vimos.
¿No se suponía que Seokjin había terminado?
─S-Si y mucho ─Se sentía incómoda ─S-Seokjin ¿Q-Qué haces aqui? ─hablaba temblorosa, sin saber como reaccionar.
Recordaba aquel tiempo atrás cuando le lastimó en gran manera por su inmadurez.
─Vine a ver al director por algunos papeles, ¿Has estado bien Jisoo? ─Le preguntó el chico de sonrisa de ángel, caminando al lado de la chica.
Jisoo bajó la mirada, su boca se había quedado mucha. Decir que no extrañaba a Seokjin era mentira, había sido su mejor amigo por tanto tiempo, no había día en que no le recordará.
─He estado bien ─Titubeó con pena ─Seokjin, y-yo ─No sabía como arreglar lo pasado.
Jin notó eso y sonrió.
─Hay algo que quisieras hablar conmigo, ¿no es así? ─Seokjin observó todas las acciones de Jisoo.
─¿Pero cómo es que tú? Jisoo lo miro sorprendida, ¿Cómo sabia lo que buscaba decir?
─¿Cómo lo se? Te conozco muy bien Jisoo y cuando quieres decir algo, pero no puedes hacerlo, sueles jugar un poco con tus labios al no poder expresarte como quieres porque las palabras no salen simplemente de tu boca.
Seokjin sacó de su uniforme un lápiz junto a un pedazo de papel para anotar su número.
─Perdí mi celular hace un tiempo atrás, ahora tengo un nuevo número por cierto. Podemos reunirnos y hablar, se que hay muchas cosas que quedaron pendientes de decirnos los dos.
Jisoo observó él número en sus manos. ¿Estaba lista para cambiar el rumbo de su vida?
Jennie observó aquello escondida en una de las esquinas de las paredes de los pasillos de la universidad. Había regresado de ir al baño pero antes de avanzar se había topado a Jisoo en los brazos de quien había su mejor amigo y presuntamente la persona que tal vez aún quería.
¿Qué hacía Seokjin hablando con Jisoo?
Jennie mordió el labio inferior con una punzada en su pechito al notar que Seokjin le entrego un papel a la chica y removió los cabellos de está.
No le gustaba sentir celos de su sunbae, pero las inseguridades estaban allí.
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