2O

— Por ti hago lo que sea bonito, lo que sea.

Después de hablar, JungKook dejó otro beso sobre los labios del menor. Pero en lugar de sentir que le respondía, sintió como la cabeza de JiMin cayó a un lado.

Asustado, abrió sus ojos y sintió pánico al ver a JiMin con la cabeza ladeada y el cuerpo flojo, como desmayado.

— Mierda, mierda mierda... — murmuró JungKook bajo su aliento y con temblorosas manos volvió a recostar a JiMin sobre la cama. Podía verlo y escucharlo respirar, pero tenía tanto miedo de perderlo que no pudo evitar entrar en pánico.

Una vez que lo acostó, corrió hacia la puerta y la abrió de golpe.

— ¡ALGUIEN QUE ME AYUDE! — gritó JungKook al pasillo y un par de enfermeros corrieron hacia él.

El ojinegro tenía la vista nublada del miedo y podía escuchar como su respiración se estaba acelerando. Sintió como unas manos lo tomaban de los hombros y lo sentaban en una silla cerca de la puerta.

— Joven, respire. — JungKook escuchó las palabras y vio como uno de los enfermeros se arrodillaba a su lado, pero el ojinegro no podía quitar sus ojos de encima del cuerpo desmayado de JiMin. — Tiene que respirar o se va a desmayar usted también.

Al escuchar esas palabras, JungKook volteó su rostro y observó al joven enfermero.

— ¿Solo está...? — empezó a preguntar JungKook pero la resequedad en su boca no le permitió seguir.

— El paciente está en periodo de recuperación, así que se cuerpo se agotará con lo más mínimo y sufrirá desmayos si se agota demasiado. — Dijo el chico y JungKook sintió como respiraba un poco mejor. — Su pareja está bien, joven, no se preocupe.

JungKook solamente asintió, mirando de nuevo hacia la camilla y sin siquiera corregir al enfermero al referirse de esa manera a JiMin.

Un vaso con agua fue ofrecido sobre su rostro y JungKook se sobresaltó; no había notado que el chico se había levantado.

Con temblorosas manos y un "gracias" murmurado, JungKook tomó el vaso y le dio un par de sorbos.

Sentía como sus manos sudaban y como un sudor frío le recorría la frente.

Odiaba eso, odiaba sentirse así, como un niño en necesidad de ayuda.

En ese momento recordó como se había asustado con solo escucharlo toser en el sillón de su apartamento y en cómo había necesitado ayuda de Hwasa para tratar una pequeña fiebre.

Decidido, subió una mano y la pasó por su cara, limpiando el sudor. Ya tenía veintisiete años y ahora debía- no, no debía, quería proteger al joven chico sobre la camilla y tenía que aprender a no entrar en pánico con cualquier cosa.

(🍒)

Llevaba una hora sentado en la silla al lado de la camilla, solo viendo el subir y bajar del pecho de JiMin con cada respirar, cuando vio los párpados del menor revolotear.

Después de haberlos llamado, los enfermeros habían anotado un par de cosas en la tablilla que colgaba de la camilla de JiMin y habían salido, dejándolos solos una vez más.

Al ver como los párpados de JiMin revoloteaban, intentando abrir los ojos, JungKook se levantó de la silla y se acercó al menor.

Cuando JiMin abrió bien los ojos, los movió un segundo por la habitación y luego los posó sobre JungKook.

JungKook sintió sus rodillas debilitar al ver la sonrisa que brilló en los labios del menor y una sonrisa se escapó sobre su propia boca.

— ¿Cómo te sientes? — preguntó JungKook en un susurro y plantó un beso en la frente del menor.

— Cansado. — respondió JiMin y soltó un suspiro, estirando débilmente su cuerpo como si fuera un gatito.

— Perezoso. — murmuró JungKook con una sonrisa y sus ojos se aguaron al escuchar la risa que soltó el menor. ¿Cómo podía verse tan vivo y tan presente estando en ese estado de salud?

— ¿Me podrías dar agua? — preguntó JiMin señalando el vaso sobre la mesa a su lado y JungKook lo tomó, acercando la pajilla a los labios del menor.

— Consentido. — dijo JungKook mientras JiMin bebía agua y rió al verlo rodar los ojos.

— Es solo porque siento que no puedo ni alzar un brazo sin morir de cansancio. — respondió el menor y la sonrisa de JungKook se desvaneció un poco.

— Déjame consentirte, ¿sí? — murmuró JungKook después de volver a poner el vaso sobre la mesita y pasó una de sus manos por el cabello de JiMin.

— ¿Más de lo que ya estás haciendo al pagar este hospital? — dijo JiMin viendo directo a la pared en la que estaba pintado el logo del hospital y el mayor tragó grueso; confiaba en que JiMin nunca reconociera en cuál hospital estaba. — Reconozco ese logo, JungKook, y sé que este hospital es malditamente costoso.

— Sí bueno, ¿tienes hambre? — preguntó JungKook tratando de cambiar el tema y señaló la puerta. — Puedo llamar a alguien para que-

— Apenas salga de acá conseguiré un trabajo y te devolveré cada centavo. — interrumpió JiMin a JungKook y el mayor sintió un nudo en la garganta al ver como JiMin agachaba su rostro.

— No tienes por qué hacerlo, ya te dije que no me importa...

— ¡Pero a mí sí me importa, JungKook! — exclamó JiMin y sus ojos brillaron con lágrimas contenidas.

— ¿Podrías dejar tu orgullo de lado y dejarte ayudar? — preguntó JungKook ya un poco alterado, no entendía por qué JiMin no se dejaba ayudar.

— Cuando vives en la calle y tratas de ocultarlo, el orgullo es lo único que mantienes. — respondió JiMin muy serio y JungKook sintió ganas de arrancarse el pelo.

— Mierda bonito, ¿por qué tienes que ser tan terco? — exclamó JungKook y tomando las mejillas del menor, plantó un sonoro beso sobre su boca, sorprendiendo a JiMin y sorprendiéndose a sí mismo. — ¿Por qué tienes que ser tan bonito y tan terco y porqué tienes que gustarme tanto?

— No lo entiendes, JungKook. — respondió JiMin en un susurro y puso sus manos sobre las mejillas del mayor, el enojo que había sentido se le escapó como arena en los dedos al escuchar las palabras de JungKook. — Tú decidiste irte de tu casa y lograste salir adelante. A mí me obligaron y lo que he logrado es sobrevivir... y las dos veces que pude morir, fuiste tú quién me salvó. Literalmente te debo mi vida y debo pagártelo de alguna manera.

— Quédate conmigo, esa es suficiente paga. — murmuró JungKook y volvió a besar al menor. — No permitiré que vuelvas a vivir en la calle o que vuelvas a correr peligro.

— No soy un niño y no quiero ser un mantenido.

— Sé que no eres un niño. — habló JungKook antes de que JiMin pudiera seguir. — Sé que no lo eres y por eso me permito darte besos. — JungKook sonrió al escuchar la pequeña risa que soltó el menor. — No lo hago porque crea que no eres capaz de cuidarte o porque no crea que puedas trabajar o porque te considere un niño o una caridad... lo hago porque quiero... y porque me gustas. Es así de sencillo.

— No me explico cómo es que te gusto... — susurró JiMin y siguió antes de que JungKook pudiera intervenir. — Debes entenderme, eres sumamente atractivo, eres ya un adulto, eres exitoso, de seguro pasas rodeado de gente igual de atractiva e igual de mayor e igual de exitosa.

— Es cierto. — respondió JungKook y JiMin volvió a agachar la cabeza avergonzado. Con un dedo en la barbilla, JungKook volvió a levantar la cara de JiMin. — Pero a la vez no lo es. Sí, estoy rodeado de esas personas, pero nunca he calzado en ese mundo. Las personas me buscan por interés, solo por eso. He estado jodidamente solo por años a pesar de tener todo tipo de propuestas en cada esquina. Pero la verdad es que a mi nada de eso me interesa, bonito. Además, tú eres más atractivo, más maduro y tienes la capacidad de ser más exitoso que cualquiera de esas personas.

— De verdad te agradezco todo lo que haces por mí... — murmuró JiMin y acarició la mejilla del mayor. — Pero de verdad conseguiré un trabajo tan pronto salga de acá, quieras o no.

— Está bien que quieras trabajar, pero no aún. Aunque te den de alta igual te tomará tiempo recuperarte.

JiMin refunfuñó bajo su aliento al escucharlo, no quería admitirlo pero sabía que JungKook tenía razón.

— ¿Podemos hacer un trato? — preguntó JungKook y JiMin asintió después de dudarlo. — Cuando salgas de acá, te llevaré a mi apartamento y te quedarás conmigo. Te mimaré y te cuidaré hasta que te recuperes-

— No JungKook, tu trabajo-

— Soy escritor, bonito, puedo escribir en cualquier lado y efectivamente podré escribir mejor sabiendo que estás a salvo bajo mi mismo techo. En fin, luego de que te recuperes te ayudaré a conseguir trabajo.

— No, yo buscaré trabajo solo. — corrigió JiMin y siguió al ver que JungKook iba a objetar. — Pero te dejaré seguir mimándome.

JungKook sabía que JiMin no lo dejaría mimarlo tanto como él quisiera, pero no había objetado más sobre quedarse a vivir con él, así que se limitó a asentir con una sonrisa y se acercó de nuevo para besar a JiMin.

— Espera JungKook, ¿qué fecha estamos? — Preguntó el menor tan pronto finalizó el pequeño beso.

— 1 de enero, ¿por qué? — respondió JungKook después de ver la fecha en su celular. — Feliz año nuevo, por cierto.

— Oh... por nada, no te preocupes, y feliz año nuevo para ti también.

(🍒)

Hagamos como que el 2020 no existió y sonrían sksjks

Capitulo dedicado a: -Rosi_Sakura- me gusto tu nombre ksks ya lo había visto antes pero no recuerdo donde :c

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