O4

Una vez más, JungKook despertó por el molesto sonido de su alarma y gruñó tan pronto fue consciente de que probablemente tenía algo que hacer en su agenda, puesto que es la única razón por la que debería estar sonando la alarma.

Gruñendo, JungKook estiró y tomó su celular.

24 de Diciembre:

9:00am

Ir a comprar comida para hacer una cena de noche buena.

— ¿Por qué mierdas me pongo estos propósitos? — JungKook gruñó y bloqueó su celular. ¿Para qué querría hacer una cena de noche buena si iba a estar solo?

Tan pronto se volteó para seguir durmiendo, sintió como un pequeño peso saltó sobre su cabeza y empezó a lamer su cara.

— ¿Qué diablos...? — gruñó JungKook hasta que vio al cachorrito y recordó que lo había adoptado el día anterior.

Se había propuesto que el cachorro durmiera en el piso, en una alfombra que le compró en la tienda, pero se había sentido tan solo en la noche que lo terminó subiendo y se durmió acurrucando al pequeño.

— ¿Cómo amaneciste, Pequeñín? —  Murmuró JungKook acariciando al perrito y sonrió al recordar al chico que le había puesto, sin querer, el nombre al cachorro.

De hecho, por eso se había empezado a sentir tan solo la noche anterior; no había podido dejar de pensar en JiMin y se había imaginado lo que sería tener a un chico como él para llegar a la casa y abrazar en las noches frías...

JungKook se sentía realmente fracasado al tener 27 años y estar añorando cosas como esa.

— Creo que nos merecemos la maldita cena de noche buena, ¿no crees, Pequeñín? — Dijo JungKook y el cachorro ladró.

Sonriendo, JungKook se levantó y puso al perrito en el piso, listo para alistarse e ir a la tienda.

(🍒)

Pequeñín iba emocionado caminando por la acera entre las personas, algunas de ellas incluso se detenían para acariciar al peludo cachorrito.

JungKook estaba agradecido de que toda la atención estaba en el perrito; costaba mucho que alguien lo reconociera en la calle pero prefería evitarlo, por eso siempre salía con algún tipo de sombrero y lentes oscuros.

Cuando llegaron al semáforo que daba a la tienda, JungKook miró a la calle de al lado y por puro impulso, decidió dar la vuelta a la cuadra, a pesar de tener la tienda justo al frente.

No podrían culparlo, el refugio de animales quedaba al otro lado de la cuadra y refugio de animales podría ser sinónimo de encontrarse a JiMin cantando.

JungKook no lo podía evitar.

Justo como JungKook lo esperaba, el ojiazul estaba al lado del refugio con su guitarra en sus manos y el estuche de esta abierto a sus pies. Un par de personas estaban cerca escuchándolo cantar.

JungKook se acercó despacio y se quedó al lado, mirándolo mientras tocaba la guitarra con delicadeza.

JiMin esa mañana estaba cantando muy bajito y su voz se escuchaba muy grave y ronca. JungKook frunció su ceño al notarlo.

Pronto JiMin terminó la canción que estaba tocando y recibió algunos aplausos y unas cuantas monedas lanzadas a su estuche.

Cuando las personas se dispersaron, JungKook aprovechó y se acercó.

— Hola, JiMin. — saludó JungKook con una sonrisa y el ojiazul lo miró sobresaltado.

— ¡Hola! — respondió JiMin sonriendo y carraspeó un poco mientras se agachaba para acariciar al cachorro. — Hola pequeñín.

— Nunca había escuchado esa canción, es muy bonita. — dijo JungKook con sus ojos sellados en aquel chico. Su sonrisa se ensanchó al ver el sonrojo subir por las mejillas de JiMin.

— Gracias... — empezó a decir JiMin pero empezó a tener un fuerte ataque de tos.

JungKook se acercó y le dio suaves palmaditas en la espalda al castaño. Hasta ese momento que lo tuvo tan cerca fue capaz de percatarse de que sus ojos estaban más irritados y llorosos que el día anterior. Además ahora tenía unas ligeras ojeras bajo sus ojos. JungKook no se había dado cuenta antes de lo cansado que se veía el chico.

— ¿Estás bien? — preguntó JungKook tan pronto JiMin se recuperó y tomó bocanadas de aire para recuperarse. — ¿Necesitas algo? Te puedo traer un té, cerca hay una cafetería y

— No, no, no tengo... — empezó a decir JiMin pero se interrumpió, no quería que JungKook se diera cuenta que no tenía dinero ni para un té. — No hace falta-

— Claro que hace falta. — lo interrumpió JungKook y puso la correa de Pequeñín en su mano. — Cuida a Pequeñín mientras voy, no me tardo.

— ¿Pequeñín? — preguntó JiMin antes de que JungKook se fuera y no pudo evitar sonreír al ver el sonrojo en las mejillas del ojinegro.

— Eh, sí. — respondió JungKook con una mano en la nuca, rascando como gesto nervioso. — Así se llama. Ya vuelvo.

Sin mirar atrás, JungKook corrió hacia la cafetería más cercana. Por suerte solo había una persona ordenando, así que pronto JungKook estaba pidiendo el té de jengibre extra grande y rápido lo tenía en sus manos.

Trató de caminar lo más rápido posible con el té en sus manos y cuando vio a JiMin sentado en el suelo jugando con Pequeñín, aceleró aún más el paso.

— Aquí tienes. — dijo JungKook agitado cuando llegó al lado de JiMin. El castaño se levantó apresurado y con temblorosas manos agarró el vaso de cartón.

Sus dedos rozaron y ambos sintieron una corriente eléctrica correrles por todo el cuerpo.

— Gracias, JungKook, no debiste... — dijo JiMin mirando al piso y tomando un pequeño sorbo del té.

Al sentir el caliente y un poco picante líquido pasar por su garganta, JiMin no pudo evitar cerrar sus ojos y soltar un pequeño murmuro satisfecho.

JungKook sintió como si su pecho se expandiera de felicidad al ver que pudo darle un alivio al maravilloso chico.

— Fue todo un gusto. — respondió y sonrió cuando JiMin abrió sus ojos y lo miró. — Debo irme, ¿nos vemos luego?

— Nos vemos JungKook. — respondió JiMin. — Y feliz navidad.

— Oh, feliz navidad para ti también.

(🍒)

Otro cap pk mi bebé lo pidió ChimChim-oficial

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