veintidós

Entre la universidad y los preparativos de la boda de Leo, comenzaba a volverme loca. Afortunadamente las vacaciones de diciembre ya habían llegado y al menos ya no tenía la presión de la escuela.

Durante las últimas semanas estuve con Frida, la prometida de Leo, viendo los detalles de la boda. La última cosa que habíamos visto, fueron los centros de mesa.

―¿Hoy no vas a ver a Frida? ―dijo mi mamá cuando entré a la cocina aún en pijama.

―Ay, sí. Ya ni me digas ―me rasqué la cabeza y luego me acerqué a la estufa para ver que se encontraba en el pocillo. Había chocolate.

―¿No te gusta ayudarla?

―Claro que me gusta, es solo que a veces es demasiado cansado ―hice una mueca y luego saqué una taza.

Me serví del chocolate que había preparado mi mamá y me fui a la sala. Lo primero que hice fue alcanzar el control remoto para encender la televisión. Seguramente mi mamá había estado viendo alguna novela la noche anterior porque la tele se encontraba en el canal de TV azteca. Justo ahora estaba este programa, del cual no recuerdo el nombre, pero sale Ingrid Coronado.

Así es, Tania. Y los que tampoco han parado de trabajar, son los chicos de CD9. Después de su exitosa presentación en el Teatro Metropólitan, aquí en la Ciudad de México, tuvieron múltiples presentaciones por la República mexicana y eso no es todo ―sonrió Ingrid―. Como ya saben, diciembre es el mes de las posadas y...mejor no les digo más y vamos a ver la nota.

La tentación de cambiarle fue grande, pero mi curiosidad fue aún más grande y le dejé en ese canal.

«El pasado fin de semana, los chicos de CD9 convivieron con algunas de sus fans aprovechando que ya dieron inicio las posadas. La cita fue en Six Flags y los chicos nos contaron como la pasaron.»

Segundos después aparecieron los cinco chicos en la pantalla. De inmediato reconocí a Alan y Alonso. Definitivamente eran mucho más guapos en persona.

Alan, tal como lo había prometido, nos invitó a su concierto en el Teatro Metropólitan, en el cual tuvieron sold out. La verdad estuvieron increíbles y tuve la oportunidad de conocer a los demás integrantes de la banda, quiénes son unos chicos bastante agradables.



¿No te sientes nerviosa? preguntó Leo mientras caminábamos a la parte de los camerinos.

La verdad es que si me sentía algo nerviosa. Hacía un par de meses que no veía a Alonso y sentía que, tal como la última vez, iba a estar mucho más guapo.

¿Seguro que es por aquí? fruncí el ceño y miré a mi alrededor. A mi parecer, estábamos perdidos.

Alan me dijo que era por aquí sacó su teléfono y entró a Whatsapp. Le mandaré un mensaje.

Asentí y también saqué mi teléfono; jugaría un poco mientras Leo lograba comunicarse con Alan.

Estamos en la entrada contraria sonrió guardando su teléfono en el bolsillo de su chamarra. Me limité a mirarlo mal y negar con la cabeza.

Pues vamos lo jalé del brazo y atravesamos el pasillo hasta el otro lado.

Había varias puertas y no sabíamos cuál era, hasta que llegamos a una en donde se leía "CD9".

¿Lista? miré a Leo.

Supongo sonreí.

¡LEO! fue lo único que escuché cuando mis ojos chocaron con los ojos azules de Alonso. Las piernas no tardaron el flaquearme y mis manos comenzaron a sudar y a temblar ligeramente.

Alonso se estaba acercando hacia mí cuando un chico lo detuvo y comenzó a hablar con él.

Hola dijo un chico llamando mi atención.

Cuidado, Canela le advirtió Alan.

Alan sabía que Alonso y yo nos conocíamos de la preparatoria y también sabía que yo estaba muy enamorada de él así que básicamente estaba dejando en claro que yo no estaba a su disposición.

No seas tarado lo fulminó el chico con la mirada.

Estás advertido lo señaló y el chico se limitó a poner los ojos en blanco.

Soy Jos sonrió―. Con jota y no con lle.

¿Yos? fruncí el ceño.

Exacto, así no, no me gusta. Me molesta hizo un mohín.

Soy Paulina sonreí.

O Hope dijo Alonso apareciendo detrás de mí.

Me giré bruscamente y lo golpeé sin querer con mi coleta. Oops.

¿Hope? Jos arqueó una ceja.

Alonso comenzó a contarle por qué me llamaba así y Jos comenzó a llamarme así. Después los otros dos chicos se presentaron conmigo e igual que Jos, comenzaron a decirme "Hope".

Un gusto haberte conocido, Hope dijo Bryan.

Eres muy divertida sonrió Freddy mientras alcanzaba una botellita de agua que se encontraba sobre una mesa en donde había un montón de bocadillos.

Mi vida es un chiste, qué decirte hice un mohín. Murphhy había decidido que estando con estos chicos, era un buen momento para hacerme pasar una vergüenza. Pues había tirado varios de los bocadillos que se encontraban en aquella mesa.

La noche había estado increíble y aunque no había hablado mucho con Alonso, había sido suficiente para que durmiera con una enorme sonrisa en el rostro.

Y en efecto, Alonso estaba mucho más atractivo que la otra vez.



―Mamá, iré a comprar unas cosas y a ver a Frida―anuncié levantándome del sillón.

―¿A quién le pediste permiso?

―¿Puedo? ―sonreí y ella asintió.

―Llévate el carro. Si quieres.

―Deséame suerte ―reí.

Después de cambiarme, subí al auto y conduje al centro comercial. En realidad si necesitaba comprar algunas cosas. Navidad estaba cada vez más cerca y no quería esperarme hasta el último momento para comprar los regalos. Además, la noche anterior, quedé de verme con Frida en una de las tiendas departamentales para arreglar lo de la mesa de regalos.

Estuve recorriendo un par de tiendas tratando de encontrar algo para mi hermano pero no me decidía por nada. Elías era tan especial en cuanto a los obsequios. Aunque parezca increíble, era más fácil encontrar un obsequio para mi mamá, que para los dos hombres de la casa.

Al final, compré un lindo reloj para mi mamá; una corbata para mi papá y una cartera para mi hermano. Una decente, no una del Hombre Araña, como la que usaba actualmente. Ahí se me fueron casi todos mis ahorros del año.

―Qué bueno que llegas ―dijo Frida apenas me vio y me envolvió en un cálido abrazo.

―¿Lista para empezar a elegir? ―sonreí y ella asintió.

Nos acercamos al módulo de atención a clientes y después de hacer el trámite, la señorita nos dio un maquinita lectora de código de barras para que Frida pudiese empezar a elegir los obsequios.

La verdad es que la pasé muy bien con ella y hasta me dieron ganas de casarme. El asunto es que no tenía con quien y aún no me sentía lo suficientemente madura como para un compromiso así de grande.

―Muchas gracias por todo, Pau. De verdad me estás ayudando bastante con todo el asunto de la boda.

―Lo hago con mucho gusto ―sonreí―. ¿Nos vemos mañana para buscar tu vestido?

Sonrió ampliamente. ―¡No puedo creer que vaya a casarme!

―Créelo ―palmeé su hombro―. Nos vemos mañana.

+ + +

¡Nuggets de mi jart!

¡FELICES FIESTAS PATRIAS! 

¿Cómo se la pasaron? ¿Qué comieron?

Yo no comí nada porque mi mamá salió de viaje y pues ah :(

En fin, aquí les dejo el capítulo y eso.

+ ¿Alguna vez se han enamorado de algún chico que ni al caso? (Sí, vengo a contarles del chico del estacionamiento.)* 

Hay un chico, de un estacionamiento en donde deja mi papá el carro, que me gusta *inserte lunita negra*. Pero es como súper mayor. Bueh, no tanto xd, ha de tener unos 23 -25. 

* Si me siguen en twitter, sabrán de este chico del estacionamiento desde hace unos días. Si no, pues se acaban de enterar, je.

Ol de lof para ustedes, 

Cit.

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